Ya todos los lectores se han dado cuenta de tu incapacidad de respuesta, y que no has visto a Cristo en los símbolos y no lo reconoces en la Biblia.
Ya eduardo martínez había declarado esta gran mentira:
"¡Nunca se ofrecía un cordero como sacrificio por el pecado!"
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Se les olvidó que....
¡Juan el bautista era un israelita que presentó al "cordero de Dios" que quita el pecado del mundo.!
“¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29).
"…sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados" (He 9:22).
Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: "El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa.
Exo 12:4 "Mas si la casa es muy pequeña para un cordero, entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número de personas; conforme a lo que cada persona coma, dividiréis el cordero.
Exo 12:5 "El cordero será un macho sin defecto, de un año; lo apartaréis de entre las ovejas o de entre las cabras.
Exo 12:6 "Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer.
Exo 12:7 "Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman.
Exo 12:8 "Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas.
Exo 12:9 "No comeréis nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego, tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas.
Exo 12:10 "Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana lo quemaréis en el fuego.
Exo 12:11 "Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del SEÑOR.
Exo 12:12 "Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR.
Exo 12:13 "Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros cuando yo hiera la tierra de Egipto.
Exo 12:14 "Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.
Exo 12:15 "Siete días comeréis panes sin levadura; además, desde el primer día quitaréis toda levadura de vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado desde el primer día hasta el séptimo, esa persona será cortada de Israel.
Exo 12:16 "Y en el primer día tendréis una santa convocación, y otra santa convocación en el séptimo día; ningún trabajo se hará en ellos, excepto lo que cada uno deba comer. Sólo esto podréis hacer.
Exo 12:17 "Guardaréis también la fiesta de los panes sin levadura, porque en ese mismo día saqué yo vuestros ejércitos de la tierra de Egipto; por tanto guardaréis este día por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.
Exo 12:18 "En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde, hasta el día veintiuno del mes por la tarde.
Exo 12:19 "Por siete días no habrá levadura en vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado, esa persona será cortada de la congregación de Israel, ya sea extranjero o nativo del país.
Exo 12:20 "No comeréis nada leudado; en todo lugar donde habitéis comeréis panes sin levadura."
Exo 12:21 Entonces Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad del rebaño corderos para vosotros según vuestras familias, y sacrificad la pascua.
Exo 12:22 Y tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta; y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana.
Exo 12:23 Pues el SEÑOR pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el SEÑOR pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros .
Exo 12:24 Y guardaréis esta ceremonia como ordenanza para vosotros y para vuestros hijos para siempre.
Bajo el Antiguo Pacto [Testamento], en el Día de la Expiación, el sumo sacerdote "…hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa…" (Lv 16:6).
Él rociaría la sangre del toro sobre el Trono de la Misericordia en el Lugar Santísimo por sí mismo, ANTES de ofrecer el sacrificio por los pecados del pueblo.
"pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo [la primera vez que entraba en el Día de la Expiación] y por los pecados de ignorancia [la segunda vez que entraba en el Día de la Expiación]" (He 9:7).
Los detalles son encontrados en Levítico: "Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental; hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre" (Lv 16:14).
Después de la ofrenda por su propio pecado, el sumo sacerdote ofrecía por los pecados del pueblo.
El sacrificio por el pueblo consistía de dos carneros de un año de edad. Uno era sacrificado ante el altar de Dios. La sangre del cordero sacrificado pasaba al Lugar Santísimo para ser derramada sobre el Trono de la Misericordia.
"Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio" (Lv 16:15).
Esa sangre era la EVIDENCIA que Dios requería para que el CASTIGO por el pecado fuera PAGADO. Cuando Dios veía la sangre, sabía que una vida había sido sacrificada. El castigo había sido pagado, y ahora podía ser (reconciliado) con el pecador.
"Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona" (Lv 17:11).
b. La Culpa Y Memoria. "¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias…" (He 9:14).
¡Cuánto necesitamos este milagro en nuestras vidas también! Es maravilloso saber que nuestros pecados pueden ser perdonados debido a que un sacrificio de sangre fue hecho para pagar por nuestros pecados.
Pero también necesitamos saber que nuestros pecados fueron olvidados a fin de no vivir bajo el pesado yugo de la culpa, vergüenza y condenación que resulta del pecar.
Es difícil tener fe en Dios si tenemos una conciencia culpable. "Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios" (1 Jn 3:21).
El plan de Dios de reconciliarnos con Él por medio del sacrificio expiatorio, provee la solución al problema de una conciencia culpable.
Se requería un segundo carnero el Día de la Expiación para enseñarnos respecto a la solución de Dios con relación al segundo aspecto del pecado. La CULPA y MEMORIA del pecado también son aspectos con los cuales hay que tratar.
El segundo carnero era llamado en hebreo Azazel, que literalmente significa el chivo despedido o el chivo que desaparecía (lo que se conoce hoy también como el chivo expiatorio). Ese chivo que se ponía en libertad, cargaba con todos los pecados de la nación y se marchaba hacia el desierto, haciendo desaparecer sus pecados de esa manera, y no volvían a ser recordados o traídos a memoria. La CULPA y MEMORIA (recuerdo) del pecado se desvanecían cuando el chivo se los llevaba consigo hacia el desierto.
"y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.
Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto" (Lv 16:21, 22).
Esta metáfora fue usada por Juan el Bautista hace unos 1,400 años, después que Dios había iniciado el Día de la Expiación por primera vez. "El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo:
He aquí el Cordero de Dios, que quita [carga o lleva] el pecado del mundo" (Jn 1:29).
Todos los sacrificios prefiguraban al sacrificio de Cristo nuestro Redentor, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (He 4:16).
"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura" (He 10:19-22).
Jesús ha abierto el camino hacia el Trono de la Misericordia. Su sangre fue ofrecida una vez por todas debido a que Su vida eterna era suficiente para pagar por los pecados del mundo entero. Él no tiene que ofrecerse A Sí Mismo de nuevo cada año como hacían en el Antiguo Testamento. Él ha sido ofrecido por el pecado de una vez por todas, y para siempre.
"Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo" (He 10:4, 5).
"…estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre…" (He 9:11, 12).
"
A quien Dios puso como propiciación [a Cristo] por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados" (Ro 3:25).
"…En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras almas…" (Lv 16:29). (El Día de la Expiación)
"Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo. Y cualquiera persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo destruiré a la tal persona de entre su pueblo" (Lv 23:29, 30). Isaías describió la manera en que el día sería observado unos siglos más tarde: …el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza…" (Is 58:5).
Este era un día solemne de aflicción (ayuno) del alma. El término afligir usado en Levítico 16:29 es el término hebreo anah, el cual, expresa la idea de mirar hacia abajo o mirarse con desprecio a sí mismo. Otros significados son: abatirse, purificarse, tratar con el yo con rudeza, humillarse a sí mismo, etc.
¿Por qué llamaría Dios a un tiempo de aflicción, en medio de lo que era una temporada por lo general de festividad?
Recuerde, esa era la temporada del recogimiento final de las cosechas abundantes, cuando las personas en ese tiempo tenían más dinero, alimentos, vino y cosas materiales que disfrutar en la vida.
En tiempos de tales bendiciones y prosperidad, es fácil olvidarse de Dios y sentirse autosuficiente. Una actitud tal es peligrosa y puede conducir hacia graves consecuencias.
Moisés amonestó a los hijos de Israel acerca de esa tendencia. "Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño. Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel de la peña, Y aceite del duro pedernal.
Mantequilla de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, Y carneros de Basán; también machos cabríos, con lo mejor del trigo; Y de la sangre de la uva bebiste vino.
Pero engordó Jesurún [Israel], y tiró coces… Entonces abandonó al Dios que lo hizo" (Dt 32:12-15).
En tiempos como esos, en los que se descarriaban, el Día de la Expiación era un medio práctico, por medio del cual, Dios esperaba hacer volver al pueblo a su cordura o sanidad espiritual.
Lev 16:30
porque en este día se hará expiación por vosotros para que seáis limpios; seréis limpios de todos vuestros pecados delante del SEÑOR.
Rom 3:25
a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente