Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Que cosa, yo tengo casi 30 años en el adventismo, y más feliz no puedo ser.

Judas también pudo haber escrito, "yo estuve en el cristianismo"-Testimonio personal-

Has citado cosas aisladas fuera de contexto para que parezca que te dan la razón. Típico método del engaño. ¿Por qué no colocas tres párrafos antes y tres párrafos después? Así se verá más claramente de lo que se está hablando.
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

(Continuación.)
Una cosa que se nos repitió continuamente, fue que éramos de la religión adventista.
Se hacía énfasis de que habían muchas religiones en el mundo, pero que la adventista era la verdadera. Aparte de que se nos estaba recordando algo que era obvio, osea, en el sentido de que hay muchas religiones en nuestro mundo, producía eso en mí, la percepción de que prácticabamos algo. Estábamos anexos a algo. Ese énfasis en que éramos de esta religión, nos llevó a aceptar como lógica, que éramos religiosos.
No sólo los escritos de Elena G. de White, empleaban a cansar ese término, los cientos de escritos de autores adventistas hacían lo mismo.

Con naturalidad respondí, muchas veces, cuando me preguntaban sobre mi afiliación: ¨Yo soy de la religión adventista¨.

No veía que la Iglesia primitiva se presentara a sí misma, como religión; Cristo tuvo choque con gente religiosa. De hecho, fueron sus más acérrimos opositores.

Había algo más que prácticas y liturgias, pero, yo aún no sabía definir bien qué podía ser.

(Santiago hizo uso del término cuando señalaba a los que se declaraban religiosos y por eso les dijo: ¨La religión pura y sin mancha delante de Dios es esta¨... Y procedió no a mencionar una denominación, sino una actitud que debía tener quien se aferrara a la idea de ser religioso... ¨es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo¨. En otras palabras... ¿Insisten en ser religiosos?, pues, hagan esto. Santiago 1:26-27 )

Fué más fácil para mí, y creo que lo es para todo religioso, establecer un código de conducta basado en normas únicamente, y distanciarme de lo que se saliera de los marcos propios de la religión; aún cuando pareciera tener algo de virtud en si. El marco religioso facilitaba esa zona de ¨confort¨.

La casa que empleábamos como templo, quedaba sobre una cuesta, bastante cerca de la plaza pública de Hormigueros y fueron muchas las veces en que la Iglesia pentecostal, pidió permisos, para llevar a cabo campañas de evangelismo desde la tarima de dicha plaza. Las mismas duraban usualmente tres días. Yo notaba, la espontaneidad en los servicios pentecostales desde esa plaza, ya que se escuchaba relativamente claro desde nuestra casa; y las alabanzas, las repentinas alabanzas, no me parecían religión.

Eran extraños. Alababan demasiado, (pensábamos nosotros), y eso no era de buen gusto para una buena religión. Nuestras religiosas mentes no veían aquello como algo apetecible, ya que parecía desorden; y además, ser más comedidos al alabar, nos conservaba el prestigio adquirido; pero nos quedaba la sensación de que le tenían más confianza a Dios que nosotros. Pero estas cosas, se callaban.

El adventismo, debe mucho de su silueta y masa a los escritos de Elena G. De White. Ésta se tomó de su tiempo para cincelar, con sus escritos llenos de supuestas visiones, desde el nombre de la organización, hasta la manera en que se debe adorar a Dios.

En uno de ¨sus¨ libros, Joyas de los testimonios tomo 1, página 80, de un escrito del año 1861,
aseveró ella:

¨Recibí una revelación acerca de la adopción de un nombre por el pueblo
remanente.¨ Añade en el mismo escrito- ¨ No podríamos elegir un nombre más apropiado que el que concuerda con nuestra profesión, expresa nuestra fe y nos señala como pueblo peculiar. El nombre adventista del séptimo día es una reprensión permanente para el mundo protestante. En él se halla la línea de demarcación entre los que adoran a Dios y los que adoran la bestia y reciben su marca.¨

Ella estableció, como estaca para amarrar la tienda que ampara al que
busca la verdad , el nombre de la organización. Concluyó con la supuesta
revelación divina, diciendo en el mismo escrito:
¨ Me fue mostrado que casi todo anático que surge y que desea ocultar sus sentimientos a fin de arrastrar a otros, asevera pertenecer a la iglesia de Dios.¨


Con declaraciones así, y asegurando que Dios mismo se le había revelado con esto, sus escritos se tornaron y se han tornado en guía de conducta religiosa para la organización.
Lo fue para nosotros. Hubieron cientos de sermones que abundaron en citas de sus libros.

Los pastores adventistas, no se hubieran atrevido a objetar a las demarcaciones puestas por Elena; mucho menos la felígresía. Por lo que vivíamos, o por lo menos, tratábamos de vivir la religión lo más cerca posible a ellas.

En el área de la adoración y de la música, ella de igual manera demarcó. En uno de sus escritos expresó:
¨Las cosas que tú has descrito que están tomando lugar en Indiana, el Señor me ha mostrado que tomaría lugar…¨ Continúa diciendo- …¨Habrá gritos, con tambores, música y danza.¨ – Y unas líneas más adelante añade- ¨El Espíritu Santo nunca se revela a sí mismo con esos métodos, en tal locura de ruido¨.

Esto lo expresó ella, comentando sobre unos servicios de avivamiento que se celebraban en ese estado y en donde abundaba la adoración espontánea, acompañada de instrumentos.
Esto que ella mencionaba, y que enfatizaron líderes adventistas posteriormente, establecia el fundamento para limitar nuestras expresiones de alabanza, a un rotundo, Amén.
Estaba fuera de lugar exclamar, por ejemplo, ¨Aleluya¨.

Los pastores citaban líneas como éstas, para dejarnos dicho qué se podía usar como expresión de adoración y qué no.

Hubieron ocasiones en que mientras celebrábamos la reunión en el templo, se oían los cánticos y las alabanzas que elevaban en la plaza los pentecostales, y movíamos los pies inconscientemente. Una vez el pastor nos llamó la atención por ello.

Notaba los salmos de la Biblia, llenos de invitación y amonestación a la alabanza. Alabanza que en su contexto, no se limitaba a un amén, ni a un simple murmullo; pero el espíritu de profecía (Elena), y los ministros, habían hablado.

Lo acepté, tranquilamente, pues, ser religioso parecía ser lo más seguro.

Termino momentáneamente esta intervención con un incidente, de los tantos, que me dejó pensando.

En una reunión, habíendo terminado de cantar, estábamos en ese lapso en el que se espera a que los que van a estar a cargo del resto del servicio, suban al estrado.
Pasados unos minutos de silencio, se oyó una voz, desde la parte central de la grey, exclamando : ¡Gloria al que vive! ¡Aleluya!

Muchos miramos en aquella dirección. Era una señora que no había visto antes, pero que había sido invitada a estar allí por un hermano adventista. Al ver que la mirábamos de esa manera, preguntó : ¿Qué? ¿Aquí no alaban a Dios?

Un anciano adventista, volteó su cuerpo completamente hacia ella y le dijo:
Mas Jehová esta en su santo templo, calle delante de Él toda la tierra.
La señora entonces dijo- Pues si aquí no alaban al Señor, aquí yo no vuelvo.
Se levantó, y cumplió su determinación.

Yo quedé impactado. Sí, como joven adventista aquello me parecía una intromisión por parte de la señora, pero, qué libre de prejuicios, qué convicción noté en ella.
Tanto, que hasta el día de hoy, lo recuerdo claramente.

Lejos de mí estaba que años despúes, iba yo a estar adorando con la misma libertad, fe, gratitud y entendimiento, que vi en aquel rostro.



Continuará., Dios mediante.


Copyright2009 Erskine




En Cristo y en su amor....Erskine.



¡Bendito sea su Santo nombre!

Gracias por tu testimonio personal
Dios te bendiga
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Que cosa, yo tengo casi 30 años en el adventismo, y más feliz no puedo ser.

Judas también pudo haber escrito, "yo estuve en el cristianismo"-Testimonio personal-

Has citado cosas aisladas fuera de contexto para que parezca que te dan la razón. Típico método del engaño. ¿Por qué no colocas tres párrafos antes y tres párrafos después? Así se verá más claramente de lo que se está hablando.



ADVENCITO

Yo te gano Advencito; tengo mas que tu con los Adventistas y hasta ahora todo va bien y feliz, sin amarguras. Predicando cuando se presenta la opotunidad que solo Cristo salva y que muy pronto vendra en gloria y majestad. Ah y no me pagan, soy laico. Yo tengo mi trabajo. Y me gusta la musica y cantar con ganas y nadie me ha dicho oye bajale al volumen, porque se enoja la Sra. White.

Ademas pues tu sabes que hay diversas iglesias que no son adventistas y son mas conservadoras en la musica que nosotros, pero quien eres tu o yo
para criticarlas. ah y a ellos no les dijo la Sra. White que cantaran asi.
Que ironia.


Saludos y adelante.


Atte. Marcelino.
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Anda y ve cuenta cuan grandes cosas a hecho Dios contigo.
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

En este, mi testimonio, cuando hago preguntas, no las hago a nadie acá en particular, son preguntas que me llegué a hacer siendo adventista. (Hay secciones en el foro para eso, si aún las tuviera.)
Pero a esas preguntas que me hice, aún cuando era maestro adventista, sus respuestas, ya las tengo, gracias a Dios.

Retomando la temática: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.), continuamos.

(Continuación.)


Ya bautizado, abrazé la doctrina adventista con todas sus´íes¨.
Y al estar matriculado en una academia adventista, la infusión de sus creencias fue aún mayor.

Cosas que me iban¨enseñando¨, como doctrina, en relación al mundo espiritual.:

*Satanás sería eliminado, o, aniquilado al final. Dejaría de existir.
*Jesús era también un arcángel, llamado Miguel.
*El alma, sin el cuerpo, deja de ser.
*No existe un lugar de confinamiento eterno ni para los demonios, ni para los impíos.
* Satanás tiene participación en la expiación. Azazel. (Grave heregía que trataré más
adelante.)

Información ¨extra¨ que nos daban, de ¨revelaciones¨ dadas a Elena G. De White:

*Elena tuvo una visión de Satanás, y a éste, le colgaban sus carnes.
*La caída de Satanás se debió a celos que tuvo de Jesús. (Los mormones tienen algo
similar en esto)
*Jesús lloró al saber que el Padre no perdonaba a Satanás, quien a su vez se mostró
arrepentido por su rebelión.

De éstos y otros escritos, fui empapado y los tomé como fidedignos, como procedentes de Dios mismo, a pesar de que encontraba citas bíblicas que daban otra información.

Declaraciones hechas por Cristo mismo, como:... mas los que fueren tenidos por dignos
de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles...
Lucas 20:35-36ª
-las comparaba con citas de Elena, y encontraba marcados contrastes.

Pero, era tanto el énfasis que se hacía de la legitimidad de Elena, como portadora del evangelio genuino del último tiempo, que cualquier pensamiento que viniera a mi, de duda, en cuánto a ella o a sus declaraciones, lo esquivaba. Después de todo, nos enseñaron que ella era el espíritu de profecía que Juan menciona en Apocalipsis 19.

Si de ella se profetizaba en el último libro de la Biblia, entonces, sus escritos, tenían autoridad como fuente de consulta y enseñanza.

Me sentía tan identificado con el adventismo, y la religión que ahora profesaba, que poco a poco fui tomando la forma de un orador adventista. La serie en libros de ¨Bellas historias de la Biblia¨, la leí completa. Y mi convicción de que ser adventista, era ser del pueblo verdadero, la comenzé a plasmar en mis primeros poemas. Uno de los más antiguos, de mi autoría, tiene una pequeña estrofa al final que dice:
...Quizás por alguna ignorancia,
o porque no existiera,
el lugar de la esperanza,
la Iglesia del Séptimo día.

A los 12 años, ya me perfilaba como un predicador del movimiento, en la iglesia local.
PredicandoPequeno2.jpg


En esta foto, aparezco predicando en una iglesia adventista de Puerto Rico, durante mi niñez. Entre mi familia hay por lo menos 3 fotos más, en las que fui captado en predicaciones, en otras iglesias de la misma religión. Las predicacciones fueron más de las que las fotos testifican, e inclusive, a los 15 años, y luego a los 16 y 17, llegué a predicar en iglesias adventistas, en el estado de New Jersey, en los Estados Unidos.

Yo era extremadamente tímido, cómo señalé en unas notas previas, pero Dios usó esos momentos de exposición pública, para ayudarme a superar lentamente ese obstáculo.
Dentro de todo, Dios pesa los corazones, y va obrando, hasta perfeccionar su plan y obra. Y agradezco al Señor profundamente por eso; por su paciencia y fidelidad, tratando con un niño, que aunque ya comenzaba a defender una causa religiosa , en todo caso, adventista, no lo soltaría, y la misma hambre de la Palabra que Él provocara en ese joven, lo llevaría finalmente a abrir sus ojos.

Aún conservo, hasta donde he hallado, cuatro mensajes de los que llegué a predicar como adventista, en mi niñez, y posteriormente, como joven.

Aquí comparto una copia de una página, de uno de esos mensajes.


notamensajeadventista2.jpg


Notarán cómo hago mención del espíritu de profecía. Era casi normativo, citar partes de los escritos de Elena G. De White, o menciones de ella, en los sermones predicados. Un buen predicador adventista, eso hacía. Yo quería hacer lo mismo, no por imitación, sino porque creia de todo corazón que era lo correcto e indicado.

Obviamente que el envolvimiento cercano con el adventismo incluyó de igual manera a mis hermanos de sangre. Uno de mis hermanos, y una de mis hermanas, de los mayores, llegaron de igual manera a predicar como adventistas. Con el resto, nos unimos para formar un grupo musical al que mi madre puso el nombre de: Estrellas de Luz.

Pienso que fueron momentos que todos en casa valoramos, porque pudimos exteriorizar nuestros talentos; pudimos tener una noción de lo que es llevar una misión, aun cuando ésta no fuera ubicada correctamente durante esa etapa. Mi hermano mayor tocaba la guitarra, y todos cantábamos a voces. Nueve hermanos; cinco niñas y cuatro varones.

Las edades nuestras, durante ese tiempo como grupo musical adventista, rondaban entre los 5 años hasta los 19. Yo tenía como 12 al iniciarse el grupo.

Más adelante, en nuestros viajes y presentaciones dentro de la isla, alternábamos los cánticos con sermones que este servidor llevaba. Sin altivez digo que llegamos a causar sensación dentro de los círculos de la religión. Y el ver a un niño, flaquito, de ojos grandes, predicar con cierta soltura y formalidad, en reuniones del servicio especial del sábado, era algo que se comentaba.

Con el tiempo, hubo quienes se interesaron en hacer de mí un ministro adventista.
Aún faltaba tiempo para esa oferta, pero Dios tenía de antemano otro plan.
Plan que de haberlo dado Dios a conocer, en ese tiempo, ni en la mente mía, ni en la de mi madre, o de mis pastores adventistas, hubiera sido bien recibido.


Desconocía lo que era ser lleno del Espíritu de Dios. Desconocía lo que era predicar bajo inspiración divina y con poder o señales innegables de su respaldo y aprobación.


A su tiempo, su plan y su manera, en su paciencia, Dios lo haría saber.




Continuará, Dios mediante.


Copyright2009 Erskine
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

(Continuación.)



La repetición de citas de Elena G de White, en sermones que deberían haberse concentrado más en la Palabra de Dios, calaron tan profundo en nuestras mentes, que cuando veíamos citas de la Biblia, mostrando algo diferente a lo que Elena decía, dábamos más crédito a lo que ella había dicho, que a la Palabra.

Utilizando un ejemplo de los tantos: Nos habían leído de una ¨visión¨ que Elena había tenido, en la que Dios le había mostrado el aspecto y estado de Satanás.

"Luego se me mostró a Satanás tal como había sido antes: un ángel excelso y feliz. Después se me lo mostró tal como es ahora. Todavía tiene una regia figura. Todavía son nobles sus facciones, porque es un ángel caído. Pero su semblante denota viva ansiedad, inquietud, desdicha, malicia, odio, falacia, engaño, y todo linaje de mal. Me fijé especialmente en aquella frente, que tan noble fuera. Comienza a inclinarse hacia atrás desde los ojos. Vi que se viene dedicando al mal desde hace tanto tiempo que en él las buenas cualidades están degradadas, y todo rasgo malo se ha desarrollado. Sus ojos, astutos y sagaces, denotaban profunda penetración. Su cuerpo era grande; pero las carnes le colgaban fláccidas en la cara y las manos. Cuando lo vi, tenía apoyada la barbilla en la mano izquierda. ". (Spiritual Gifts, Vol. 1, p. 27).

Sin embargo, leíamos versos en la Biblia en la que nos daba otra información acerca de la naturaleza de ese ángel caído y demás ángeles. Eran de naturaleza espíritual.

¨En los cuáles anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia...¨ Efesios 2:2

¨Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.¨ Juan 13;27

¨Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes Efesios6:12


Los ángeles, incluyendo al diablo, son de naturaleza espiritual. Ángeles al fin.
Pero Elena había dicho que Dios le había revelado que a Satanás le colgaban sus carnes.

Entienda que porque me empapaban tanto del carácter profético de esa mujer, como voz infalible del último tiempo, me era natural ignorar las contradicciones que notaba al compararlas con la Biblia.
¿Cómo puede ser su estado carne, si es espíritu? Pero cerraba mis ojos, y, creía a la profeta.

Yo defendía la profecía de ella, ignorando los argumentos que empleaban mis opositores pentecostales, aún cuando se guiaban solamente de la biblia. En sí, tenía preeminencia lo que ella decía en sus libros. Jesús era señor, entendíamos, pero Elena era algo especial.

(Este es uno de los daños serios que se hacen a los jóvenes, cuando se les enfoca más a un individuo, o ideología que pretende ser sana, que al Salvador de este perdido mundo.
Se cierra uno a ver, lo que claramente lee. Y esto es muy serio. Esto es hacer tropezar; y según una sentencia del Señor Jesucristo mismo, mejor le fuera al tal maestro, guía o líder engañador, quitarse la vida.)


Jesús, era adventista. Así me lo había enseñado la religión adventista. De seguro, sus doctrinas concordaban con Elena y sus escritos.

Pero en una ocasión, mientras estudiaba en la Academia Adventista, en la clase de religión, se leyó este verso:

¨ También les dijo (Jesús): El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado Marcos 2:27-28

Estos son los momentos en los que recuerdo, que citas bíblicas me impactaban profundamente. Yo no estaba en rebelión; era un joven adventista, contento de serlo. No estaba buscando una excusa para sublevarme. No me incomodaba la organización. Todo parecía normal y racional. Pero me detuve a releer esos versos. La maestra siguió con la clase que enfocó más en las críticas de los enemigos de Cristo.

Ví dos cosas, en esos instantes que duró mi impacto.
El hombre no se debía al sábado, sino al revez.
Y la otra cosa que noté, leyendo allí, fue que Cristo era Señor hasta del día de reposo.

Había entendido que el ser Señor de algo o alguien, denotaba, indicaba, autoridad y poder sobre ese alguien. Fue la primera vez que ví a Cristo mayor que el sábado.

Dios seguía tratando con mi corazón. Pero recordaba lo que Elena había escrito. Recordaba que según ella, los ángeles tomaban nota de quienes guardaban el sábado, pero, y esto lo razono yo luego, no parecían tomar nota con el mismo interés y diligencia, de los que honraban a Cristo fervorosamente.

El sábado era tema sagrado. Las revistas adventistas como el Centinela dedicaban en sus artículos más espacio a los temas prosalud, misiones adventistas, el cuarto mandamiento, que a la persona de Cristo mismo. ¿Y qué decir del Espíritu Santo?

Cerré el libro. miré hacia el suelo, y aunque no lo meditara más por un tiempo, me quedaban claras esas palabras... el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado.

Un nuevo pastor tomaria la dirección de la iglesia en Hormigueros, y con él, volví a notar más la importancia de Cristo como señor.


En Cristo....Erskine.

Continuará, Dios mediante.


Copyright2009 Erskine
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

ERSKINE:

Y ahora a que agrupacion cristiana asistes?

Ah y en que lugar?



Bendiciones.
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

ERSKINE:

Y ahora a que agrupacion cristiana asistes?

Ah y en que lugar?



Bendiciones.

Bendiciones recibidas y reciprocadas.



A su tiempo, comparto y respondo a esa pregunta.

Aunque sí, puedo responder, sin presunción, sino, por la misma seguridad que ha sostenido a todo aquel que se ha lavado y ha permanecido en la sangre del Cordero y amparado en su absoluta justicia, esto:

Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos... Apoc. 7:9


(Continuación.)


De las personas que formaban parte de la congregación adventista, hubo una que recuerdo fuera de las pocas que ví llorar, o mostrar una emoción profunda cuando relataba su conversión. Había sido atrapado, por varios años, con el alcoholismo.

Tomaré algunas letras de su apellido para referirme a él: El hermano Mina.

El hermano Mina, hasta dónde el Señor me permite recordar, era un hombre de aspecto tosco, de hablar jíbaro, de proceder determinado. Junto a su familia, su esposa y cuatro hijos, se volvería uno de los fieles adventistas en aquella grey. Él se entregó al adventismo. Creía, como creía yo, que éste era el pueblo señalado por Dios, y en muy poco tiempo llegó a formar parte del cuerpo de diáconos.

Lo que fué mostrando el hermano Mina, fue un seguimiento literal a las propuestas adventistas que iba aprendiendo. Lo comparé, años después, con Saulo de Tarso. Celoso de lo que creía, y dispuesto a defenderlo al precio que fuera. Era un sincero practicante del adventismo. Era lo que había conocido, y lo había creído.

Con muy poco tiempo fue incluido én la invisible lista de los que eran catalogados por ¨fanáticos.¨
Tuve la oportunidad de recibir consejos de Mina, en mis años de adolescente adventista, y nada inmoral, impropio, ilegal o fuera de lugar, percibí en ellos. Veía sinceridad en él. Era un hombre de principios que hacían olvidar su tosquedad, ante la mente de quienes lo conocían.

Si alguien estaba falto de arte para disimular, fingir o inflar las cosas, ese era el hermano Mina.

Llegó a dedicarse tiempo después al colportaje. Y una experiencia que él tuvo, en un campo de Puerto Rico, motivó aquella llama de inquisición que Dios quería avivar en mí. Creo firmemente que el Señor usa muchos vasos para despertar a un mismo individuo; para enseñar un mismo principio, puede repetir lecciones paralelas, hasta que el que atiende, capte.

(He dicho muchas veces que Dios es el mejor maestro, pero nosotros, no siempre somos los mejores estudiantes. Prestar atención es esencial. Valorar lo que Dios reitera, es ser dócil a su Espíritu.)


El hermano Mina, estando un día en un campo, mientras subía una cuesta, se detuvo frente a una casa de dos plantas. Al pie de la escalera había un niño. Mina, quien se encontraba ese día en su tarea de colportor, le preguntó al niño por su mamá.
El niño subió la escalera, mientras llamaba a su mamá anunciándole que la buscaban.
Una vez estaban los tres en la sala de aquella casa, mientras Mina se presentaba a la señora, el niño interrumpió con una pregunta:
-Señor, ¿dónde está el hombre alto que venía con usted?
Mina le preguntó- ¿Cuál hombre?-
-El que venía caminando a su lado. El que tenía ropa blanca.-
Allí Mina comprendió, y sonriendo le dijo- Está cerca. Todavía está acá.-

Cuando yo supe de esto, hice en mi mente joven, un intercambio de ángulos que analizaba: la sinceridad de Mina, y por otra parte, la fidelidad de Dios. Un ángel acompañaba a Mina; lo grande era, que se lo hacía saber.

Este hermano mostraba fidelidad dentro de lo que conocía, y era fervoroso. Fuí percibiendo lentamente, que él no era religioso, y lo que sí era, parecía tan extraño para la mayoría dentro del adventismo local, que concluían que se trataba de fanatismo. Hubieron momentos en el futuro, en que el hermano Mina, parecía más un pentecostal, que un adventista.

Mina era como un Cornelio; caminaba la milla extra dentro del colportaje, buscaba la lata extra para llenar, cuando llegaba el tiempo de la recolección (Campaña adventista anual para colectar fondos.). Y lo hacía, porque creía sinceramente, que esto agradaba al Señor, y era deber de todo buen adventista.
Dios, que es leal y cumple sus promesas, se revelaría a Mina años después, pero por el momento, en un proceso que algunos tildarían de tedioso, iba haciendo vivo el mensaje del Nuevo Testamento en el corazón de este hombre, y en el corazón de los que meditaban en la intervención divina.

Traigo esto dentro de mi testimonio como ex-adventista y como siervo de Jesucristo, ya que el sincero fervor al buscar a Dios, provoca que Él manifieste de su gracia palpablemente. Y cuando eso ocurre, el corazón religioso, como el mío en mis inicios, puede tornarse en uno de devoción.

¨ Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros...¨
Santiago 4:8a

El hermano Mina fue uno de esos que Dios usó, para despertar en mí una mirada más cercana a un Dios más real y cercano, que el que el pensamiento ¨helenista¨ o religioso me presentaba.
No por el testimonio de aquel día, sino, por su testimonio diario.

El gustaba leer pasajes del Nuevo Testamento, y de ahí citaba mucho, cuando compartía en sus sermones.
En algún momento se le revelaría el acto de sacrificio de Cristo en toda su extensión.

Me inspiraban las intervenciones de ese tipo. Me llevaban a releer las historias ilustradas en la serie de tomos, Y a concluir- Después de todo, Dios sí está cerca.-

Con el tiempo, el hermano Mina partió hacia los Estados Unidos y no lo volvería a ver mas, hasta una memorable tarde, años después. Tarde en la que al mismo tiempo, estaba amaneciendo en mi vida la comprensión del evangelio de gracia. Sobre esto trataré más adelante.

Durante mi tiempo como adventista, llegé a conocer aproximadamente, cinco pastores y tres practicantes, que pasaron por la grey y presidieron la misma.
La organización los rotaba cada cierto tiempo. Y aún cuando cada individuo, tiene su personalidad y estilo al hacer las cosas, todos, sin excepción, tenían la misma formación a la hora de compartir sus sermones. Eran cargados de citas de lo que se llamaba ¨Espíritu de profecía¨, osea, los escritos de Elena.

Uno en particular lo haría. Uno que como Mina, era fervoroso en lo que hacía y en su pastorado adventista.
Y lejos estaba de mi, que con ese siervo Dios trataría personalmente, y con nosotros, cerraría él su carrera ministerial dentro de la religión que profesábamos.

Acercándonos a tratar ese episodio, Dios mediante, continuará.


En Cristo y en su efectiva y perfecta sangre.....Erskine.


Copyright2009 Erskine
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Bendiciones amados en Cristo. Acá de vuelta, por la gracia del Señor.

Gracias sinceras por aquellos que oran a favor de los vasos de barro.

(Continuación.)

¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. Isa 8:20


Este llegó a convertirse en uno de los versos que más emplearon mis ¨maestros adventistas¨, cuando acudía con una pregunta sincera, a una observación honesta.

Cómo indiqué en uno de los capítulos de este testimonio, en la plaza de mi pueblo, regularmente, se reunían las congregaciones pentecostales- evangélicas a compartir servicios al aire libre, o, campañas de evangelismo. Vivía bastante cerca de la plaza, y por lo tanto, en ocasiones, se alcanzaba a escuchar desde el balcón de mi casa, los cánticos y las alabanzas que elevaba aquel pueblo a Dios.
Fueron varias las veces que como muchacho curioso, iba hasta la plaza a oir y ver lo que allí se presentaba.

Como adventista que era, había preguntado sobre la situación de las congregaciones pentecostales, a mis líderes. ¿Qué de ellos? Se ven sinceros, y hablan de Cristo, ¿son salvos?
Las explicaciones más gastadas eran, regularmente, no tomadas de la Palabra, sino que eran tomadas de explicaciones científicas y trozos de los escritos de Elena G. White.

La excepción era la porción que aparece en Mat. 7:21-23 ¨Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."


La sinceridad, el servicio al Señor y fervor que notaba, por ejemplo, en una muy conocida hermana pentecostal, cuyo verdadero nombre no he dado, en el testimonio, y a la que he llamado en una sección anterior, Raquel, parecía no encajar en la explicación que me daban. Raquel, según mis maestros adventistas, no era salva, mientras comiera carne de cerdo, o no observara el sábado. Y Raquel, según las explicaciones dadas, debía ser influenciada por algún demonio.

Pero... ¿y los testimonios?

Estando en aquella plaza, escuchaba los testimonios de sanidades, hogares restaurados, personas liberadas de demonios y vicios, y en mi mente joven, me hacía preguntas. Las hacía por esas intervenciones sobrenaturales que repetidamente escuchaba, y en ocasiones, de las mismas personas que vivieron la experiencia.

Si tenía un choque con la espontánea manifestación de alabanza de aquel pueblo, pues, como he escrito antes, éramos religiosos. Me incomodaba aquello que podía adjudicar a exageradas expocisiones emocionales, cómo eran de igual manera, el hablar en lenguas del pueblo pentecostal. Aun cuando había leído de eso en la Biblia. A esas manifestaciones, si podía encajar en las explicaciones científicas, sicológicas, etc, que daban algunos invitados conferencistas adventistas a nuestras reuniones. Ellos explicaban que eso que se veía entre movimientos carismáticos no adventistas, era producto de experiencias de la mente, y en el peor y peligroso de los casos, influencias demoniácas.

Y a la hora de buscar respaldo ¨divino¨ a sus explicaciones, echaban mano a escritos de Elena. Uno de ellos, de unas notas del 1864, dice:
"Algunos de ellos han ejercitado lo que llaman dones, y dicen que el Señor los ha puesto en la iglesia. Tienen una jerigonza incomprensible y sin sentido que ellos llaman la lengua desconocida no sólo para los hombres, sino para Dios y todo el cielo. Tales dones son fabricados por hombres y mujeres, ayudados por el gran engañador. El fanatismo, la excitación falsa, el falso hablar en lenguas, y actividades ruidosas han sido consideradas dones que Dios ha puesto en la iglesia. Algunos han sido engañados aquí. Los frutos de todo esto no han sido buenos" (SG 4b:153)

Un término que aprendí como adventista, que según los ¨maestros¨, era lo que en realidad ocurría con los pentecostales, fue el de ¨glosolalia¨. ¿La definición? Emitir palabras o frases sin sentido y velozmente, bajo un trance, o bajo ataques de equizofrenia.

Yo lo creí. Nos lo estaban diciendo conferencistas adventistas de renombre, y Elena, parecía haber recibido la misma explicación desde el cielo mismo.
Como religioso adventista y sincero que era, rechazé de una vez esas dos manifestaciones, de las que ahora podía explicar su procedencia.

Pero quedaba un problema. Por lo menos, algo que no podía negarse.

Por años ha sido bien conocido en mi país, Puerto Rico, el testimonio del evangelista Yiye Avila. Sus campañas de evangelismo han sido evidenciadas como sobrenaturales, por la cantidad de centenas de personas que han recibido milagros de sanidad significativos. En una que otra ocasión, ¨accidentalmente¨, llegamos a escuchar algún mensaje de este siervo por la radio, previa a nuestra conversión adventista.
Los milagros eran hechos en el nombre de Jesús, por la predicación de un hombre que no era definitivamente adventista.
Hablaba la jerigonza, como Elena había llamado al hablar en otras lenguas en los servicios; comía alimentos que en Levítico 11 habian sido declarados alguna vez, como inmundos; predicaba de un rapto (Cosa que niega rotundamente el adventismo) y no exaltaba al sábado.

¿Entonces? ¿Por qué ese respaldo de poder, tan marcado en sus campañas?

Dios estaba tratando conmigo. Llevándome a observar y a preguntarme.

Dios no ciega a los hombres, la religión, sí. Dios no pone trabas para que el hombre se acerque a Él, y en esa experiencia, le conozca de veras; la religión te hace un molde que limita el tamaño de Dios, y la oportunidad del hombre de crecer en una experiencia real con Dios, se trunca, ya que tropieza con el molde religioso establecido.

Le pregunta, con el tiempo volvía a surgir. Pastor... ¿Por qué si no son adventistas, y parecen ser equizofrénicos, reciben tantos milagros? Aparte de que volvían a citarme a Mateo 7, daban explicaciones como:
*Eran sugestiones mentales, y la gente era manipulada para pensar que habían sido sanados.
*El poder de la mente era capaz de lograr maravillas.
*Eran milagros arreglados.
*Se les pagaba a la gente para fingirse enfermos.

Y aunque si hayan estancias en lo que se dan casos no genuinos, ¿cómo explicaban las sanidades hechas a niños de cuna? Niños que no pueden ser manipulados mentalmente, ni seducidos por dinero. Niños que habían sido sanados de males palpables e incurables. O personas deshauciadas, sin ánimo para entrar en sugestiones mentales, que eran milagrosamente sanados en el nombre de Jesús.

Ante los milagros que no podían negarse, llegaron finalmente a decir algo cuya gravedad no asimilé en el momento, y que yo mismo empleé en mi defensa como adventista:

¨Son milagros hechos por Satanás.¨

(Si había escuchado de milagros aparentes, hechos en ritos en donde se adoraba a algun ídolo, o en dónde se evocaba a algún personaje de la biblia que no fuera el Señor Jesús, pero, acá no habían ídolos. Y acá sí se ecovaba el nombre que es sobre todo nombre.)


-¿Cómo los que se hacen en la santería, brujería, espiritismo y otras prácticas satánicas?-

-¨Sí. Son milagros de Satanás.¨-


La gravedad de esa declaración, vine a entenderla años después, cuando leía con entendimiento aquel evento en el que acusaban a Cristo, de hacer milagros por el poder de Satanás:

¨Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera, que el ciego y mudo veía y hablaba. Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? Mas los fariseos, al oirlo, decían: Este no echa fuera los demonios, sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?
Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿ por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
Pero si por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
Porque, ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? y entonces podrá saquear sus casa.
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no será les será perdonada.
A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero.¨
Mateo 12: 22-32

Entonces, era oficial. Si eran milagros hechos por medio de personas que no guardaban el ¨sabaot¨ semanal, o que consumían carne de cerdo, conejo, etc, Y no era del verdadero pueblo de Dios, que según Elena, era el adventista. Aún cuando fueran portentos innegables, eran hechos por el poder de Satanás.


Llegué a conocer personalmente a gente en cuyas vidas y cuerpos Dios se habia manifestado con algúna maravilla. Y si resultaba que el vaso usado no era adventista, acataba en mi mente, que Satanás era quien había hecho tal bien. Aunque en mi corazón sentía que algo no cuadraba.

¡Que sorpresa para mí! Y a la vez,,, ¡qué contraste irónico!

Las campañas al aire libre predicadas por un hombre que parecía sincero, y respaldadas por miles de personas de oración, y por un poder sobrenatural, eran en realidad satánicas, según lo que me explicaron.

Pero... ¿Nosotros, los adventistas? ¿Dónde está ese poder, y los milagors? Si somos el pueblo verdadero, ¿por qué no se ve ese poder?

Una respuesta que se me dió a eso fue que el mayor milagro era la conversión de un alma. Cierto. Pero con eso cerraban cualquier otra posible causa a del porqué en el adventismo no se veía el poder de Dios.
Pensaba,,, Dios no hace casi milagros,,, y Satanás los hace por decenas.

Algo no estaba bien. Fue entonces que se nos iba enseñando, el verso con el que comenzé esta intervención del testimonio.

-Pero el hermano al convertirse dejó el vicio, y ahora se congrega con los pentecostales.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

-Era un cancer terminal, y al evangelista orar por él, fue confirmado por el doctor que la enfermedad había desaparecido.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

-Era loco, y ahora está cuerdo cuando pasó al frente en la campaña evangélica.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

Acepté lo que me explicaron. No ciegamente. Pues veía algo; Y aceptar tales argumentos adventistas, en contra de lo que parecía evidenciar legitimidad de mano Divina entre el pueblo evangélico, denotaba que yo confiaba en lo que Elena era, según sus prerrogativas ¨proféticas¨ y en lo que mis guías adventistas me enseñaban. Era un sincero religioso adventista.

Pero había visto. Había visto el cambio innnegable de personas que no estaban afiliadas al adventismo. Y no estaban desquiciados.

Concilié lo mejor que pude, esos actos no humanos y milagrosos, con la explicación que se me entregaba.

Y sin dejar de ser un sincero religioso y un fervoroso adventista, hice como María. Guardé estas cosas en mi corazón.


Continará Dios mediante.



En Cristo...Erskine.




Copyright2009 Erskine
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

ERSKINE:

Y ahora a que agrupacion cristiana asistes?

Ah y en que lugar?



Bendiciones.
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Bendiciones amados en Cristo. Acá de vuelta, por la gracia del Señor.

Gracias sinceras por aquellos que oran a favor de los vasos de barro.

(Continuación.)

¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. Isa 8:20


Este llegó a convertirse en uno de los versos que más emplearon mis ¨maestros adventistas¨, cuando acudía con una pregunta sincera, a una observación honesta.

Cómo indiqué en uno de los capítulos de este testimonio, en la plaza de mi pueblo, regularmente, se reunían las congregaciones pentecostales- evangélicas a compartir servicios al aire libre, o, campañas de evangelismo. Vivía bastante cerca de la plaza, y por lo tanto, en ocasiones, se alcanzaba a escuchar desde el balcón de mi casa, los cánticos y las alabanzas que elevaba aquel pueblo a Dios.
Fueron varias las veces que como muchacho curioso, iba hasta la plaza a oir y ver lo que allí se presentaba.

Como adventista que era, había preguntado sobre la situación de las congregaciones pentecostales, a mis líderes. ¿Qué de ellos? Se ven sinceros, y hablan de Cristo, ¿son salvos?
Las explicaciones más gastadas eran, regularmente, no tomadas de la Palabra, sino que eran tomadas de explicaciones científicas y trozos de los escritos de Elena G. White.

La excepción era la porción que aparece en Mat. 7:21-23 ¨Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."


La sinceridad, el servicio al Señor y fervor que notaba, por ejemplo, en una muy conocida hermana pentecostal, cuyo verdadero nombre no he dado, en el testimonio, y a la que he llamado en una sección anterior, Raquel, parecía no encajar en la explicación que me daban. Raquel, según mis maestros adventistas, no era salva, mientras comiera carne de cerdo, o no observara el sábado. Y Raquel, según las explicaciones dadas, debía ser influenciada por algún demonio.

Pero... ¿y los testimonios?

Estando en aquella plaza, escuchaba los testimonios de sanidades, hogares restaurados, personas liberadas de demonios y vicios, y en mi mente joven, me hacía preguntas. Las hacía por esas intervenciones sobrenaturales que repetidamente escuchaba, y en ocasiones, de las mismas personas que vivieron la experiencia.

Si tenía un choque con la espontánea manifestación de alabanza de aquel pueblo, pues, como he escrito antes, éramos religiosos. Me incomodaba aquello que podía adjudicar a exageradas expocisiones emocionales, cómo eran de igual manera, el hablar en lenguas del pueblo pentecostal. Aun cuando había leído de eso en la Biblia. A esas manifestaciones, si podía encajar en las explicaciones científicas, sicológicas, etc, que daban algunos invitados conferencistas adventistas a nuestras reuniones. Ellos explicaban que eso que se veía entre movimientos carismáticos no adventistas, era producto de experiencias de la mente, y en el peor y peligroso de los casos, influencias demoniácas.

Y a la hora de buscar respaldo ¨divino¨ a sus explicaciones, echaban mano a escritos de Elena. Uno de ellos, de unas notas del 1864, dice:
"Algunos de ellos han ejercitado lo que llaman dones, y dicen que el Señor los ha puesto en la iglesia. Tienen una jerigonza incomprensible y sin sentido que ellos llaman la lengua desconocida no sólo para los hombres, sino para Dios y todo el cielo. Tales dones son fabricados por hombres y mujeres, ayudados por el gran engañador. El fanatismo, la excitación falsa, el falso hablar en lenguas, y actividades ruidosas han sido consideradas dones que Dios ha puesto en la iglesia. Algunos han sido engañados aquí. Los frutos de todo esto no han sido buenos" (SG 4b:153)

Un término que aprendí como adventista, que según los ¨maestros¨, era lo que en realidad ocurría con los pentecostales, fue el de ¨glosolalia¨. ¿La definición? Emitir palabras o frases sin sentido y velozmente, bajo un trance, o bajo ataques de equizofrenia.

Yo lo creí. Nos lo estaban diciendo conferencistas adventistas de renombre, y Elena, parecía haber recibido la misma explicación desde el cielo mismo.
Como religioso adventista y sincero que era, rechazé de una vez esas dos manifestaciones, de las que ahora podía explicar su procedencia.

Pero quedaba un problema. Por lo menos, algo que no podía negarse.

Por años ha sido bien conocido en mi país, Puerto Rico, el testimonio del evangelista Yiye Avila. Sus campañas de evangelismo han sido evidenciadas como sobrenaturales, por la cantidad de centenas de personas que han recibido milagros de sanidad significativos. En una que otra ocasión, ¨accidentalmente¨, llegamos a escuchar algún mensaje de este siervo por la radio, previa a nuestra conversión adventista.
Los milagros eran hechos en el nombre de Jesús, por la predicación de un hombre que no era definitivamente adventista.
Hablaba la jerigonza, como Elena había llamado al hablar en otras lenguas en los servicios; comía alimentos que en Levítico 11 habian sido declarados alguna vez, como inmundos; predicaba de un rapto (Cosa que niega rotundamente el adventismo) y no exaltaba al sábado.

¿Entonces? ¿Por qué ese respaldo de poder, tan marcado en sus campañas?

Dios estaba tratando conmigo. Llevándome a observar y a preguntarme.

Dios no ciega a los hombres, la religión, sí. Dios no pone trabas para que el hombre se acerque a Él, y en esa experiencia, le conozca de veras; la religión te hace un molde que limita el tamaño de Dios, y la oportunidad del hombre de crecer en una experiencia real con Dios, se trunca, ya que tropieza con el molde religioso establecido.

Le pregunta, con el tiempo volvía a surgir. Pastor... ¿Por qué si no son adventistas, y parecen ser equizofrénicos, reciben tantos milagros? Aparte de que volvían a citarme a Mateo 7, daban explicaciones como:
*Eran sugestiones mentales, y la gente era manipulada para pensar que habían sido sanados.
*El poder de la mente era capaz de lograr maravillas.
*Eran milagros arreglados.
*Se les pagaba a la gente para fingirse enfermos.

Y aunque si hayan estancias en lo que se dan casos no genuinos, ¿cómo explicaban las sanidades hechas a niños de cuna? Niños que no pueden ser manipulados mentalmente, ni seducidos por dinero. Niños que habían sido sanados de males palpables e incurables. O personas deshauciadas, sin ánimo para entrar en sugestiones mentales, que eran milagrosamente sanados en el nombre de Jesús.

Ante los milagros que no podían negarse, llegaron finalmente a decir algo cuya gravedad no asimilé en el momento, y que yo mismo empleé en mi defensa como adventista:

¨Son milagros hechos por Satanás.¨

(Si había escuchado de milagros aparentes, hechos en ritos en donde se adoraba a algun ídolo, o en dónde se evocaba a algún personaje de la biblia que no fuera el Señor Jesús, pero, acá no habían ídolos. Y acá sí se ecovaba el nombre que es sobre todo nombre.)


-¿Cómo los que se hacen en la santería, brujería, espiritismo y otras prácticas satánicas?-

-¨Sí. Son milagros de Satanás.¨-


La gravedad de esa declaración, vine a entenderla años después, cuando leía con entendimiento aquel evento en el que acusaban a Cristo, de hacer milagros por el poder de Satanás:

¨Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera, que el ciego y mudo veía y hablaba. Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? Mas los fariseos, al oirlo, decían: Este no echa fuera los demonios, sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?
Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿ por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
Pero si por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
Porque, ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? y entonces podrá saquear sus casa.
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no será les será perdonada.
A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero.¨
Mateo 12: 22-32

Entonces, era oficial. Si eran milagros hechos por medio de personas que no guardaban el ¨sabaot¨ semanal, o que consumían carne de cerdo, conejo, etc, Y no era del verdadero pueblo de Dios, que según Elena, era el adventista. Aún cuando fueran portentos innegables, eran hechos por el poder de Satanás.


Llegué a conocer personalmente a gente en cuyas vidas y cuerpos Dios se habia manifestado con algúna maravilla. Y si resultaba que el vaso usado no era adventista, acataba en mi mente, que Satanás era quien había hecho tal bien. Aunque en mi corazón sentía que algo no cuadraba.

¡Que sorpresa para mí! Y a la vez,,, ¡qué contraste irónico!

Las campañas al aire libre predicadas por un hombre que parecía sincero, y respaldadas por miles de personas de oración, y por un poder sobrenatural, eran en realidad satánicas, según lo que me explicaron.

Pero... ¿Nosotros, los adventistas? ¿Dónde está ese poder, y los milagors? Si somos el pueblo verdadero, ¿por qué no se ve ese poder?

Una respuesta que se me dió a eso fue que el mayor milagro era la conversión de un alma. Cierto. Pero con eso cerraban cualquier otra posible causa a del porqué en el adventismo no se veía el poder de Dios.
Pensaba,,, Dios no hace casi milagros,,, y Satanás los hace por decenas.

Algo no estaba bien. Fue entonces que se nos iba enseñando, el verso con el que comenzé esta intervención del testimonio.

-Pero el hermano al convertirse dejó el vicio, y ahora se congrega con los pentecostales.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

-Era un cancer terminal, y al evangelista orar por él, fue confirmado por el doctor que la enfermedad había desaparecido.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

-Era loco, y ahora está cuerdo cuando pasó al frente en la campaña evangélica.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

Acepté lo que me explicaron. No ciegamente. Pues veía algo; Y aceptar tales argumentos adventistas, en contra de lo que parecía evidenciar legitimidad de mano Divina entre el pueblo evangélico, denotaba que yo confiaba en lo que Elena era, según sus prerrogativas ¨proféticas¨ y en lo que mis guías adventistas me enseñaban. Era un sincero religioso adventista.

Pero había visto. Había visto el cambio innnegable de personas que no estaban afiliadas al adventismo. Y no estaban desquiciados.

Concilié lo mejor que pude, esos actos no humanos y milagrosos, con la explicación que se me entregaba.

Y sin dejar de ser un sincero religioso y un fervoroso adventista, hice como María. Guardé estas cosas en mi corazón.


Continará Dios mediante.



En Cristo...Erskine.




Copyright2009 Erskine

Mientras permanezcas fiel al Eterno, a buena hora!!!
Mientras no niegues las Leyes del Eterno, adelante!!
Cuidatede no irte al otro extremo.
Habemos muchos que guardamos SUS Mandamientos sin ser manipulados por una entidad
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Bendiciones amados en Cristo. Acá de vuelta, por la gracia del Señor.

Gracias sinceras por aquellos que oran a favor de los vasos de barro.

(Continuación.)

¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. Isa 8:20


Este llegó a convertirse en uno de los versos que más emplearon mis ¨maestros adventistas¨, cuando acudía con una pregunta sincera, a una observación honesta.

Cómo indiqué en uno de los capítulos de este testimonio, en la plaza de mi pueblo, regularmente, se reunían las congregaciones pentecostales- evangélicas a compartir servicios al aire libre, o, campañas de evangelismo. Vivía bastante cerca de la plaza, y por lo tanto, en ocasiones, se alcanzaba a escuchar desde el balcón de mi casa, los cánticos y las alabanzas que elevaba aquel pueblo a Dios.
Fueron varias las veces que como muchacho curioso, iba hasta la plaza a oir y ver lo que allí se presentaba.

Como adventista que era, había preguntado sobre la situación de las congregaciones pentecostales, a mis líderes. ¿Qué de ellos? Se ven sinceros, y hablan de Cristo, ¿son salvos?
Las explicaciones más gastadas eran, regularmente, no tomadas de la Palabra, sino que eran tomadas de explicaciones científicas y trozos de los escritos de Elena G. White.

La excepción era la porción que aparece en Mat. 7:21-23 ¨Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."


La sinceridad, el servicio al Señor y fervor que notaba, por ejemplo, en una muy conocida hermana pentecostal, cuyo verdadero nombre no he dado, en el testimonio, y a la que he llamado en una sección anterior, Raquel, parecía no encajar en la explicación que me daban. Raquel, según mis maestros adventistas, no era salva, mientras comiera carne de cerdo, o no observara el sábado. Y Raquel, según las explicaciones dadas, debía ser influenciada por algún demonio.

Pero... ¿y los testimonios?

Estando en aquella plaza, escuchaba los testimonios de sanidades, hogares restaurados, personas liberadas de demonios y vicios, y en mi mente joven, me hacía preguntas. Las hacía por esas intervenciones sobrenaturales que repetidamente escuchaba, y en ocasiones, de las mismas personas que vivieron la experiencia.

Si tenía un choque con la espontánea manifestación de alabanza de aquel pueblo, pues, como he escrito antes, éramos religiosos. Me incomodaba aquello que podía adjudicar a exageradas expocisiones emocionales, cómo eran de igual manera, el hablar en lenguas del pueblo pentecostal. Aun cuando había leído de eso en la Biblia. A esas manifestaciones, si podía encajar en las explicaciones científicas, sicológicas, etc, que daban algunos invitados conferencistas adventistas a nuestras reuniones. Ellos explicaban que eso que se veía entre movimientos carismáticos no adventistas, era producto de experiencias de la mente, y en el peor y peligroso de los casos, influencias demoniácas.

Y a la hora de buscar respaldo ¨divino¨ a sus explicaciones, echaban mano a escritos de Elena. Uno de ellos, de unas notas del 1864, dice:
"Algunos de ellos han ejercitado lo que llaman dones, y dicen que el Señor los ha puesto en la iglesia. Tienen una jerigonza incomprensible y sin sentido que ellos llaman la lengua desconocida no sólo para los hombres, sino para Dios y todo el cielo. Tales dones son fabricados por hombres y mujeres, ayudados por el gran engañador. El fanatismo, la excitación falsa, el falso hablar en lenguas, y actividades ruidosas han sido consideradas dones que Dios ha puesto en la iglesia. Algunos han sido engañados aquí. Los frutos de todo esto no han sido buenos" (SG 4b:153)

Un término que aprendí como adventista, que según los ¨maestros¨, era lo que en realidad ocurría con los pentecostales, fue el de ¨glosolalia¨. ¿La definición? Emitir palabras o frases sin sentido y velozmente, bajo un trance, o bajo ataques de equizofrenia.

Yo lo creí. Nos lo estaban diciendo conferencistas adventistas de renombre, y Elena, parecía haber recibido la misma explicación desde el cielo mismo.
Como religioso adventista y sincero que era, rechazé de una vez esas dos manifestaciones, de las que ahora podía explicar su procedencia.

Pero quedaba un problema. Por lo menos, algo que no podía negarse.

Por años ha sido bien conocido en mi país, Puerto Rico, el testimonio del evangelista Yiye Avila. Sus campañas de evangelismo han sido evidenciadas como sobrenaturales, por la cantidad de centenas de personas que han recibido milagros de sanidad significativos. En una que otra ocasión, ¨accidentalmente¨, llegamos a escuchar algún mensaje de este siervo por la radio, previa a nuestra conversión adventista.
Los milagros eran hechos en el nombre de Jesús, por la predicación de un hombre que no era definitivamente adventista.
Hablaba la jerigonza, como Elena había llamado al hablar en otras lenguas en los servicios; comía alimentos que en Levítico 11 habian sido declarados alguna vez, como inmundos; predicaba de un rapto (Cosa que niega rotundamente el adventismo) y no exaltaba al sábado.

¿Entonces? ¿Por qué ese respaldo de poder, tan marcado en sus campañas?

Dios estaba tratando conmigo. Llevándome a observar y a preguntarme.

Dios no ciega a los hombres, la religión, sí. Dios no pone trabas para que el hombre se acerque a Él, y en esa experiencia, le conozca de veras; la religión te hace un molde que limita el tamaño de Dios, y la oportunidad del hombre de crecer en una experiencia real con Dios, se trunca, ya que tropieza con el molde religioso establecido.

Le pregunta, con el tiempo volvía a surgir. Pastor... ¿Por qué si no son adventistas, y parecen ser equizofrénicos, reciben tantos milagros? Aparte de que volvían a citarme a Mateo 7, daban explicaciones como:
*Eran sugestiones mentales, y la gente era manipulada para pensar que habían sido sanados.
*El poder de la mente era capaz de lograr maravillas.
*Eran milagros arreglados.
*Se les pagaba a la gente para fingirse enfermos.

Y aunque si hayan estancias en lo que se dan casos no genuinos, ¿cómo explicaban las sanidades hechas a niños de cuna? Niños que no pueden ser manipulados mentalmente, ni seducidos por dinero. Niños que habían sido sanados de males palpables e incurables. O personas deshauciadas, sin ánimo para entrar en sugestiones mentales, que eran milagrosamente sanados en el nombre de Jesús.

Ante los milagros que no podían negarse, llegaron finalmente a decir algo cuya gravedad no asimilé en el momento, y que yo mismo empleé en mi defensa como adventista:

¨Son milagros hechos por Satanás.¨

(Si había escuchado de milagros aparentes, hechos en ritos en donde se adoraba a algun ídolo, o en dónde se evocaba a algún personaje de la biblia que no fuera el Señor Jesús, pero, acá no habían ídolos. Y acá sí se ecovaba el nombre que es sobre todo nombre.)


-¿Cómo los que se hacen en la santería, brujería, espiritismo y otras prácticas satánicas?-

-¨Sí. Son milagros de Satanás.¨-


La gravedad de esa declaración, vine a entenderla años después, cuando leía con entendimiento aquel evento en el que acusaban a Cristo, de hacer milagros por el poder de Satanás:

¨Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera, que el ciego y mudo veía y hablaba. Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? Mas los fariseos, al oirlo, decían: Este no echa fuera los demonios, sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.
Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?
Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿ por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces.
Pero si por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
Porque, ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? y entonces podrá saquear sus casa.
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no será les será perdonada.
A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero.¨
Mateo 12: 22-32

Entonces, era oficial. Si eran milagros hechos por medio de personas que no guardaban el ¨sabaot¨ semanal, o que consumían carne de cerdo, conejo, etc, Y no era del verdadero pueblo de Dios, que según Elena, era el adventista. Aún cuando fueran portentos innegables, eran hechos por el poder de Satanás.


Llegué a conocer personalmente a gente en cuyas vidas y cuerpos Dios se habia manifestado con algúna maravilla. Y si resultaba que el vaso usado no era adventista, acataba en mi mente, que Satanás era quien había hecho tal bien. Aunque en mi corazón sentía que algo no cuadraba.

¡Que sorpresa para mí! Y a la vez,,, ¡qué contraste irónico!

Las campañas al aire libre predicadas por un hombre que parecía sincero, y respaldadas por miles de personas de oración, y por un poder sobrenatural, eran en realidad satánicas, según lo que me explicaron.

Pero... ¿Nosotros, los adventistas? ¿Dónde está ese poder, y los milagors? Si somos el pueblo verdadero, ¿por qué no se ve ese poder?

Una respuesta que se me dió a eso fue que el mayor milagro era la conversión de un alma. Cierto. Pero con eso cerraban cualquier otra posible causa a del porqué en el adventismo no se veía el poder de Dios.
Pensaba,,, Dios no hace casi milagros,,, y Satanás los hace por decenas.

Algo no estaba bien. Fue entonces que se nos iba enseñando, el verso con el que comenzé esta intervención del testimonio.

-Pero el hermano al convertirse dejó el vicio, y ahora se congrega con los pentecostales.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

-Era un cancer terminal, y al evangelista orar por él, fue confirmado por el doctor que la enfermedad había desaparecido.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

-Era loco, y ahora está cuerdo cuando pasó al frente en la campaña evangélica.-
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

Acepté lo que me explicaron. No ciegamente. Pues veía algo; Y aceptar tales argumentos adventistas, en contra de lo que parecía evidenciar legitimidad de mano Divina entre el pueblo evangélico, denotaba que yo confiaba en lo que Elena era, según sus prerrogativas ¨proféticas¨ y en lo que mis guías adventistas me enseñaban. Era un sincero religioso adventista.

Pero había visto. Había visto el cambio innnegable de personas que no estaban afiliadas al adventismo. Y no estaban desquiciados.

Concilié lo mejor que pude, esos actos no humanos y milagrosos, con la explicación que se me entregaba.

Y sin dejar de ser un sincero religioso y un fervoroso adventista, hice como María. Guardé estas cosas en mi corazón.


Continará Dios mediante.



En Cristo...Erskine.




Copyright2009 Erskine

tanta palabreria y tantas vueltas para no decir nada nuevo sino los mismos temas de siempre.




si tu consideras que hacer milagros es obra divina, deberias leer lo que dice la biblia:

Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros?
Mateo 7:23 Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

De rodillas, y con tu rostro en el suelo, obtendrás liberación y sanidad de tu evidente amargura, amigo. Todavía estás a tiempo.

ya terminastes de insultarme y denigrarme?
ahora espero tus argumentos.

un milago no prueba nada.

Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros?
Mateo 7:23 Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Recuadro de Erskine

El tema del sábado se convirtió en uno de mis predilectos. Y ¿cómo no? Me habían dicho que era lo que mostraba quién era del pueblo de Dios, y hice de ese concepto, uno que utilizaba para concluir quién era y quién no.

...¨Pero ella fué sanada de cáncer¨- Me diría algún amigo mio.

¨¿Guarda ella el sábado?¨- Preguntaba yo.

Si la respuesta era: no, mi conclusión era simple. El que no se reunía, o, guardaba ese día, no tenía la aprobación de Dios.

hola hermano :hola2:

lo único que te diré es que Dios da Su Espíritu al que le obedece:

Hechos 5:32 "Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen."

y son varias religiones diferentes que han hablado en lengua, y sin interprete, algo que no apoya la biblia (1corintios 14:27-28)

un saludo cordial
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Recuadro de Erskine:

El tema del sábado se convirtió en uno de mis predilectos. Y ¿cómo no? Me habían dicho que era lo que mostraba quién era del pueblo de Dios, y hice de ese concepto, uno que utilizaba para concluir quién era y quién no.

...¨Pero ella fué sanada de cáncer¨- Me diría algún amigo mio.

¨¿Guarda ella el sábado?¨- Preguntaba yo.

Si la respuesta era: no, mi conclusión era simple. El que no se reunía, o, guardaba ese día, no tenía la aprobación de Dios.


hola hermano :hola2:

lo único que te diré es que Dios da Su Espíritu al que le obedece:

Hechos 5:32 "Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen."

y son varias religiones diferentes que han hablado en lengua, y sin interprete, algo que no apoya la biblia (1corintios 14:27-28)

un saludo cordial

Y por lo tanto, si uno no obedece a Dios, ¿quien es el que hace el milagro?

lo dejo a su criterio

saludos
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

ya terminastes de insultarme y denigrarme?
ahora espero tus argumentos.

un milago no prueba nada.

Esa tal vez ha sido tu experiencia. Cuéntala entonces en algún lugar, y dale cuenta al Señor en el gran día.

Este es el testimonio de mi vida, y de lo que el Cristo crucificado, resucitado y glorificado, hizo conmigo. Y eso testifico, ya que Él así me lo ordena.

Nada más que añadir, y si mucho tengo por hacer.
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Esa tal vez ha sido tu experiencia. Cuéntala entonces en algún lugar, y dale cuenta al Señor en el gran día.

Este es el testimonio de mi vida, y de lo que el Cristo crucificado, resucitado y glorificado, hizo conmigo. Y eso testifico, ya que Él así me lo ordena.

Nada más que añadir, y si mucho tengo por hacer.

eso mismo te digo porque escribistes tanta palabreria para no decir nada y luego insultarme y denigrarme .

es eso lo mucho que tienes por hacer? ese es el milagro ?
 
Re: Yo estuve en el adventismo. (Testimonio personal.)

Mientras permanezcas fiel al Eterno, a buena hora!!!
Mientras no niegues las Leyes del Eterno, adelante!!
Cuidatede no irte al otro extremo.
Habemos muchos que guardamos SUS Mandamientos sin ser manipulados por una entidad

En la comunidad de adventistas HAY muchos hombres y mujeres consagrados al Eterno por lo tanto no es necesario denigrar a nivel personal a esos hermanos.

Otra cosa, en todas las iglesias actuales (incluido al grupo casero que frecuento) vas a encontrar errores, LAS COSAS LAS SABREMOS CUANDO NOS ENCONTREMOS CON YASHUA CARA A CARA y es por esta razon que tenemos que seguir SUS pisadas.