Re: Seis preguntas para las distintas religiones
Hola Charles--.
Bueno, yo no creo en ninguna religión, considero que debe existir algo que podríamos llamar Dios, pero no lo aseguro. En cierto modo podría decirse que soy deísta (aunque con un pensamiento muy cercano al apateísmo, considero como muy probable la existencia de “Dios”, pero no creo interesante ni posible buscar cómo es realmente). Según lo veo, mi pensamiento se encuadra con claridad dentro de ambos modos de pensar, tanto deísmo como apateísmo. Antes solía identificarme más con el segundo, pero como estoy más predispuesto a aceptar la existencia de algo que podríamos denominar Dios (o Fuerza Primordial, si le gusta más el término), que lo contrario, estoy calibrando si podría definirme mejor mi pensamiento como deísta.
1. ¿Cómo es Dios? Sus características, sus atributos.
Dios según yo lo veo tendría al menos uno de estos tres atributos: incompetente, indiferente o cruel. Tengo un tema abierto en el que lo expongo y se puede debatir ampliamente de ello. Se lo dejo, por si le interesa leerlo:
¿Son satánicas mis creencias?
2. ¿Cuál fue su propósito para habernos creado?
No creo que Dios tuviese realmente ningún propósito al crear el Universo, ni tampoco considero que tuviese intención manifiesta de crear a los hombres. Según yo lo veo actuó en el momento inicial, siendo la fuerza que puso todo en movimiento, igual determinando las leyes físicas que regirían el Universo. Pero tras ello no pudo o no quiso volver a actuar, y desde entonces hasta ahora miles de millones de años.
3. ¿Su religión tiene algún escrito o algún mensajero como norma de Fe?
No.
4. ¿De qué manera se obtiene la salvación?
No creo que exista la salvación. No creo ni en la resurrección, ni el cielo, ni el infierno, en ningún tipo de vida tras la muerte.
5. ¿Porqué existe la maldad?
Pues simplemente porque el hombre tiene la oportunidad de elegir si hace cosas “buenas” o “malas”.
6. ¿Qué opina su religión sobre Jesús?
Personalmente considero que Jesús fue un rabino o maestro judío, posiblemente del tipo “Hombre Santo” o taumaturgo, relativamente frecuentes en Oriente Próximo y otras partes del Imperio Romano en aquellos siglos, con una filosofía muy cercana al fariseísmo (mayor importancia al fondo y significado de la Ley que a su parte ritual, es decir, lo trascendental era entender lo que la Ley quería decir y obrar en consecuencia: realizar rituales de forma sistemática sin entender realmente lo que se hacía no podía ayudar en nada a la implantación del Reino de Dios en la tierra, que era el núcleo de la predicación de Jesús. Por supuesto eso no quiere decir que no considerase los rituales importantes, lo eran, pero en menor medida que obrar conforme a la Ley, una Ley bien interpretada, es decir, tal y como Jesús entendía que debía interpretarse)
Dentro de su mensaje cabe destacar la predicación del Reino de Dios, un reino que define como futuro, inminente, pero futuro a fin de cuentas. En cierto modo se podría considerar que ya estaba presente en alguna medida, en tanto que por medio de Jesús y sus obras se había comenzado la derrota de Satanás, principal enemigo de Dios y del Reino. El Reino era inminente, había comenzado a disfrutar del mismo, pero no había llegado como tal.
Este Reino de Dios sería establecido en la tierra. Habría recompensas espirituales, pero también habría importantes recompensas materiales. Los bienes materiales no faltarían a quienes estuviesen en el Reino, por supuesto se refería también a que habría bebida y comida abundante para los que hubiesen seguido a Jesús y abandonado por ello a familia, amigos, trabajo, etc.
Es importante señalar que el mensaje del Reino de Israel gobernado directamente por Dios implicaba de hecho una oposición clara, igual sólo implícita, pero muy nítida, a la existencia de un poder extranjero en Israel. Resultaba evidente que para implantar el Reino habría que primero librarse de los gobernantes romanos. En el Reino de Dios predicado por Jesús no podían entrar ni los romanos, ni herodianos, ni los griegos (gentiles) que vivían en Judea o Galilea, ni en realidad tampoco los judíos que se negasen a aceptar el mensaje del Reino que predicaba el Maestro de Nazaret. Su predicación tuvo por tanto un marcado carácter nacionalista, y procuró realizarla en pequeños pueblos y aldeas, todos ellos alejados de las grandes urbes de Galilea, que estaban altamente helenizadas, y por lo tanto fuera del verdadero judaísmo.
Podría decirse mucho más, pero tampoco quiero aburrirles con una larga y farragosa explicación de lo que sabemos del Jesús histórico. Creo que con lo expuesto hasta el momento deja clara mi postura respecto a Jesús: Un Hombre Santo, Maestro Judío del primer siglo, que posiblemente se consideró, él mismo y otros, el Mesías y que predicó la inminente llegada del Reino de Dios.
Espero que mis respuestas a sus cuestiones hayan sido suficientemente claras, y también que nadie se sienta ofendido por algo que haya escrito. En cualquier caso, me disculpo si se da el caso de que alguien considera que lo expuesto ofende a sus creencias.
Un cordial saludo.
Atentamente, Cthulhu.
Hola Charles--.
Bueno, yo no creo en ninguna religión, considero que debe existir algo que podríamos llamar Dios, pero no lo aseguro. En cierto modo podría decirse que soy deísta (aunque con un pensamiento muy cercano al apateísmo, considero como muy probable la existencia de “Dios”, pero no creo interesante ni posible buscar cómo es realmente). Según lo veo, mi pensamiento se encuadra con claridad dentro de ambos modos de pensar, tanto deísmo como apateísmo. Antes solía identificarme más con el segundo, pero como estoy más predispuesto a aceptar la existencia de algo que podríamos denominar Dios (o Fuerza Primordial, si le gusta más el término), que lo contrario, estoy calibrando si podría definirme mejor mi pensamiento como deísta.
1. ¿Cómo es Dios? Sus características, sus atributos.
Dios según yo lo veo tendría al menos uno de estos tres atributos: incompetente, indiferente o cruel. Tengo un tema abierto en el que lo expongo y se puede debatir ampliamente de ello. Se lo dejo, por si le interesa leerlo:
¿Son satánicas mis creencias?
2. ¿Cuál fue su propósito para habernos creado?
No creo que Dios tuviese realmente ningún propósito al crear el Universo, ni tampoco considero que tuviese intención manifiesta de crear a los hombres. Según yo lo veo actuó en el momento inicial, siendo la fuerza que puso todo en movimiento, igual determinando las leyes físicas que regirían el Universo. Pero tras ello no pudo o no quiso volver a actuar, y desde entonces hasta ahora miles de millones de años.
3. ¿Su religión tiene algún escrito o algún mensajero como norma de Fe?
No.
4. ¿De qué manera se obtiene la salvación?
No creo que exista la salvación. No creo ni en la resurrección, ni el cielo, ni el infierno, en ningún tipo de vida tras la muerte.
5. ¿Porqué existe la maldad?
Pues simplemente porque el hombre tiene la oportunidad de elegir si hace cosas “buenas” o “malas”.
6. ¿Qué opina su religión sobre Jesús?
Personalmente considero que Jesús fue un rabino o maestro judío, posiblemente del tipo “Hombre Santo” o taumaturgo, relativamente frecuentes en Oriente Próximo y otras partes del Imperio Romano en aquellos siglos, con una filosofía muy cercana al fariseísmo (mayor importancia al fondo y significado de la Ley que a su parte ritual, es decir, lo trascendental era entender lo que la Ley quería decir y obrar en consecuencia: realizar rituales de forma sistemática sin entender realmente lo que se hacía no podía ayudar en nada a la implantación del Reino de Dios en la tierra, que era el núcleo de la predicación de Jesús. Por supuesto eso no quiere decir que no considerase los rituales importantes, lo eran, pero en menor medida que obrar conforme a la Ley, una Ley bien interpretada, es decir, tal y como Jesús entendía que debía interpretarse)
Dentro de su mensaje cabe destacar la predicación del Reino de Dios, un reino que define como futuro, inminente, pero futuro a fin de cuentas. En cierto modo se podría considerar que ya estaba presente en alguna medida, en tanto que por medio de Jesús y sus obras se había comenzado la derrota de Satanás, principal enemigo de Dios y del Reino. El Reino era inminente, había comenzado a disfrutar del mismo, pero no había llegado como tal.
Este Reino de Dios sería establecido en la tierra. Habría recompensas espirituales, pero también habría importantes recompensas materiales. Los bienes materiales no faltarían a quienes estuviesen en el Reino, por supuesto se refería también a que habría bebida y comida abundante para los que hubiesen seguido a Jesús y abandonado por ello a familia, amigos, trabajo, etc.
Es importante señalar que el mensaje del Reino de Israel gobernado directamente por Dios implicaba de hecho una oposición clara, igual sólo implícita, pero muy nítida, a la existencia de un poder extranjero en Israel. Resultaba evidente que para implantar el Reino habría que primero librarse de los gobernantes romanos. En el Reino de Dios predicado por Jesús no podían entrar ni los romanos, ni herodianos, ni los griegos (gentiles) que vivían en Judea o Galilea, ni en realidad tampoco los judíos que se negasen a aceptar el mensaje del Reino que predicaba el Maestro de Nazaret. Su predicación tuvo por tanto un marcado carácter nacionalista, y procuró realizarla en pequeños pueblos y aldeas, todos ellos alejados de las grandes urbes de Galilea, que estaban altamente helenizadas, y por lo tanto fuera del verdadero judaísmo.
Podría decirse mucho más, pero tampoco quiero aburrirles con una larga y farragosa explicación de lo que sabemos del Jesús histórico. Creo que con lo expuesto hasta el momento deja clara mi postura respecto a Jesús: Un Hombre Santo, Maestro Judío del primer siglo, que posiblemente se consideró, él mismo y otros, el Mesías y que predicó la inminente llegada del Reino de Dios.
Espero que mis respuestas a sus cuestiones hayan sido suficientemente claras, y también que nadie se sienta ofendido por algo que haya escrito. En cualquier caso, me disculpo si se da el caso de que alguien considera que lo expuesto ofende a sus creencias.
Un cordial saludo.
Atentamente, Cthulhu.