Una Guerra

IBERO;n3275350 dijo:
Yo no le quito nada. Sois vosotros los que no aceptáis que le han añadido (pecado tan grave como quitar). Lo dice la historia.

Los últimos doce versículos de Marcos capítulo 16 (es decir, los versículos 9-20), están ausentes de los mss. griegos más antiguos y fidedignos, como son los códices Sinaítico y Vaticano →a y B, el códice Bobiensis (del tipo de texto Latino Antiguo), el manuscrito Siríaco Sinaítico, unos cien mss. armenios, y dos mss. antiguos georgianos (del 897 y 913 d.C.). Clemente de Alejandría y Orígenes no muestran conocimiento de la existencia de estos versículos; además, Eusebio y Jerónimo aseveran que el pasaje está ausente en casi todas las copias griegas de Marcos conocidas por ellos. La forma original de las secciones de Eusebio (descritas por Ammonio), no hace provisión para las secciones numeradas del texto después de 16.8. Algunos mss. que contienen el pasaje, tienen notas del escriba declarando que algunas copias antiguas griegas no lo registran; y en otros mss., el pasaje está marcado con los llamados obeli (signos convencionales utilizados por los escribas para indicar una adición no genuina en un documento).

Infórmate, aparca tus prejuicios y luego me dices que tengo "caprichos pseudointelectuales".

La Santa Iglesia en su Autoridad Suprema cerro el Canon Bíblico en el siglo XVI. No se le puede modificar nada. Es Dogma de Fe creer en la Escritura como Palabra de Dios tal y como la Iglesia la canonizo.

IBERO;n3275350 dijo:
No, ponerlo a sus propios pies.

Si, ponerlo a los pies de Cristo. Te guste o no.

IBERO;n3275350 dijo:
Su iglesia nada tiene que ver con las religiones de los hombres. Ni siquiera sabes lo que significa iglesia. ¿A que no lo sabes?

Claro que lo se, el problema es que tu no lo sabes y erradamente tiene un concepto errado de lo que es la Iglesia.

IBERO;n3275350 dijo:
Ni los apóstoles ni Jesús dejaron ejemplo de que los cristianos debían torturar físicamente a otros seres humanos como medio para llegar a la Verdad. Te has instalado en las antípodas morales de la "religión" que dices profesar.

Y nos dice la Escritura:
Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes;
Evangelio de san Lucas XII,47

Que poco cristiano era el Señor.


IBERO;n3275350 dijo:
No me puedo preocupar por Roma más de lo que me puedo preocupar por Singapur. :DD

Amor,
Ibero

Entonces queda claro que no te interesa la Verdad.

Pax.
 
NovoHispano;n3275481 dijo:
La Santa Iglesia en su Autoridad Suprema cerro el Canon Bíblico en el siglo XVI. No se le puede modificar nada. Es Dogma de Fe creer en la Escritura como Palabra de Dios tal y como la Iglesia la canonizo.

Un dogma de fe parecido al Sola Scriptura, porque los que establecieron el Canon fueron hombres como hombres eran Clemente de Alejandría, Orígenes, Eusebio y Jerónimo, ninguno de los cuales reconoció esos versículos de Marcos capítulo 16. No obstante, el Canon se estableció mucho antes. De hecho lo estableció el Señor a principios del siglo I cuando dijo aquello de "el Espíritu os guiará a toda verdad". No hay mejor ni más claro Canon.

Si, ponerlo a los pies de Cristo. Te guste o no.

Los pies de Cristo y los pies de tu romana religión han estado en diferentes lugares a lo largo de la historia. A veces han coincidido por mor de santos (porque tenéis grandísimos y eminentísimos santos en vuestras filas), pero es una excepción a la norma. Todos esos santos lucharon contra la tuya religión, y la tuya religión a unos persiguió y a otros mató.

Claro que lo se, el problema es que tu no lo sabes y erradamente tiene un concepto errado de lo que es la Iglesia.

Tú no lo sabes. Tienes un dogma intelectual en la cabeza, pero no sabes en tu corazón lo que es la iglesia. ¿Cómo sé que esto es así? Porque, por ejemplo, tú a mí nunca me aceptarías como "iglesia" a menos que obedeciera los credos y dogmas de tu religión. De lo cuál se deduce que no sabes lo que es la iglesia.

Y nos dice la Escritura:
Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes;
Evangelio de san Lucas XII,47

Que poco cristiano era el Señor.

Ese texto tiene dos lecturas en el contexto de Su venida. La primera lectura es una referencia directa precisamente a la religión que mata y persigue a los profetas y siervos que Él envía (cosa a la que tu religión se ha dedicado con pasión durante 1700 años). La segunda lectura es espiritual e interior, y habla de los azotes interiores en disciplina interna que el Señor procurará al alma "en el tiempo de Su venida".

Entonces queda claro que no te interesa la Verdad.

Pax.

Temporibus sunt, dignissim et tempus est, ut vix

Amor,
Ibero
 
IBERO;n3275612 dijo:
Un dogma de fe parecido al Sola Scriptura, porque los que establecieron el Canon fueron hombres como hombres eran Clemente de Alejandría, Orígenes, Eusebio y Jerónimo, ninguno de los cuales reconoció esos versículos de Marcos capítulo 16. No obstante, el Canon se estableció mucho antes. De hecho lo estableció el Señor a principios del siglo I cuando dijo aquello de "el Espíritu os guiará a toda verdad". No hay mejor ni más claro Canon.

Desconozco si las Iglesias Protestantes y NeoProtestantes tienen la SolaScriptura como Dogma de Fe. Lo que si te puede decir, es por encima de los Santos y los Teólogos están los Concilios Ecuménicos y Trento ha definido dogmáticamente este tema bajo inspiración del Espíritu Santo. Roma Locuta, Causa Finita.

IBERO;n3275612 dijo:
Los pies de Cristo y los pies de tu romana religión han estado en diferentes lugares a lo largo de la historia. A veces han coincidido por mor de santos (porque tenéis grandísimos y eminentísimos santos en vuestras filas), pero es una excepción a la norma. Todos esos santos lucharon contra la tuya religión, y la tuya religión a unos persiguió y a otros mató.

Al contrario, son los mismos pies. Por eso nuestros Santos, todos, han luchado por la Fe Cristiana a su modo. San Bernardo de Claraval por ejemplo, su apoyo a la Orden del Temple es indiscutible como su Santidad. Ni hablar del apoyo de san Francisco de Asís a la Cruzada, donde frente al Sultan de Siria y Egipto, Al-Kamil, donde lo dejo en claro:
los cristianos obran según la justicia cuando invaden vuestras tierras y luchan contra ustedes, pues ustedes blasfeman del nombre de Cristo y porfían en eliminar la religión de tantos y tantos hombres. Sin embargo, si usted quiere conocer, confesar y adorar al Creador y Redentor del mundo, os amaré como a mí mismo

Es lo malo de los que son como tu, como no tienen raíces con el cristianismo, se inventan toda clase de mentiras como si la Fe Cristiana fuera pacifista cuando no lo somos.

IBERO;n3275612 dijo:
Tú no lo sabes. Tienes un dogma intelectual en la cabeza, pero no sabes en tu corazón lo que es la iglesia. ¿Cómo sé que esto es así? Porque, por ejemplo, tú a mí nunca me aceptarías como "iglesia" a menos que obedeciera los credos y dogmas de tu religión. De lo cuál se deduce que no sabes lo que es la iglesia.

Claro que si lo se, pero, por encima de mi dogma esta tu dogma de lo que es Iglesia. ¿Como lo se? Porque tu nunca aceptaras mi definición de Iglesia porque para ti tu definición es dogma y no puede cambiar. De lo cual deduzco, debes corregirte.

IBERO;n3275612 dijo:
Ese texto tiene dos lecturas en el contexto de Su venida. La primera lectura es una referencia directa precisamente a la religión que mata y persigue a los profetas y siervos que Él envía (cosa a la que tu religión se ha dedicado con pasión durante 1700 años). La segunda lectura es espiritual e interior, y habla de los azotes interiores en disciplina interna que el Señor procurará al alma "en el tiempo de Su venida".

Noto que no sabes leer la Escritura correctamente. ¿Que no ves que el Señor habla con claridad de costumbres de su época no eran vistas como algo malo?

Pax.
 
NovoHispano;n3275900 dijo:
Desconozco si las Iglesias Protestantes y NeoProtestantes tienen la SolaScriptura como Dogma de Fe. Lo que si te puede decir, es por encima de los Santos y los Teólogos están los Concilios Ecuménicos y Trento ha definido dogmáticamente este tema bajo inspiración del Espíritu Santo. Roma Locuta, Causa Finita.

¿Y los del Canon de Trento no tuvieron en cuenta la inspiración de hermanos anteriores a ellos como Clemente de Alejandría, Orígenes, Eusebio y Jerónimo?

Hmmm....

Al contrario, son los mismos pies. Por eso nuestros Santos, todos, han luchado por la Fe Cristiana a su modo. San Bernardo de Claraval por ejemplo, su apoyo a la Orden del Temple es indiscutible como su Santidad. Ni hablar del apoyo de san Francisco de Asís a la Cruzada, donde frente al Sultan de Siria y Egipto, Al-Kamil, donde lo dejo en claro:
los cristianos obran según la justicia cuando invaden vuestras tierras y luchan contra ustedes, pues ustedes blasfeman del nombre de Cristo y porfían en eliminar la religión de tantos y tantos hombres. Sin embargo, si usted quiere conocer, confesar y adorar al Creador y Redentor del mundo, os amaré como a mí mismo

Dudo que Francisco de Asís quisiera decir que no amaba a los que no conocían, confesaban y adoraban a Cristo, porque el mismo Cristo decía que amásemos a nuestros enemigos. Así que no fío yo de que el tal Francisco dijera aquello, y si lo dijo estaba equivocado.

Es lo malo de los que son como tu, como no tienen raíces con el cristianismo, se inventan toda clase de mentiras como si la Fe Cristiana fuera pacifista cuando no lo somos.

¿Y qué mentiras me invento?

Claro que si lo se, pero, por encima de mi dogma esta tu dogma de lo que es Iglesia. ¿Como lo se? Porque tu nunca aceptaras mi definición de Iglesia porque para ti tu definición es dogma y no puede cambiar. De lo cual deduzco, debes corregirte.

Ah... lo sabes. ¿Y para ti qué es la iglesia?

Noto que no sabes leer la Escritura correctamente. ¿Que no ves que el Señor habla con claridad de costumbres de su época no eran vistas como algo malo?

Pax.

No, no habla de eso en absoluto.

Amor,
Ibero
 
IBERO;n3276077 dijo:
¿Y los del Canon de Trento no tuvieron en cuenta la inspiración de hermanos anteriores a ellos como Clemente de Alejandría, Orígenes, Eusebio y Jerónimo?

Hmmm....

Si, por eso les corrigieron. Un santo puede errar en vida y ser santo para la eternidad.

IBERO;n3276077 dijo:
Dudo que Francisco de Asís quisiera decir que no amaba a los que no conocían, confesaban y adoraban a Cristo, porque el mismo Cristo decía que amásemos a nuestros enemigos. Así que no fío yo de que el tal Francisco dijera aquello, y si lo dijo estaba equivocado.

Ya veo, o es como tu dices o esta equivocado. El dogmatismo del no-dogmático.

IBERO;n3276077 dijo:
¿Y qué mentiras me invento?

Todas, empezando por no reconocer la Autoridad de Roma.

IBERO;n3276077 dijo:
Ah... lo sabes. ¿Y para ti qué es la iglesia?

¿Acaso cambiaras tu dogma de iglesia por el mio?

IBERO;n3276077 dijo:
No, no habla de eso en absoluto.

Amor,
Ibero

De hecho si, lo dice literalmente el Señor. Que tu lo interpretes erradamente, bueno, es otro cantar. ;)

Pax.
 
[h=1]Revealed: Trump told G7 leaders over dinner that 'Crimea is part of Russia because everyone there speaks Russian' as he called for nation to be allowed back into the summit[/h] http://www.dailymail.co.uk/news/art...-G7-leaders-Crimea-Russia-speaks-Russian.html

Durante la cena realizada en el marco del G7 de Charlevoix, el presidente estadounidense Donald Trump explicó a sus interlocutores que, en su opinión, la península de Crimea es efectivamente rusa y recordó que la población de Crimea no habla ucraniano sino ruso. Hasta ahora, las potencias occidentales, en su conjunto, siguen acusando a Rusia de haber anexado Crimea. El comunicado final del G7 no parece incluir la “anexión” de Crimea en el litigio contra Rusia sino solamente el conflicto en el este de Ucrania.

En mi opinión, de este modo el G7 queda herido de muerte y seguramente para dentro de 6 años dejara de existir. El mundo entra a una fase de desglobalizacion frontal y Trump desea una alianza entre Rusia y USA, sin embargo, la reunión entre Putin y Xin Jinping demuestra que el precio de la Paz en el Mundo es un G3 entre USA-China-Rusia.

Pax.
 
El nuevo odio a los judíos en Francia

El asesinato en París de una superviviente de la persecución nazi de 85 años se suma a un goteo incesante de actos y crímenes antisemitas. En la principal comunidad judía de Europa, algunos piensan en mudarse a otras ciudades o en emigrar a Israel. Francia los escucha, pero no saben si será suficiente para combatir una forma de odio impulsada ahora por el islamismo violento. Este es el testimonio de las víctimas del nuevo antisemitismo.
Reportaje: Marc Bassets



PODRÍA parecer una pelea de barrio. Fue algo más.

“Sucios judíos”, escucharon los hermanos Jacob y Nathaniel Azoulay mientras un grupo de hombres —“de tipo norteafricano”, según el acta de la denuncia a la policía— los agredían con una sierra. Delante de aquel bar a la entrada de Bondy, un municipio en la periferia oriental de París, rodeados de extraños que los insultaban y pegaban, creyeron que no saldrían vivos.

“Si te mueves, te mato”, le dijo uno de los agresores a Jacob, que se encontraba en el suelo, inmovilizado.

Era el 21 de febrero de 2017. Todo había empezado unos minutos antes, cerca de las nueve de la noche, con una persecución automovilística. Jacob y Nathaniel Azoulay, de 29 y 17 años, regresaban de París a Bondy por la carretera N-3 cuando una furgoneta empezó a cerrarles el paso. Una, dos, tres veces. Hasta que, en un semáforo, Jacob pidió explicaciones al conductor.

“En esta carretera hago lo que me da la gana, sucio judío”, le respondió, siempre según la denuncia policial. Supo que eran judíos porque los hermanos Azoulay llevaban la kipá, el pequeño gorro redondo que cubre la cabeza de los judíos practicantes.

Los Azoulay continuaron circulando, mientras la furgoneta continuaba cerrándoles el paso sin que cesase el intercambio de invectivas por la ventana abierta.

“Baja”, le dijo el conductor de la furgoneta a Jacob.


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Una kipá abandonada cerca de la escuela judía ortodoxa Merkaz Hatorah en Gagny, donde hubo un incendio provocado en 2003. El entonces presidente, Jacques Chirac, convocó un gabinete de crisis y declaró que “un ataque a un judío es un ataque a toda Francia”. ED ALCOCK


Se detuvieron delante del bar. Fue entonces cuando llegaron a las manos. Los golpes, la sierra, los insultos. Los hermanos se salvaron porque el padre del hombre que conducía la furgoneta y otras personas que salieron del bar les pidieron a los agresores que parasen. “Si el padre no hubiese estado ahí, yo estaría muerto”, recuerda Jacob Azoulay en la agencia de viajes donde trabaja. A las siete de la tarde, el local es un continuo ir y venir de clientes, empleados y proveedores, un animado ajetreo mediterráneo en el distrito XIX de París, un barrio mezclado, con población judía, musulmana, cristiana, laica.

El incidente queda lejos. Podría parecer una pelea de barrio. Pero fue algo más.

La agresión a los hermanos se suma al goteo de actos contra los judíos franceses en la principal comunidad judía de Europa y la tercera del mundo, por detrás de Estados Unidos e Israel. Muchos pasan inadvertidos —la denuncia de la familia Azoulay quedó sin resolver— y se limitan a actos invisibles —un insulto en la calle por llevar kipá, un grafiti en una sinagoga— que simplemente hacen más incómoda la vida de las víctimas o sus allegados. En otros casos, la violencia ha sido tan descarnada que ha creado alarma en una comunidad que, hasta principios de la década pasada, había creído que ser judío nunca más debería hacerles sentir miedo en este país. Se equivocaban.

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Alain Banhmou, judío francés, sufrió un asalto en su casa de Bondy en 2015. Uno de los agresores utilizó un pintalabios rojo de la esposa de la víctima para escribir en la pared: “Sucio judío. Viva Palestina”. En una carpeta con los documentos policiales de la investigación, hay un post-it donde se lee: “Bondy. Sucio judío”. ED ALCOCK

Las cifras primero. Cerca del 1,6% de la población francesa es judía. El porcentaje es debatible por la dificultad para definir a una persona judía, como explican el politólogo Jérôme Fourquet y el geógrafo Sylvain Manternach, coautores de L’an prochain à Jérusalem? (¿El año próximo en Jerusalén?), un estudio sobre el nuevo antisemitismo francés publicado en 2016. Fourquet y Manternach llegan a esta cifra sumando a los practicantes, que son un 0,6% de la población, y a los que, sin declararse de confesión judía, tienen por lo menos un progenitor judío. Casi la mitad de quienes se declaran de esta confesión reside en la región de París y están representados en todas las capas socioprofesionales de la población.

La mitad de los actos racistas se dirige a los judíos. Son el 1,6% de la población francesa
Muchos judíos franceses señalan —y los historiadores lo corroboran— un año clave en el inicio de lo que podría llamarse la nueva ola de odio. Es el año 2000, el de la Segunda Intifada, una explosión de tensión entre israelíes y palestinos en Oriente Próximo que acabó desbordándose hasta Francia. En 1999 se registraron en Francia 82 actos antisemitas. Al año siguiente fueron 744, y en 2004 alcanzaron los 974. El nivel ha oscilado: en 2017, el de los últimos datos disponibles, fue mucho menor, 311. Pero nunca ha vuelto a bajar a las cifras de los años noventa. La mitad de los actos racistas tiene por objetivo a los judíos, pese a que este grupo representa una parte mínima de la población. Ignorada por la mayoría del país, fuera de las urgencias de la agenda política, motivo de preocupación solo dentro de la comunidad, únicamente cuando se dan los estallidos más virulentos la sociedad francesa parece tomar conciencia del problema.

Ocurrió esta primavera con el asesinato en París de Mireille Knoll, una mujer de 85 años superviviente de la persecución nazi. La muerte de Knoll, apuñalada y carbonizada en su apartamento de París, se añadía a una sucesión de crímenes de extrema violencia en el país con las mayores comunidades judía y musulmana de la Unión Europea. La autoría de muchas de estas agresiones —jóvenes más o menos inspirados en la yihad— apunta a una nueva forma de antisemitismo distinto del odio al judío de la vieja extrema derecha autóctona. Las marchas en París y en otras ciudades tras el asesinato de Knoll y la movilización de la clase política son una reacción al goteo criminal en la última década.

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La casa en la que Sarah Halimi, de 65 años, fue asesinada en París. Recibió una paliza y fue lanzada por la ventana en abril de 2017. Kobili Traoré, un vecino de 27 años, camello y drogadicto, trepó hasta el balcón y entró. La policía recibió varias llamadas de una mujer gritando mientras un hombre la golpeaba y gritaba: “Cállate”, “Alá es grande” y “He matado a Satán”. Después Traoré saltó hasta otro piso y recitó versos del Corán. La policía lo detuvo poco después y está recluido en un psiquiátrico. ED ALCOCK


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Este es el edificio parisiense en el que Ilan Halimi fue secuestrado en 2006. El 20 de enero una chica de 17 años llamada Emma entró a la tienda de móviles en la que Halimi trabajaba e inició una conversación con él. Antes de marcharse, ella le pidió el número de teléfono. Emma llamó a Halimi la tarde siguiente y lo invitó a su casa a tomar algo. Cuando llegó, un grupo llamado Los Bárbaros lo acorraló y secuestró. Al día siguiente por la tarde, su hermana recibió un e-mail con una foto en la que se le veía amordazado y atado a una silla con una pistola apuntando a su cabeza. Pedían 450.000 euros de rescate y amenazaban con matarlo si acudían a la policía. Halimi estuvo secuestrado tres semanas y fue torturado. Murió el 13 de febrero de 2006. Poco después su cadáver fue hallado cerca de una estación de tren. Estaba desnudo y tenía cuatro heridas de navaja en la garganta, estaba atado y le habían cubierto los ojos y la boca con cinta adhesiva. Además, tenía el 60% del cuerpo quemado con ácido. ED ALCOCK


“Todos estos muertos tienen un punto en común: han sido asesinados por lo que son, no por sus opiniones. Es un comportamiento nazi”, dice el escritor Pierre Assouline, autor de la novela Retour à Séfarad(Retorno a Sefarad), donde relata su periplo para obtener la nacionalidad española como judío sefardí. “Los franceses saben que, cuando se ataca a los judíos, la próxima etapa será el resto. El antisemitismo actúa como una señal de alerta”.


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Philippe Braham, Yohan Cohen, Yoav Hattab y François-Michel Saada fueron asesinados a tiros en este comercio kosher parisiense por Amedy Coulibaly. El 9 de enero de 2015, entró en el supermercado con tres pistolas y un rifle de asalto. Mató a 4 de los rehenes judíos y secuestró durante horas a otros 15. Quería que los asesinos de la revista Charlie Hebdo, un ataque sucedido dos días antes, no sufrieran ningún daño. Al final la policía entró y mató a Coulibaly. ED ALCOCK


La muerte de Knoll el 23 de marzo fue el undécimo asesinato considerado antisemita en Francia desde 2006. El ciclo empezó ese año con el secuestro, la tortura y el asesinato de Ilan Halimi, de 23 años, que trabajaba en una tienda de teléfonos móviles cerca del edificio donde Knoll fue asesinada. Siguió en 2012 con la matanza de tres niños y un adulto en una escuela judía de Toulouse. Continuó en 2015 con la muerte de otras cuatro personas en el ataque al supermercado kosher Hyper Cacher en Vincennes, en las afueras de París, dos días después del atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo. El 4 de abril de 2017, Sarah Halimi, una mujer judía de 65 años, fue asaltada en su apartamento parisiense a golpes y lanzada por la ventana. Las autoridades, al contrario que en el caso de Knoll, tardaron meses en reconocer el carácter antisemita del crimen. El asesinato de Halimi y de Knoll son los episodios más recientes.

“No tengo miedo”, repitió varias veces Roger Pinto en una primera conversación por teléfono desde Israel, donde pasaba unos días en abril. Y dijo otra frase: “La situación es insoportable”. No son afirmaciones contradictorias: está harto, pero no se dejará derrotar.

El 8 de septiembre de 2017, Pinto fue víctima, junto a su esposa y su hijo, de un asalto violento a su casa en Livry-Gargan, en las afueras de París. Los asaltantes se presentaron a las 8.30. “Dennos todo el dinero. Los judíos tenéis dinero”, les dijeron.

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Familia Pinto. Mireille, Roger y David Pinto fueron atacados en su casa de Livry-Gargan, a las afueras de París, en septiembre de 2017, por un grupo de cinco personas que los golpearon y los amenazaron con cuchillos. Los agresores creían que eran una familia rica porque eran judíos. Al hijo de Mireille le arrancaron la cadena con la cruz de David. Los autores del ataque fueron detenidos y están a la espera de juicio. ED ALCOCK


Unos meses después de la conversación telefónica, en el apartamento de su hijo, David, en el distrito XVI de París, los Pinto —Roger; su esposa, Mireille, y David— relatan con detalle las dos horas en que pasaron secuestrados en el domicilio donde vivían desde hacía 37 años. Muestran orgullosos una foto. Es una casa de estilo vagamente alemán, de 300 metros cuadrados y 800 de jardín, un oasis idílico en la banlieue parisiense, el último lugar donde habrían imaginado que correrían peligro.

Los atracadores eran cinco, recuerdan. Los Pinto acababan de volver de vacaciones en la Costa Azul. David, que aquel día se hospedaba con sus padres, se levantó primero, se dirigió a la cocina para hacerse un té y vio que la tetera no funcionaba: la electricidad estaba cortada. Bajó al sótano para comprobar el contador y fue entonces cuando le atacaron. “Si no haces lo que te decimos, te matamos”, recuerda que le dijeron. Subieron a por los padres y los ataron a los tres. Roger recuerda que le pusieron un destornillador en el cuello. A David le arrancaron la estrella de David que llevaba en un collar. Los encerraron en una habitación mientras desvalijaban la casa. Llamaron a la policía. Cuando los agentes llegaron, los atacantes se habían marchado.

Ahora la casa está en venta y ellos buscan apartamento en París, en un lugar donde se sientan más seguros.

En la última década, 60.000 franceses han tomado el ‘alya’, el regreso a Israel
El movimiento de los Pinto —de la banlieue, donde las etnias y religiones viven mezcladas, a los barrios más homogéneos y seguros para ellos en la capital— no es insólito. Algunos hablan del alya interior. Alya es la palabra hebrea que designa la inmigración a Tierra Santa. El alya interior, término impreciso y que muchos judíos rechazan, designaría esta inmigración de barrios inseguros a barrios más seguros dentro de la propia Francia, movimiento que a veces puede ser el prólogo a la auténtica alya. En los últimos 10 años, 60.000 judíos franceses han tomado el camino a Israel, según datos citados en el diario Le Monde por el historiador Marc Knobel, asociado al Consejo Representativo de las Instituciones Judías en Francia.

El caso de Pinto es común en la última ola de antisemitismo: una combinación de prejuicios antisemitas de larga tradición que ahora se manifiesta en el acoso a personas mayores dentro de su vivienda y en barrios obreros. En los casos de Sarah Halimi y de Mireille Knoll, los atacantes eran vecinos.

“El antisemitismo tradicional, de extrema derecha, base nacionalista y motivos cristianos está hoy marginalizado”, dice el historiador Pierre-André Taguieff, que acaba de publicar el libro Judéophobie. La dernière vague (Judeofobia. La última ola). Taguieff distingue este antiguo antisemitismo “que sobrevive” pero sin una presencia central en la sociedad, del nuevo antisemitismo “que emerge”, y que consiste, dice, en “una judeofobia islamizada o yihadizada”. “Los judíos en Francia tienen razón de tener miedo porque su inseguridad física, social y cultural está en juego”, dice Taguieff. “Creo que este miedo ha sido buscado por los ambientes islamistas”.

[IMG2=JSON]{"data-align":"none","data-size":"full","src":"https:\/\/ep01.epimg.net\/elpais\/imagenes\/2018\/06\/16\/eps\/1529146335_293127_1529312814_sumario_normal.jpg"}[/IMG2]La cadena con la cruz de david que le arrancaron a David Pinto era similar a esta. ED ALCOCK


El viejo antisemitismo francés es el de la extrema derecha y hunde sus raíces en el antisemitismo católico y nacionalista del siglo XIX. La fractura ideológica de la primera mitad del siglo XX —fractura que derivó en una guerra civil latente que cristalizó en la ocupación nazi y el colaboracionismo durante la Segunda Guerra Mundial— tiene que ver con la relación de la Francia mayoritaria con la minoría judía. Y tiene un nombre: Alfred Dreyfus, el capitán del Ejército injustamente condenado por traición. El caso Dreyfus partió Francia en dos y marcó las divisorias de las décadas siguientes: entre laicos y ultramontanos, entre progresistas y reaccionarios, entre la Francia cosmopolita y la Francia ultra. El antisemitismo francés fue, hasta bien entrado el siglo XX —incluso después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Estado francés cooperó con los ocupantes nazis en la deportación y el exterminio de los judíos—, una marca de la extrema derecha.

Ya no es así. Como dice Taguieff, persiste en grupúsculos ultras y neonazis, así como en una extrema izquierda donde el antisionismo y el antisemitismo a veces se confunden. Pero ha mutado. Hoy el antisemitismo avanza en ámbitos islamistas, entre un sector de la población francesa de origen norteafricano que proyecta en sus compatriotas judíos una mezcla de prejuicios seculares, de resentimiento político por el conflicto israelo-palestino y de agravio social que atribuye al judío su marginación en la República. Que sea en Francia donde la ola antisemita se note con más crudeza no es casualidad, dada la fuerte presencia de ambas comunidades. En Francia viven unos 770.000 judíos, según los datos de Fourquet y Manternach, y unos cinco millones de musulmanes.

El consenso en Francia sobre el peligro real del antisemitismo es amplio, como lo demuestra la voluntad de los principales líderes políticos, de la extrema izquierda a la extrema derecha, de asistir a la marcha de París tras el asesinato de Mireille Knoll. Desde el antiguo Frente Nacional de Marine Le Pen (rebautizado como Reagrupamiento Nacional), que con retórica antiinmigración (y antimusulmana) también suma algunas simpatías entre la comunidad judía, hasta La Francia Insumisa del exsocialista Jean-Luc Mélenchon, todos quisieron estar en la manifestación, aunque Le Pen y Mélenchon tuvieron que abandonarla por los abucheos que recibieron.

Las voces discordantes sobre la realidad de la ola antisemita son minoritarias. En 2011, en un libro titulado L’antisémitisme partout (El antisemitismo por doquier), el filósofo Alain Badiou y el ensayista Eric Hazan sostenían que calificar de antisemitas las posiciones de una parte de la juventud francesa negra y árabe “no es de ningún modo la descripción de una situación real, sino una operación de estigmatización”. Estigmatización de una minoría, según esta visión, con la acusación de antisemitismo, arma arrojadiza desde la Francia hegemónica contra los jóvenes de origen árabe.

Quienes más amenazados se sienten son los judíos de clase media y trabajadora
Un paseo por los barrios y banlieues donde han ocurrido la mayoría de actos antisemitas estos años ayuda a explicar la sociología de este fenómeno. Se trata de espacios obreros y multiculturales donde la convivencia étnica y religiosa es estrecha. Se podría hacer un tour macabro por los escenarios de de los ataques recientes —y casi todos se encuentran en los barrios populares y banlieues del este de París— y no habría nada que ver. Son lugares banales, sin historia, sin trazo alguno de violencia. Rompen la idea de que en Francia haya guetos, aunque el éxodo de los judíos en el interior de Francia podría crearlos: algunos judíos educados en escuelas públicas prefieren ahora llevar a sus hijos a escuelas privadas judías, donde están menos expuestos a la discriminación. Y contradicen el rancio prejuicio antisemita del judío rico: quienes más amenazados se sienten por la nueva ola antisemita no son los judíos que viven en el París acomodado, sino personas de clase media y trabajadora, pequeños comerciantes, asalariados o jubilados.

El conflicto, aunque contaminado por las crisis de Oriente Próximo, es más francés de lo que parece a primera vista. Una parte considerable de los musulmanes franceses tiene su origen en Argelia, que se independizó de Francia en 1962. Y gran parte de los judíos franceses —de hecho, todos los entrevistados para este reportaje— son sefardíes que provienen de la Argelia francesa o el Túnez o el Marruecos coloniales.

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Edificio de París en el que Mireille Knoll, de 85 años y superviviente del Holocausto, fue asesinada el 23 de marzo. Los agresores —un vecino de Knoll de 29 años que la conocía desde niño y otro de 21 años— entraron en el apartamento de la víctima y la apuñalaron 11 veces antes de prenderle fuego. Uno de ellos gritó “¡Alá es grande!” mientras la acuchillaba. El asesino de mayor edad confesó a la policía que el otro le dijo: “Es judía, debe tener dinero”. ED ALCOCK


Alain Benhamou tenía 17 años cuando llegó a Francia desde Argel. Era el año de la independencia y, como centenares de miles de franceses de origen europeo y de franceses judíos, hicieron las maletas y cruzaron el Mediterráneo hacia Europa. “Los conozco bien, a los argelinos”, explica en un café cerca de la estación de Villemomble, un municipio en el extrarradio de París. “Contrariamente a lo que ocurrió en Francia después, nunca sentí el antisemitismo en Argelia”. Tampoco en Francia, hasta principios de la década pasada. Recuerda un primer incidente traumático por aquella época. Su hija llevaba un colgante con la estrella de David y unos compañeros de clase en la escuela pública de Bondy —la misma ciudad donde residen los hermanos Azoulay y donde vivían los Benhamou— le dedicaron insultos antisemitas. Fue un primer aviso. El segundo llegaría unos años más tarde.

El 22 de julio de 2015 por la mañana Benhamou y su esposa se marcharon de vacaciones a Turquía. Activaron la alarma que protegía su apartamento. Por la noche recibieron una llamada de la empresa de vigilancia que controlaba el sistema. Alguien había entrado por la cocina rompiendo el cristal. Benhamou cree que, al sonar la alarma, los intrusos se marcharon y se escondieron en el aparcamiento del edificio. La policía se acercó, pero vio que la puerta estaba intacta y se marchó sin entrar en el apartamento. Los ladrones regresaron para rematar la faena. En un armario encontraron perfumes y pintalabios de la esposa de Benhamou. Con un pintalabios, dejaron escrito en una pared: “Sucio judío. Viva Palestina”.
Alain Benhamou saca una carpeta con recortes y documentos, y muestra la foto de la pared con la pintada antisemita. “A partir de este momento decidimos que debíamos abandonar la ciudad de Bondy”, dice. Llevaban allí, él y su esposa, 41 años. Tardaron seis meses en mudarse a un nuevo apartamento en la vecina ciudad de Villemomble, más tranquila, más rica, menos multicultural también. Durante estos meses, antes del traslado de Bondy a Villemomble, Benhamou guardó un bate de béisbol junto a la cama, por si acaso. ¿Irse a Israel? Lo pensó hace años, cuando se jubiló, pero sus hijas y nietos viven en Francia, que es su país.

Como otros muchos judíos, después de un ataque los Benhamou se mudan a otra ciudad
“En Israel nos sentimos más seguros que aquí”, responde Mireille Pinto, que desde el asalto a su casa, y a la espera de venderla y trasladarse a París, tiene dificultades para dormir y está en tratamiento. Pero añade: “Marcharse de Francia sería darles la razón”.

Armand Azoulay es el padre de Jacob y Nathaniel, los muchachos atacados con una sierra en Bondy. También es el presidente de la Comunidad Judía de Bondy. Para evitar que se le identifique como judío, Nathaniel, el pequeño, ha dejado de ir por la calle con la kipá. Su hermano Jacob continúa llevándola. El padre, en su despacho de la agencia de viajes que regenta, se resiste a tener miedo: “Le explicaré por qué. Como judío y como practicante, siempre tengo confianza en Dios. Sin él ya no estaríamos aquí. Así que siempre somos optimistas sobre el fondo de las cosas, lo que no nos impide ser lúcidos”. ¿Irse a Israel? “Si me voy, ¿qué significa? Que no hay esperanza. Este es el problema. Pero es evidente que, si las cosas continúan así, habrá que pensar en ello”.

Fuente
 
La inmigración y el flautista de Hamelin


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Entrada de inmigrantes ilegales en Ceuta / Imagen: Twitter


El último asalto masivo a la valla fronteriza de Ceuta con una violencia inusitada por parte de varios cientos de inmigrantes ha traído mucha cola mediática en todos los sentidos. La avalancha ha encontrado, como era de esperar, partidarios y defensores que exculpan a los violentos diciendo que "sólo quieren entrar en España" o razones de similar ingenio y nivel intelectual algo inferior al que pueda tener un atún.

Los partidarios y defensores de un fuerte control migratorio, de expulsión de ilegales o de devoluciones en caliente y, por descontado, de un castigo adecuado a los violentos, se han visto nuevamente tratados como gentuza antisocial, nostálgicos, xenófobos, etc...

El mensaje que se lanza al exterior es simplemente una triste confirmación del grado de desorden político, intelectual y moral que aqueja a la sociedad española, y una evidencia de la quiebra sicológica y espiritual de gran parte del país.

Cierto es que los gobernantes manifiestan diariamente su impotencia y su ineficacia para proteger las fronteras. Pero no menos cierto es que, dentro de éstas, una parte significativa de la población exige a las autoridades con la fuerza del número y por medio de la movilización callejera (y con un brío que no manifiesta para causas más justas, urgentes y sobre todo patrióticas) que haga todo lo necesario y posible para acelerar el proceso de descomposición de España, completar su ruina y sumir al país en el caos y la destrucción pidiendo la abolición de las fronteras, exigiendo acoger refugiados y facilitando más y más la inmigración masiva y descontrolada. La consigna actual de toda esta gente es: quitar las vallas, abrir las puertas de par en par y permitir el libre paso de todo aquel que quiera venir a España. Acoger a todos.

Observando estos acontecimientos con la sangre fría que nos exige la gravedad de la situación y la inminencia de la tragedia que estamos viendo crecer y afianzarse ante nuestros ojos, vemos que la inoperancia de nuestro Gobierno para garantizar la inviolabilidad de nuestra soberanía ante el asalto continuo de nuestras fronteras, y la complicidad explícita y sin disimulos con éstos de una parte importante de la ciudadanía que ha perdido literalmente la cabeza, guardan una relación íntima y hasta lógica.¿Pues, por qué defender las fronteras de una nación si el pueblo de esa nación pide a gritos la invasión y el propio gobierno la propicia y desea?

Creo poder afirmar que nos encontramos ante una situación inédita en la historia de la Humanidad. Aquello de "nada hay nuevo bajo el sol" se convierte en una falsedad ante la locura colectiva del pueblo español, que corre a su perdición contento de sí mismo, orgulloso de su vocación suicida.

Algunos se preguntan por qué en España se ha llegado al absurdo y demencial extremo de reclamar aquello que cualquier inteligencia medianamente constituida sabe que es altamente pernicioso, dañino y aun mortal para un país, a saber, la acogida descontrolada de unos mal llamados refugiados que están generando desasosiego en las sociedades que los han recibido. Podemos, sí, apuntar a la quiebra cultural, moral y espiritual, que es el corolario de décadas de una perversa manera de entender las cosas esenciales de la existencia: llevamos en España muchos años de auténticas perversiones en todos los órdenes de la vida nacional como para sorprendernos del resultado obtenido, consecuencia inevitable de una larga empresa de demolición de todo cuanto hay de noble y de sagrado en la idea de patria, de bien común, de solidaridad entre los miembros de una misma historia, una memoria compartida y un destino común. España se ha vuelto un país insignificante, una sociedad mediocre, una nación intrascendente. Todo cuanto hizo una vez su nobleza y su gloria ha sido arrasado por el egoísmo y la rivalidad fomentadas entre los hijos de una misma tierra y una misma sangre. El pueblo se ha vuelto una masa amorfa, sin personalidad, sin carácter, sin grandeza, con desapego y ojeriza hacia los propios, con un extraño e injustificado amor por los forasteros.

España está enferma y en su febril desvarío ve a sus hermanos como enemigos y a los extraños como aliados. Nadie medianamente lúcido pude ver en estas manifestaciones de solidaridad con esos famosos refugiados el signo de una salud moral digna de encomio y homenaje, como pretenden hacernos creer. Al contrario, es el sistema de las mentes trastornadas, de los corazones podridos, de las almas malas. Cuando en una sociedad o en una familia se prefiere sistemáticamente a los forasteros antes que a los paisanos, a los extranjeros antes que a los compatriotas, a los hijos ajenos antes que a los propios, esa sociedad o esa familia han dejado de ser normales, se han desviado del recto camino que dictan los sanos instintos del hombre y ordena el buen gobierno de las naciones. Y eso no puede traer sino dolor y sufrimiento.

Las causas que han llevado a ese desvarío son muchas y son conocidas por los que saben que nada hay que no sea inducido y provocado por quienes tienen los medios y los conocimientos para hacerlo. Estamos asistiendo sin duda alguna a la implementación de experimentos sociales de una gran complejidad técnica y de alcance insospechado. Los amos del juego dominan a la perfección los instrumentos altamente sofisticados de la manipulación y acondicionamiento de los comportamientos. Y el rebaño está respondiendo adecuadamente a los estímulos a los que viene siendo sometido desde hace años y desde una multiplicidad de fuentes y frentes. El lavado de cerebro, la manipulación, la propaganda, han hecho maravillas en el cerril rebaño lanar que corre balando hacia donde lo llevan los perros del pastor.

Todo ocurre un poco (o un mucho) a la manera del cuento del flautista de Hamelin: la flauta portentosa suena y las ratas van en tropel hacia donde se les indica, encantadas e hipnotizadas por la magia del sonido, perdido todo sentido de prudencia, todo resto de cautela, todo vestigio de sensatez, toda señal de inteligencia, todo rastro de discernimiento. El flautista toca en nuestras calles, en nuestros medios, en nuestros pueblos y ciudades: no hay más voluntad que seguir esa música que hechiza con los sones de la falsamente enriquecedora multicultura, de la febril empatía, de la vocinglera solidaridad, de la enfermiza adhesión a la causa del extraño, del anormal desprecio al propio. Hemos perdido, como las ratas del cuento, cualquier prudencia, cautela, sensatez, inteligencia, discernimiento, sentido común. Sólo podemos, sólo queremos, seguir al flautista que sigue tocando y cautivando a las masas, haciéndolas caminar al son que quiere, aunque sea para su propia perdición.

Como en el cuento.

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Inmigración: Esto sólo acaba de empezar

Por Yolanda Couceiro Morin


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La izquierda (el mundo bienpensante en realidad) tiene desde hace tiempo “sus” pobres en propiedad, como antaño las señoronas de la buena sociedad tenían los suyos para darle la sopa caliente los domingos a la salida de misa. Estos “nuevos pobres” de nuestros buenos progresistas (de izquierda tanto como de derecha o de centro: cada vez es más difícil hacer la diferencia entre la gente de Podemos, del Psoe y del PP o de Ciudadanos en estas cuestiones) son los inmigrantes en general y los musulmanes en particular.

Las otras pobrezas, las otras precariedades, las de los nacionales, los autóctonos, no existen ni se muestran (no vaya a ser que se resienta el discurso oficial de esa visión). Un pobre nativo carece de glamour, suscita poco interés, además no puede ser un verdadero pobre ya que es blanco, europeo, etc… Su pobreza no puede ser más que sospechosa, ficticia, tal vez simulada, en todo caso exagerada, posiblemente merecida.

La verdadera pobreza no puede venir más que de fuera: el Otro es el pobre auténtico. Las otras pobrezas, las otras precaridades, las nuestras, no existen, peor aun: están discriminadas. De todas maneras, un pobre que no fuera más que nacional, europeo, no perteneciente a ninguna minoría, es necesariamente un pobre sin encanto, un pobre vulgar, un pobre cutre, un pobre que sin duda se merece ser pobre.

La pobreza, supuesta o real, de esos buenos inmigrantes, refugiados, musulmanes sobre todo, es una pobreza que tiene el mérito de ser exótica, hasta “chic“, una pobreza fotogénica, que tal vez le recuerda a algunos sus vacaciones veraniegas por tierras lejanas, en paisajes con palmeras, arenas calientes y mercadillos abigarrados… La pobreza de estos exóticos, que ahora llegan a nuestras playas y deambulan por nuestras calles, bien merece un selfie. Los buenos salvajes de esa especie de “occidentales por el mundo” pagados de sí mismos, ya los tenemos entre nosotros, sin necesidad de ir a buscarlos a domicilio durante el puente de Semana Santa.

Pero la peor pobreza es la de esos pijoprogres y demás buenistas autocomplacidos, de nuestros humanistas sin pecado concebido, pobreza mental, pobreza espiritual, que les permite verse a sí mismos como los humanistas del tercer milenio, como los héroes de un tiempo sin heroicidad ni valor, como los referentes morales de una sociedad ayuna de auténtico mérito. En realidad son unos traidores, unos renegados, los protectores y favorecedores de la invasión en marcha, los cómplices necesarios de la destrucción de su propios países.

Todos los crímenes, todas las fechorías, de esa inmigración siempre son perdonados, minimizados, escondidos y hasta justificados. La culpa es del racismo, la marginación, el rechazo, los prejuicios, la culpa es siempre del Occidente corrupto y corruptor… Cuando Mohamed, Rachid y compañía violan, en solitario o en manada, nunca son culpables de nada, hasta las feministas salen en su defensa: las leyes y costumbres del país que no entienden, el estrés de su condición de parias, su precariedad material, su inestabilidad emocional, las mujeres que nos vestimos de manera un tanto provocadora, sin respetar la cultura de los violadores, etc…


Los problemas de los “refugiados” no afectan a los privilegiados

Hay que decir que los problemas y conflictos que traen estos inmigrantes, estos “refugiados” y demás visitantes indeseados, no afectan, por regla general a los privilegiados de esta clase de pijoprogres que son la mayoría de los amigos de la multicultura y la inmigración. Estos viven, por regla general, lejos de los barrios populares, de los campamentos, de las zonas afectadas en mayor o menor medida por este fenómeno. Ven el problema desde la barrera y pontifican desde la seguridad de sus vidas confortables y sus privilegios de clase. “¡Que aguanten los de abajo!”. Y en efecto, son “los de abajo” los que están en primera fila y los que padecen en carne propia este problema. Los predicadores de la tolerancia la diversidad y la convivencia no tienen idea de lo que eso significa. O peor aun: si lo saben y no les importa.

Estos inmigrantes tienen una cultura y tradiciones antagónicas a las nuestras. Este antagonismo no es involuntario, no es un antagonismo de pordioseros incapaces de reflexionar. Por el contrario se trata de un antagonismo fomentado a conciencia por sus jefes políticos y religiosos. Es el discurso de los líderes comunitarios de esa inmigración, las consignas de los cabecillas de esa invasión, son las sermones habituales que se predican en la inmensa mayoría de las mezquitas.


La respuesta de nuestros lloriqueos

La mayoría de los países de donde provienen estos inmigrantes están repletos de millones de hombres jóvenes ociosos que no pueden tomar mujer en esas sociedades. En sus países están controlados, encuadrados, vigilados y reprimidos por regímenes autoritarios, muchas veces totalitarios, siempre represivos y dispuestos a la violencia contra los revoltosos y los descontentos. Son hijos legítimos de ese clima de permanente violencia y opresión que es el día a día de esas sociedades. Sueltos en nuestra blanda y tolerante Europa, estos jóvenes fanatizados por su religión y llenos de frustración y resentimiento se vuelven literalmente locos ante las realidades de nuestras sociedades abiertas y tolerantes. Contrariamente a las jóvenes generaciones de occidentales, estos no tienen ninguna duda acerca de la superioridad y legitimidad de sus valores religiosos y sus aspiraciones políticas.

La única respuesta que ofrecemos a estos desafíos son nuestros lloriqueos, nuestra culpabilidad, nuestro masoquismo, nuestras vanas polémicas, para distraernos todavía un poco más de nuestro aburrimiento de occidentales cansados y estériles, esperando que la situación empeore dramáticamente para poder decir que ya es demasiado tarde para hacer nada…

Sic transit gloria mundi

Fuente
 
Las otras ‘manadas’ que no tuvieron juicios mediáticos en España: ¿adivinas el motivo?

VIERNES, MAYO 04, 2018

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En España ha habido una gran polémica por la sentencia de “La Manada”, que vino precedida de un juicio paralelo en los medios, juicio que no tuvieron otros casos similares. ¿Por qué razón?

He estado investigando un poco en hemerotecas y en las webs del Ministerio del Interior y de la Policía Nacional, y me he encontrado con las siguientes noticias de abusos sexuales en grupo ocurridos en los últimos años y que no merecieron la atención de los grandes medios, y por las que no han montado protesta alguna ni los grupos feministas ni los partidos de izquierda que ahora arremeten contra los jueces del caso “La Manada”:
Estoy seguro de que los datos que he indicado en negrita no han tenido que ver con el silencio abrumador de los medios, de las organizaciones feministas y de los partidos mayoritarios sobre estos casos. Todo debe ser pura casualidad, o a lo mejor hay alguna otra razón que se me escapa y que seguramente alguien tendrá la amabilidad de explicarme.


Por Elentir
 
Un atentado en Nueva Zelanda deja al menos 49 muertos tras el tiroteo en dos mezquitas

Hay al menos 48 heridos y cuatro detenidos, tres hombres y una mujer
Vídeo del atentado de Nueva Zelanda de Christchurch difundido en directo a través de Facebook Live

Pablo M. Díez@PabloDiez_ABC
Corresponsal en Asia. Actualizado:15/03/2019 10:49h

El horror golpea a Nueva Zelanda, un país donde, afortunadamente para sus habitantes, casi nunca pasa nada. Rompiendo en mil pedazos esa anodina tranquilidad, un ataque coordinado contra dos mezquitas en la ciudad de Christchurch ha dejado, de momento, 49 muertos y 48 heridos, de los que muchos están graves, según informan las agencias internacionales. Para hacer aún más espeluznante este salvaje atentado, uno de los atacantes ha difundido el ataque a través de Facebook Live. Ataviado con un traje negro que parece ser ropa de asalto y armado con fúsiles automáticos, en un vídeo colgado en internetaparece llegando con su coche a una de las mezquitas y disparando contra todo lo que se mueve, que a esa hora estaba llena para el rezo del viernes, el más importante para la religión musulmana. Se calcula que en una de las mezquitas había entre 300 y 500 personas, incluidos varios jugadores del equipo de criquet de Bangladés, que mañana tenía previsto disputar un encuentro contra del de Nueva Zelanda. Tal y como se aprecia en las imágenes, el atacante lleva escritos en las armas numerosos nombres que parecen hacer referencia a luchas históricas contra los musulmanes. Además, en las redes sociales circula un manifiesto de los atacantes con comentarios despectivos sobre esta religión y los inmigrantes musulmanes que llegan al país. Junto la mezquita de Al Noor, el otro edificio atacado es el Centro Islámico Lindwood.

«Este tipo de violencia e ideología extrema no tiene ningún sentido en Nueva Zelanda. Esto no es lo que somos», ha lamentado de inmediato la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern. Tras afirmar que se trata de «un acto de violencia extraordinario y sin precedentes», ha calificado esta triste jornada como «uno de los días más negros de la historia de Nueva Zelanda». Por su parte, el jefe de la Policía, Mike Bush, ha anunciado la detención de una mujer y tres hombres, uno de los cuales será puesto a disposición judicial mañana acusado de asesinato. Uno de los asaltantes ya ha sido identificado como Brenton Tarrant, un australiano del Estado de Nueva Gales del Sur, según indicó una fuente policial de ese país a la televisión TVNZ. «Hay cuatro personas bajo custodia. No nos consta que haya más pero no podemos asumir que no haya más», indicó el mando policial.


Imagen de uno de los atacantes difundida en Facebook Live


Imagen de uno de los atacantes difundida en Facebook Live - Reuters


Al parecer, ninguno de los detenidos estaba fichado. Para hacer el mayor daño posible, habían colocado además varios artefactos explosivos en sus vehículos, que la Policía ha conseguido desactivar. Ante la alarma generada, el Gobierno ha decretado el estado de máxima alerta y la Policía ha cerrado la ciudad de Christchurch, recomendando a sus vecinos permanecer en sus casas por si hay más atacantes sueltos. Las mezquitas y escuelas de todo el país han sido clausuradas hasta nueva orden entre el pánico generalizado, ya que el ataque ha sido una gran sorpresa en este apacible archipiélago por sus bajísimos índices de delincuencia. Situada en la isla sur de Nueva Zelanda, los únicos titulares que había acaparado la ciudad de Christchurch en los últimos años se debían a los terremotos que sufrió entre 2010 y 2012, destacando uno que dejó 185 muertos el 22 de febrero de 2011.
Desde Australia, el primer ministro Scott Morrison se ha solidarizado con sus vecinos: «Estamos horrorizados, consternados, indignados y condenamos este ataque cometido hoy por un terrorista, un violento extremista de derechas».

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  • Matanza en dos mezquitas de Nueva Zelanda
  • Matanza en dos mezquitas de Nueva Zelanda
  • Matanza en dos mezquitas de Nueva Zelanda
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La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, ha afirmado que el asalto fue «un acto de violencia extraordinario y sin precedentes», en lo que calificó como «uno de los días más negros de Nueva Zelanda». «Este tipo de violencia no tiene ningún sentido en Nueva Zelanda. Esto no es lo que somos», dijo en rueda de prensa.

Imágenes del atentado en Nueva Zelanda divulgadas por la televisión mostraron a un hombre detenido al lado de un todoterreno blanco que fue embestido por un coche de la policía. Los agentes mantienen acordonada gran parte de Christchurch, donde miles de estudiantes han quedado confinados en las escuelas hasta que se haya garantizado la seguridad en las calles.


Uno de los tiroteos del atentado en Christchurch (Nueva Zelanda), fue retransmitido en directo a través de las redes sociales por uno de los asaltantes, que aparece con ropa militar dentro del centro de culto disparando a bocajarro a varias personas con un arma automática de la que cambió el cargador al menos dos veces.


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Un pequeño paréntesis en la fiesta multicultural que nos han montado nuestros irresponsables políticos buenistas: todos los musulmanes y mezquitas para Occidente y mientras tanto los cristianos masacrados y perseguidos aquí y allí. Por supuesto, el cristianismo no predica ni defiende esto, sino que lo condena y lo condena de verdad. El Islam sí lo predica y lo defiende, por lo que este atentado es una especie de sub-producto de la irresponsabilidad occidental. Si estos musulmanes no hubieran estado ahí (donde no les corresponde), ¿hubieran sufrido esto? Occidente está jugando con fuego y se está quemando. Los musulmanes ya están incendiados y pretenden incendiar el mundo entero.

"Es el día más negro para Nueva Zelanda" dice un portavoz del gobierno.
No, el día más triste y negro de Nueva Zelanda fue aquel cuando decidisteis suicidaros dejando entrar musulmanes y permitiendo sus mezquitas de odio.


Tened un buen día.
 
Estaba leyendo un escueto comunicado del sitio del islam en mi país. Simplemente se limita el comentado comunicado a condenar lo ocurrido en Nueva Zelanda, dejando en claro que el fanatismo es dañino, sin importar el perpetrador.

La verdad es que no les creo.
 
La diferencia entre asesinar a 148 cristianos en Kenia y a 50 musulmanes en Nueva Zelanda

17·3·2019 · 8:19 10
Este viernes, en la ciudad de Christchurch (Nueva Zelanda), dos mezquitas fueron atacadas por un terrorista pertrechado con armas de fuego, que fue disparando a todo el que se encontraba. Un crimen horrendo cuya víctima de menor edad sólo tenía 3 años El terrorista asesinó a 50 personas, incluido un niño de 3 años de edad, Mucad Ibrahim. El asesino, Brenton Tarrant, retransmitió los crímenes en directo a través de Facebook, un vídeo que han podido ver millones de personas y que muestra a ese criminal entrando en una de las mezquitas y disparando sus armas contra todo el que se encontró en su interior. Esta masacre merece la repulsa de toda persona mínimamente decente. Espero que todo el peso de la ley caiga sobre Tarrant, y que sea confinado en una prisión de la que nunca le dejen salir: en Nueva Zelanda, afortunadamente, existe la cadena perpetua para castigar los crímenes más graves.

El diario The Guardian señala al Partido Conservador del Reino Unido

Como no podía ser de otra forma, en todo el mundo ha habido gestos de repulsa hacia esta masacre, desde dirigentes políticos y medios de comunicación, hasta líderes religiosos de distintas confesiones. Algunas reflexiones que he leído me han llamado mucho la atención. El diario progresista británico The Guardian publicó el viernes un artículo firmado por H.A. Hellyer, un autor musulmán, con este título: “La islamofobia que condujo al tiroteo en Christchurch debe ser confrontada”, en el que su autor afirma lo siguiente: “cada vez que negamos la amenaza del fanatismo antimusulmán, o subestimamos el alcance de la islamofobia -incluso en nuestro partido de gobierno, el Partido Conservador- damos socorro a los miembros de nuestra sociedad que buscan provocar el odio contra nuestras comunidades musulmanas”. En la mención al Partido Conservador aparece un enlace a una noticia que habla sobre críticas al Islam de miembros de ese partido (por ejemplo, se cita esta opinión de un político conservador: “Seremos un país musulmán bajo la ley de la sharia si el laborismo regresa”). Es decir, que Hellyer relaciona un atentado antimusulmán en Nueva Zelanda con las críticas al Islam que ocasionalmente hacen algunos políticos al otro lado del mundo.

El diario El País dice de la islamofobia lo que no dice de la cristianofobia

En la misma línea, hoy el diario socialista español El País publica un editorial con este título: “Atentado islamófobo”. El subtítulo de ese editorial hace esta afirmación: “Los discursos de odio contra la comunidad musulmana no pueden tener cabida en una democracia”. El texto termina con estas palabras: “Combatir la islamofobia es un deber y una prueba de calidad para las democracias”. Esta afirmación es llamativa en un periódico que nunca ha publicado un editorial llamando a combatir la cristianofobia, a pesar de ser el principal motivo de persecución contra los creyentes (en el mundo, 3 de cada 4 perseguidos por razón de sus creencias son cristianos) y siendo, como es hoy, el motivo del 77% de los ataques contra la libertad religiosa en España. Unos ataques que medios izquierdistas como El País suelen invisibilizar, tal vez porque gran parte de esas expresiones de odio proceden de la izquierda política. Ese periódico es, de hecho, un claro ejemplo de medio con prejuicios anticatólicos: hace meses El País llegó a comparar a Irlanda con Pakistán, y también comparó a Asia Bibi -madre cristiana condena a muerte por blasfemia en Pakistán- con Willy Toledo, un actor comunista español que afronta causas penales por actitudes como mofarse de los asesinatos de católicos en la Guerra Civil española.

La desigual reacción cuando islamistas asesinaron a 148 cristianos

La doble vara de medir de los medios progresistas en relación a la islamofobia y la cristianofobia incluye también las reacciones a atentados terroristas. El 2 de abril de 2015 terroristas islamistas atacaron la Universidad de Garissa, en Kenia, asesinando a 148 cristianos. Los terroristas fueron buscando a los cristianos para asesinarles mediantes disparos y decapitaciones. El claro móvil cristianófobo de aquella masacre fue disimulado por muchos políticos y medios de comunicación. En el Parlamento Europeo, partidos izquierdistas intentaron borrar toda referencia a los cristianos en la moción de condena de la masacre. The Guardian y El País no publicaron entonces ningún llamamiento contra la cristianofobia, a pesar de que había sido claramente la motivación de aquellos terroristas a la hora de seleccionar y matar cruelmente a sus víctimas. Tampoco se han visto llamamientos políticos y mediáticos contra la cristianofobia, salvo honrosas excepciones, ante el genocidio de miles de cristianos en Nigeria, que se está llevando a cabo ante un pasmoso silencio mediático en Occidente. ¿Por qué esta doble moral? ¿Acaso las vidas de los cristianos valen menos que las de los demás seres humanos? ¿Dónde está el límite de la inquina que de políticos y medios occidentales contra el Cristianismo?

 
Nasir Isiaku, ex-miembro de Boko Haram: “Nuestros jefes nos enseñaban que cuantos más cristianos matásemos, más probabilidades había de que entrásemos en el paraíso"


Nasir Isiaku, ex terrorista de Boko Haran ha hablado para la prensa occidental tras dejar el grupo musulmán y convertirse al cristianismo.


“Nuestros jefes nos enseñaban que cuantos más cristianos matásemos, más probabilidades había de que entrásemos en el paraíso.(…) Algunas formas de entrenamiento eran bastante poco habituales. Bebíamos un agua especial, que algunos llamarían “agua espiritual”, porque no era un agua ordinaria. Recibíamos también extraños visitantes, que no se parecían en nada a los seres humanos. Se manifestaban de maneras raras. Nuestros jefes nos pedían que recitásemos algunos pasajes del Corán para hacer que aparecieran esos seres.

(…) Habíamos planeado matar a todos los cristianos de Kaduna antes de ocuparnos de otros del Norte. Antes de cada operación, bebíamos del agua espiritual y nos volvíamos impacientes de cometer el Mal.

(…) No me acuerdo de cuántas personas he matado. Tomábamos nuestras armas para disparar a las piernas. Cuando preguntábamos a una víctima “¿Quieres ser musulmán?” y respondía “no”, la degollábamos como a una cabra. Y después de haber matado al infiel, recogíamos su sangre en una pequeña copa y nos la bebíamos. Así, el fantasma de la persona degollada no podía perseguirnos en nuestros sueños. Eso era lo que afirmaba nuestro jefe. Y, en efecto, si habíamos probado su sangre, no le veíamos en nuestros sueños. Algunas veces, cuando no queríamos beber su sangre, simplemente nos mojábamos los dedos en ella y luego nos untábamos los labios con ella y eso era suficiente para impedir al fantasma que nos persiguiera en nuestros sueños”.

Se llama Nasir Isiaku y se ha convertido al Cristianismo.



Fuente
La Gaceta Europea. Información y Opinión Alternativas
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LUNES 15 de ABRIL de 2019: ARDE NOTREDAME:


La catedral de Notre Dame de París, uno de los monumentos más emblemáticos de la capital francesa y conocido del mundo, ha sufrido un terrible incendio este lunes, un suceso que puede poner en riesgo la supervivencia de este templo medieval que se erige en el corazón de la ciudad, y popularizado por novelas y películas. Por el momento, las autoridades informan de que no hay heridos.

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Francia vive una ola de vandalismo anticristiano sin precedentes
Las iglesias sufrieron durante el 2018 129 robos y 877 degradaciones de la profanación pura al vandalismo sin escrúpulos


Francia vive una ola sin precedentes de profanación de iglesias, víctimas del vandalismo «puro» al vandalismo expresamente anticristiano: de dos a tres iglesias son profanadas, cada día, durante los últimos años.

Según las cifras oficiales del Service central de rensignement criminel (SCRC), reveladas por el matutino conservador Le Figaro, las iglesias de Francia sufrieron, durante el 2018, 129 robos y 877 degradaciones, de la profanación pura al vandalismo sin escrúpulos. «Buen» o «mal» año, las iglesias francesas sufren del vandalismo de manera crónica, ante la aparente impotencia policial.

Según esa misma fuente, dependiente de la Gendarmería y el Ministerio del Interior, Francia fue víctima el año pasado 1.063 actos anticristianos: profanación de tumbas y cementerios, saqueo de iglesias, pintadas obscenas y lugares de culto, grabación de vídeos sacrílegos… Los orígenes del vandalismo son muy diversos. Las acciones anti cristianas tienen una «raíz» más atroz y endemoniada.

Consciente que se trataba de un problema de inmenso calado, religioso, cultural, social y político, el Episcopado francés creó hace dos años un servicio especial de seguimiento de ese conflicto, pidiendo a los sacerdotes de toda Francia que comunicasen a la jerarquía religiosa los actos de vandalismos o las profanaciones, presentando siempre querellas, ante juzgados y comisaría, tras todos los actos de los que tuviesen directa. Se estableció una estadística oficiosa que coincide con las estadísticas policiales: de 2 a 3 iglesias son víctimas del vandalismo, cada día, desde hace varios años. Los centenares de querellas y denuncias presentadas por los sacerdotes solo han tenido un éxito policial y jurídico muy relativo. Se han detenido a muchos malhechores. Pero han quedado en libertad muchos otros.

La Iglesia y el Ministerio del Interior establecen una diferencia clara, muy nítida, entre los robos de tipo puramente crapuloso (en aumento, igualmente) y los ataques con «vocación» expresamente anti cristiana, de muy diversa índole. Tabernáculos y sagrarios de muchas iglesias, donde se guarda el Santísimo Sacramento, son profanados, dispersando las hostias por el altar para mejor profanarlas con heces.Muchos altares han sido «escenario» de bajas pasiones obscenas. Grupos «musicales» han llegado a filmar vídeos con canciones «duras» utilizando como «fondo» un altar mayor. La figura de Cristo, en la cruz, ha sido profanada y violada, en muchas ocasiones, mutilando pies y manos de manera atroz. Son innumerables las pintadas obscenas con las que se han profanado tumbas e iglesias…

A juicio de la jerarquía eclesiástica, las iglesias católicas no tienen «vocación» a estar cerradas ni «vigiladas» por militares o anti disturbios. Salvo en los casos excepcionales, como es el de la catedral de Notre Dame, en el corazón histórico de París. De ahí que sea relativamente fácil penetrar en una iglesia de pueblo, cuando cae la noche, para cometer todo tipo de tropelías.

Monseñor Ribadeau Dumas, secretario general del Episcopado, comenta la crisis en curso de este modo: «Iglesias incendiadas, profanadas… jamás podremos “habituarnos” a la inmensa tragedia de esas violencias sacrílegas». Y agrega: «Nuestra sociedad tiene una cierta tendencia a despreciar a la iglesia católica: está en el aire de la época la agresión contra nuestras iglesias, donde los fieles estamos unidos en la comunión en la misma fe».

Varios diputados han pedido a Emmanuel Macron la creación de una misión parlamentaria, destinadas a estudiar la tragedia en curso, para proponer una «respuesta» práctica, policial, política, cultural. Se trata de una «vía» administrativa compleja e imprevisible, cuando el vandalismo sigue siendo una «marea negra» y que sigue su amenazante curso como un torrente endemoniado.

Hace apenas diez días, la Iglesia de Saint-Sulpice, en el corazón histórico de París, uno de los templos emblemáticos de la historia religiosa y cultural de Francia, fue víctima de un incendio de origen desconocido, oficialmente. La jerarquía religiosa ha descartado el ataque anticristiano. Queda en el aire la evidencia: vandalismo ciego, sin consecuencias dramáticas, pero altamente simbólico. El incendio de Saint-Sulpice quizá sea el más llamativo de los actos de vandalismo, en una plaza y un barrio altamente simbólico de la historia cultural y religiosa de París y de Francia.

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Rescato comentario de un lector:
Este tipo de fatales sucesos en el corazón de Eurabia, ya no es posible pensar en que sean fortuitos. Demasiadas circunstancias adversas como para pensar en el buenismo estúpido. Otra cosa es que las pruebas de posible e hipotético sabotaje se hagan públicas o se oculten de forma sistemática como viene sucediendo desde que Oriana Fallacci intentara despertar las conciencias - con escasísimo éxito - en una Europa en total Decadencia. Supongo que el Papa comunista de la Pampa reforzará la Guardia Suiza del Vaticano si no quiere que la Capilla Sixtina sea pasto de las llamas mahometanas.

Amor,
Ibero
 
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Ciertamente hay motivos para declarar la Guerra Santa contra el mundo occidental moderno e imperialista. Pero una verdadera Guerra Santa es algo muy diferente de lo que intepretan y realizan los rivales de occidente. Una Guerra Santa debería dar prioridad a una lucha por medio de la educación, la cultura y la predicación. Debería ser una lucha mental y espiritual. Solo debería usar la lucha armada en caso excepcional en que no haya más remedio para defenderse; no para atacar.

Hay motivos para luchar contra la modernidad secularista y contra el imperialismo. Pero no contra la diversidad de religiones. Esto es un error; tanto por parte de cristianos y judios que luchan contra musulmanes, como por parte de musulmanes que luchan contra cristianos y judios. Todas las religiones deberían unirse contra los males del mundo moderno secularista e imperialista o globalista.

El incendio de la catedral de Notre-Dame es probablemente un trágico accidente que no tiene nada que ver con la guerra entre el mundo occidental moderno y el mundo islámico.