Merecido descanso el de Martamaría:
Merecido descanso el de Martamaría:
Sí, no tanto descansaremos nosotros de ella sino ella de nosotros.
Pero con los últimos aportes se lleva provisiones como para hacerse un festín:
Dosolivos: Tal como bien lo dices, la iglesia es efectiva UNA. Cristo tiene un solo cuerpo; una sola esposa prometida a la que pronto viene a buscar, por la que dio su vida.
Todos los hijos de Dios que fuimos redimidos por la sangre del Señor Jesucristo, no fuimos salvados entrando por cualquier puerta y transitando cualquier camino, sino que Él mismo nos ha sido puerta de salvación y camino al Padre. La unicidad de la Iglesia prueba como la Palabra de Dios iluminó con meridiana claridad nuestras conciencias, para que nos viéramos como pecadores culpables y perdidos, pero que al mirar con fe a nuestro substituto en la cruz, recibiéramos perdón, salvación y vida eterna.
Kimeradrummer: Oportuna ampliación has hecho explicando por qué no son verdaderas las premisas del silogismo de Martamaria, como tampoco su conclusión.
También es pertinente la admisión de que haya pasajes dificultosos. Esto presenta un continuo desafío a los lectores, ya que nos hace bien que seamos humillados y tengamos que reconocer que hay cosas que todavía no podemos entender. Por eso Pablo nos enseña que aunque actualmente apenas conocemos en parte, oscuramente, por reflejo, cuando el Señor venga (lo perfecto), entonces veremos cara a cara y conoceremos tal como fuimos conocidos (1Co 13:9-12).
Bueno, hasta acá todo va bien. Si ponemos punto final y ya no hablamos más nada, quedaremos dando un sólido y unánime testimonio a Martamaría, que la Biblia es todo lo clara que sería de desear en todo lo que atañe a lo que es necesario que el hombre conozca de parte de Dios para reconciliarse con Él.
Si seguimos hablando, se dará la paradoja que al poco rato ya comenzarán a aflorar ciertas divergencias entre nosotros mismos. Esto daría a Martamaria un suspiro de alivio, mostrándole que no estaba tan despistada como nos afanábamos en hacerle creer.
Para curarnos en salud, será provechoso prevenir tal contingencia reflexionando un poco más. Cuanto más dialoguemos, más numerosas y ostensibles se harán nuestras diferencias de criterio respecto a muchas doctrinas, evidenciando con ello que también interpretamos algunos pasajes bíblicos de diferente manera. Pero esto, ¿es porque la Biblia no es clara?
No, también en esto tú y yo hemos coincidido: la dificultad real no está en la Biblia sino en nuestro humano y limitado entendimiento. Acá convendrá hacer algunas precisiones:
a) El desentendimiento puede ser intencional, cuando por voluntaria ignorancia y negligencia, se tuercen las Escrituras como en el ya visto pasaje de 2Pe 3:16.
b) Un disímil entendimiento de las Escrituras y la doctrina cristiana, puede darse también en razón de nuestra propia formación, sin ser responsables por ello.
Este segundo aspecto demanda mayor explicación. Los maestros que nos discipularon y los libros que nos dieron a leer, moldearon necesariamente nuestro forma de pensar, ya que asimilamos la enseñanza oral y escrita como íntegramente verdadera. No teníamos como imaginar que entre tanta cosa de Dios que se nos impartía, se colaran algunas de mera procedencia humana. Así, no es de extrañar que junto a versículos bíblicos que aprendíamos de memoria, ocasionalmente se filtrasen ideas propias de nuestros instructores o escritores preferidos. Se requiere de maduración espiritual, temor de Dios y libertad de pensamiento, para detectar los errores en que pudimos haber incurrido por heredarlos de quienes también nos inculcaron acertadamente muchas verdades. Estos particulares entendimientos de la Escritura, son esencialmente DESENTENDIMIENTOS de la misma, pero no nos percatamos fácilmente de ellos, sino tras bastante experiencia y sincera revisión en las Escrituras de lo que hasta ahora dábamos por cierto. (Hch 17:11).
Este mismo Foro es prueba de lo que decimos. Difícilmente acontece que algún forista nos agradezca por haberle ayudado a darse cuenta de su error, sino que lo más común es que cuando ya no le quede argumento en pie y se vea públicamente refutado, deserte del debate en ese epígrafe para recomenzarlo en otro, meses después, probando mejor suerte.
Con lo dicho espero que al menos quede claro, que no es la Biblia la que se presta a toda suerte de entendimiento, sino que somos nosotros los que nos arrogamos el derecho a interpretarla como se nos dé la gana.
Reciban todos mis amables saludos.
Ricardo.
Merecido descanso el de Martamaría:
Sí, no tanto descansaremos nosotros de ella sino ella de nosotros.
Pero con los últimos aportes se lleva provisiones como para hacerse un festín:
Dosolivos: Tal como bien lo dices, la iglesia es efectiva UNA. Cristo tiene un solo cuerpo; una sola esposa prometida a la que pronto viene a buscar, por la que dio su vida.
Todos los hijos de Dios que fuimos redimidos por la sangre del Señor Jesucristo, no fuimos salvados entrando por cualquier puerta y transitando cualquier camino, sino que Él mismo nos ha sido puerta de salvación y camino al Padre. La unicidad de la Iglesia prueba como la Palabra de Dios iluminó con meridiana claridad nuestras conciencias, para que nos viéramos como pecadores culpables y perdidos, pero que al mirar con fe a nuestro substituto en la cruz, recibiéramos perdón, salvación y vida eterna.
Kimeradrummer: Oportuna ampliación has hecho explicando por qué no son verdaderas las premisas del silogismo de Martamaria, como tampoco su conclusión.
También es pertinente la admisión de que haya pasajes dificultosos. Esto presenta un continuo desafío a los lectores, ya que nos hace bien que seamos humillados y tengamos que reconocer que hay cosas que todavía no podemos entender. Por eso Pablo nos enseña que aunque actualmente apenas conocemos en parte, oscuramente, por reflejo, cuando el Señor venga (lo perfecto), entonces veremos cara a cara y conoceremos tal como fuimos conocidos (1Co 13:9-12).
Bueno, hasta acá todo va bien. Si ponemos punto final y ya no hablamos más nada, quedaremos dando un sólido y unánime testimonio a Martamaría, que la Biblia es todo lo clara que sería de desear en todo lo que atañe a lo que es necesario que el hombre conozca de parte de Dios para reconciliarse con Él.
Si seguimos hablando, se dará la paradoja que al poco rato ya comenzarán a aflorar ciertas divergencias entre nosotros mismos. Esto daría a Martamaria un suspiro de alivio, mostrándole que no estaba tan despistada como nos afanábamos en hacerle creer.
Para curarnos en salud, será provechoso prevenir tal contingencia reflexionando un poco más. Cuanto más dialoguemos, más numerosas y ostensibles se harán nuestras diferencias de criterio respecto a muchas doctrinas, evidenciando con ello que también interpretamos algunos pasajes bíblicos de diferente manera. Pero esto, ¿es porque la Biblia no es clara?
No, también en esto tú y yo hemos coincidido: la dificultad real no está en la Biblia sino en nuestro humano y limitado entendimiento. Acá convendrá hacer algunas precisiones:
a) El desentendimiento puede ser intencional, cuando por voluntaria ignorancia y negligencia, se tuercen las Escrituras como en el ya visto pasaje de 2Pe 3:16.
b) Un disímil entendimiento de las Escrituras y la doctrina cristiana, puede darse también en razón de nuestra propia formación, sin ser responsables por ello.
Este segundo aspecto demanda mayor explicación. Los maestros que nos discipularon y los libros que nos dieron a leer, moldearon necesariamente nuestro forma de pensar, ya que asimilamos la enseñanza oral y escrita como íntegramente verdadera. No teníamos como imaginar que entre tanta cosa de Dios que se nos impartía, se colaran algunas de mera procedencia humana. Así, no es de extrañar que junto a versículos bíblicos que aprendíamos de memoria, ocasionalmente se filtrasen ideas propias de nuestros instructores o escritores preferidos. Se requiere de maduración espiritual, temor de Dios y libertad de pensamiento, para detectar los errores en que pudimos haber incurrido por heredarlos de quienes también nos inculcaron acertadamente muchas verdades. Estos particulares entendimientos de la Escritura, son esencialmente DESENTENDIMIENTOS de la misma, pero no nos percatamos fácilmente de ellos, sino tras bastante experiencia y sincera revisión en las Escrituras de lo que hasta ahora dábamos por cierto. (Hch 17:11).
Este mismo Foro es prueba de lo que decimos. Difícilmente acontece que algún forista nos agradezca por haberle ayudado a darse cuenta de su error, sino que lo más común es que cuando ya no le quede argumento en pie y se vea públicamente refutado, deserte del debate en ese epígrafe para recomenzarlo en otro, meses después, probando mejor suerte.
Con lo dicho espero que al menos quede claro, que no es la Biblia la que se presta a toda suerte de entendimiento, sino que somos nosotros los que nos arrogamos el derecho a interpretarla como se nos dé la gana.
Reciban todos mis amables saludos.
Ricardo.