Re: ¿ Que es la muerte ?
Todos en la vida, existimos en una existencia paralela, en el reino de los Sentidos o en el Reino de la Espiritualidad Energética. En la realidad de la Conciencia de los sentidos , todas las cosas estan compuestas de partículas, aunque los seres humanos están acostumbrados a las ondas de muchos tipos, en nuestro mundo existe la materialidad que pueden palpar nuestros cinco sentidos. En la Conciencia de la Espiritualidad Energéntica, la realidad está compuesta de ondas de frecuencias vibratorias. Nótese que los seres humanos no pueden apreciarlas de manera tangible, sólo podemos ver el resultado de ellas. La Realidad se manifiesta como Conciencia o Subconciencia cuando un Observador ha decidido fijar su atención en un comportamiento.
La historia de Pam se difundió hace algunos años a través de un programa documental de un canal de televisión de cable.
Fue un hecho notable cuyo valor principal reside en que se pudo controlar todo el proceso bajo condiciones médicas de monitoreo, muy rigurosas.
Se sabe que hay muchas personas que han sobrevivido luego de permanecer algún tiempo sin vida. Es decir, sin respirar y sin actividad cerebral alguna.
Luego de esta experiencia, algunos de ellos, han referido haber visto su cuerpo desde arriba, escuchar todo lo que ocurre a su alrededor y percibir una sensación altamente placentera de plenitud paz y felicidad.
Otros dicen haber visto un túnel que eventualmente se sienten impulsados a recorrer para encontrarse con seres espirituales o con familiares ya fallecidos que los esperan.
Los que han vuelto, lo han hecho porque no era su hora y aunque el deseo de quedarse allí suele ser intenso, esas entidades los convencen de volver a su cuerpo.
Pam era una mujer sana, que de improviso se le diagnosticó un aneurisma cerebral muy profundo aparentemente inoperable.
Tuvo que trasladarse a otro país, donde localizó a un cirujano que se atrevía a hacer ese tipo de operaciones con algún grado de esperanza.
En la sala de operaciones, Pam fue anestesiada, sus ojos y sus oídos fueron tapados y su cuerpo fue enfriado a muy baja temperatura para evitar daños cerebrales. Debían provocar su muerte clínica, hacer que su respiración cesara y mantener su cerebro sin actividad alguna por dos horas a fin de poder llegar hasta el aneurisma.
Para acceder hasta ese lugar, los médicos utilizaron un instrumento eléctrico para perforar el hueso del cráneo.
Lo primero que escuchó Pam fue ese sonido, a pesar de estar profundamente anestesiada y luego se vio a si misma sentada sobre los hombros del cirujano observando la escena.
Sentía una paz absoluta y un bienestar indescriptible mientras miraba con curiosidad a los médicos y a los instrumentos; e inclusive podía escuchar sus diálogos cuando en un momento dado hubo que realizar un cambio de estrategia.
Posteriormente vio una luz y se sintió impulsada a ir hacia ella. Pudo ver un grupo de personas y escuchó que su abuela la llamaba. Reconoció a un tío suyo que había fallecido joven que le había enseñado a tocar la guitarra siendo niña.
Esas personas, algunas desconocidas, le recordaron que tenía que volver, pero ella se resistía a abandonar ese lugar tan placentero.
Les preguntó si la luz era Dios y le dijeron que no, que la luz se produce cuando Dios respira.
Su tío le dijo que la ayudaría a regresar, y cuando se encontró nuevamente en la sala de operaciones, con un leve empujón la obligó a volver a su cuerpo.
La operación de Pam fue un éxito. Los médicos escucharon con atención su experiencia durante la intervención y pudieron comprobar que las minuciosas descripciones de esta paciente sobre la disposición del quirófano, la forma de los instrumentos que se utilizaron, dónde estaban guardados, y el diálogo mantenido entre ellos coincidía plenamente con la realidad, a pesar de no haber estado consciente en ningún momento.
Su vida a partir de ese momento cambió, ahora vive intensamente cada minuto de su existencia sin miedo, desinteresada de los bienes materiales y bendice su enfermedad, que le brindó la oportunidad de ver más allá de la vida.
Algunos investigadores, especialistas en anestesia, en colaboración con el físico matemático Penrose, explican este fenómeno desde la física cuántica.
El cerebro, a nivel de los microtúbulos de las neuronas, se conducen como los microchips de las terminales de una computadora, procesando información relacionada con el todo.
Si cesa la vida, la información no se pierde, se expande hacia el entrelazamiento de otros campos cuánticos.
Cada persona pertenece a un campo relacionado con el todo.
Por ejemplo, si sufre una amputación, el campo del miembro faltante permanece intacto, y una prueba de ello son los dolores fantasmas de miembros que han sido removidos y que permanecen como si estuvieran todavía.
Cuando una persona muere queda el campo, que es más que el cuerpo, es mente y es conciencia.
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La física cuántica y su relación en el funcionamiento del cerebro podría abrir una explicación hacia la vida después de la muerte.
Actualmente la física moderna esta divida en dos grandes ramas inconsistentes entre sí, la física de lo muy grande y la física de lo muy pequeño, como lo explica el celebre Stephen Hawking.
Con la física de lo muy grande estamos mucho más familiarizados, las mismas leyes que regulan las orbitas de los planetas y el devenir de las galaxias, son las que aplicamos intuitiva o calculadamente para conducir un auto, golpear una pelota o sencillamente movernos. Se la denomina física clásica y esta regulada por la teoría de la relatividad.
El estudio de lo muy pequeño es el campo de la física cuántica.
Esta rama de la ciencia posé algunos postulados que resultan extraños para el sentido común. Ciertas partículas subatómicas pueden estar en dos lugares a la vez o bien desaparecer y aparecer instantáneamente en otro lugar. A su vez algunas de estas partículas subatómicas parecen interactuar con entidades que no podemos detectar o que existen en otros planos de la realidad.
Una controvertida teoría actual sugiere que unos pequeños orgánelos de las neuronas, los microtúbulos, se encargarían de intercambiar información a un nivel quántico, mientras las dendritas y los axones se encargarían de hacerlo a un nivel químico convencional tal como lo propone la biología convencional.
Esta teoría permitiría darle a la mente algunas propiedades de la física cuántica. Como por ejemplo aparecer en otro lado fuera del cuerpo, tal como relatan las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte o incluso interactuar con otros planos de la realidad tal como parecen hacerlo ciertas partículas subatómicas. Uno de estos planos bien podría ser lo que denominamos el más allá y podría coincidir con la descripción de la luz y la enorme sensación de paz.
Con estas herramientas de física cuántica, las experiencias cercanas a la muerte podrían ser explicadas.
Pero por el momento no son más que suposiciones respecto a lo poco que sabemos de física cuántica y ciertas posibilidades que deja entreabierta la neurología.
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Científicos del Laboratorio Kastler Brosser del CNRS francés han conseguido « fotografiar » fotones (partículas portadoras de todas las formas de radiación electromagnética, entre ellas la luz) deslizándose de un estado cuántico frágil a un estado estable clásico. De esta forma, la famosa paradoja del gato de Schrödinger, a escala microscópica, se ha podido registrar en imágenes.
En 1935, el físico Erwin Schrödinger trató de explicar la intricación cuántica y la superposición de estados con un experimento tan sencillo como inquietante: en una caja cerrada y opaca se mete un gato, una botella de gas venenoso, un átomo radioactivo con un 50% de probabilidades de desintegrarse y un dispositivo que, de desintegrarse la partícula, rompería la botella, produciendo la muerte del gato por envenenamiento.
Por tanto, el destino del gato dependía de un solo átomo que actuaría según la mecánica cuántica, por lo que todo el sistema estaría sometido a sus leyes. La llamada “interpretación de Copenhague” señala que estas leyes funcionan de la siguiente manera: mientras no abramos la caja, el gato está a un tiempo muerto y vivo y que sólo la acción de abrir la caja y observarlo reduce las probabilidades a una de ellas.
Siguiendo la evolución del gato
El rato en que el gato puede estar vivo o muerto es lo que se denomina una “superposición de estados” o superposición cuántica. Se trata de un estado evidentemente paradójico, pero que refleja el funcionamiento de la materia a escala subatómica.
Esta paradoja se resuelve en parte gracias a la teoría de la decoherencia cuántica, que señala que el proceso físico conocido como "reducción del paquete de ondas", es decir, el proceso que reduce la superposición de estados de probabilidad concretando uno de ellos en el universo macrofísico en el que desenvolvemos nuestra existencia cotidiana (el gato está vivo o muerto), se produce por la interacción de los sistemas macroscópicos con su propio entorno.
Ahora, la decoherencia cuántica ha podido por fin ser registrada. Este registro permitió ver cómo los fotones analizados pasaban de un estado cuántico de superposición a un estado estable, siguiendo etapas intermedias. Es decir, siguiendo el ejemplo de Schrödinger, es como si se hubiera fotografiado el proceso mediante el cual el gato aparece vivo o muerto.
Según explicaron los científicos en Nature, en dicho registro se obtuvieron imágenes de estados coherentes, de estados de Fock (cualquier estado del espacio de Fock con un número bien definido de partículas en cada estado), y de estados de “gato de Schrödinger”.