Oso:
SI es una actividad humana el creer, pero el creer para salvación es “la obra de Dios” yo entiendo que tanto el creer es una obra de Dios, como la fe es un don de Dios. Ambos proceden de Dios.
Luis:
Bueno, todo lo bueno tiene a Dios como origen. En cualquier caso, supongo que tú no crees que la gracia de Dios es irresistible, ¿verdad?
Oso:
A lo que Jesús les contestó que la obra de Dios es creer en el Hijo (v 29a). Dije que creer en el Hijo es una obra exclusiva de Dios, te he dicho tal como declara le escritura que “es la obra de Dios”, no la obra del hombre. Porque o es de Dios o es del hombre, la escritura señala a Dios como el autor de esta obra, igualmente señala a Cristo Jesús como el autor y consumador de la fe, no señala al hombre.
Luis:
Oso, lee el contexto de nuevo. Lo que le preguntan a Cristo es qué obras han de hacer para salvarse. A esas obras les llamaban "obras de Dios" (Juan 6,28) pero evidentemente es algo que ellos debían hacer. De igual manera, las buenas obras que nosotros los creyentes hacemos son obras de Dios ya que Él las ha preparado de antemano para que anduviésemos en ellas.
Cuando Cristo dice que la obra de Dios es que "creáis en el que él ha enviado" hemos de entender exactamente igual. No se trata de que nosotros no debamos hacer NADA sino más bien que aquello que nosotros hacemos, en ese caso el creer con fe, es algo preparado por Dios para que lo hiciésemos con la indispensable ayuda de su gracia. O sea, el que podamos creer es obra de Dios pero también nosotros debemos asentir con nuestra voluntad para creer ya que Dios no nos impone, y hablo de forma general, el que creamos.
Oso:
Hay una parte que corresponde al hombre: oír y venir a El
Luis:
Pues, independientemente de que yo crea que hay algo más que le corresponde al hombre, sospecho que el caso está cerrado. Si reconoces que hay algo que el hombre HA DE HACER entonces es necesario el concurso de la actividad humana en el proceso de la salvación.
Oso:
LOS SUYOS RECONOCEMOS SU VOZ ¿CÓMO E SQUE LA RECONOCEMOS? MUY SENCILLO: FUIMOS ENSEÑADOS POR EL (V45); ASI ES QUE PRIMERO OIMOS (NO SE REQUIERE NINGUN ESFUERZO PARA OIR) Y LUEGO VAMOS. ESTO ES EVIDENTEMENTE ACTIVO PARA EL CREYENTE.
Luis:
Oir no requiere esfuerzo. De hecho, los incrédulos oyen. Ir sí requiere esfuerzo. Sobre todo porque el camino no es pequeño
Oso:
Para mi es claro que si tuve un primer encuentro con Jesús, fue porque el Padre (obra de Dios, no mía) me trajo hacia Jesús. Y esto es lo maravilloso que yo estando muerto en mis pecados y delitos oí la voz de Jesús y esto no fue por algo mío, una obra mía, sino por la obra perfecta de Dios. Ciertamente no me resistí, pues la gracia de nuestro Señor Jesucristo obró en mi poderosamente atrayéndome hacia El en manera irresistible.
Luis:
Mira, Oso, si la gracia de Dios es irresistible, entonces Calvino tiene razón en plantear la predestinación total. Si no podemos decir NO a la gracia de Dios, entonces es claro que los que no son salvos nunca han recibido la gracia de Dios para salvación, lo cual implica necesariamente que Dios no ha querido que sean salvos. Y eso es precisamente la predestinación calvinista. Dios da gracia irresistible de tal forma que el que la recibe necesariamente será salvo. Y de igual manera tenemos que los que no son salvos es porque Dios no ha querido que sean salvos, pues de lo contrario les habría dado esa gracia irresistible.
Ahora bien, si el hombre puede rechazar esa gracia, significa que también puede aceptarla. Y entonces tendríamos que es necesario el sí del hombre para que la salvación le sea aplicada. Ese "sí", por mucho que sólo pueda darse con la gracia de Dios no por ello deja de ser un acto intrínseco de la voluntad humana.
Oso:
¿qué puede haber hecho yo para concretarse esta obra de Dios en mi vida? El canon 4 dice que esto no puede ser
Luis:
A mí me parece que el canon 4 está señalando directamente al caso de Cornelio, por ejemplo. Leelo de nuevo teniendo Hechos 10.1-6
Oso:
Yo sinceramente no recuerdo que puede haber hecho como “obra” para que operara en mi esta salvación tan grande. Si en mi hubo el querer buscarle o anhelarle...ceo que fue obra de Dios, si creí en El, veo que es la obra de Dios...por donde quiera que lo vea veo que fue Dios el que obró en mi...viendo en retrospectiva veo todos los llamados que me hizo, todo lo que dispuso para hacer de esta relación con Su Eterno Hijo Jesucristo una realidad en mí.
Luis:
Oso, yo también creo que Dios obra en mí. No es raro ya que, como la propia Biblia dice, Dios el que produce en nosotros tanto el querer como el obrar. En ese sentido, repito, no hay una sola obra que sólo sea cosa nuestra. Ni podemos creer sin la ayuda de Dios ni podemos obrar si esa misma ayuda. Pero lo cierto es que SOMOS NOSOTROS los que creemos y NOSOTROS los que obramos, no cuales autómatas que hacen sólo lo que les han introducido en un programa sino como seres que tenemos libre albedrío para obedecer o desobedecer
Oso:
Te he dicho que el creer es una obra de Dios, El ha previsto todo lo necesario para que tu creyeses en El.
Luis:
Sí claro, pero finalmente el que creo o dejo de creer soy yo. Y contigo pasa lo mismo. No puedo creer sin que Dios obre para que crea y por ello no puedo gloriarme como si mi fe fuera pura elección mía. Pero Dios no obra de forma que yo no pueda decidir no creer.
Oso:
Permíteme aclarar mi posición al respecto Luis: Donde dices “Dios decide si tal o cual hombre no cree” lo pondría de la siguiente manera: “Dios conoce si tal o cual hombre cree o no cree. Sabe bien que hombre habrá de negarlo, que hombre habrá de entregarlo, que hombre habrá de resistirse y que hombre habrá de preferir las tinieblas en vez de la luz de Cristo. Dios no hace acepción de personas ni escoge quien se salva y quien no en modo alguno que sugiera siquiera cierto desliz de falta de justicia.
Luis:
Bueno, tu posición en este asunto no es la de los reformadores del siglo XVI, evidentemente. Es la católica,

"Caritas aparte", te cuento que, quizás simplificando mucho las coas, yo señalé hace no mucho tiempo en otro epígrafe que en mi opinión lo que diferenciaba al calvinismo del arminianismo era que el primero cree que Dios ordena todo de forma que nada ocurre que no haya sido determinado por Él, mientras que el arminiano cree que Dios permite que todo ocurra sin que eso signifique que todo lo que ocurre es fruto de su voluntad de que ocurra así. El calvinista cree que todo es parte del plan de Dios y su voluntad es inamovible y el arminiano cree que aunque no todo es parte del plan de Dios, finalmente la voluntad de Dios prevalece y se cumple
OSO:
Un momentito Luis por favor, creo que estamos hablando de cosas muy distintas. Dios pone los medios, hace la obra, el hombre puede o no escuchar
Luis:
Claro, eso mismo digo yo. Aunque más que escuchar, yo diría responder.
Oso:
El hombre activamente puede negar, traicionar, clavar o vituperar en contra de Dios o de Su Cristo, esta es la parte “activa” del hombre y no que sea un buen hombre que busque a Dios y en su búsqueda logros y hazañas llegue a Dios.
Luis:
Créeme: Cornelio buscaba a Dios. Por supuesto no sin la gracia de Dios. No en sus propias fuerzas. Pero le buscaba. Y Dios le salió al encuentro.
Nosotros le amamos porque Él nos amó primero. Pero le amamos. Esa es la diferencia entre el salvo y el no salvo. Dios ama a todos por igual. Cristo murió por todos. Pero no todos le aman. No todos aceptan a Cristo. La diferencia entre unos y otros no está en la OBRA de Dios ya que esa obra es igual para todos si hemos de creer que Dios no hace acepción de persona y no predestina a unos a la condenación. La diferencia está en cómo unos y otros responden a la obra de Dios. Unos la aceptamos, creyendo y obrando en consecuencia. Otros la rechazan.
Oso:
Cada hombre tiene su tiempo e historia de salvación, es un hecho. Pero Dios es el que ha trabajado intensamente para que este hombre un día se encuentre con el creador: Le da oportunidad, le brinda su Palabra, Su amor incondicional, pone medios, quita obstáculos, hace milagros como me sucedió a mí....pero es un hecho que se cumple el hecho de que Dios es Salvador, “he aquí Yo mismo iré a buscar mis ovejas y las reconoceré” (Ez 34:11b) y esto se ha cumplido cabalmente para quienes creemos en Su Nombre y el que hayamos creído es la obra de Dios.
Luis:
Hermano, ¿hace eso Dios con todos los hombres?
¿sí o no?
Oso:
No te negaste, no te resististe...esa es tu parte.
Luis:
O sea, que hay una parte que es mía. O tuya. O de aquel. Ese es el meollo de la cuestión.
Oso:
Difiero con Lutero en lo que dices de memoria, como en muchas otras cosas difiero de él.
Luis:
Ya, y de Calvino también difieres. El asunto es que ya me contarás si se puede ser protestante a la vez que no se está de acuerdo en aspectos fundamentales de la fe cristiana con los reformadores protestantes.
No es que quiera quitar el "apellido" de protestante a nadie, el cual además creo que a ti te tiene sin cuidado porque con llamarte cristiano tienes más que suficiente. Lo que ocurre es que he llegado a la conclusión de que el arminianismo, del que tú eres una muestra, no es la fe de la Reforma protestante sino algo posterior y diferente a ella. Nace en su seno y mantiene la letra de sus lemas (los 5 solas) pero en el tema del papel que desempeña el hombre en la salvación supone una vuelta a las tesis católicas sin llegar a aceptar estas en su totalidad.
Oso:
Permanecer, creer, obedecer y perseverar es parte del cuidado que tiene el Señor por sus ovejas. Si no nos resistimos, si no endurecemos nuestro corazón de incredulidad, si nos vanagloriamos, si no pecamos intencionalmente, sino dejamos de aprovechar esta salvación que es por fe (Heb 4:1-6) ni desobedecemos intencionalmente (v6)...
Luis:
El si es condicional. Estamos de acuerdo.
Oso:
Si, efectivamente, obedecemos, nos ocupamos de nuestra salvación, creemos, comemos de Su Palabra, nos reunimos, invocamos Su Nombre, compartimos, nos preferimos, nos exhortamos...y estas son las “buenas obras” que Dios hizo para que anduviésemos en ellas. Viviendo sencilla, santa y piadosamente hasta su pronta venida.
Luis:
Y haciendo eso, seremos salvos cuando Él vuelva.
Dije:
Ahora bien, esto que expongo no es la doctrina de los reformadores protestantes sino la católica. Si resulta que la doctrina arminiana coincide en este tema de la necesidad de que el hombre obedezca y persevere para ser salvo, tendremos que concluir en que la doctrina arminiana es más católica que protestante, independientemente de que nos parezca mejor o peor fundamentada bíblicamente.
Respondes:
Bueno, muy bien. Que alegría saberlo.
Respondo:
Pues nada, miel sobre hojuelas,
Oso:
Estimado Luis.
Antes de contestarte quiero hacerte una consideración. No puedo estar de acuerdo con que alguien anatemize a nadie mas allá de alguna anatemización que sea contenida en la escritura
Luis:
Ummm, te entiendo. Pero intentaré explicarte el porqué de los anatemas. A mí me parece que este asunto afecta de lleno a la médula del evangelio. No se trata de anatemizar por capricho sino porque las posturas son tan distintas que no pueden ser conciliadas y desde luego no pueden ser ciertas a la vez. Por eso Trento anatemiza a los reformadores. Por eso Dordrecht anatemizó a los arminianos. Porque unos y otros pensaron que los del otro "bando" estaban predicando un evangelio distinto y Pablo nos manda anatemizar a quienes hacen tal cosa
Oso:
Creo hubieron y los sabes bien, posiciones políticas y de presión religiosa suficientemente intensas como para tomar a siglos de distancia lo bueno y separa lo malo; se que tu no puedes por causa de conciencia, pero intentaré hacerlo.
Luis:
El factor humano siempre ha estado presente, no me cabe duda. Fue así desde la fundación de la Iglesia.
Oso:
Me parece la redacción del canon 4 un tanto ambigua, a mi modo. Parece querer referirse a una condición humana que no existe sino en condiciones de incapacidad mental y física, V.gr. una persona afectada por alguna enajenación mental, estado de coma, locura, un párvulo, En todos ellos deberemos reconsiderar que pueden alcanzar salvación, aun sin poder mover uno solo de sus miembros, aun sin expresiones de “aceptación”, me refiero a personas que por su estado de salud no pueden hacer absolutamente nada, el texto alusivo me parece pone al hombre en una condición caída (no espiritualmente) sino inerte en todo el sentido de la palabra, sin deseo de participar, sin noción de las cosas, sin interés alguno, pone al hombre mas que en una condición caída espiritualmente y de degeneración espiritual total, en una condición de apatía e indiferencia total. Y esta no es la condición que yo veo en un pecador, creo en suma es un canon no aplicable en lo que a mi concierne, pues entre otras cosas se estará anatemizando al paciente de Alzahimer que acabo de predicarle.
Luis:
Te digo lo que antes. Lee ese canon teniendo en cuenta el caso de Cornelio. Y entiende que lo que se está queriendo señalar es que la voluntad del hombre que asiente a la gracia de Dios forma parte del proceso que lleva a la justificación por Cristo. En otras palabras, el canon 4 va contra la idea de que la gracia es irresistible y de que el hombre no hace NADA y es un simple objeto pasivo de la gracia divina.
Oso:
Creo que si no estoy de acuerdo con la anatemización concretamente del canon 4 y tampoco en el objeto de a quien se anatemiza (un pobre inválido), mucho me temo que no podremos estar de acuerdo.
Luis:
Pobres los inválidos si además de soportar su condición tuvieran que ver como se les anatemiza por ello,

No es el caso
Bendiciones
PD: Jetonius, cuando puedas me respondes a la pregunta sobre el TULIP