Re: TERGIVERSACIONES EN LAS ESCRITURAS
Ps. Orígenes Latino
33. Está escrito en cierto evangelio, llamado según los Hebreos (si es que place admitirlo, no como autoridad, sino para esclarecimiento de la cuestión propuesta): Díjole el otro de los ricos: ¿Qué de bueno tengo que hacer para poder vivir? Díjole: Cumple la ley y los profetas. Respondiole: Ya lo vengo haciendo. Díjole: Ve, vende todo lo que es tuyo, distribúyeselo entre los pobres, y vente, sígueme. Mas el rico empezó a rascarse la cabeza, y no le agradó (el consejo). Díjole el Señor: ¿Cómo te atreves a decir: He observado la Ley y los Profetas? Puesto que está escrito en la Ley: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y he aquí que muchos hermanos tuyos, hijos de Abrahán, están vestidos de basura y muriéndose de hambre, mientras que mi casa está llena de bienes abundantes, sin que salga nada de ella.
Y volviéndose, dijo a Simón, su discípulo, que estaba sentado a su lado: Simón, hijo de Juan, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el cielo. (Comm. in Mt. 15,14)
Puede pensarse, que este texto resaltado, que estaba en el Evangelio a los hebreos, haya sido suprimido en los demás, por el testimonio tan claro que da, de que no podemos decir que hemos cumplido la Ley, si no hemos amado a nuestros prójimos como a nosotros mismos, si les hemos dejado morir de hambre y necesidades de todo tipo.
Saludos, hermanos.
Ps. Orígenes Latino
33. Está escrito en cierto evangelio, llamado según los Hebreos (si es que place admitirlo, no como autoridad, sino para esclarecimiento de la cuestión propuesta): Díjole el otro de los ricos: ¿Qué de bueno tengo que hacer para poder vivir? Díjole: Cumple la ley y los profetas. Respondiole: Ya lo vengo haciendo. Díjole: Ve, vende todo lo que es tuyo, distribúyeselo entre los pobres, y vente, sígueme. Mas el rico empezó a rascarse la cabeza, y no le agradó (el consejo). Díjole el Señor: ¿Cómo te atreves a decir: He observado la Ley y los Profetas? Puesto que está escrito en la Ley: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y he aquí que muchos hermanos tuyos, hijos de Abrahán, están vestidos de basura y muriéndose de hambre, mientras que mi casa está llena de bienes abundantes, sin que salga nada de ella.
Y volviéndose, dijo a Simón, su discípulo, que estaba sentado a su lado: Simón, hijo de Juan, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el cielo. (Comm. in Mt. 15,14)
Puede pensarse, que este texto resaltado, que estaba en el Evangelio a los hebreos, haya sido suprimido en los demás, por el testimonio tan claro que da, de que no podemos decir que hemos cumplido la Ley, si no hemos amado a nuestros prójimos como a nosotros mismos, si les hemos dejado morir de hambre y necesidades de todo tipo.
Saludos, hermanos.