13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida,
¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve,
sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
(Mateo 5)
¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve,
sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
(Mateo 5)
En los tiempos de Jesús la sal era un mineral valioso de explotar, la sal no se obtenía por el común proceso de evaporar el agua del mar, ya que no se conocía entonces. sino que se obtenía de yacimientos terrestres de sal. Llamada "sal gema", la sal asi obtenída aparecía en cristales, parecía una piedra preciosa, una gema y era relativamente escasa y por tanto valiosa. Tan valiosa que en el mundo antiguo se la utilizaba como moneda de pago, de allí la palabra "Sal-ario".
Cuando Jesús les dice a los discípulos que son "sal de tierra" este símil inmediatamente creaba una imagen en sus mentes:
"Ustedes son muy valiosos, ustedes le dan sazón a la tierra que seria desabrida sin ese minúsculo pero sustancioso aporte"
Pero si el minero degusta la sal y no siente su caracteristico sabor, la arroja con desprecio y se va a buscar otro sitio para excavar.
Asi es el cristiano: vive en un mundo donde debe resaltar y distinguirse porque tiene mucho que ofrecer: tiene valores, honor, respeto al prójimo, espíritu altruista y vende un Reino que no se termina con esta vida, sino que es trascendente hasta el resto de la eternidad.