Jud. 5, VV (1977): “Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.”
Mat. 24:13, VV (1977): “El que persevere hasta el fin, éste será salvo.” (De modo que la salvación final de la persona no se determina al momento que empieza a ejercer fe en Jesús.)
Fili. 2:12, VV (1977): “Tal como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, procurad vuestra salvación con temor y temblor.” (Estas palabras se dirigieron a los “santos” de Filipos, como se declara en Filipenses 1:1. Pablo los instó a no estar demasiado confiados, sino reconocer que su salvación final todavía no estaba asegurada.)
Heb. 10:26, 27, VV (1977): “Si continuamos pecando voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y un fuego airado, que está a punto de consumir a los adversarios.” (Por tanto, la Biblia no está de acuerdo con la idea de que, sin importar qué pecados cometa una persona después de estar ‘salva’, no perderá su salvación. Anima a uno a ser fiel.)
Véase también Hebreos 6:4-6, donde se muestra que hasta una persona que ha sido ungida con espíritu santo puede perder su esperanza de salvación.
Mat. 24:13, VV (1977): “El que persevere hasta el fin, éste será salvo.” (De modo que la salvación final de la persona no se determina al momento que empieza a ejercer fe en Jesús.)
Fili. 2:12, VV (1977): “Tal como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, procurad vuestra salvación con temor y temblor.” (Estas palabras se dirigieron a los “santos” de Filipos, como se declara en Filipenses 1:1. Pablo los instó a no estar demasiado confiados, sino reconocer que su salvación final todavía no estaba asegurada.)
Heb. 10:26, 27, VV (1977): “Si continuamos pecando voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y un fuego airado, que está a punto de consumir a los adversarios.” (Por tanto, la Biblia no está de acuerdo con la idea de que, sin importar qué pecados cometa una persona después de estar ‘salva’, no perderá su salvación. Anima a uno a ser fiel.)
Véase también Hebreos 6:4-6, donde se muestra que hasta una persona que ha sido ungida con espíritu santo puede perder su esperanza de salvación.