Permítanme amados hermanos desarrollar esta reflexión para examinarla con ustedes para nuestro mutuo beneficio.
Siempre que en los Foros se plantea el tema de la inminente, pronta o cercana venida del Señor, el escepticismo parece campear por todas partes, al grado que risitas burlonas se asomen por los post cumpliendo aquello de 2Pe 3:3.
Lo que más pronto y fácilmente sirve al intento de desacreditar cualquier pronóstico es el famoso "de aquel día y de la hora nadie sabe" (Mr 13:32), olvidando que tal sentencia apenas se refiere a día y hora.
Lo segundo que se hace, es advertir a los predictores del descrédito en que caerán, cuando pasada la fecha nada haya ocurrido, como ya tantas veces la historia registra numerosos fracasos.
Quienes a lo largo de la vida vamos conociendo y proseguimos en conocer mejor al SEÑOR (Os 6:3), entendemos que una de sus "especialidades" con que tan a menudo nos sorprende, es precisamente ese obrar suyo en maneras misteriosas, de modo que hasta nos muestra algún aspecto de su humor al destruir la sabiduría de los sabios y frustrar el entendimiento de los entendidos (1Co 1:19).
Hasta ahora, a todos los vaticinios siguió la decepción, muy a pesar de que nunca faltaron obsesionados que porfiaron en mantener las fechas, disfrazando el fracaso en acierto con el artilugio de que el suceso realmente se había dado puntualmente pero de una manera imperceptible. De esta manera alcanzaron a retener, si no a todos, por lo menos a unos cuantos que contra viento y manera no querían abandonar aquello a lo que se habían abrazado con tanta fuerza.
Pero ¿y qué, si ahora en los planes de Dios estuviera el provocar el general desconcierto trayendo en las nubes al Hijo en forma instantánea, para en un abrir y cerrar de ojos los muertos en Cristo sean resucitados y ascendidos a su presencia junto con los que todavía vivimos y tras la súbita transformación de nuestros cuerpos?
Entonces, los falsos profetas seguirán revisando y corrigiendo sus cálculos sin percatarse siquiera que fueron dejados atrás.
Según lo que sé, el Sr. Harold Camping es quien viene dando la fecha más próxima del rapto -con el juicio y fin del mundo que seguirá-, para el 21 de Mayo de 2011. Sus estudios han excedido en seriedad y prolijidad a los que en su tiempo hiciera el bien intencionado William Miller. Su libro El Tiempo Tiene un Final es un grueso volumen de 540 páginas, que abarca una historia del mundo que llega precisamente hasta el 2011. El último libro Ya Casi Llegamos, resume sus cálculos que lo llevan a confirmar esa fecha del 21 de Mayo próximo. A través del ministerio internacional de Family Radio, sus audiciones en los doce idiomas más hablados del mundo permite que la mayor parte de la humanidad tenga eventualmente acceso al creciente énfasis que viene poniendo sobre aquella fecha.
Yo, personalmente, no le creo, pues él mismo ha venido apostatando de la fe cristiana evangélica original, cambiando doctrinas bíblicas a las que siempre estuvo adherido.
Cuando este pronóstico ya fuera debatido aquí en el Foro, muchos coincidieron en predecir, a su vez, el disgusto y desasosiego que le esperaría al Sr. Camping y a sus seguidores después del día 22 de Mayo.
Pero mi inquietud ahora se despierta por este otro aspecto del asunto: ¿Y qué, si el fracaso sobreviene ahora por tener Dios el Padre un día y hora prefijado en un tiempo anterior al predicho?
Por supuesto, no es que Dios vaya a condicionar el regreso del Señor anticipándose al Sr. Camping, pero bien que puede estar en su propósito que la fecha que sólo Él conoce precisamente anteceda a alguna en que esté puesta la expectativa de buena parte de la cristiandad.
De este modo se cumpliría perfectamente lo que el Señor Jesús habló: "Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis" (Mt 24:44).
Con lo que antecede, no me pongo yo de pronosticador aseverando que el Señor efectivamente vendrá antes del 21 de Mayo próximo. Por el contrario, es mi convicción que lo mejor que nos puede ocurrir es vivir con la esperanza latente de que el día de hoy puede ser tan bueno como otro para que el hecho se dé.
Pero por las dudas, no diré ahora nada más sino que me apresuro a pegar mi mensaje en el Foro no sea que mi propuesta a vuestra reflexión llegue tarde.
Saludos en el amor de Quien pronto viene.
Ricardo.
Siempre que en los Foros se plantea el tema de la inminente, pronta o cercana venida del Señor, el escepticismo parece campear por todas partes, al grado que risitas burlonas se asomen por los post cumpliendo aquello de 2Pe 3:3.
Lo que más pronto y fácilmente sirve al intento de desacreditar cualquier pronóstico es el famoso "de aquel día y de la hora nadie sabe" (Mr 13:32), olvidando que tal sentencia apenas se refiere a día y hora.
Lo segundo que se hace, es advertir a los predictores del descrédito en que caerán, cuando pasada la fecha nada haya ocurrido, como ya tantas veces la historia registra numerosos fracasos.
Quienes a lo largo de la vida vamos conociendo y proseguimos en conocer mejor al SEÑOR (Os 6:3), entendemos que una de sus "especialidades" con que tan a menudo nos sorprende, es precisamente ese obrar suyo en maneras misteriosas, de modo que hasta nos muestra algún aspecto de su humor al destruir la sabiduría de los sabios y frustrar el entendimiento de los entendidos (1Co 1:19).
Hasta ahora, a todos los vaticinios siguió la decepción, muy a pesar de que nunca faltaron obsesionados que porfiaron en mantener las fechas, disfrazando el fracaso en acierto con el artilugio de que el suceso realmente se había dado puntualmente pero de una manera imperceptible. De esta manera alcanzaron a retener, si no a todos, por lo menos a unos cuantos que contra viento y manera no querían abandonar aquello a lo que se habían abrazado con tanta fuerza.
Pero ¿y qué, si ahora en los planes de Dios estuviera el provocar el general desconcierto trayendo en las nubes al Hijo en forma instantánea, para en un abrir y cerrar de ojos los muertos en Cristo sean resucitados y ascendidos a su presencia junto con los que todavía vivimos y tras la súbita transformación de nuestros cuerpos?
Entonces, los falsos profetas seguirán revisando y corrigiendo sus cálculos sin percatarse siquiera que fueron dejados atrás.
Según lo que sé, el Sr. Harold Camping es quien viene dando la fecha más próxima del rapto -con el juicio y fin del mundo que seguirá-, para el 21 de Mayo de 2011. Sus estudios han excedido en seriedad y prolijidad a los que en su tiempo hiciera el bien intencionado William Miller. Su libro El Tiempo Tiene un Final es un grueso volumen de 540 páginas, que abarca una historia del mundo que llega precisamente hasta el 2011. El último libro Ya Casi Llegamos, resume sus cálculos que lo llevan a confirmar esa fecha del 21 de Mayo próximo. A través del ministerio internacional de Family Radio, sus audiciones en los doce idiomas más hablados del mundo permite que la mayor parte de la humanidad tenga eventualmente acceso al creciente énfasis que viene poniendo sobre aquella fecha.
Yo, personalmente, no le creo, pues él mismo ha venido apostatando de la fe cristiana evangélica original, cambiando doctrinas bíblicas a las que siempre estuvo adherido.
Cuando este pronóstico ya fuera debatido aquí en el Foro, muchos coincidieron en predecir, a su vez, el disgusto y desasosiego que le esperaría al Sr. Camping y a sus seguidores después del día 22 de Mayo.
Pero mi inquietud ahora se despierta por este otro aspecto del asunto: ¿Y qué, si el fracaso sobreviene ahora por tener Dios el Padre un día y hora prefijado en un tiempo anterior al predicho?
Por supuesto, no es que Dios vaya a condicionar el regreso del Señor anticipándose al Sr. Camping, pero bien que puede estar en su propósito que la fecha que sólo Él conoce precisamente anteceda a alguna en que esté puesta la expectativa de buena parte de la cristiandad.
De este modo se cumpliría perfectamente lo que el Señor Jesús habló: "Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis" (Mt 24:44).
Con lo que antecede, no me pongo yo de pronosticador aseverando que el Señor efectivamente vendrá antes del 21 de Mayo próximo. Por el contrario, es mi convicción que lo mejor que nos puede ocurrir es vivir con la esperanza latente de que el día de hoy puede ser tan bueno como otro para que el hecho se dé.
Pero por las dudas, no diré ahora nada más sino que me apresuro a pegar mi mensaje en el Foro no sea que mi propuesta a vuestra reflexión llegue tarde.
Saludos en el amor de Quien pronto viene.
Ricardo.