JESUS EN EL DESIERTO DE JUDEA
Al poco tiempo de su bautismo, como lo declara Marcos, Jesus se sintio impelido por las impresiones del Espiritu a retirarse de los hombres y las distracciones de la vida comunal, y apartarse al desierto a fin de poder estar libre para comunicarse con el Padre. Tan potente era la influencia de esta fuerza, que fue impulsado, como lo declara el evangelista, a una reclusion solitaria en la cual permanecio durante cuarenta dias ‘con las fieras’ del desierto. En tres de los evanglios se describe este notable episodio de la vida de Jesucristo, aunque no con la misma amplitud. Juan calla sobre el asunto. Jesus mismo debe haber relatado las circunstancias consiguientes a esta epoca de destierro y pruebas, pues no hubo ningun otro testigo humano. Las narraciones escritas se refieren principalmente a los acontecimientos que señalan la conclusion del periodo de cuarenta dias, pero cuando lo consideremos en su totalidad, se establese sin ninguna duda, que fue un tiempo de ayuno y oracion. Cristo gradualemente se fue enterando que El era el escogido Mesias. Como lo manifiestan sus palabras dirigida a su madre en la ocasión de la memorable entrevista con los doctores en el patio del templo, sabia, cuando apenas era un niño de 12 años, que en cierto sentido particular y personal, El era el Hijo de Dios; y sin embargo, es evidente que la impresion del proposito completo de su mision terrenal solo se desarrollo en El al grado en que, paso por paso, aumentaba en sabiduria. Durante el periodo de soledad no comio, antes prefirio ayunar, a fin de que su cuerpo fisico quedara mas completamente sujeto a su espiritu divino.
Hallandose Jesus hambriento y fisicamente debil, el tentador se presento con la insidiosa sugestion de que empleara sus facultades extraordinarias para proveerse de alimento. Satanas habia elegido el momento mas propicio para sus fines inicuos. ¿qué no hara el ser mortal, que no han hecho los hombres para aplacar los tormentos del hambre? Esau vendio su primogenitura por una comida. Los hombres han combatido como bestias salvajes por los alimentos. Satanas sabia todo esto cuando se presento delante del Cristo en el momento de su extrema necesidad fisica. Y le dijo: ‘si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan’. Durante las largas semanas de su reclusion, nuestro Señor se habia sustentado en esa exaltacion de espiritu que naturalmente resulto de su extensa meditacion y comunion con los cielos. En esta devocion tan profunda del espiritu, los apetitos corporales fueron dominados y reemplazados; pero era inevitable que la carne reaccionara.
No obstante el hambre que sentia Jesus, habia en las palabras de Satanas una tentacion mayor aun que la que estaba incorporada en la insinuacion de que dispusiera alimentos para su cuerpo hambriento: la tentacion de refutar ese elemento de desconfianza comprendido en el ‘si’ del tentador. El Padre Eterno habia proclamado a Jesus como su Hijo; el diablo buscaba la manera de que el Hijo dudara de ese parentesco divino. ¿porque no poner a prueba el interes del Padre por su Hijo en este momento de grave necesidad? ¿era propio que el Hijo de Dios padesiese hambre? ¿se habia el Padre olvidado tan pronto, al grado de permitir que su Hijo Amado sufriera en esa forma? ¿no era razonable que Jesus debil a causa de su larga abstinencia, se proveyese asi mismo, y con mas particularidad en vista de que estaba facultado para ello, y solo bastaba una palabra, si la voz que se oyo al tiempo de su bautismo realmente habria sido la del Padre? Si eres en realidad el Hijo de Dios manifiesta tu poder y al mismo tiempo satisface tu hambre –tal fue la substancia de esta sugerencia diabolica. De haber cedido, Jesus habria expresado plena duda en la proclamacion del Padre.
Ademas, el poder superior que Jesús poseia no le habia sido dada para su satisfaccion personal, sino para servir a otros. Habria de conocer todas las angustias del estado carnal; otro hombre que hubiese tenido tanta hambre como El no habria podido proveerse de lo necesario mediante un milagro; y aunque pudiera ser alimentado con la ayuda de un prodigio, el abastecimiento milagroso tendria que ser dado, no proveido por la persona misma. Era una consecuencia necesaria de las dos naturalezas de nuestro Señor en los que estaban comprendidos los atributos de Dios y del hombre- que el soportase y padeciese como cualquier ser mortal, poseyendo, mientras tanto, la facultad para invocar el poder de su propia divinidad con el cual podrian satisfacerse o vencerse toda sus necesidades corporales. Su respuesta al tentador fue sublime y positivamente terminante: ’Escrito esta: No solamente de pan vivira el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’. La palabra que habia salido de la boca de Dios, y la cual Satanas queria que dudase, habia declarado que Jesús era el Hijo Amado con quien el Padre estaba complacido. El diablo fue derrotado, y Cristo salio triunfante.
Comprendiendo que habia fracasado rotundamente en sus esfuerzos de inducir a Jesús a que usara sus facultades inherentes para su satisfaccion personal, y a que dependiera de si mismo mas bien que confiar en la providencia del Padre, Satanas fue de un extremo a otro y tento al Señor a que deliberadamente se entregara a la proteccion del Padre. Jesús se hallaba en lo alto del templo, en uno de los pinaculos o almenas que dominaban los extensos patios, cuando el diablo le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, hechate abajo, porque escrito esta: A sus angeles mandara acerca de ti, y, en sus manos te sostendran, para que no tropiezes con tu pie en piedra’. De nuevo se manifiesta el elemento de la duda. Si Jesus de hecho era el Hijo de Dios ¿no podia confiar en que su Padre lo salvara, y mayormente cuando estaba escrito que los angeles lo guardarian y lo sostendrian? En su respuesta al tentador en el desierto, Cristo habia incorporado un pasaje de las Escrituras, subrayandola con la impresionante formula que sabian usar los maestros de las Sagradas Escituras, ‘Escríto esta’. En su segundo esfuerzo, el diablo busco apoyo en las en las Escrituras para su asechanza, y empleo una expresion similar, ‘porque escrito esta’. Nuestro Señor refuto y contesto el pasaje citado por el diablo con este otro diciendo: ‘Escrito esta tambien: No tenyaras al Señor tu Dios’.
A parte de la incitación a que pecara, irreflexivamente poniendose en peligro, a fin de que el amor del Padre se manifestara en un rescate milagroso o demostrar que dudaba de sus categoria de Hijo Amado negandose a poner a prueba en tal forma la intervención del Padre, acuciaba el lado humano de la naturaleza de Cristo, el pensamieno de tal forma que indudablemetre vendria a El como resultado de hecharse abajo desde aquella gran altura de las almenas del templo y descender sin ningun daño. No podemos resistir la opinion, aun cuando no encontramos justificacion para decir que tal idea haya cruzado momentaneamente por los pensamientos del Salvador, que de haber obrado de acuerdo con la tentacion de Satanas con la condicion, por su puesto, de que el resultado fuese tal como el lo indicaba, se habria asegurado la aceptacion publica de Jesus como ser superior a todos los mortales. Habria sido una verdaderamente señal y prodigio, la fama de la cual se habria extendido como fuego en hierba seca; y todos los judios se habrian encendido de entusiasmo o interes en el Cristo.
La patente sofisteria de Satanas, manifestada en la cita del pasaje de las Escrituras, no merecio una respuesta categórica, su doctrina era indigna de logica o argumento, su aplicación errada de las palabra escrita fue impugnada por un pasaje pertinente de las Escrituras. A las palbras del salmista se contrapuso la orden terminante del profeta del Exodo, en ellos. Satanas provoco a Jesús a que tentara al Padre. Constituyo tan blasfema intervención en las prerrogativas de Dios poner limite o fijar ocasiones o lugares en que se ha de manifestar su poder divino, como querer usurpar ese poder. Solamente Dios puede determinar cuando y en que forma se han de realizar sus maravillas. El proposito de Satanas se frustro una vez mas y Cristo de nuevo fue el vencedor.
En la tercera tentacion, el diablo se refreno de seguir incitando a Jesus a que pusiera a prueba su propio poder o el del Padre. Derrotado por completo en dos ocasiones, el tentador abandono ese plan de ataque y manifestando plenamente sus intenciones, hizo una proposicion definitiva. Desde la cumbre de una montaña alta, Jesus miro la tierra con todos sus riquezas de las ciudades y de campo, viñas, huertas y rebaños; y en la vision vio los reinos del mundo y contemplo la riqueza, el lujo, la gloria terrenal de todo ello. Entonces Satanas le dijo: ‘Todo esto te dare, si postrado me adorares’. Asi como esta escrito en Mateo. La version mas amplia del evangelio según Lucas, es la siguiente: ‘A ti te dare toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mi me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Y si tu postrado me adorares, todos seran tuyos’. No se hace menester ocuparnos en conjeturar si Satanas hubiera podido cumplir esta promesa, en caso de que Cristo lo hubiese reverenciado; ciertos estamos de que Cristo pudo haber alzado la mano y recogido para si las riquezas y glorias del mundo. Si el hubiera querido, malogrando con ello su mision mesianica. Satanas bien lo sabia. Muchos hombres se han vendido al diablo por un reino y por mucho menos, si, aun por unos miseros centavos.
La insolencia de su proposicion era en si diabolica. Cristo encarnado como se halla entonces, tal vez no se acordaba de su estado preexsistente ni de la parte que habia desempeñado alla en los cielos; mientras que Satanas, en su estado de espiritu incorporeo –el desheredado, rebelde, insurgente, rechazado, hijo que ahora queria tentar al ser por medio de quien fue creado el mundo, prometiendole parte de lo que era completamente suyo- probablemente tenia, y de hecho aun puede tener el recuerdo de aquellos acontecimientos primordiales. En aquel lejano pasado que antedata la creacion de la tierra. Satanas en ese tiempo Lucifer, el hijo de la mañana, habia sido rechazado y el hijo primogenito escogido. Ahora que el elegido se hallaba sujeto a las aflicciones consiguiente al estado carnal, Satanas quizo frustrar los propositos divinos sujetando a su voluntad al Hijo de Dios. Aquel que habia sido vencido por Miguel y sus huestes y hechado fuera como rebelde vencido, queria que el Cristo encarnado lo adorara. ‘Entones Jesus le dijo: Vete Satanas, porque escrito esta: Al Señor tu Dios adoraras, y al solo serviras. El diablo se fue entonces y le dejo; y he aqui vinireron angeles y le sirvieron’.
Lucas concluye su narracion de las tentaciones, despues del ayuno de cuarenta dias en esta forma: ‘Y cuando el diablo hubo acabado toda tentacion, se aparto de El por un tiempo’. Esta derrota del diablo y sus asechanzas, esta victoria lograda sobre los deseos de la carne, sobre las dudas inquietantes de la mente, sobre la insinuacion de buscar la fama y las riquezas materiales, fueron exitos importantes pero no conclusivas, en esta lucha entre Jesus, el Dios encarnado, y Satanas, el angel caido de luz. Cristo expresamente afirmo que padecio tentaciones durante el periodo en que se asocio con sus apostoles.
infinito