un fuerte de luz contra mentiras troyanas

Ese tipo Samael Aún Weor no solo fue acusado de crímenes sino que peor, era un idolatra como el put... papa Francisco que promueve el mal guadalupano.

Si solo leyeran la Biblia, no andarian detrás de magias, idolatría, vírgenes, ídolos de yeso e imágenes o iconos. Cosas abominables a los ojos de Dios. Quien tiene a Cristo ya lo tiene todo.

Pero en ves de decir Cristo apunta al ídolo. Y la idolatría solo traerá maldición a los pueblos. Y se está extendiendo por el mundo.

 
La ciencia de los milagros.

Cuando Jesús caminó sobre las aguas del Mar de Galilea, iba con su cuerpo en estado de Jinas. Pedro pudo librarse de los grillos, y salir de su prisión, gracias a un ángel que lo ayudó a poner su cuerpo en estado de Jinas.

La Jerusalén Celestial del microcosmos-hombre, está llena de formidables poderes divinos.

Con la meditación interna lograréis desarrollar los ocho grandes poderes místicos y os convertiréis en modelos vivientes de la futura Jerusalén Celestial.

Se necesita mucha paciencia y muchos años de práctica para educar, desarrollar y vigorizar los ocho grandes poderes místicos.

En estas prácticas de Jinas, los devotos deben ser pacientes. Hay que perseverar días, meses y años, hasta educar, desarrollar y vigorizar totalmente los ocho grandes poderes místicos. En estado de Jinas obramos sobre la naturaleza con los poderes de las siete iglesias.

Se necesita fe, tenacidad, paciencia, castidad, caridad y supremo amor por la humanidad. Estas virtudes son indispensables. Así lograréis desarrollar los ocho poderes místicos de vuestra propia Jerusalén Celestial. Esos ocho místicos poderes pertenecen a las siete iglesias.

Aquellos que se cansan, los inconstantes, aquellos que adulteran con Jezabel (que se dice Profetisa), jamás lograrán los ocho místicos poderes de los santos.

En estado de Jinas ejercemos el sacerdocio perfecto de las siete iglesias. Todo hombre que se Cristifica, se convierte en un vivo exponente, en un vivo ejemplar de la futura Jerusalén.

Todos los vehículos internos del hombre, cuando ya están Cristificados y estigmatizados, resplandecen con la gloria del Cordero. Realmente ese es el Santo Tabernáculo de Dios con los hombres. El Señor mora en su Santo Tabernáculo. Esa es la Jerusalén Celestial dotada de poderes terriblemente divinos. Y la Jerusalén Celestial no tiene necesidad de sol ni de luna para que resplandezca en ella, porque la claridad inmaculada del Eterno la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

El santo ocho es el signo del infinito. En la médula espinal se enroscan los dos testigos del Apocalipsis formando el santo ocho. De ese santo ocho brotan todos los místicos poderes de la Jerusalén Celestial del microcosmos hombre. Ahora comprenderán los devotos por qué hablamos de ocho místicos poderes inefables.

"El muro de la ciudad tiene 144 codos, medida de hombre, la cual es de ángel" (Ap. 21: 17). 1 + 4 + 4 = 9. Hay que bajar a la novena esfera (el sexo) a trabajar con el agua y el fuego, origen de mundos, bestias, hombres y dioses. Toda auténtica iniciación blanca comienza por allí.

El Hijo del Hombre nace del agua y del fuego. "Y el que hablaba conmigo tenía una medida de una caña de oro, para medir la ciudad, y sus puertas y sus muros" (Ap. 21: 15). Esa caña de oro es la médula espinal. Por allí suben los siete grados del poder del fuego. Empuñad vuestra caña para que ejerzáis el sacerdocio de los santos.

Vosotros podéis convertiros en ciudadanos anticipados de la futura Jerusalén.

Así como antes de salir el sol, raya la aurora en el Oriente, alegrando a los pájaros, que comienzan entonces a llenar el bosque con la dulzura de sus conmovedores cantos; así también antes de la futura Jerusalén inefable, raya la aurora del Eterno con algunos vivos ejemplos de lo que habrá de ser la Nueva Jerusalén.

Desarrollad vuestros poderes internos. No codicies los poderes. No desees poderes, Cultivad las flores del loto con amor desinteresado. Cultivad vuestro precioso jardín interno y delicado, así como el pobre jardinero cultiva su jardín.

Cuando tus flores de loto resplandezcan, recuerda que todos tus poderes no son sino míseras bujías de sebo brillando como luciérnagas ante el sol resplandeciente de tu Cordero Inmolado.

Tú no eres el Maestro; tú eres tan sólo la sombra pecadora de aquel que jamás ha pecado. Recuerda que sólo tu Cordero Interno es el Maestro.

Recuerda que aunque tu Dios Interno es un jerarca del fuego, tú, pobre gusano, eres únicamente un hombre, y como tal se te juzgará siempre.

Tu Cordero Interno puede ser un Dios planetario; pero tú, pobre gusano del lodo, recuerda, y no lo olvides que tú tan sólo eres la sombra de tu Dios. ¡Pobre sombra pecadora!

No digas yo soy el Dios tal, o yo soy el Maestro tal, porque tú no eres sino una sombra que debe resolverse a morir decapitada para no servir de obstáculo a tu Dios Interno. Es necesario que llegues a la suprema humildad.
 

Samael Aun Weor sobre las Levitaciones Místicas​

Libro: La Doctrina Secreta del Anahuac

Extractos del Capitulo III - Levitaciones Místicas


Indubitablemente, es la cuarta coordenada el mismo hiperespacio de la Hipergeometría mediante el cual es posible realizar actos sobrenaturales, como son: La desaparición o aparición de un cuerpo en el espacio tridimensional de Euclides o la salida de un objeto cualquiera del interior de una caja herméticamente cerrada.


Como quiera que muchas gentes no saben ni el abecé de esta cuestión, conviene citar a variados anacoretas es que ante diversos públicos levitaron.


San Esteban, Rey de Hungría
San Dunstano, arzobispo de Canterbury
Empecemos con San Esteban, Rey de Hungría, ínclito señor medieval, muerto en el 1038, quien flotara en el aire una noche cuando oraba en su tienda.Continuemos con San Dunstano, arzobispo de Canterbury, perínclito varón de Dios, quien precisamente el día de la Ascensión, 17 de mayo del 988, se elevara milagrosamente hasta la majestuosa bóveda de la catedral.


Siguen en orden sucesivo varios esclarecidos cenobitas e insignes damas de reconocida santidad, veamos:



San Ladislao de Hungría
Santa Cristina (1150-1224), la admirable
San Ladislao de Hungría (1041-1095), renombrado anacoreta, quien en histórica noche flotara sobre el suelo mientras oraba en el famoso monasterio de Warasdin.​
Santa Cristina (1150-1224), la admirable. Ilustre mística, que habiendo sido ya dada por muerta, se elevara deliciosamente hasta la bóveda de la iglesia en pleno servicio fúnebre.


Santa Isabel de Hungría, insigne matrona; San Edmundo; Santa Ludgarda, afamada religiosa; el bienaventurado Guilles de Santarem; la misteriosa Margarita de Hungría; la espiritual Santa Dulcelina; el preclaro Santo Tomás de Aquino, famoso Señor de Sabiduría; Santa Agnés de Bohemia y muchos otros, que sumergidos dentro de la cuarta dimensión, flotaban durante el éxtasis.

Elevaciones extraordinarias, mágicos vuelos, salidas rápidas en vertical, suspensiones, ascensiones, pasadas, transportes, circuitos aéreos a gran altura, éxtasis, júbilo y arrobamiento.



Francisco de Asís
Dice la leyenda de los siglos, y esto lo saben los Divinos y los humanos, que cuando nuestro Hermano Francisco de Asís (1186-1226) llegó al ocaso de su vida, se multiplicaron sus éxtasis en el Monte averno.
Su bienamado discípulo, el Hermano León, quien dichoso le llevaba alimentos, le encontraba siempre en estado de arrobamiento fuera de su gruta, a buena altura flotando sobre la perfumada tierra. A veces llegaba hasta las hayas, desaparecía de la vista, se iba por entre la cuarta coordenada.




Santa Catalina de Ricci
Y prosiguiendo con esta temática místico-científica, no está de más citar también a Santa Catalina de Ricci (1522-1589), la muy célebre estigmatizada Priora de Prato, quien cuando en éxtasis entraba, suspendida quedaba en el medio ambiente circundante.


Muchos otros penitentes, cenobitas, como San Francisco de Paula, San Francisco de Alcántara, Santo Tomás de Villanova, San Francisco Javier, etc., se desprendían del suelo en sus éxtasis y se mantenían en el aire ante el asombro extraordinario de la conciencia pública.



Santa Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz
Casos famosos y extraordinarios por lo insólitos e inusitados, fueron, ostensiblemente, los de esa mística llamada Teresa de Ávila (1515-1582), descritos por ella misma con lujo de detalles, explicando dialécticamente cómo el mágico poder inefable la absorbía dentro de la dimensión desconocida mientras oraba; entonces flotaba ante las asombradas religiosas.
Cualquier día de esos tantos, no importa cual, aquella Santa estaba tan alta sobre el piso que no pudieron darle la hostia.
La doble levitación de Santa Teresa de Ávila y de San Juan de la Cruz en el Carmelo de Ávila, causó estupefacción, asombro general... Entonces pudo verse en el espacio a estos dos místicos en estado de éxtasis.


Aquel monje azul otrora conocido con el nombre de José de Cupertino, dicen que se elevó por los aires setenta veces. Este hecho mágico sucedió allá por el año 1650, motivo por el cual fue canonizado.
Cada vez que el mencionado eremita de dulce faz se desprendía de la dura tierra, profería un clamor. Interrogado por el cardenal de Lauria sobre este extraño y misterioso grito en el instante preciso del vuelo, el Santo respondió esotéricamente: "La pólvora, cuando se inflama en el arcabuz, estalla con gran ruido, así también el corazón, abrasado por el divino amor. ¡Amén!"
José de Cupertino


Escudriñando viejos manuscritos con tesón de clérigo en la celda, hemos hallado de la tierra sagrada de los Vedas lo siguiente:

"Aquél que meditare en el centro del corazón, logrará control sobre el Tattva Vayú (principio etérico del aire). Alcanzará también los Siddhis, poderes de los Santos, Bhushari, Khechari, Kaya, etc. (flotar en el aire, meter su espíritu dentro del cuerpo de otra persona, etc.). Alcanzará el Amor Cósmico y todas las cualidades Táttvicas divinas".

El desarrollo sustancial del corazón tranquilo es impostergable e inaplazable cuando se trata de aprender la Ciencia de los Jinas, la Doctrina de la levitación.



No está de más imitar a José de Cupertino en sus oraciones y sus éxtasis a fin de que el corazón, abrasado por el Divino Amor, se desarrolle armoniosamente capacitándonos para penetrar conscientemente con el cuerpo físico dentro de la cuarta vertical, más allá del espacio tridimensional de Euclides.

Incuestionablemente, aquellos sesenta ancianos aztecas que en el cerro de Coatepec hicieran sus operaciones y círculos mágicos para sumirse luego en la cuarta coordenada, habían desenvuelto, cada uno, por anticipado, los fuegos maravillosos del corazón.



Jesús, el gran Kabir
Jesús, el gran Kabir, sumergido con el cuerpo físico dentro de la cuarta vertical, caminó sobre las aguas del mar y esto lo saben los Divinos y los humanos.


Incuestionablemente, es Felipe, el Apóstol del Divino Rabí de Galilea, el bendito Patrón de los estados JINAS.
 
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