Re: ¿Es Jesús Dios?
Querido hermano Soyfriend, si ustedes (supongo que se refiere a los Trinitarios) entienden como un niño de 10 años, y creen que por eso le llevan la delantera a quienes no piensan así, (entre otros a mí) a quien usted concidera necio incapaz de entender el lenguaje Español ni leer la Biblia, o en mi defecto, hacerme el loco.
No es de extrañar entónces que presuma de ser indiscutiblemente falso mí enfoque doctrinal. Y además crea razonable que yo esté muy bien confundido.
Ante lo cual, ¿realmente no sé porqué me discute si tal es mi caso?
Yo por mi parte veo que usted no tiene ningún interes de dialogar conmigo, sinó solamente descalificar; así que renuncio a exponerme a su pedanteria, anunciándole que no contestaré a ningun mensaje suyo, planteado en estos términos.
Pido diculpas. Exageré un poco.
Lo de su enfoque doctrinal, claro que es falso. He tratado de hacerles ver con la Biblia; pero no teniendo niguna respuesta que darme, se enfocan en que las traducciones de los cristianos están mal y la de ustedes es la correcta.
Cuando hay algo que es fácil de entender, lo enredan tanto, que les cuesta ir a donde quieren llegar. A todo esto, ya los que estaban leyendo, no saben de qué se está hablando.
El evangelio es sencillo. No tiene que ser interpretado. Ya está interpretado en las escrituras. Toda la escritura es inspirada por Dios. Solo tenemos que creer lo que nos dice.
Hebreos 1:7,8.
Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Mas del Hijo dice:
Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
Si nos dice que Jesús es Dios, no digamos que es otro Dios aparte de Jehová. Simplemente entendamos por qué se hizo humano y aceptemos que todo lo puede y que es eterno. Jesús es eterno.
Jesús dijo:
Juan 10:17,18.
Por eso me ama
el Padre, porque yo
pongo mi vida, para
volverla a tomar.
Nadie me la quita, sino que yo de
mí mismo la pongo.
Tengo poder para ponerla, y tengo poder para
volverla a tomar
A Jesús le dijo el Padre que entregara su vida y que después la volviera a tomar (
este mandamiento recibí de mi Padre). Jesús obedeció la palabra del Padre. Ese Jesús hombre debería existir para siempre como evidencia de nuestra salvación. La muerte no debía mantener su cuerpo en la tierra, como evidencia de que puede transformar al hombre e inmortalizarlo. Como lo dicen las escrituras:
Hechos 13:35 Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo vea corrupción. Dios le dio el mandamiento de poner y tomar su vida. Para que fuese salvado el hombre y para que fuese eterno.
Nadie pudo hacer lo que Cristo hizo. Ninguna criatura pudo salvarnos; solo Dios. El sí tuvo poder para resucitar. El es el Padre Dios. Las escrituras no lo niegan:
Mateo 1:23
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es:
Dios con nosotros.
Jesús en el mundo es Dios con Nosotros.
Isaías 9:6.
Porque
un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero,
Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Jesús es Dios Fuerte y Padre Eterno.
Hebreos 1:6.
Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
Esto no quiere decir que los ángeles no adoraban a Jesús antes de venir a encarnarse. Solamente hace ver que Jesús fue hecho un poco menor que los ángeles al venir a la tierra; pero que igual debía ser adorado por los ángeles de Dios. Esto era algo extraño para los ángeles. Sin embargo, entendían que Jesús era su Dios.
Jesús no negó que él era Dios.
Veamos:
Juan 10:33.
Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.
Juan20:28,29.
Entonces Tomás respondió y le dijo:
¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste;
bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Dios llama a que como Tomás dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! a Jesús, también nosotros reconozcamos que El es Dios. No porque vemos con nuestros ojos; sino:
bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Bendiciones.
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