-"𝐏𝐑𝐄𝐒𝐓𝐄 𝐎𝐈́𝐃𝐎𝐒 𝐄𝐋 𝐇𝐔𝐌𝐀𝐍𝐎"-
Muchos jóvenes hoy son seducidos por una visión del universo que nace “de la nada” (ex-nihilo), sostenido por azar y necesidad, sin propósito, sin trascendencia, sin Cristo.
A esta cosmovisión contribuye la filosofía de estos pensadores ateos:
𝐍𝐢𝐞𝐭𝐳𝐬𝐜𝐡𝐞
Niega la existencia de Dios: “Dios ha muerto”.
Promueve el vitalismo y el superhombre como alternativa a la moral cristiana.
La vida no tiene propósito trascendente, sólo voluntad de poder
𝐒𝐢𝐠𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐅𝐫𝐞𝐮𝐝
Reduce la religión a una “ilusión” nacida de deseos reprimidos.
El inconsciente domina la conducta humana, no la voluntad libre ni la revelación.
Dios es una proyección del padre idealizado.
𝐊𝐚𝐫𝐥 𝐌𝐚𝐫𝐱
Ve la religión como “el opio del pueblo”.
El hombre es producto de sus condiciones materiales y económicas.
La historia no tiene dirección divina, sino lucha de clases.
𝐁𝐞𝐫𝐭𝐫𝐚𝐧𝐝 𝐑𝐮𝐬𝐬𝐞𝐥𝐥
Ateo declarado, defensor del racionalismo científico.
Considera la religión como superstición.
El universo es indiferente, y la ética debe basarse en la razón, no en revelación.
𝐉𝐞𝐚𝐧-𝐏𝐚𝐮𝐥 𝐒𝐚𝐫𝐭𝐫𝐞
Existencialista ateo: “La existencia precede a la esencia”.
El hombre está condenado a ser libre, sin propósito dado.
La moral es subjetiva, construida por cada individuo.
𝐑𝐢𝐜𝐡𝐚𝐫𝐝 𝐃𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬
Biólogo evolucionista, promotor del ateísmo científico.
La fe es vista como irracional y peligrosa.
El universo no tiene diseño ni intención.
Un joven, atrapado en esta visión sin Dios, cayó en una depresión profunda.
Se sintió solo, insignificante, sin esperanza de vida eterna y se dijo:
-"SI NO EXISTE DIOS ¿PARA QUÉ VIVO YO?"-
Y en esa oscuridad, tomó una decisión trágica.
No fue la ciencia la que lo destruyó, sino el mismo diablo quien vino a mentir, matar y destruir y sembrar tinieblas en la mente humana (Jn.8:44).
Esto significa que esta conspiración contra el Creador es generada por una criatura que quiso ser semejante al Altísimo y fue expulsado del cielo, juntamente con las 3/4 partes de sus seguidores (Ap.12:4-9) como lo relata Isaias 14 y Ezequiel 28, pues la misma soberbia usada en el cielo (Is.14:14) la inoculó a la descendencia de Adán aquí en la tierra (Gén.3:5), desde entonces, la criatura incrédula se halla destituida de la gloria de Dios (Isa.43:7), hasta la llegada de Cristo.
Nosotros hemos aprendido que la posesión de una voluntad independiente es la vanagloria orgullosa, pero peligrosa, del hombre. Su deber, seguridad y felicidad demandan por igual que su voluntad quede subordinada a la voluntad del Creador, y toda revuelta contra la voluntad divina es pecado.
Su esencia es rebeldía.
Veamos este versículo:
Job 26:7 Es una afirmación de soberanía Divina, aquí está el texto:
“Él extiende el norte sobre vacío,
cuelga la tierra sobre nada.”
“Vacío”: No se refiere a un espacio lleno de partículas invisibles, sino a una región sin soporte físico.
Esto es una declaración de que Dios extiende el cosmos sin necesidad de pilares ni estructuras visibles.
“Nada”: Aquí no hay sustancia, ni energía, ni campo gravitacional descrito.
La tierra está “colgada” —suspendida— por la voluntad y el poder de Dios, no por leyes naturales autónomas, porque escrito está:
“Porque en Él fueron creadas todas las cosas… y todas las cosas en Él subsisten.”
— Colosenses 1:16–17
Lo que para la ciencia es gravitación universal, para nosotros es la expresión del poder divino, como está escrito:
"El sustenta todas las cosas con la palabra de su Poder" (Heb.1:3).
APRECIADO PADRE DE FAMILIA
No permitas que el discurso científico sin Dios robe la esperanza de los jóvenes.
¿Dónde se encuentran, en este mismo momento 𝐍𝐢𝐞𝐭𝐳𝐬𝐜𝐡𝐞; 𝐒𝐢𝐠𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐅𝐫𝐞𝐮𝐝; 𝐊𝐚𝐫𝐥 𝐌𝐚𝐫𝐱; 𝐁𝐞𝐫𝐭𝐫𝐚𝐧𝐝 𝐑𝐮𝐬𝐬𝐞𝐥𝐥; 𝐉𝐞𝐚𝐧-𝐏𝐚𝐮𝐥 𝐒𝐚𝐫𝐭𝐫𝐞; 𝐑𝐢𝐜𝐡𝐚𝐫𝐝 𝐃𝐚𝐰𝐤𝐢𝐧𝐬?
Sus cuerpos, obviamente en alguna tumba de la tierra (2P.1:14), ¿Pero sus almas dónde se encuentran?
Cual vaya a ser el fin de aquellos que nunca han oído hablar de Cristo la Escritura enseña que seran juzgados por su propia conciencia que en el día del juicio dará testimonio acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos sobre sus propias obras sean buena o sean malas.
Pero en las Escrituras no hay reserva ni misterio con respecto a cuál será la porción de aquellos que «obedecen el Evangelio» y de aquellos que lo rechazan. De esta elección depende el destino eterno de cada uno (Mt.25:46). De ahí la virulencia con que es atacada la Biblia; porque si Cristo está más allá de nuestro alcance, nuestra responsabilidad se acaba (Ro.10:8).
La verdadera trascendencia se halla en nuestra unión con Cristo.
Él no solo sustenta el universo, con la palabra de su poder, sino que también sustenta nuestra alma.
Muchos hijos criados en las escuelas bíblicas al llegar a la edad adulta se alejan, influenciados por estas doctrinas del error.
Que nuestra ferviente oración al Señor para que no partan de este mundo sin Cristo sea escuchada, sea considerada, porque el que empezó la buena obra en ellos, la perfeccionará a su debido tiempo, oremos sin cesar al Señor por ellos, recordemos que el tiene una redoma para nuestras lágrimas.