Hermanos, saludos. Debo advertirles que mi respuesta es larga, por tanto les pido que lo lean con paciencia, por facilidad de entendimiento he dividido mi escrito en cuatro partes. Confieso que la redacción me ha sido difícil y el texto es un poco denso, las partes más importantes para mí son la I, la III y la IV, aunque agradeceré que lo lean todo:
PARTE I: Un punto importante.
Quisiera empezar dando a conocer que en la encuesta he votado en contra de la práctica a la que hacen mención.
PARTE II: Mi impresión del artículo.
Con respecto al artículo debo decir que adolece de errores cuya autoría debiera ser conocida. Te pediría Dante que des a conocer quien es el autor de dicho artículo, en que medio salió publicado y cual es el alineamiento de éste medio, creo que todos tenemos derecho a saberlo.
Una de las inexactitudes importantes del artículo es que sostiene que los mandamientos de Levítico 18 sean puestos principalmente por que la sociedad hebrea haya sido rural en la época en que la ley fue dada.
Recordemos que cuando los judíos eran esclavos en Egipto, tenían que vivir por lo menos cerca a una ciudad. Lo más probable es que haya sido una sociedad intermedia entre urbana y rural, por lo mismo que tenían que dedicarse ha cuidar de los rebaños de faraón y construir los ladrillos para sus obras monumentales (Génesis 47:3-6 y Exodo 5:6-8), otro verso pertinente sería Exodo 11:2 "Habla ahora al pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada una a su vecina, alhajas de plata y de oro", los israelitas no tendrían vecinos que atesorasen alhajas si no vivieran en ciudades o por lo menos cerca a ellas (ese tipo de usos del metal corresponden a un entorno urbano).
Además de ello, durante la travesía en el desierto a lo largo de cuarenta años evidentemente se vivió en campamentos, pero el número del pueblo y la evidente necesidad de organización dio a este campamento un formato, por así decirlo, de ciudad, con ubicacion exacta de sectores a maneras de barrios (léase tribus) y de vías que permitieran el flujo de personas, por lo menos hacia el tabernáculo (se puede leer Números 2).
Por último, la tierra de Canaán aunque sin duda tenía zonas de actividad rural, también poseía un buen número de ciudades que los israelitas habrían de ocupar. Así que es erróneo pensar o atribuir como motivación principal para las ordenanzas de Levítico 18 el hecho de que la sociedad israelita sea rural. La razón por la que Dios daba esas indicaciones a los israelitas era por que a la tierra a la que iban, los otros pueblos practicaban dichas costumbres (Levítico 18:2-4 "Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morastéis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Jehová vuestro Dios").
Por tanto, he aquí que el interés de Dios para dar estas ordenanzas es formarse un pueblo santo que le alabe y le adore, restaurando en parte el propósito por el cual Dios formó a la humanidad y esto es lo que quisiera poner en relevancia cuando nos acerquemos a estos versículos.
En principio se dirá: qué tiene de importante este error??!!!?, pues lo malo es que cambia nuestro enfoque y nos impide ver de manera exacta el propósito de Dios al dirigirnos El estas líneas.
Otro error, que es hijo del error anterior es que se enfoca las ordenanzas de Dios en función de límites (se permite esto y aquello o se prohíbe esto o aquello) y no del interés de Dios para nuestras vidas (por si acaso, lo repito: formarse un pueblo santo que le alabe y le adore, restaurando en parte el propósito por el cual Dios formó a la humanidad).
Nota importante hasta aquí: Debo hacer notar que los errores de que acuso al artículo no son por sus afirmaciones en sí, sino por el enfoque de éstas y cómo estos enfoques limitan el entendimiento del lector que los sigue.
Otro error que me es necesario indicar se refiere a que el autor se basa, no en todo el texto, pero sí en parte de él, en su parecer: "Parece que Dios deja a nuestras propias conciencias...", "Creo que podemos aplicar...". No digo que los cristianos no debamos usar expresiones así, si son necesarias, pero en un artículo esto es poco serio y más tratándose de un tema tan delicado como el que se está tratando.
Dentro del mismo enfoque, se cometen otros errores menores, como decir : "Más bien nos invita a descubrir cómo amarnos mutuamente...", en ninguno de los versos indicados hace Dios alguna invitación de ese tipo, aunque esto bien puede considerarse como una diferencia de tipo semántico.
PARTE III: Desarrollando el tema.
Pues bien, hablando propiamente del tema y no del artículo, lo primero que tengo que decir es que ni la boca de una mujer ni la lengua de un varón son órganos sexuales, mal se podrían incluir éstos en alguna forma de relación sexual. Luego, ningun área física de la zona de la boca es susceptible de experimentar excitación sexual.
Por lo tanto cualquier acto de ese tipo estaría dentro de las relaciones contra natura, a las que Pablo hace referencia en Romanos 1:26 "Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,..." y no se piense que se habla del error del homosexualismo, por que de ello trata el versículo 27.
Al contrario de la acción anterior que describe como la sociedad sin Dios se va degradando poco a poco (se puede leer Romanos 1:18-32), la palabra dice en I Tesalonisenses 4:4-5 "que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;...", y en los versículos finales del párrafo, añade: "Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dió su Espíritu Santo." (I Tesalonicenses 4:7-8).
Una palabra importante a tener en cuenta en los versos anteriores es inmundicia. Lee lo que se describe en Levítico 15 (aconsejo leer todo el capítulo, pero aquí incluyo algunos versos):
"Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo. Y esta será su inmundicia en su flujo: sea que su cuerpo destiló a causa de su flujo, él será inmundo. Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo será inmunda; y toda cosa sobre que se sentare, inmunda será." vv. 2-4.
"Asimismo el que tocare el cuerpo del que tiene flujo, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche." v. 7.
"Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y no lavare con agua sus manos, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche." v.12.
"Cuando el hombre tuviere emisión de semen, lavará en agua todo su cuerpo, y será inmundo hasa la noche. Y toda vestidura, o toda piel sobre la cual cayere la emisión del semen, se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche." vv. 16-17
"Y cuando un hombre yaciere con una mujer y tuviere emisión de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la noche." v. 18.
Estas ordenanzas de Dios y otras en el capítulo 15 de Levítico tienen que ver principalmente con los flujos corporales y la suciedad que provoca su emisión. Delante de Dios esto no solo afectaba sus cuerpos, sino que esta impureza contaminaba el tabernáculo del Señor: "Así apartaréis de sus impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no mueran por sus impurezas por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos." (v. 31).
En los días actuales, bajo la gracia y verdad de Cristo, no son necesarios los sacrificios establecidos en Levítico 15 para poder entrar nuevamente al tabernáculo, es decir acceder a la presencia de Dios, pero sí es deseable que procuremos lo indicado en la ley con respecto a nuestros cuerpos.
Para afirmar esto, existen varios versículos, escojo dos: Mateo 5:17 "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir" y Hebreos 10:22 "acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.".
Despues de leer estas porciones de la palabra, ¿acaso podemos aceptar la práctica indicada en el artículo solo por que nos agrada, por que nuestra pareja está de acuerdo o por que nadie se siente mal? ¡Al contrario!, el cuerpo de nuestro cónyuge y el nuestro es degradado por esta costumbre. Y no solo eso, sino que esa zona del cuerpo es facilmente ocupado por gérmenes que podrían causarnos enfermedades al acercar nuestros labios, por más aseo que dispongamos previamente la posibilidad de una enfermedad sigue latente.
Finalmente también hay que hablar de nuestras bocas: Éstas tienen la propiedad de enunciar palabra de un modo pensante, algo que ningún ser vivo puede realizar (solo los loros y especies similares pueden enunciar palabra, pero no de modo pensante). Aparte de nosotros, solo Dios y sus ángeles pueden hacerlo. Por medio de esas palabras sabemos que tenemos influencia espiritual. Son por palabras que somos salvos al confesar a Jesucristo como nuestro Señor. Para poder echar fuera un demonio, no los botamos a patadas, ni con una mirada fulminante, recurrimos a las palabras y lo reprendemos en el nombre de nuestro Señor Jesús. En la autoridad de Jesús, decimos la palabra y sanidades ocurren. ¿Acaso podemos contaminar nuestros labios, ese instrumento poderoso que Dios nos da, solo por buscar u otorgar una sensación diferente? La respuesta es no.
PARTE IV: Solo un versículo de la palabra de Dios.
"Así que, hermanos os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conformeis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" Romanos 12:1-2.
Que Dios les bendiga.
Alfonso.