Tres agachadas de cabeza

-Es cierto que en Uruguay nos morimos más longevos que en otras partes del continente, pero los contabilizados por la pandemia (hoy totalizamos 30 con un viejo que se nos murió de apenas 86 años),
mueren del coronavirus y no de puro viejos. Si nuestro gobierno nos miente, acá enseguida se sabe, pues es un país pequeño, somos pocos y nos conocemos.

OK. Dale gracias a Dios.

Comparas cifras como si fueran olimpiadas. Estas seguro que no te fallta un tornillo?
Que mal que sufra tantq gente. Esa es mi opinion. No importa donde este.
Si fuera sicopata o me faltara un tornillo haria un tema MOSTRANDO
 
OK. Dale gracias a Dios.

Comparas cifras como si fueran olimpiadas. Estas seguro que no te fallta un tornillo?
Que mal que sufra tantq gente. Esa es mi opinion. No importa donde este.
Si fuera sicopata o me faltara un tornillo haria un tema MOSTRANDO

-En Uruguay no comparamos cifras, pues aun sabiéndolas porcentualmente menores que los países de la región, nos apena profundamente que en estos cuatro meses hayamos perdido 30 vidas.

-En Argentina sí los medios reiteran las que se van dando en Chile, Perú y Brasil, ya que en estos países son mayores, y de ahí que se les cumpla el refrán "mal de muchos consuelo de tontos".

-Los psicópatas -en todo el mundo-, son los que niegan la realidad juntándose y exponiéndose al contagio, pues quieren mostrar que no les preocupa cuán breve y frágil pueda ser la vida.
 
Las altivas cabezas vuelven a levantarse

No importa si la testa es calva, canosa o teñida; tampoco si es rusa, británica, estadounidense, mejicana o argentina. Tampoco importa si Dios los ayudó o no ¡porque ahora dicen tener la vacuna!

A un mundo con muy poca esperanza ya; con la desesperación asomando por muchas partes, no se le puede hablar con pesimismo ¡tampoco con la verdad porque podría ser demasiado cruel!

No es necesario ser fatalista ni apocalíptico para darse cuenta que la realidad va cediendo lugar a la fantasía ¡como si estuviésemos viviendo una película japonesa de ficción!

Se han salteado etapas; lo que se promete para los próximos meses o comienzos del año próximo, podría demorar demasiado todavía, y por lo maravillosas que sean las nuevas tecnologías, el tiempo transcurre ni apresurado ni demorado.

El todavía no manifestado Anticristo nos tiene donde quiere ¡en su puño! Comercios cerrados para no volver a abrir; empleos perdidos sin nuevos que puedan presentarse; economías nacionales arruinadas; deudas eternamente impagas; desalojos por alquileres adeudados; hambre en los hogares; ancianos abandonados; y lo que El Inicuo más disfruta: ¡iglesias cerradas que nunca se abrirán!

Por gracia de Dios, la iglesia como cuerpo de Jesucristo, todavía lo detiene, impidiéndole mayores atrocidades. Las mismas puertas del infierno no resisten al poder del Espíritu Santo que rescata a uno y otro que caminaba hacia las llamas del averno.

Gobernantes y políticos necesitan conservar sus puestos, antes que los pueblos se conviertan a la locura y ellos vuelen por los aires.

A cualquier cosa se puede llegar menos a confesar:

-Señor Dios nuestro, contra ti hemos pecado, danos lugar a arrepentimiento y muéstranos tu misericordia. Amén.