Bart;n373477 dijo:Re: También vimos allí gigantes (NEFILIN) ,hijos de Anac, raza de los gigantes.
Capítulo 7
1 Todos y sus jefes tomaron para sí mujeres y cada uno escogió entre todas y comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a enseñarles la brujería, la magia y el corte de raíces y a enseñarles sobre las plantas.
2 Quedaron embarazadas de ellos y parieron gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la tierra y conforme a su niñez crecieron;
3 y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles.
4 Entonces, los gigantes se volvieron contra los humanos para matarlos y devorarlos;
(Sal 14:4; Mi 3:3)
5 y empezaron a pecar contra todos los pájaros del cielo y contra todas las bestias de la tierra, contra los reptiles y contra los peces del mar y se devoraban los unos la carne de los otros y bebían sangre.
(Jr 12:4)
6 Entonces la tierra acusó a los impíos por todo lo que se había hecho en ella.
(Gn 6:5-11,13; Ap 12:16)
Capítulo 8
1 Y ‘Asa’el enseñó a los hombres a fabricar espadas de hierro y corazas de cobre y les mostró cómo se extrae y se trabaja el oro hasta dejarlo listo y en lo que respecta a la plata a repujarla para brazaletes y otros adornos. A las mujeres les enseñó sobre el antimonio, el maquillaje de los ojos, las piedras preciosas y las tinturas
2 Y entonces creció la mucho impiedad y ellos tomaron los caminos equivocados y llegaron a corromperse en todas las formas.
3 Shemihaza enseñó encantamientos y a cortar raíces ; Hermoni a romper hechizos , brujería, magia y habilidades afines; Baraq’el los signos de los rayos; Kokab’el los presagios de las estrellas; Zeq’el los de los relámpagos; -’el enseñó los significados; Ar’taqof enseñó las señales de la tierra; Shamsi’el los presagios del sol; y Sahari’el los de la luna, y todos comenzaron a revelar secretos a sus esposas.
4 Como parte de los hombres estaban siendo aniquilados, su grito subía hasta el cielo.
(Ex 3:7-9)
Capítulo 9
1 Entonces Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel observaron la tierra desde el santuario de los cielos y vieron mucha sangre derramada sobre la tierra y estaba toda llena de la injusticia y de la violencia que se cometía sobre ella.
2 Considerando esto, los cuatro fueron y se dijeron: “el grito y el lamento por la destrucción de los hijos de la tierra sube hasta las puertas del cielo”.
3 Y dijeron a los santos del cielo: “Es ahora a vosotros a quienes las almas de los hijos de los hombres suplican diciendo ‘llevad nuestra causa ante el Altísimo, nuestra destrucción ante la gloria majestuosa y ante el Señor de todos los señores’ en cuanto a majestad”.
4 Y Rafael, Miguel, Sariel y Gabriel dijeron al Señor del mundo: “Tú eres nuestro gran Señor, el Señor del mundo, el Dios de dioses, el Señor de señores y el Rey de reyes; los cielos son el trono de tu gloria por todas las generaciones que existen desde siempre; toda la tierra es el escabel ante ti para siempre, y tu nombre es grande, santo y bendito por toda la eternidad.
5 “Eres tú quien todo lo ha creado y en ti reside el poder sobre todas las cosas; todo es descubierto en toda su desnudez ante ti; tú lo ves todo y nada se te puede esconder.
(1Cr 29:10-12, Hb4:13)
6 “Tú has visto lo que ha hecho ‘Asa’el, como ha enseñado toda injusticia sobre la tierra y revelado los secretos eternos que se cumplen en los cielos;
7 y lo que ha enseñado a los humanos Shemihaza, al que tú habías dado la facultad de gobernar sobre sus compañeros.
8 “Ellos han ido hacia las hijas de los hombres y se han acostado con ellas y se han profanado a sí mismos descubriéndoles todo pecado.
9 “Luego, estas mujeres han parido en el mundo gigantes, por lo que la tierra se ha llenado de sangre e injusticia.
(Gn 6:4,5,11)
10 “Y ahora mira que las almas de los que han muerto gritan y se lamentan hasta las puertas del cielo y su gemido ha subido y no puede cesar debido a la injusticia que se comete en la tierra.
(Ap 6:10)
11 “Pero tú que conoces todas las cosas antes de que sucedan, tú que sabes aquello, tú los toleras y no nos dices qué debemos hacerles al observar eso”.
(Ha 1:2-4)
Capítulo 10
1 Entonces el Altísimo, Grande y Santo habló y envió a Sariel al hijo de Lamec.
2 Y le dijo: “Ve hacia Noé y dile en mi nombre, ‘escóndete’; y revélale la consumación que viene, pues la tierra entera va a perecer, un diluvio está por venir sobre toda la tierra y todo lo que se encuentre sobre ella perecerá.
3 “En seguida enseña al Justo, al hijo de Lamec, lo que debe hacer para preservar su alma para la vida y escapar definitivamente, pues por él será sembrada una planta y serán establecidas todas las generaciones”.
4 Y además, el Señor le dijo a Rafael: “Encadena a ‘Asa’el de pies y manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que está en Dudael y arrójalo en él;
5 bota sobre él piedras ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas, déjalo allí eternamente sin que pueda ver la luz,
6 y en el gran día del Juicio que sea arrojado al fuego.
7 “Después, sana la tierra que los Vigilantes han corrompido y anuncia su curación, a fin de que se sanen de la plaga y que todos los hijos de los hombres no se pierdan debido al misterio que los Vigilantes descubrieron y han enseñado a sus hijos.
(Jl 2:22)
8 “Toda la tierra ha sido corrompida por medio de las obras que fueron enseñadas por ‘Asa’el, impútale entonces todo pecado”.
9 Y el Señor dijo a Gabriel: “Procede contra los bastardos y réprobos hijos de la fornicación y haz desaparecer a los hijos de los Vigilantes de entre los humanos y hazlos entrar en una guerra de destrucción, pues no habrá para ellos muchos días.
10 “Ninguna petición en su favor será concedida, pues esperan vivir una vida eterna o que cada uno viva quinientos años.
11 Y a Miguel le dijo el Señor: ve y anuncia a Shemihaza y a todos sus cómplices que se unieron con mujeres y se contaminaron con ellas en su impureza,
12 ¡que sus hijos perecerán y ellos verán la destrucción de sus queridos! Encadénalos durante setenta generaciones en los valles de la tierra hasta el gran día de su juicio.
(2P 2:4; Judas 6)
13 “En esos días se les llevará al abismo de fuego, a los tormentos y al encierro en la prisión eterna.
(Ap 20:10)
14 “Todo el que sea condenado, estará perdido de ahí en adelante y será encadenado con ellos hasta la destrucción de su generación. Y en la época del juicio que yo juzgaré, perecerán por todas las generaciones.
15 “Destruye todos los espíritus de los bastardos y de los hijos de los Vigilantes porque han hecho obrar mal a los humanos.
16 “Destruye la opresión de la faz de la tierra, haz perecer toda obra de impiedad y haz que aparezca la planta de justicia; ella será una bendición y las obras de los justos serán plantadas en alegría para siempre.
17 “En ese tiempo todos los justos escaparán y vivirán hasta que engendren millares. Todos los días de vuestra juventud y vuestra vejez se completarán en paz.
18 “Entonces toda la tierra será cultivada en justicia y toda ella será plantada de árboles y llena de bendición.
19 “Todos los árboles de la tierra que deseen serán plantados en ella y sembrarán allí viñas y cada una de ellas producirá mil jarras de vino y cada semilla producirá mil medidas por una, y una medida de aceitunas producirá diez lagares de aceite.
20 “Y limpia tú la tierra de toda opresión, de toda violencia, de todo pecado, de toda impiedad y de toda maldad que ocurre en ella y hazles desaparecer de la tierra.
21 “Y todos los hijos de los hombres llegarán a ser justos y todas las naciones me adorarán, se dirigirán en oración a mí y me alabarán.
22 “Y la tierra estará limpia de toda corrupción, de todo pecado, de todo castigo y de todo dolor y yo no enviaré más plagas sobre la tierra, hasta las generaciones de las generaciones ni por toda la eternidad.
Capítulo 15
1 Y él me correspondió y me habló y yo oí su voz: “No temas Henoc, hombre de justo, escriba de justicia; acércate y escucha mi voz.
2 “Ve y dile a los Vigilantes del cielo que te han enviado a suplicar por ellos: ‘A vosotros corresponde interceder por los humanos y no a los humanos por vosotros’.
3 ‘¿Por qué habéis abandonando el cielo alto, santo y eterno, os habéis acostado con mujeres y profanado a vosotros mismos con las hijas de los hombres y tomado esposas como los hijos de la tierra y habéis engendrado hijos gigantes?.
4 ‘Vosotros que fuisteis santos espirituales viviendo una vida eterna os habéis manchado con la sangre de las mujeres y habéis engendrado con la sangre de la carne y como los hijos del hombre habéis deseado después carne y sangre como aquellos que mueren y perecen’ .
5 “Por eso yo les he dado a ellos mujeres para que las fecunden y engendren hijos por ellas y para que así no falten ellos sobre la tierra.”
6 ‘En cuanto a vosotros, fuisteis primero espirituales, viviendo una vida eterna, inmortal por todas las generaciones del mundo;
7 por ello no se os han atribuido mujeres, pues la morada de los espíritus del cielo es el cielo’ .
8 “Y ahora, los gigantes que han nacido de los espíritus y de la carne, serán llamados en la tierra espíritus malignos y sobre la tierra estará su morada.
9 “Los espíritus malos proceden de sus cuerpos, porque han nacido de humanos y de los santos Vigilantes es su comienzo y origen primordial. Estarán los espíritus malos sobre la tierra y serán llamados espíritus malos.
10 “Los espíritus del cielo tienen su casa en el cielo y los espíritus de la tierra que fueron engendrados sobre la tierra tienen su casa en la tierra.
11 “Y los espíritus de los gigantes, de los Nefilim, que afligen, oprimen, invaden, combaten y destruyen sobre la tierra y causan penalidades, ellos aunque no comen tienen hambre y sed y causan daños.
12 “estos espíritus se levantarán contra los hijos de los hombre y contra las mujeres porque de ellos proceden.
Capítulo 16
1 “Después de la muerte de los gigantes cuando los espíritus han salidos de su cuerpo, su carne será destruida antes del juicio. Serán así destruidos hasta el día de la gran consumación, del gran juicio en el cual el tiempo terminará para los Vigilantes e impíos y seréis totalmente consumados.
2 “Y ahora, a los Vigilantes, que te han enviado a suplicar por ellos, que en otra época habitaban en el cielo, diles:
3 ‘Vosotros estabais en el cielo pero todos los misterios no se os habían revelado. No habéis conocido sino un misterio indigno y en el endurecimiento de vuestro corazón lo habéis comunicado a las mujeres y por ese misterio ellas y los hombres han multiplicado el mal sobre la tierra’ .
4 “Diles pues: ‘No tendréis paz’“.
• Traducido al castellano desde dos versiones inglesas, editadas por Robert H. Charles y Hedley F. Sparks, y desde la versión francesa de François Martin; las tres a su vez traducidas de los manuscritos etíopes, cotejados con manuscritos griegos; corregidas además estas versiones de acuerdo con los manuscritos arameos de Qumrân (4QEn - 4QEnastr), editados por Josef T. Milik, traducidos al castellano por Florentino García M.
Los versículos y apartes incluidos [entre paréntesis] muy probablemente no forman parte del libro, especialmente el “Capítulo 108”, que expresamente declara ser el comienzo de otro libro. Sin embargo, se encuentran en varios manuscritos etíopes o griegos, por lo que han sido incluidos en esta traducción para que los lectores formen su propio criterio al respecto.
En el respectivo versículo, se citan adicionalmente (referencias a) otros libros.
Referencias a Henoc se encuentran en múltiples versículos del Nuevo Testamento (v.g. Mt 3:12, 5:4-12, 11:28, 13:31-32, 24:14, 27, 26:64; Mc 13:10,26, 14:21,62; Lc 1:52, 2:14, 6:24, 9:35, 16:13, 23-31, 24:36; Jn 3:20; Co 6:3; Ef 3:18;5:13; Flp 1:18; 2Ts 2:2; Hb 11:5; 1P 3:14; Ap 3:17, 6:10, 8:2, 12:16, 16:14, 19:19, 20:1-3, 21:23-24).
Los primeros cristianos tuvieron gran aprecio por el Libro de Henoc, como lo atestiguan las epístolas canónicas de Judas (6 y 14-16) y 2 Pedro (2:4), así como la no canónica de Bernabé y los escritos de Justino Mártir (100-165), Atenágoras (170); Tatiano (110-172); Irineo, Obispo de Lyon (115-185); Clemente de Alejandría (150-220); Tertuliano (160-230); Lactantio (260-325) y además los de Metodio de Filipo, Minucius Felix, Comodiano y Prisciliano (m. 385).
Actualmente la Iglesia Etíope considera como parte del canon de la Biblia el Libro de Henoc.
Es lo que he encontrado sobre el tema, en la literatura judía.
Saludos
Bart
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Así sucedió en tiempos de Noé, cuando el diluvio mató a los gigantes. La gente buena, que era la esperanza del mundo, se salvó en una frágil barca. Con los que se salvaron comenzó una nueva humanidad.
Sabiduría 14:6 TLAD
http://bible.com/178/wis.14.6.TLAD