-No es así. En las guerras de hace siglo y medio para atrás, la destrucción solo alcanzaba a los lugares donde se libraban las batallas, y a los campos arrasados por las tropas invasoras.
-Hoy día, un bombardeo sobre Kiev puede provocar otro inmediato sobre Moscú, seguido de la destrucción de New York y Londres, Berlín, París, Pekín y Seúl, Tokio y demás grandes capitales asiáticas, europeas y norteamericanas. Las poblaciones de África, Latinoamérica y Oceanía, irían desapareciendo poco a poco. No habría un vencedor que quedara dueño de un campo útil y promisorio. La no beligerancia actual, en cambio, concede grandes oportunidades de inversión y expansión económica, a la vez que disfrutar de todo lo bueno y hermoso que el mundo sigue ofreciendo.