No, esa no fue la gota que colmó el vaso.
Fue cuando los mexicanos secuestraron a todos los bebés gringos, los violaron, mutilaron y se los comieron vivos en un ritual satánico.
Después volaron a las madres con los pocos caballos que sobrevivieron a los continuos bombardeos, para que quedarán embarazadas de nuevo y cuándo nacieran los pequeños bebés centauro, volver a repetir el mismo proceso una vez tras otra.
Esto lo vi en las noticias de RT, un medio de información imparcial libre de influencia tóxica occidental y sobre todo cero red herrings.
Menos mal que los gringos han intervenido con una operación especial, por el bien de esas pobres gentes oprimidas, en cuanto restablezcan la ley y el orden, se retirarán a su territorio con la satisfacción de haber hecho una buena obra por sus compatriotas en el extranjero.
El amor mueve montañas.