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El mundo se ha metido a las iglesias evangélicas, la teoría de la conspiración tocó a sus puertas y muchos pastores se lo creyeron, quisieron entender que las vacunas son “la marca de la Bestia” y parte de la agenda mundial del “Anticristo” y en su fundamentalismo religioso creen ser los héroes de la fantasía de la conspiración, cuyos enemigos irreales y molinos de viento son: los Illuminati, los sabios de Sión, el supuesto malvado de Bill Gates, la nueva agenda mundial, la “globalización” y demás cuentos que solo les llenan de ideas de conspiraciones y demás falsedades.
Muchos cristianos creen las falsas enseñanzas de estos carismáticos líderes que abren su boca para engañar, haciendo de sus feligreses unos egoistas, engreidos, paranoicos, exigentes, comunicativos e individualistas personajes como los que pululan en la Antivaxx culture.
Lo cierto es que la humanidad y sus autoridades tendrán qué ponerles un límite a estas fantasías y ese límite será Justo hacer una realidad de lo que más temen: una marca, un sello, una constancia de haber sido vacunados y tarde entenderán que “la marca” no eran las vacunas sino el documento obligatorio que habrá de imponerse irónicamente por la resistencia de los vacuna fóbicos, entre ellos cristianos de corte KKK, extrema derecha norteamericana de la primacía blanca, así como movimiento de ultraderecha Alemana, Italiana y Española en Europa.
Si los cristianos hubiesen entendido lo que significan las palabras “someterse a las autoridades”, “ser manso y humilde”, callar como las ovejas cuando son llevadas al matadero en vez de chillar como los cerditos quejándose por toda la Internet, si hubiesen entendido el compromiso con la verdad en vez de preferir la desinformación, si por amor a su prójimo hubiesen tenido la responsabilidad de proteger a los demás, si hubiesen optado “no dejarse vencer por el mal, sino antes bien vencer el mal con el bien” (obedecer a nuestras autoridades, bendecir a los médicos, confiar en Dios, ser responsables, ser solidarios, ver por el bien común, el sentido común en vez de los prejuicios, etc), es muy probable que a falta de todo esto, a falta de ese sabor a sal, si todo esto lo hubiésemos hecho bien, la obligatoriedad, la ley marcial y un documento obligatorio para poder trabajar, comprar o vender, no tendía ningún sentido ni habría de ser necesaria.
Pero no hicimos nuestra parte, antes nos mordimos y sacamos los ojos entre nosotros
Esramos en guerra, es una guerra microscópica pero es una guerra, y los gobiernos algún día tendrán que limitar las “garantías individuales”, tal y como sucede en un estado de guerra, contra aquellos que se oponen al sentido común, a la salud del prójimo, al bien común bajo el amparo de la libertad de elección que ahora tenemos.
Se estima que en un par de años dos terceras partes de la humanidad estaría infectada y en ese panorama pre-apocalíptico donde los recursos gubernamentales estén sobrepasados y restringidos, la posibilidad de una ley marcial será una triste realidad y la peor pesadilla para todos.
Asi que no culpen a las vacunas cristianos todos, ni supuestos magnetismos. Basta ya de falsas noticias, mejor toma tu lugar en la batalla. Hazte responsable y vacúnate, no difundas falsas noticias, no induzcas a otros a no vacunarse.