SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

28 Febrero 1999
40.211
5.171
Nuestra historia de El rico y Lázaro
(Lectura no apta para cristianos conformistas y autosatisfechos)

INTRODUCCIÓN

Poca explicación requiere el título:
“Nuestra” porque es tuya y mía; “historia” porque no es parábola; de “El rico y Lázaro” porque en el uno o en el otro tú y yo estamos necesariamente representados.
Con tal título, si fuera libro no nos animaríamos a comprarlo; si fuera artículo, no lo leeríamos; y si sermón ¡mejor no escucharlo!
Mal gusto habría que tener para intitular así lo que a la mayoría le provocará náuseas con sólo leerlo.
Pero ¿qué le vamos a hacer? Poco tiempo nos queda y no es cosa de desperdiciarlo buscando señuelos más atractivos.
Es probable sin embargo que al intrépido lector le haya ocurrido lo que a mí cuando niño en la Escuela Dominical: nos fue explicada como si fuese una parábola. Sea porque nos fuera presentada como una ficción a la que había que buscarle su moraleja, o al parecido con la palabra “fábula”, tempranamente me hice a la idea de que allí había un diálogo interesante, pero cuya aplicación ni por lejos me rozaba.
Contadas con los dedos de una sola mano deben ser las veces que escuchamos sermones alusivos a esa porción de las Escrituras. Los predicadores que se atreven, no pasan sin embargo de contrastar las ventajas del cielo por sobre las del infierno de fuego. Los cristianos sentados sobre sus bancas saben que el mensaje no es para ellos, sino que el predicador busca asustar aunque sea un poco a los eventuales incrédulos para encaminarlos a su conversión.
Ni al que habla ni a los que oyen se les ocurre que pueda haber allí algo tan importante como para poner los pelos de punta del uno y de los otros.
Profundamente preocupado últimamente por la displicencia de oradores y oidores, pensando mucho en ello y no hallando explicación al enigma del poco caso que actualmente se le presta a la predicación, tanto al darla como al recibirla, me fue dada esta porción de las Escrituras como respuesta y revelación al dilema que me embargaba.
Recién voy a meterme en la consideración del texto bíblico que nos precede, al tiempo de escribir las líneas que siguen. No necesito seleccionar materiales ni plasmar lo poco que ya sepa, pues mi único cometido ahora es el ir escribiendo lo que voy aprendiendo. Por supuesto que conozco el resultado final ¡de allí el interés que se me ha despertado! Pero todavía desconozco los vericuetos del camino al que invito me acompañen.
El gran dilema que tenía, era de si era posible que una persona que durante toda su vida consideró que era salva y salva para siempre, de repente, ante una muerta súbita que ni le dio tiempo a prepararse, se despertase en los tormentos del infierno llevándose un chasco mayúsculo y sin retorno.
Pasaban por mi mente las vidas de cristianos anodinos; buenas personas, honestas y morales, excelentes esposos y padres de familia, buenos vecinos y correctos ciudadanos.
Pero con tan ejemplares virtudes, vacíos sin embargo de contenido de vida espiritual.
Si se les apremiaba, podían animarse por fin a contar como fue que se salvaron en los tempranos días de su niñez, respondiendo a una invitación en la Escuela Dominical, o quizás durante un fogón en un campamento infantil. Se bautizaron; se congregaron; ni un domingo dejaron de participar de la Cena del Señor y asistir a la predicación, a no ser impedidos por razones mayores.
Pero fuera de aquella rutina religiosa, no era posible que fuésemos sorprendidos por alguna manifestación de interés por la vida de la iglesia, la Palabra de Dios y la obra de evangelización.
Dispuestos sí a apoyar toda obra buena que la iglesia llevara adelante, eran incapaces de cualquier iniciativa en cuanto a lo espiritual.
En las reuniones, no participaban públicamente; ya fuera orando, pidiendo el cántico de un himno o leyendo un versículo de la Biblia.
Eran los suficientemente buenos y correctos como para que nadie elucubrara tan sacrílega sospecha sobre la realidad de su salvación.
Pero eran a la vez lo suficientemente vacíos como para que temiésemos que jamás hubieran renacido en Cristo, del Espíritu.
Por supuesto que creo que la salvación no se pierde, y que el que es salvo persevera hasta el fin.
Creo también que cualquiera que en un momento de su vida se haya arrepentido y confiara en Cristo como su Salvador, tiene ya la vida eterna la cual ni perderá ni le será quitada. Aunque al tal momentáneamente puedan sobrevenirle legítimas dudas -principalmente tras caídas y fracasos-, así y con todo tras el arrepentimiento y confesión recibe el perdón por la sangre de Jesucristo y proseguirá adelante tras la santidad a la que fue llamado.
El problema no se da con ningún cristiano genuino, aunque todavía le falte mucho para madurar y desarrollarse como tal. Por lejos que se esté todavía de la perfección, si se ha traspasado ya la Puerta abierta y emprendido el camino angosto que es Cristo, sabemos que nada puede impedirle alcanzar la meta que es la eterna bienaventuranza con Cristo en la Jerusalén celestial.
Tampoco se da el problema con quien llamándose de “hermano” no lo es, pues sigue siendo el pecador empedernido que siempre fue. Se sabe hipócrita, y como no es creyente sino supersticioso, tampoco se sorprenderá si a la postre resulta condenado.
El problema se da con el consuetudinario profesante religioso que ha sido crédulo a todo lo que se le ha ministrado en la iglesia, asintiendo a todo, no oponiéndose a nada; pero igualmente nunca jugándose por nada como si la realidad cristiana y la verdad de Dios tuviera para él muy relativo valor.
Tanto él como nosotros pensamos que es salvo; aun cuando no nos convenza del todo.
A él la salvación apenas le preocupa como un concepto al que intelectualmente adhiere pero al que es inconsciente espiritualmente, pues nunca se vio realmente perdido como para necesitar de un Salvador y su salvación.
El testimonio que brinda de su experiencia personal se acomoda a otros muchos que ha escuchado, y de repetirlo, termina por aceptar que tal debe haber sido también su experiencia.
De verse forzado por las circunstancias a juzgar una situación dada, apoyará a la mayoría o al sector más prominente e influyente en la iglesia. Como no cree, tampoco le asaltan dudas, así que es capaz de mostrarse imperturbable en situaciones que a otros afligen. Prefiere en lo posible decir que “sí” a todo, pues el “no” le comprometería a componer embarazosas explicaciones.
Normalmente no suele pensarse en estos aspectos de nuestra realidad en la confraternidad cristiana, pues nos escudamos tras algunos textos que nos llevan a dejar tal inquietud en las manos del Señor, como si Él no fuera capaz de usarnos a nosotros mismos para el bien de otros.
A lo sumo, se insiste con predicar el evangelio en reuniones donde todos son creyentes y los inconversos están ausentes, por aquello de que quizás no todos de veras lo son.
Es cierto que en las iglesias hay trigos genuinos que a veces se comportan como cizaña; y también cizañas de pura cepa con toda la apariencia del mejor trigo. Por eso nada podemos hacer en tales casos hasta que el mismo Señor lo haga. Pero cuando el verdadero trigo se muestra como lo que realmente es, y la cizaña se manifiesta como cizaña, ¿qué dudas quedan? Aprobamos tanto al uno como desaprobamos la otra por la evidencia que dan en cuanto a su propia especie.
Anhelando dilucidar de una buena vez tan controvertido asunto, miraba yo a las epístolas y hasta echaba un ojo al Apocalipsis, como si por allí estuviera la respuesta.
Fue realmente sorpresivo que en el evangelio de Lucas, y en un relato que sólo aquí se encuentra, comience a vislumbrar la explicación al problema de marras.
Los invito, pues, a incursionar por esta historia, creyendo que al revés del hombre rico, hay todavía esperanza para quien duerma apretado a un falso pasaporte al cielo.
Como ya nos iremos dando cuenta, yo no veo en ente hombre rico atormentado en el infierno a un pecador desfachatado, impío y renegado, sino a un judío creyente, hijo de Abraham, habitué de la sinagoga, conocedor de las Escrituras; al que no se atrevería a criticar ningún fariseo de los tiempos de Jesús, como tampoco lo hacemos nosotros cuando lo vemos como pintado y reproducido en tantos feligreses sentados en las bancas de nuestra congregación.
¡Qué trágico que no encontremos en el cielo a “hermanos” con quienes comulgábamos todos los domingos!
En próximos aportes seguiré entregando los resultados de estos estudios, y mientras tanto responderé a vuestros comentarios. No discutiré aquí aspectos colaterales que no corresponden al tema propuesto, por ejemplo: asuntos tales como la realidad de un tormento eterno y de fuego; la seguridad de una salvación imperdible; la inmortalidad del alma, etc., ya que aspiro a conversar con los hermanos que mantienen estas doctrinas. En cambio, sí son aspectos inseparables al tema la realidad de la conversión, la verdadera naturaleza de la fe y la consiguiente vida cristiana.
Ahora es vuestro turno.
Ricardo
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Estimado Ricardo

¿Por donde crees tu que se debe empezar?

¿Quizás por la realidad que muy bien describes?

¿Por la responsabilidad de tal situación, a quien le cabe?...

Porque la verdad estimado hermano es que en ocasiones, se torna demasiado fácil vislumbrar la verdadera condición de algunos que aparentemente se muestran como verdaderos cristianos, verdaderos hijos de Dios; pero aunque son portadores de conceptos genuinos, correctos, ..estos, ...están en la mente pero no en el corazón, están grabados en el intelecto por la inteligencia; pero no en el corazón y alma por el Espíritu Santo.
De quienes imaginamos la triste e irreversible decepción se llevarán ante la presencia de Dios. Irreversible digo, porque estando ya allí, no hay camino de retorno ni de enmienda.

Saludos y bendiciones
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Ricardo,

Ese relato es una fabula en el más estricto sentido de la palabra.

Hay una promesa en la biblia, que supera en importancia a todas las promesas juntas, y a todas las opiniones o interpretaciones juntas, que se han hecho en los últimos cuatro mil años:

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano (Jn.10:27-28)


Saludos.
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Ricardo,

Ese relato es una fabula en el más estricto sentido de la palabra.
No amado hermano, el relato es una historia ciertísima, con personajes reales y con nombres reales, con ambiente real y literal, con un contexto real y literal, y con resultados reales y literales.

Ni las fábulas ni las parábolas, tienen nombres ni personajes reales.

Asimismo, se ha dejado claro, que la idea es que entren a compartir, los que por lo menos ya estan de auerdo con algunas verdades, para no tener que entrar a aclarar enseñanzas paralelamente y perder el sentido del tema.
Hay una promesa en la biblia, que supera en importancia a todas las promesas juntas, y a todas las opiniones o interpretaciones juntas, que se han hecho en los últimos cuatro mil años:

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano (Jn.10:27-28)
Esto es cierto, es correctísimo... pero.... entiendo que Ricardo no está haciendo un exámen a las Escrituras y sus verdades; sino más bien de los creyentes y sus propias verdades y convicciones personales; erradas o genuinas.



Saludos
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Que la PAZ esté con todos vosotros.

La "CEGUERA", es un MAL que perdura a lo largo de la HISTORIA, y NO consiste en la carencia de visión óptica....

La visión óptica, sólo capta la APARIENCIA, y en la apariencia sólo hay ENGAÑO......

En tiempos de JESUCRISTO, a causa de las tradiciones y las MALAS ENSEÑANZAS, había muchos "CIEGOS"; pero a pesar de su EJEMPLO, LAMENTABLEMENTE, HOY, 2000 años después, hay más......

Que DIOS tenga PIEDAD de TODOS y os Bendiga con su INFINITO AMOR. Amén.
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

No amado hermano, el relato es una historia ciertísima, con personajes reales y con nombres reales, con ambiente real y literal, con un contexto real y literal, y con resultados reales y literales.

Ni las fábulas ni las parábolas, tienen nombres ni personajes reales.

Asimismo, se ha dejado claro, que la idea es que entren a compartir, los que por lo menos ya estan de auerdo con algunas verdades, para no tener que entrar a aclarar enseñanzas paralelamente y perder el sentido del tema.
Esto es cierto, es correctísimo... pero.... entiendo que Ricardo no está haciendo un exámen a las Escrituras y sus verdades; sino más bien de los creyentes y sus propias verdades y convicciones personales; erradas o genuinas.



Dagoberto,

Las fabulas, al igual que los símiles, las parábolas, las metáforas, las leyendas, y las alegorías, eran (y son) en ese tiempo, un medio genuino y común de transmitir enseñanza. Así que no hay nada malo en que Jesús usara de ese recurso literario.

fábula.(Del lat. fabŭla).1. f. Breve relato ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada en una moraleja final, y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados.

El escenario que presenta Jesús, solo una persona que no sepa que el seno de Abraham no era un sitio físico, sino un concepto espiritual judío, puede afirmar que era un ambiente real. ¿En cuál otro pasaje de la biblia se menciona la gran sima que existía entre un concepto (el seno de Abraham) y un lugar físico (el sepulcro)?, ¿No te das cuenta que es un escenario irreal?

Lo que se deposita en los sepulcros (Hades) son cuerpos muertos, al decir que desde el sepulcro alzó los ojos, es una evidencia de que el relato es irreal. La mención de que fue llevado al seno de Abraham como si este fuera un lugar tangible, confirma esto. El seno de Abraham no era un lugar, sino un concepto espiritual judío.

Esta historia ficticia lleva en sí misma una o varias moralejas, reconfirmando así su condición de fabula. El que está contando les estaba dando varias enseñanza a los judíos de su época, utilizando palabras y conceptos conocidos por ellos; a ninguno de sus interlocutores le pasó por la mente que aquello era una historia real, en un escenario real. Pero no te preocupes, que no tengo intensión de sacarte del búnker.


Saludos
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

No amado hermano, el relato es una historia ciertísima, con personajes reales y con nombres reales, con ambiente real y literal, con un contexto real y literal, y con resultados reales y literales.

Ni las fábulas ni las parábolas, tienen nombres ni personajes reales.

Asimismo, se ha dejado claro, que la idea es que entren a compartir, los que por lo menos ya estan de auerdo con algunas verdades, para no tener que entrar a aclarar enseñanzas paralelamente y perder el sentido del tema.
Esto es cierto, es correctísimo... pero.... entiendo que Ricardo no está haciendo un exámen a las Escrituras y sus verdades; sino más bien de los creyentes y sus propias verdades y convicciones personales; erradas o genuinas.

Saludos



Dagoberto,

Las fabulas, al igual que los símiles, las parábolas, las metáforas, las leyendas, y las alegorías, eran (y son) en ese tiempo, un medio genuino y común de transmitir enseñanza. Así que no hay nada malo en que Jesús usara de ese recurso literario.

fábula.(Del lat. fabŭla).1. f. Breve relato ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada en una moraleja final, y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados.

El escenario que presenta Jesús, solo una persona que no sepa que el seno de Abraham no era un sitio físico, sino un concepto judío, puede afirmar que era un ambiente real. ¿En cuál otro pasaje de la biblia se menciona la gran sima que existía entre un concepto (el seno de Abraham) y un lugar físico (el sepulcro)?, ¿No te das cuenta que es un escenario irreal?

Lo que se deposita en los sepulcros (Hades) son cuerpos muertos, al decir que desde el sepulcro alzó los ojos, es una evidencia de que el relato es irreal. La mención de que fue llevado al seno de Abraham como si este fuera un lugar tangible, confirma esto. El seno de Abraham no era un lugar, sino un concepto espiritual judío.

Esta historia ficticia lleva en sí misma una o varias moralejas, reconfirmando así su condición de fabula. El que está contando les estaba dando varias enseñanza a los judíos de su época, utilizando palabras y conceptos conocidos por ellos; a ninguno de sus interlocutores le pasó por la mente que aquello era una historia real, en un escenario real. Pero no te preocupes, que no tengo intensión de sacarte del búnker.


Saludos.
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Dagoberto,

Las fabulas, al igual que los símiles, las parábolas, las metáforas, las leyendas, y las alegorías, eran (y son) en ese tiempo, un medio genuino y común de transmitir enseñanza. Así que no hay nada malo en que Jesús usara de ese recurso literario.

fábula.(Del lat. fabŭla).1. f. Breve relato ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada en una moraleja final, y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados.

El escenario que presenta Jesús, solo una persona que no sepa que el seno de Abraham no era un sitio físico, sino un concepto judío, puede afirmar que era un ambiente real. ¿En cuál otro pasaje de la biblia se menciona la gran sima que existía entre un concepto (el seno de Abraham) y un lugar físico (el sepulcro)?, ¿No te das cuenta que es un escenario irreal?

Lo que se deposita en los sepulcros (Hades) son cuerpos muertos, al decir que desde el sepulcro alzó los ojos, es una evidencia de que el relato es irreal. La mención de que fue llevado al seno de Abraham como si este fuera un lugar tangible, confirma esto. El seno de Abraham no era un lugar, sino un concepto espiritual judío.

Esta historia ficticia lleva en sí misma una o varias moralejas, reconfirmando así su condición de fabula. El que está contando les estaba dando varias enseñanza a los judíos de su época, utilizando palabras y conceptos conocidos por ellos; a ninguno de sus interlocutores le pasó por la mente que aquello era una historia real, en un escenario real. Pero no te preocupes, que no tengo intensión de sacarte del búnker.


Saludos.

Estimado Leal

Espero que no transformes este interesante tema en una contienda personal y no en lo que podrìa ser un edificante debate.

Solo te diré que, a pesar de tu exposicción, no logras un argumento tan contundente para convencer. Una fábula, al igual que sus símiles, las parábolas, las metáforas, las leyendas, y las alegorías,... NUNCA han tenido actores CON NOMBRES...

JAMÁS alguna de éstas contiene nombres, y menos de PERSONAJES REALES. Moisés, Abraham, la Ley, los ángeles, el infierno, los profetas.... NO SON fábulas, ni parábolas, ni metáforas, ni leyendas, ni alegorías. SON REALES.

Que dentro de ésta historia haya simbolismos o símil... no convierte esta historia en fábula.

Espero sea ésta mi última aclaración, ... y aprovecho la oportunidad para agradecer tu interés en mi persona, al seguirme en cada tema, intentando hacer notar tu espléndido conocimiento.... aunque a mí no me convence; más todavía que tu interés por mí, solo me demuestra que algo tengo que te agrada ¿no?

Bueno, ya vez como has logrado manchar un poco este tema gracias a tu egolatría intelectual...

Dios te bendiga

PD. como sé, conociendote y conociendo tu orgullo, que no podrás quedarte callado...lo que digas, no lo contestaré..
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Creo también que cualquiera que en un momento de su vida se haya arrepentido y confiara en Cristo como su Salvador, tiene ya la vida eterna la cual ni perderá ni le será quitada.

Perdona que objete una parte de tu sermón pero habiendo un craso error que se ha venido repitiendo por siglos, el resto... ¿vale...?

Dios dice que aunque tengamos la fe para mover montañas (1 de Co. 13.2) si no tenemos amor NADA SOMOS y ¿así pretenden ser salvos, no siendo nada ante Dios? ¿o con una fe muerta como dice el apóstol Santiago? ¡¡¡qué cosa!!!

La sola fe es un invento de Lutero con el que ha tenido, por cierto, millones y millones de seguidores pero es antibíblica totalmente...
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Estimado Leal

Espero que no transformes este interesante tema en una contienda personal y no en lo que podrìa ser un edificante debate.

Solo te diré que, a pesar de tu exposicción, no logras un argumento tan contundente para convencer. Una fábula, al igual que sus símiles, las parábolas, las metáforas, las leyendas, y las alegorías,... NUNCA han tenido actores CON NOMBRES...

JAMÁS alguna de éstas contiene nombres, y menos de PERSONAJES REALES. Moisés, Abraham, la Ley, los ángeles, el infierno, los profetas.... NO SON fábulas, ni parábolas, ni metáforas, ni leyendas, ni alegorías. SON REALES.


Que dentro de ésta historia haya simbolismos o símil... no convierte esta historia en fábula.

Espero sea ésta mi última aclaración, ... y aprovecho la oportunidad para agradecer tu interés en mi persona, al seguirme en cada tema, intentando hacer notar tu espléndido conocimiento.... aunque a mí no me convence; más todavía que tu interés por mí, solo me demuestra que algo tengo que te agrada ¿no?

Bueno, ya vez como has logrado manchar un poco este tema gracias a tu egolatría intelectual...

Dios te bendiga

PD. como sé, conociendote y conociendo tu orgullo, que no podrás quedarte callado...lo que digas, no lo contestaré..


Tranquilo Dagoberto, solo fue una pequeña intervención, me molestan muchísimo los desaciertos por eso los impugno; pero tampoco me molesta cuando me comprueban los míos, sencillamente respondo. Especialmente cuando es un desacierto oficialmente aceptado como verdad.

No te sigo, tú te introduces en los temas a predicar tus creencias, y no me queda otra. Podías haberte quedado cayado y seguir adelante; Pero no te pudiste controlar, y me respondiste. ¿Qué esperas?

No creo que con lo que has dicho en este aporte sea necesario refutarte, tus palabra delatan la falta.

Saludos.
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Que la PAZ esté con todos vosotros.

La "CEGUERA", es un MAL que perdura a lo largo de la HISTORIA, y NO consiste en la carencia de visión óptica....

La visión óptica, sólo capta la APARIENCIA, y en la apariencia sólo hay ENGAÑO......

En tiempos de JESUCRISTO, a causa de las tradiciones y las MALAS ENSEÑANZAS, había muchos "CIEGOS"; pero a pesar de su EJEMPLO, LAMENTABLEMENTE, HOY, 2000 años después, hay más......

Que DIOS tenga PIEDAD de TODOS y os Bendiga con su INFINITO AMOR. Amén.

La tendrá, Catara, sobre todo con los que se quedan en la literalidad de las Sagardas Escrituras y pasan del mensaje que contienen.
Paz u bien.
Martamaría
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Estimado Leal

Espero que no transformes este interesante tema en una contienda personal y no en lo que podrìa ser un edificante debate.

Solo te diré que, a pesar de tu exposicción, no logras un argumento tan contundente para convencer. Una fábula, al igual que sus símiles, las parábolas, las metáforas, las leyendas, y las alegorías,... NUNCA han tenido actores CON NOMBRES...

JAMÁS alguna de éstas contiene nombres, y menos de PERSONAJES REALES. Moisés, Abraham, la Ley, los ángeles, el infierno, los profetas.... NO SON fábulas, ni parábolas, ni metáforas, ni leyendas, ni alegorías. SON REALES.

Que dentro de ésta historia haya simbolismos o símil... no convierte esta historia en fábula.

Espero sea ésta mi última aclaración, ... y aprovecho la oportunidad para agradecer tu interés en mi persona, al seguirme en cada tema, intentando hacer notar tu espléndido conocimiento.... aunque a mí no me convence; más todavía que tu interés por mí, solo me demuestra que algo tengo que te agrada ¿no?

Bueno, ya vez como has logrado manchar un poco este tema gracias a tu egolatría intelectual...

Dios te bendiga

PD. como sé, conociendote y conociendo tu orgullo, que no podrás quedarte callado...lo que digas, no lo contestaré..

¿Por qué cuando alguien razona en contra de "verdades" religiosas no razonadas objetivamente le llaman orgulloso y soberbio?
Paz y bien.
Martamaría
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

Estimado Ricardo

¿Por donde crees tu que se debe empezar?

¿Quizás por la realidad que muy bien describes?

¿Por la responsabilidad de tal situación, a quien le cabe?...

Porque la verdad estimado hermano es que en ocasiones, se torna demasiado fácil vislumbrar la verdadera condición de algunos que aparentemente se muestran como verdaderos cristianos, verdaderos hijos de Dios; pero aunque son portadores de conceptos genuinos, correctos, ..estos, ...están en la mente pero no en el corazón, están grabados en el intelecto por la inteligencia; pero no en el corazón y alma por el Espíritu Santo.
De quienes imaginamos la triste e irreversible decepción se llevarán ante la presencia de Dios. Irreversible digo, porque estando ya allí, no hay camino de retorno ni de enmienda.

Saludos y bendiciones

Al verdadero cristiano se le conoce por sus obras no por sus rezos ni porque se sepa la Biblia de memoria. El verdadero critiano no anda predicando conceptos sacados de la Biblia, se dedica a hacer el bien por amor a Dios y a relacionarse con Dios desde su corazón y con sus hermanos en la fe.
La decepción se la llevarán muchos de los que creen que van a estar en primera fila en el cielo por saberse la Biblia de memoria.
Dios es Padre misericorsioso, y si nos manda perdonar tetenta veces siete, o sea, siempre, Él también nos perdonará siempre. Conoce nuetro corazón y nuestras intenciones. Y nos perdonará, aunque sea a las puertas del cielo.
¿Por qué no confían un poco más en la misericordia divina en vez de estar siempre amenazando con castigos divinos?
Paz y bien.
Martamaría
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

He aqui la opinion de un estudioso de la "Biblia"...

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS


Autor y objeto del evangelio

Lucas es, de los cuatro evangelistas, el que más se aproxima a nuestro concepto actual de historiador. Cuidadoso en su trabajo, es probable que al comenzar a prepararlo tuviera ya prevista la publicación de una obra compuesta de dos volúmenes. El primero es el evangelio que lleva su nombre; el segundo, Hechos de los Apóstoles.
Con la publicación de estos libros, el autor quiso transmitir un mensaje de valor universal: que Jesús, el «Hijo del Altísimo» (1.32), representa el último capítulo del desarrollo de la humanidad; y que su existencia terrenal, manifiesta bajo la denominación de «Hijo del hombre» (6.22), significa que Dios ha venido a establecer su Reino entre nosotros, y que nos invita a participar de esta realidad nueva y definitiva (17.20–21).
Desde el mismo prólogo del evangelio (1.1–4), Lucas revela una gran preocupación por referir con detalle «la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas» (1.1). Y aun cuando él no había vivido personalmente el acontecimiento de Cristo, trata de proclamarlo tal y como «nos las enseñaron los que desde el principio las vieron» (1.2). Con ese objeto se había entregado de antemano a investigar «con diligencia todas las cosas desde su origen» (1.3).
Igual como haría tiempo después al componer el libro de los Hechos de los Apóstoles, también ahora dedica Lucas su «primer tratado» (Hch 1.1) a un personaje de relieve llamado Teófilo, acerca de quien no ha llegado hasta nosotros mayor información. Solo le conocemos por esas dedicatorias que, en el marco de sus respectivos prólogos (Lc 1.1–4; Hch 1.1–5), corresponden a las formas literarias usuales entre los escritores griegos de entonces.
Lucas, ciertamente, se preocupó por narrar de manera inteligente y ordenada cuanto sabía acerca de la persona y el ministerio de Jesús; sin embargo, no es menos cierto que, en sentido estricto, nunca pretendió escribir una biografía, sino un evangelio. Su intención no estuvo simplemente orientada a dar a conocer la vida y las características personales y la actividad de Jesús en medio de la multiplicidad de situaciones religiosas, políticas y sociales en que se desarrolla el drama humano. Lucas, el evangelista, escribe desde la fe y para la fe, rindiendo con ello un personal testimonio de que Jesús es el Mesías que ha venido a dar cumplimiento perfecto al plan salvador dispuesto por Dios antes de todos los tiempos.

Características teológicas y literarias

El Evangelio según san Lucas (=Lc) se ajusta, en términos generales, a los esquemas de Mateo y de Marcos. Ahora bien, se advierte en seguida que Lucas trabajó y pulió su texto con especial esmero. Desde el punto de vista literario, gran parte de los materiales redaccionales comunes a los tres evangelios sinópticos los encontramos más depurados en el tercero de ellos que en los otros dos. Esto es posible merced al dominio que Lucas posee del idioma y a la riqueza del vocabulario que maneja. La amplitud de sus recursos estilísticos se manifiesta incluso cuando, a fin de reproducir con fidelidad determinadas formas del habla popular aramea (sobre todo en discursos de Jesús), introduce conscientemente semitismos o palabras griegas que se alejan del nivel culto habitual en él.
A partir del prólogo, el texto de Lucas puede distribuirse en cinco secciones:
La primera sección (1.5–2.52), sin paralelo en Mateo y Marcos, contiene los relatos entrelazados del nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús. Concurren aquí algunas circunstancias que los asemejan: la aportación de datos históricos (1.5 y 2.1–5); la aparición del ángel Gabriel a Zacarías y a María (1.19 y 1.26); los respectivos mensajes de que el ángel es portador (1.11–20 y 1.26–38); los cantos de María y Zacarías en alabanza al Señor (1.46–55 y 1.67–79); el nacimiento de Juan y el de Jesús, y la circuncisión de ambos en cumplimiento de lo establecido por la Ley mosaica (1.57–59 y 2.6–21).
Comienza la segunda sección (3.2–4.13) situando históricamente (3.1–2) un conjunto de hechos: la predicación y el encarcelamiento de Juan el Bautista (3.1–20), el bautismo de Jesús (3.21–22) y la tentación en el desierto (4.1–13). Lucas, lo mismo que Mateo (Mt 1.1–17), inserta una genealogía; pero en lugar de limitarla a la ascendencia hebrea de Jesús, la hace remontar hasta Adán (3.23–38), para dar énfasis al carácter universal de la obra del Señor.
La tercera sección del evangelio (4.14–9.50) comprende el ministerio público de Jesús en Galilea, donde enseñó, predicó, reunió a sus discípulos, sanó a enfermos y posesos, hizo milagros y anunció que había de sufrir, morir y resucitar. Hay aquí textos muy importantes: la parábola del sembrador (8.4–15), la resurrección de la hija de Jairo (8.40–56), la confesión de Pedro (9.18–20) y la transfiguración del Señor (9.28–36). También tenemos aquí relatos que Mateo y Marcos no recogen, como la resurrección del hijo de la viuda de Naín (7.11–17) y la visita del Señor a casa de Simón el fariseo (7.36–50).
En la cuarta sección (9.50–19.27) se agrupan numerosos pasajes exclusivos de este tercer evangelio. Entre otros, una serie de parábolas muy conocidas: el buen samaritano (10.25–37), la higuera estéril (13.6–9), la gran cena (14.15–24), el hijo pródigo (15.11–32), el rico y Lázaro (16.19–31), la viuda y el juez injusto (18.1–8), el fariseo y el publicano (18.9–14) y las diez minas (19.11–27).
La quinta sección (19.28–24.53) narra los acontecimientos finales de la vida terrena de Jesús. Son sus últimos días, que tienen por escenario único a Jerusalén. Todos los hechos ocurren en esta ciudad, desde el día en que las gentes reciben en triunfo al Señor (19.28–38) hasta que es arrestado, procesado, crucificado, muerto y sepultado.
Los sufrimientos, la muerte y la resurrección del Señor (22.47–24.49) constituyen el punto culminante del relato de los cuatro evangelios, cada uno de los cuales aporta en exclusiva alguna información que no se encuentra en los demás. En el caso de Lucas, destaca como noticia propia la presentación de Jesús resucitado a los discípulos en el camino de Emaús (24.13–35).

Lectores, lugar y fecha de composición

El presente evangelio fue escrito para cristianos de procedencia gentil. Desde la antigüedad se ha mantenido con criterio prácticamente unánime la identificación de su autor con Lucas, el compañero de Pablo (2 Ti 4.11; Flm 24), a quien este se refiere en Col 4.14 como «el médico amado». Pero ningún otro dato en relación con nuestro evangelista ha quedado consignado en el NT. Así, se ignora en qué sitio y en qué tiempo fue redactado el evangelio. Solamente a título de hipótesis se han apuntado lugares tan diversos como Corinto, Éfeso y Roma, y fechas que van desde el año 60 hasta el 95.

Esquema del contenido [las subdivisiones que aparecen en el texto se han agrupado en unidades mayores]:

Prólogo (1.1–4)
1. Infancia de Juan el Bautista y de Jesús (1.5–2.52)
Los anuncios del ángel (1.5–38)
Nacimiento de Juan y de Jesús (1.39–2.20)
Infancia de Jesús (2.21–52)
2. Preparación del ministerio de Jesús (3.1–4.13)
3. Ministerio de Jesús en Galilea (4.14–9.50)
Actividades de Jesús (4.14–7.17)
Jesús y Juan el Bautista (7.18–35)
Actividades y enseñanzas (7.36–9.20)
Jesús, el Cristo de Dios (9.21–50)
4. El viaje a Jerusalén (9.51–19.27)
5. Ministerio de Jesús en Jerusalén (19.28–21.38)
6. Semana de la pasión (22.1–24.12)
La víspera de la crucifixión (22.1–62)
Pasión, muerte y resurrección (22.63–24.12)
7. Jesús resucitado (24.13–53)
Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.


Como veis, este estudioso de la "Biblia" opina que "el rico y Lazaro" es una parabola...

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

He aqui otros estudiosos de la "Biblia" que opinan que esto es una parabola...


16:19-31 El rico y Lázaro. La parábola da a entender que el rico de hecho no hizo nada para aliviar la absoluta miseria del mendigo o su condición degradada. Los perros de la calle eran animales impuros y por lo tanto especialmente desagradables. Debemos inferir que Lázaro (“el que Dios ayuda”) era una persona piadosa.
El mendigo encontró un lugar de honor junto a Abraham, el padre del pueblo judío, y amigo de Dios. El rico se encontró en el Hades, en tormentos y agonía. Clamó a Abraham como “padre” pidiendo misericordia pero, aunque se dirigió a él como “hijo” no le ofreció esperanza.
Hasta aquí el relato sigue las líneas tradicionales, pero entonces surge un nuevo elemento. ¿Era posible que los hermanos del hombre rico fueran advertidos antes de llegar al Hades? La respuesta que se le dio era que la enseñanza que tenían en el AT debía ser suficiente. Ni siquiera alguien que volviera de los muertos podía influir en aquellos que habían cerrado sus oídos a la voz de Dios en la Escritura. Cuando no se logra practicar el amor y la misericordia ordenadas por el AT, se entra al camino que lleva a la pérdida en la vida venidera.
El relato es una parábola y, por lo tanto, no necesariamente da una información lit. sobre las condiciones en la próxima vida. El Hades era la morada de los muertos en la creencia popular judía y no es claro si Jesús se está refiriendo al tiempo antes o después del juicio final. Pero la implicación clara es que el destino del rico estaba decidido definitivamente. Aunque el lenguaje es manifiestamente simbólico cuando habla del pobre junto a Abraham, señala los destinos verdaderos de cada uno.

Carson, D., France, R., Motyer, J., & Wenham, G. 2000, c1999. Nuevo comentario Bı́blico : Siglo veintiuno (electronic ed.) . Sociedades Bı́blicas Unidas: Miami

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Tambien Casiodoro de Reina creia que esto era una parabola...


CAPIT. XVI.
La parabola del mayordomo iniquo, conque enseña el Señor à los ricos Christianos su deuer y officio en la Iglesia 2. Lo mismo por la del rico Auaro &c.

Y Dezia tambien à sus Discipulos: Auia vn hombre rico, elqual tenia vn mayordomo: y este fué a cusado delãte deel * como dissipador de sus bienes.
2 Y llamólo, y dizele, Que es esto que oygo de ti? dá cuẽta de tu mayordomia: porque ya no podrás mas ser mayordomo.
3 Entonces el mayordomo dixo dentro de si, Que haré? q̃ mi señor me quita la mayordomia. cauar, no puedo: mendigar, tengo verguença.
4 Yo sé loque haré, paraque quando fuere quitado de la mayordomia, me reciban en sus casas.
5 Y llamando à cada vno de los deudores de su señor, dixo àl primero, Quãto deues à mi señor?
6 Y el dixo, Cien batos de azeyte. Y dixole, Toma tu obligacion, y sientate presto, y escriue cincuenta.
7 Despues dixo à otro, Y tu quanto deues? Y el dixo, Cien coros de trigo. Y el le dixo, Toma tu obligaciõ, y escriue ochẽta.
8 Y alabó el señor àl mayordomo * malo, por auer hecho prudẽtemente: porque los hijos deeste siglo mas prudentes son q̃ los hijos de luz en su * genero.
9 Y yo os digo, Hazeos amigos de las riquezas * de mal dad: paraq̃ quãdo * os falte, * seays recebidos en las moradas eternas.
10 Elque es fiel en lo muy poco, tambiẽ en lo mas es fiel: y el q̃ en lo muy poco es injusto, tambien en lo mas es injusto.
11 Pues si en las malas * riquezas no fuestes fieles, loque es verdadero quien os lo confiara?
12 Y si en lo ageno no fuestes fieles, loq̃ es vuestro quien os lo dara?
13 * Ningũ sieruo puede seruir à dos señores: porque ò aborrecerá àl vno y amarà àl otro: ò se allegará àl vno, y menospreciarà àl otro. No podeys seruir à Dios y à Mamona.
14 Y oyan tãbien los Phariseos todas estas cosas, los quales eran auaros: y burlauan deel.
15 Y dizeles, Vosotros soys losq̃ os justificays á vosotros mismos delante de los hõbres: mas Dios conoce vuestros coraçones: porq̃ lo que los hõbres tienen por sublime, delante de Dios es abominacion.
16 * La ley y los Prophetas, hasta Ioan: desde entõces el Reyno de Dios es * annũciado, y quienquiera * lo acomete.
17 * Empero mas facil cosa es * perecer el cielo y la tierra, que * perderse vna tilde de la ley.
18 Qualquiera que embia à su muger: y se casa con otra, adultêra: y elq̃ se casa con la embiada del marido, adultêra
II
19 ¶ [Y dixo otra parabola,] Auia vn hõbre rico, q̃ se vestia de purpura y de lino fino, y hazia cadadia vãq̃te esplendidamẽte.
20 Auia tãbien vn mendigo llamado Lazaro, el qual estaua echado à la puerta * de el, lleno de llagas:
21 Y desseando hartarse de las migajas q̃ cayan de la mesa del rico: * y aun los perros venian, y le lamian las llagas.
22 Y aconteció que murió el mendigo, y fue lleuado por los Angeles * àl regaço de Abraham: y murió tambiẽ el rico, y fué sepultado.
23 Y en el Infierno, alçando sus ojos, estando en los tormentos, vido à Abraham lexos, y à Lazaro en su regaço.
24 Entonces el, dãdo bozes, dixo, Padre Abraham, tẽ misericordia de mi, y embia à Lazaro q̃ moje * la punta de su dedo en agua, y refresq̃ mi lengua: porque soy atormentado en esta llama.
25 Y dixole Abraham, Hijo, acuerdate q̃ recebiste tus bienes en tu vida, y Lazaro tambien males: mas aora este es cõsolado, y tu atormentado.
26 Y demas de todo esto, vna grande sima esta * cõfirmada entre nosotros y vosotros, q̃ losq̃ quisierẽ passar de aqui à vosotros, no pueden, ni de allà passar acà.
27 Y * dixo, Ruegote pues padre, que lo embies à la casa de mi padre.
28 Porq̃ tengo cinco hermanos, paraque les proteste: porque no vengan ellos tambien en este lugar de tormento.
29 Y Abraham le dize, A Moysen y à los Prophetas tienen, oygan à ellos.
30 El entonces dixo, No, padre Abrahã: mas si alguno fuere à ellos de los muertos, * se emmendaran.
31 Mas Abrahã le dixo, Sĩ no oyẽ à Moysen y à los Prophetas, tampoco se persuadirán, si alguno fe leuãtâre de los muertos.
Casiodoro de Reina 1569. 1569.; 2003. Biblia del Oso, Casiodoro de Reina 1569; Casiodoro de Reina 1569 . Sociedades Bíblicas Unidas
 
HISTORIA, NO PARÁBOLA

HISTORIA, NO PARÁBOLA

I

HISTORIA, NO PARÁBOLA

Por acá debemos comenzar, ya que está bastante arraigada la noción de parábola de esta porción del Evangelio de Lucas.
Es comprensible que tras una sucesión de parábolas, este pasaje haya sido tomado como tal, sin advertir un par de detalles que muestran a las claras que mucho mejor podríamos calificarlo como “una historia de ultratumba”.
Felizmente, en las versiones bíblicas más usuales entre nosotros se ha quitado el “Parábola de” dejando únicamente el título: El rico y Lázaro. En otras anteriores se conserva todavía la figura de “parábola” así como en los más conceptuosos comentarios bíblicos de frecuente consulta entre nosotros.
Nuestra memoria auditiva se halla familiarizada también con la idea de que este pasaje es otra de las parábolas de Jesús, por lo que resulta muy difícil pensar distinto a lo generalmente aceptado.
No se requiere ser un erudito ni haber devorado volúmenes de Hermenéutica Bíblica para ver algo muy simple que distingue esta porción de las demás parábolas: todas ellas son anónimas; sus personajes nos son desconocidos pues no se dan a conocer sus nombres.
No es el caso aquí con Abraham y Lázaro. Aunque este último nombre pudiera ser común a otros mendigos ulcerosos -por lo que no se le estaría identificando personalmente-, es obvio que no se puede decir lo mismo de Abraham, pues es el mismo patriarca quien dialoga aquí con el hombre rico.
Si decimos que esta porción es una parábola y no una historia, entonces estaríamos confesando que Jesús puso en boca de Abraham palabras que este jamás pronunció.
Si nosotros no podemos agregar nada a las palabras de Dios (Dt 4:2; Pr 30:6; Ap 22:18), no vamos a hacer el ridículo imaginando que Jesús sí lo haría con las palabras de hombre alguno.
¿Citaría Jesús como de Moisés, David o Isaías palabras que aquellos nunca hubieran proferido? ¿Lo hizo entonces con Abraham? ¡Ciertamente que no!
Este detalle debería bastar para descartar aquí la idea de que se trata de una parábola, por más que coincidan en esta historia las mismas peculiaridades didácticas que hallamos en las demás parábolas.
Véase además, que las parábolas transcurren con alegorías naturales de la vida cotidiana (hijos, siervos, ovejas, monedas, semillas, vírgenes, labradores, etc.) desde cuyas circunstancias acaecen sucesos que ilustran la realidad espiritual que el Señor Jesús quiere enseñar. Pero en las historia del rico y Lázaro se da al revés: la muerte, el tormento, el consuelo, Abraham, las Escrituras y la resurrección, son conceptos que comunican ideas abstractas más que simples, físicas y materiales como en las parábolas.
Que esté en la intención del Señor Jesús narrar esta historia como una lección ejemplificante, no la convierte en parábola.
El detalle carecería de importancia, si no fuera que el elemento de ficción le restaría veracidad a todas la implicaciones de la doctrina cristiana aquí expuestas.
El otro aspecto a destacar, es que tenemos aquí una evidencia adicional a la verdad de que Jesucristo, como Hijo, es Dios eterno y omnisciente.
En efecto, ¿qué hombre podría reproducir una conversación mantenida en el lugar de los muertos? Muchas veces los incrédulos nos han negado la inmortalidad del alma diciendo: -Nadie volvió de allí para contarlo. Pero aunque Jesucristo todavía no había muerto y resucitado, en su omnisciencia conocía este caso y lo usa con la misma naturalidad como cuando decía: “Mirad los lirios del campo”.
Claro está que los sectarios “Testigos de Jehová” insistirán con que este pasaje es una parábola; de otro modo quedan muy mal parados con su rechazo de la deidad de Cristo y el tormento de fuego en el infierno. Cuando les presentamos estos argumentos, se desesperan, pues por más que digan, nada sensato y coherente pueden aducir.
Quienes pretendemos persistir en la sana doctrina, tampoco debemos tomar tal posición que desmerezca la trascendencia de las lecciones extraídas de esta narración.
Ricardo
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

He aqui la opinion de un estudioso de la "Biblia"...

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS


Autor y objeto del evangelio

Lucas es, de los cuatro evangelistas, el que más se aproxima a nuestro concepto actual de historiador. Cuidadoso en su trabajo, es probable que al comenzar a prepararlo tuviera ya prevista la publicación de una obra compuesta de dos volúmenes. El primero es el evangelio que lleva su nombre; el segundo, Hechos de los Apóstoles.
Con la publicación de estos libros, el autor quiso transmitir un mensaje de valor universal: que Jesús, el «Hijo del Altísimo» (1.32), representa el último capítulo del desarrollo de la humanidad; y que su existencia terrenal, manifiesta bajo la denominación de «Hijo del hombre» (6.22), significa que Dios ha venido a establecer su Reino entre nosotros, y que nos invita a participar de esta realidad nueva y definitiva (17.20–21).
Desde el mismo prólogo del evangelio (1.1–4), Lucas revela una gran preocupación por referir con detalle «la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas» (1.1). Y aun cuando él no había vivido personalmente el acontecimiento de Cristo, trata de proclamarlo tal y como «nos las enseñaron los que desde el principio las vieron» (1.2). Con ese objeto se había entregado de antemano a investigar «con diligencia todas las cosas desde su origen» (1.3).
Igual como haría tiempo después al componer el libro de los Hechos de los Apóstoles, también ahora dedica Lucas su «primer tratado» (Hch 1.1) a un personaje de relieve llamado Teófilo, acerca de quien no ha llegado hasta nosotros mayor información. Solo le conocemos por esas dedicatorias que, en el marco de sus respectivos prólogos (Lc 1.1–4; Hch 1.1–5), corresponden a las formas literarias usuales entre los escritores griegos de entonces.
Lucas, ciertamente, se preocupó por narrar de manera inteligente y ordenada cuanto sabía acerca de la persona y el ministerio de Jesús; sin embargo, no es menos cierto que, en sentido estricto, nunca pretendió escribir una biografía, sino un evangelio. Su intención no estuvo simplemente orientada a dar a conocer la vida y las características personales y la actividad de Jesús en medio de la multiplicidad de situaciones religiosas, políticas y sociales en que se desarrolla el drama humano. Lucas, el evangelista, escribe desde la fe y para la fe, rindiendo con ello un personal testimonio de que Jesús es el Mesías que ha venido a dar cumplimiento perfecto al plan salvador dispuesto por Dios antes de todos los tiempos.

Características teológicas y literarias

El Evangelio según san Lucas (=Lc) se ajusta, en términos generales, a los esquemas de Mateo y de Marcos. Ahora bien, se advierte en seguida que Lucas trabajó y pulió su texto con especial esmero. Desde el punto de vista literario, gran parte de los materiales redaccionales comunes a los tres evangelios sinópticos los encontramos más depurados en el tercero de ellos que en los otros dos. Esto es posible merced al dominio que Lucas posee del idioma y a la riqueza del vocabulario que maneja. La amplitud de sus recursos estilísticos se manifiesta incluso cuando, a fin de reproducir con fidelidad determinadas formas del habla popular aramea (sobre todo en discursos de Jesús), introduce conscientemente semitismos o palabras griegas que se alejan del nivel culto habitual en él.
A partir del prólogo, el texto de Lucas puede distribuirse en cinco secciones:
La primera sección (1.5–2.52), sin paralelo en Mateo y Marcos, contiene los relatos entrelazados del nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús. Concurren aquí algunas circunstancias que los asemejan: la aportación de datos históricos (1.5 y 2.1–5); la aparición del ángel Gabriel a Zacarías y a María (1.19 y 1.26); los respectivos mensajes de que el ángel es portador (1.11–20 y 1.26–38); los cantos de María y Zacarías en alabanza al Señor (1.46–55 y 1.67–79); el nacimiento de Juan y el de Jesús, y la circuncisión de ambos en cumplimiento de lo establecido por la Ley mosaica (1.57–59 y 2.6–21).
Comienza la segunda sección (3.2–4.13) situando históricamente (3.1–2) un conjunto de hechos: la predicación y el encarcelamiento de Juan el Bautista (3.1–20), el bautismo de Jesús (3.21–22) y la tentación en el desierto (4.1–13). Lucas, lo mismo que Mateo (Mt 1.1–17), inserta una genealogía; pero en lugar de limitarla a la ascendencia hebrea de Jesús, la hace remontar hasta Adán (3.23–38), para dar énfasis al carácter universal de la obra del Señor.
La tercera sección del evangelio (4.14–9.50) comprende el ministerio público de Jesús en Galilea, donde enseñó, predicó, reunió a sus discípulos, sanó a enfermos y posesos, hizo milagros y anunció que había de sufrir, morir y resucitar. Hay aquí textos muy importantes: la parábola del sembrador (8.4–15), la resurrección de la hija de Jairo (8.40–56), la confesión de Pedro (9.18–20) y la transfiguración del Señor (9.28–36). También tenemos aquí relatos que Mateo y Marcos no recogen, como la resurrección del hijo de la viuda de Naín (7.11–17) y la visita del Señor a casa de Simón el fariseo (7.36–50).
En la cuarta sección (9.50–19.27) se agrupan numerosos pasajes exclusivos de este tercer evangelio. Entre otros, una serie de parábolas muy conocidas: el buen samaritano (10.25–37), la higuera estéril (13.6–9), la gran cena (14.15–24), el hijo pródigo (15.11–32), el rico y Lázaro (16.19–31), la viuda y el juez injusto (18.1–8), el fariseo y el publicano (18.9–14) y las diez minas (19.11–27).
La quinta sección (19.28–24.53) narra los acontecimientos finales de la vida terrena de Jesús. Son sus últimos días, que tienen por escenario único a Jerusalén. Todos los hechos ocurren en esta ciudad, desde el día en que las gentes reciben en triunfo al Señor (19.28–38) hasta que es arrestado, procesado, crucificado, muerto y sepultado.
Los sufrimientos, la muerte y la resurrección del Señor (22.47–24.49) constituyen el punto culminante del relato de los cuatro evangelios, cada uno de los cuales aporta en exclusiva alguna información que no se encuentra en los demás. En el caso de Lucas, destaca como noticia propia la presentación de Jesús resucitado a los discípulos en el camino de Emaús (24.13–35).

Lectores, lugar y fecha de composición

El presente evangelio fue escrito para cristianos de procedencia gentil. Desde la antigüedad se ha mantenido con criterio prácticamente unánime la identificación de su autor con Lucas, el compañero de Pablo (2 Ti 4.11; Flm 24), a quien este se refiere en Col 4.14 como «el médico amado». Pero ningún otro dato en relación con nuestro evangelista ha quedado consignado en el NT. Así, se ignora en qué sitio y en qué tiempo fue redactado el evangelio. Solamente a título de hipótesis se han apuntado lugares tan diversos como Corinto, Éfeso y Roma, y fechas que van desde el año 60 hasta el 95.

Esquema del contenido [las subdivisiones que aparecen en el texto se han agrupado en unidades mayores]:

Prólogo (1.1–4)
1. Infancia de Juan el Bautista y de Jesús (1.5–2.52)
Los anuncios del ángel (1.5–38)
Nacimiento de Juan y de Jesús (1.39–2.20)
Infancia de Jesús (2.21–52)
2. Preparación del ministerio de Jesús (3.1–4.13)
3. Ministerio de Jesús en Galilea (4.14–9.50)
Actividades de Jesús (4.14–7.17)
Jesús y Juan el Bautista (7.18–35)
Actividades y enseñanzas (7.36–9.20)
Jesús, el Cristo de Dios (9.21–50)
4. El viaje a Jerusalén (9.51–19.27)
5. Ministerio de Jesús en Jerusalén (19.28–21.38)
6. Semana de la pasión (22.1–24.12)
La víspera de la crucifixión (22.1–62)
Pasión, muerte y resurrección (22.63–24.12)
7. Jesús resucitado (24.13–53)
Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.


Como veis, este estudioso de la "Biblia" opina que "el rico y Lazaro" es una parabola...

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

He aqui otros estudiosos de la "Biblia" que opinan que esto es una parabola...


16:19-31 El rico y Lázaro. La parábola da a entender que el rico de hecho no hizo nada para aliviar la absoluta miseria del mendigo o su condición degradada. Los perros de la calle eran animales impuros y por lo tanto especialmente desagradables. Debemos inferir que Lázaro (“el que Dios ayuda”) era una persona piadosa.
El mendigo encontró un lugar de honor junto a Abraham, el padre del pueblo judío, y amigo de Dios. El rico se encontró en el Hades, en tormentos y agonía. Clamó a Abraham como “padre” pidiendo misericordia pero, aunque se dirigió a él como “hijo” no le ofreció esperanza.
Hasta aquí el relato sigue las líneas tradicionales, pero entonces surge un nuevo elemento. ¿Era posible que los hermanos del hombre rico fueran advertidos antes de llegar al Hades? La respuesta que se le dio era que la enseñanza que tenían en el AT debía ser suficiente. Ni siquiera alguien que volviera de los muertos podía influir en aquellos que habían cerrado sus oídos a la voz de Dios en la Escritura. Cuando no se logra practicar el amor y la misericordia ordenadas por el AT, se entra al camino que lleva a la pérdida en la vida venidera.
El relato es una parábola y, por lo tanto, no necesariamente da una información lit. sobre las condiciones en la próxima vida. El Hades era la morada de los muertos en la creencia popular judía y no es claro si Jesús se está refiriendo al tiempo antes o después del juicio final. Pero la implicación clara es que el destino del rico estaba decidido definitivamente. Aunque el lenguaje es manifiestamente simbólico cuando habla del pobre junto a Abraham, señala los destinos verdaderos de cada uno.

Carson, D., France, R., Motyer, J., & Wenham, G. 2000, c1999. Nuevo comentario Bı́blico : Siglo veintiuno (electronic ed.) . Sociedades Bı́blicas Unidas: Miami

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Tambien Casiodoro de Reina creia que esto era una parabola...


CAPIT. XVI.
La parabola del mayordomo iniquo, conque enseña el Señor à los ricos Christianos su deuer y officio en la Iglesia 2. Lo mismo por la del rico Auaro &c.

Y Dezia tambien à sus Discipulos: Auia vn hombre rico, elqual tenia vn mayordomo: y este fué a cusado delãte deel * como dissipador de sus bienes.
2 Y llamólo, y dizele, Que es esto que oygo de ti? dá cuẽta de tu mayordomia: porque ya no podrás mas ser mayordomo.
3 Entonces el mayordomo dixo dentro de si, Que haré? q̃ mi señor me quita la mayordomia. cauar, no puedo: mendigar, tengo verguença.
4 Yo sé loque haré, paraque quando fuere quitado de la mayordomia, me reciban en sus casas.
5 Y llamando à cada vno de los deudores de su señor, dixo àl primero, Quãto deues à mi señor?
6 Y el dixo, Cien batos de azeyte. Y dixole, Toma tu obligacion, y sientate presto, y escriue cincuenta.
7 Despues dixo à otro, Y tu quanto deues? Y el dixo, Cien coros de trigo. Y el le dixo, Toma tu obligaciõ, y escriue ochẽta.
8 Y alabó el señor àl mayordomo * malo, por auer hecho prudẽtemente: porque los hijos deeste siglo mas prudentes son q̃ los hijos de luz en su * genero.
9 Y yo os digo, Hazeos amigos de las riquezas * de mal dad: paraq̃ quãdo * os falte, * seays recebidos en las moradas eternas.
10 Elque es fiel en lo muy poco, tambiẽ en lo mas es fiel: y el q̃ en lo muy poco es injusto, tambien en lo mas es injusto.
11 Pues si en las malas * riquezas no fuestes fieles, loque es verdadero quien os lo confiara?
12 Y si en lo ageno no fuestes fieles, loq̃ es vuestro quien os lo dara?
13 * Ningũ sieruo puede seruir à dos señores: porque ò aborrecerá àl vno y amarà àl otro: ò se allegará àl vno, y menospreciarà àl otro. No podeys seruir à Dios y à Mamona.
14 Y oyan tãbien los Phariseos todas estas cosas, los quales eran auaros: y burlauan deel.
15 Y dizeles, Vosotros soys losq̃ os justificays á vosotros mismos delante de los hõbres: mas Dios conoce vuestros coraçones: porq̃ lo que los hõbres tienen por sublime, delante de Dios es abominacion.
16 * La ley y los Prophetas, hasta Ioan: desde entõces el Reyno de Dios es * annũciado, y quienquiera * lo acomete.
17 * Empero mas facil cosa es * perecer el cielo y la tierra, que * perderse vna tilde de la ley.
18 Qualquiera que embia à su muger: y se casa con otra, adultêra: y elq̃ se casa con la embiada del marido, adultêra
II
19 ¶ [Y dixo otra parabola,] Auia vn hõbre rico, q̃ se vestia de purpura y de lino fino, y hazia cadadia vãq̃te esplendidamẽte.
20 Auia tãbien vn mendigo llamado Lazaro, el qual estaua echado à la puerta * de el, lleno de llagas:
21 Y desseando hartarse de las migajas q̃ cayan de la mesa del rico: * y aun los perros venian, y le lamian las llagas.
22 Y aconteció que murió el mendigo, y fue lleuado por los Angeles * àl regaço de Abraham: y murió tambiẽ el rico, y fué sepultado.
23 Y en el Infierno, alçando sus ojos, estando en los tormentos, vido à Abraham lexos, y à Lazaro en su regaço.
24 Entonces el, dãdo bozes, dixo, Padre Abraham, tẽ misericordia de mi, y embia à Lazaro q̃ moje * la punta de su dedo en agua, y refresq̃ mi lengua: porque soy atormentado en esta llama.
25 Y dixole Abraham, Hijo, acuerdate q̃ recebiste tus bienes en tu vida, y Lazaro tambien males: mas aora este es cõsolado, y tu atormentado.
26 Y demas de todo esto, vna grande sima esta * cõfirmada entre nosotros y vosotros, q̃ losq̃ quisierẽ passar de aqui à vosotros, no pueden, ni de allà passar acà.
27 Y * dixo, Ruegote pues padre, que lo embies à la casa de mi padre.
28 Porq̃ tengo cinco hermanos, paraque les proteste: porque no vengan ellos tambien en este lugar de tormento.
29 Y Abraham le dize, A Moysen y à los Prophetas tienen, oygan à ellos.
30 El entonces dixo, No, padre Abrahã: mas si alguno fuere à ellos de los muertos, * se emmendaran.
31 Mas Abrahã le dixo, Sĩ no oyẽ à Moysen y à los Prophetas, tampoco se persuadirán, si alguno fe leuãtâre de los muertos.
Casiodoro de Reina 1569. 1569.; 2003. Biblia del Oso, Casiodoro de Reina 1569; Casiodoro de Reina 1569 . Sociedades Bíblicas Unidas
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

¿Por qué cuando alguien razona en contra de "verdades" religiosas no razonadas objetivamente le llaman orgulloso y soberbio?
Paz y bien.
Martamaría

Porque no les queda otra hermana, en vez de esforzarse por conocer la verdad real de las cosas, prefieren demonizar de alguna manera a los que son diligentes en poner todo a prueba, para así poder determinar lo bueno y retenerlo. Ellos no buscan la verdad de las cosas, porque están satisfechos con "su verdad". Verdad que no toleran que le increpen porque no tienen como corroborarla.

Saludos.
 
Re: SÓLO PARA ESTUDIOSOS SERIOS DE LA BIBLIA Y LA TEOLOGÍA

He aqui la opinion de un estudioso de la "Biblia"...

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS


Autor y objeto del evangelio

Lucas es, de los cuatro evangelistas, el que más se aproxima a nuestro concepto actual de historiador. Cuidadoso en su trabajo, es probable que al comenzar a prepararlo tuviera ya prevista la publicación de una obra compuesta de dos volúmenes. El primero es el evangelio que lleva su nombre; el segundo, Hechos de los Apóstoles.
Con la publicación de estos libros, el autor quiso transmitir un mensaje de valor universal: que Jesús, el «Hijo del Altísimo» (1.32), representa el último capítulo del desarrollo de la humanidad; y que su existencia terrenal, manifiesta bajo la denominación de «Hijo del hombre» (6.22), significa que Dios ha venido a establecer su Reino entre nosotros, y que nos invita a participar de esta realidad nueva y definitiva (17.20–21).
Desde el mismo prólogo del evangelio (1.1–4), Lucas revela una gran preocupación por referir con detalle «la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas» (1.1). Y aun cuando él no había vivido personalmente el acontecimiento de Cristo, trata de proclamarlo tal y como «nos las enseñaron los que desde el principio las vieron» (1.2). Con ese objeto se había entregado de antemano a investigar «con diligencia todas las cosas desde su origen» (1.3).
Igual como haría tiempo después al componer el libro de los Hechos de los Apóstoles, también ahora dedica Lucas su «primer tratado» (Hch 1.1) a un personaje de relieve llamado Teófilo, acerca de quien no ha llegado hasta nosotros mayor información. Solo le conocemos por esas dedicatorias que, en el marco de sus respectivos prólogos (Lc 1.1–4; Hch 1.1–5), corresponden a las formas literarias usuales entre los escritores griegos de entonces.
Lucas, ciertamente, se preocupó por narrar de manera inteligente y ordenada cuanto sabía acerca de la persona y el ministerio de Jesús; sin embargo, no es menos cierto que, en sentido estricto, nunca pretendió escribir una biografía, sino un evangelio. Su intención no estuvo simplemente orientada a dar a conocer la vida y las características personales y la actividad de Jesús en medio de la multiplicidad de situaciones religiosas, políticas y sociales en que se desarrolla el drama humano. Lucas, el evangelista, escribe desde la fe y para la fe, rindiendo con ello un personal testimonio de que Jesús es el Mesías que ha venido a dar cumplimiento perfecto al plan salvador dispuesto por Dios antes de todos los tiempos.

Características teológicas y literarias

El Evangelio según san Lucas (=Lc) se ajusta, en términos generales, a los esquemas de Mateo y de Marcos. Ahora bien, se advierte en seguida que Lucas trabajó y pulió su texto con especial esmero. Desde el punto de vista literario, gran parte de los materiales redaccionales comunes a los tres evangelios sinópticos los encontramos más depurados en el tercero de ellos que en los otros dos. Esto es posible merced al dominio que Lucas posee del idioma y a la riqueza del vocabulario que maneja. La amplitud de sus recursos estilísticos se manifiesta incluso cuando, a fin de reproducir con fidelidad determinadas formas del habla popular aramea (sobre todo en discursos de Jesús), introduce conscientemente semitismos o palabras griegas que se alejan del nivel culto habitual en él.
A partir del prólogo, el texto de Lucas puede distribuirse en cinco secciones:
La primera sección (1.5–2.52), sin paralelo en Mateo y Marcos, contiene los relatos entrelazados del nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús. Concurren aquí algunas circunstancias que los asemejan: la aportación de datos históricos (1.5 y 2.1–5); la aparición del ángel Gabriel a Zacarías y a María (1.19 y 1.26); los respectivos mensajes de que el ángel es portador (1.11–20 y 1.26–38); los cantos de María y Zacarías en alabanza al Señor (1.46–55 y 1.67–79); el nacimiento de Juan y el de Jesús, y la circuncisión de ambos en cumplimiento de lo establecido por la Ley mosaica (1.57–59 y 2.6–21).
Comienza la segunda sección (3.2–4.13) situando históricamente (3.1–2) un conjunto de hechos: la predicación y el encarcelamiento de Juan el Bautista (3.1–20), el bautismo de Jesús (3.21–22) y la tentación en el desierto (4.1–13). Lucas, lo mismo que Mateo (Mt 1.1–17), inserta una genealogía; pero en lugar de limitarla a la ascendencia hebrea de Jesús, la hace remontar hasta Adán (3.23–38), para dar énfasis al carácter universal de la obra del Señor.
La tercera sección del evangelio (4.14–9.50) comprende el ministerio público de Jesús en Galilea, donde enseñó, predicó, reunió a sus discípulos, sanó a enfermos y posesos, hizo milagros y anunció que había de sufrir, morir y resucitar. Hay aquí textos muy importantes: la parábola del sembrador (8.4–15), la resurrección de la hija de Jairo (8.40–56), la confesión de Pedro (9.18–20) y la transfiguración del Señor (9.28–36). También tenemos aquí relatos que Mateo y Marcos no recogen, como la resurrección del hijo de la viuda de Naín (7.11–17) y la visita del Señor a casa de Simón el fariseo (7.36–50).
En la cuarta sección (9.50–19.27) se agrupan numerosos pasajes exclusivos de este tercer evangelio. Entre otros, una serie de parábolas muy conocidas: el buen samaritano (10.25–37), la higuera estéril (13.6–9), la gran cena (14.15–24), el hijo pródigo (15.11–32), el rico y Lázaro (16.19–31), la viuda y el juez injusto (18.1–8), el fariseo y el publicano (18.9–14) y las diez minas (19.11–27).
La quinta sección (19.28–24.53) narra los acontecimientos finales de la vida terrena de Jesús. Son sus últimos días, que tienen por escenario único a Jerusalén. Todos los hechos ocurren en esta ciudad, desde el día en que las gentes reciben en triunfo al Señor (19.28–38) hasta que es arrestado, procesado, crucificado, muerto y sepultado.
Los sufrimientos, la muerte y la resurrección del Señor (22.47–24.49) constituyen el punto culminante del relato de los cuatro evangelios, cada uno de los cuales aporta en exclusiva alguna información que no se encuentra en los demás. En el caso de Lucas, destaca como noticia propia la presentación de Jesús resucitado a los discípulos en el camino de Emaús (24.13–35).

Lectores, lugar y fecha de composición

El presente evangelio fue escrito para cristianos de procedencia gentil. Desde la antigüedad se ha mantenido con criterio prácticamente unánime la identificación de su autor con Lucas, el compañero de Pablo (2 Ti 4.11; Flm 24), a quien este se refiere en Col 4.14 como «el médico amado». Pero ningún otro dato en relación con nuestro evangelista ha quedado consignado en el NT. Así, se ignora en qué sitio y en qué tiempo fue redactado el evangelio. Solamente a título de hipótesis se han apuntado lugares tan diversos como Corinto, Éfeso y Roma, y fechas que van desde el año 60 hasta el 95.

Esquema del contenido [las subdivisiones que aparecen en el texto se han agrupado en unidades mayores]:

Prólogo (1.1–4)
1. Infancia de Juan el Bautista y de Jesús (1.5–2.52)
Los anuncios del ángel (1.5–38)
Nacimiento de Juan y de Jesús (1.39–2.20)
Infancia de Jesús (2.21–52)
2. Preparación del ministerio de Jesús (3.1–4.13)
3. Ministerio de Jesús en Galilea (4.14–9.50)
Actividades de Jesús (4.14–7.17)
Jesús y Juan el Bautista (7.18–35)
Actividades y enseñanzas (7.36–9.20)
Jesús, el Cristo de Dios (9.21–50)
4. El viaje a Jerusalén (9.51–19.27)
5. Ministerio de Jesús en Jerusalén (19.28–21.38)
6. Semana de la pasión (22.1–24.12)
La víspera de la crucifixión (22.1–62)
Pasión, muerte y resurrección (22.63–24.12)
7. Jesús resucitado (24.13–53)
Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.


Como veis, este estudioso de la "Biblia" opina que "el rico y Lazaro" es una parabola...

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

He aqui otros estudiosos de la "Biblia" que opinan que esto es una parabola...


16:19-31 El rico y Lázaro. La parábola da a entender que el rico de hecho no hizo nada para aliviar la absoluta miseria del mendigo o su condición degradada. Los perros de la calle eran animales impuros y por lo tanto especialmente desagradables. Debemos inferir que Lázaro (“el que Dios ayuda”) era una persona piadosa.
El mendigo encontró un lugar de honor junto a Abraham, el padre del pueblo judío, y amigo de Dios. El rico se encontró en el Hades, en tormentos y agonía. Clamó a Abraham como “padre” pidiendo misericordia pero, aunque se dirigió a él como “hijo” no le ofreció esperanza.
Hasta aquí el relato sigue las líneas tradicionales, pero entonces surge un nuevo elemento. ¿Era posible que los hermanos del hombre rico fueran advertidos antes de llegar al Hades? La respuesta que se le dio era que la enseñanza que tenían en el AT debía ser suficiente. Ni siquiera alguien que volviera de los muertos podía influir en aquellos que habían cerrado sus oídos a la voz de Dios en la Escritura. Cuando no se logra practicar el amor y la misericordia ordenadas por el AT, se entra al camino que lleva a la pérdida en la vida venidera.
El relato es una parábola y, por lo tanto, no necesariamente da una información lit. sobre las condiciones en la próxima vida. El Hades era la morada de los muertos en la creencia popular judía y no es claro si Jesús se está refiriendo al tiempo antes o después del juicio final. Pero la implicación clara es que el destino del rico estaba decidido definitivamente. Aunque el lenguaje es manifiestamente simbólico cuando habla del pobre junto a Abraham, señala los destinos verdaderos de cada uno.

Carson, D., France, R., Motyer, J., & Wenham, G. 2000, c1999. Nuevo comentario Bı́blico : Siglo veintiuno (electronic ed.) . Sociedades Bı́blicas Unidas: Miami

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Tambien Casiodoro de Reina creia que esto era una parabola...


CAPIT. XVI.
La parabola del mayordomo iniquo, conque enseña el Señor à los ricos Christianos su deuer y officio en la Iglesia 2. Lo mismo por la del rico Auaro &c.

Y Dezia tambien à sus Discipulos: Auia vn hombre rico, elqual tenia vn mayordomo: y este fué a cusado delãte deel * como dissipador de sus bienes.
2 Y llamólo, y dizele, Que es esto que oygo de ti? dá cuẽta de tu mayordomia: porque ya no podrás mas ser mayordomo.
3 Entonces el mayordomo dixo dentro de si, Que haré? q̃ mi señor me quita la mayordomia. cauar, no puedo: mendigar, tengo verguença.
4 Yo sé loque haré, paraque quando fuere quitado de la mayordomia, me reciban en sus casas.
5 Y llamando à cada vno de los deudores de su señor, dixo àl primero, Quãto deues à mi señor?
6 Y el dixo, Cien batos de azeyte. Y dixole, Toma tu obligacion, y sientate presto, y escriue cincuenta.
7 Despues dixo à otro, Y tu quanto deues? Y el dixo, Cien coros de trigo. Y el le dixo, Toma tu obligaciõ, y escriue ochẽta.
8 Y alabó el señor àl mayordomo * malo, por auer hecho prudẽtemente: porque los hijos deeste siglo mas prudentes son q̃ los hijos de luz en su * genero.
9 Y yo os digo, Hazeos amigos de las riquezas * de mal dad: paraq̃ quãdo * os falte, * seays recebidos en las moradas eternas.
10 Elque es fiel en lo muy poco, tambiẽ en lo mas es fiel: y el q̃ en lo muy poco es injusto, tambien en lo mas es injusto.
11 Pues si en las malas * riquezas no fuestes fieles, loque es verdadero quien os lo confiara?
12 Y si en lo ageno no fuestes fieles, loq̃ es vuestro quien os lo dara?
13 * Ningũ sieruo puede seruir à dos señores: porque ò aborrecerá àl vno y amarà àl otro: ò se allegará àl vno, y menospreciarà àl otro. No podeys seruir à Dios y à Mamona.
14 Y oyan tãbien los Phariseos todas estas cosas, los quales eran auaros: y burlauan deel.
15 Y dizeles, Vosotros soys losq̃ os justificays á vosotros mismos delante de los hõbres: mas Dios conoce vuestros coraçones: porq̃ lo que los hõbres tienen por sublime, delante de Dios es abominacion.
16 * La ley y los Prophetas, hasta Ioan: desde entõces el Reyno de Dios es * annũciado, y quienquiera * lo acomete.
17 * Empero mas facil cosa es * perecer el cielo y la tierra, que * perderse vna tilde de la ley.
18 Qualquiera que embia à su muger: y se casa con otra, adultêra: y elq̃ se casa con la embiada del marido, adultêra
II
19 ¶ [Y dixo otra parabola,] Auia vn hõbre rico, q̃ se vestia de purpura y de lino fino, y hazia cadadia vãq̃te esplendidamẽte.
20 Auia tãbien vn mendigo llamado Lazaro, el qual estaua echado à la puerta * de el, lleno de llagas:
21 Y desseando hartarse de las migajas q̃ cayan de la mesa del rico: * y aun los perros venian, y le lamian las llagas.
22 Y aconteció que murió el mendigo, y fue lleuado por los Angeles * àl regaço de Abraham: y murió tambiẽ el rico, y fué sepultado.
23 Y en el Infierno, alçando sus ojos, estando en los tormentos, vido à Abraham lexos, y à Lazaro en su regaço.
24 Entonces el, dãdo bozes, dixo, Padre Abraham, tẽ misericordia de mi, y embia à Lazaro q̃ moje * la punta de su dedo en agua, y refresq̃ mi lengua: porque soy atormentado en esta llama.
25 Y dixole Abraham, Hijo, acuerdate q̃ recebiste tus bienes en tu vida, y Lazaro tambien males: mas aora este es cõsolado, y tu atormentado.
26 Y demas de todo esto, vna grande sima esta * cõfirmada entre nosotros y vosotros, q̃ losq̃ quisierẽ passar de aqui à vosotros, no pueden, ni de allà passar acà.
27 Y * dixo, Ruegote pues padre, que lo embies à la casa de mi padre.
28 Porq̃ tengo cinco hermanos, paraque les proteste: porque no vengan ellos tambien en este lugar de tormento.
29 Y Abraham le dize, A Moysen y à los Prophetas tienen, oygan à ellos.
30 El entonces dixo, No, padre Abrahã: mas si alguno fuere à ellos de los muertos, * se emmendaran.
31 Mas Abrahã le dixo, Sĩ no oyẽ à Moysen y à los Prophetas, tampoco se persuadirán, si alguno fe leuãtâre de los muertos.
Casiodoro de Reina 1569. 1569.; 2003. Biblia del Oso, Casiodoro de Reina 1569; Casiodoro de Reina 1569 . Sociedades Bíblicas Unidas