Hermano ROMAN: Procuraré ahora no dejar de responderte a punto
alguno de tu mensaje. Pero necesariamente debo comenzar por el final
ya que no puedo dejar pasar por alto que arrojes un velo de deshonestidad sobre mi forma de debatir. Me extraña que tú hagas
conmigo precisamente aquello por lo que le has reclamado a otros haber hecho contigo. Si alguna riqueza en verdad poseo, que me ha
distinguido y ganado el respeto junto a la desavenencia de no pocos
hermanos, es por decir todo cuanto pienso y creo sin eludir jamás a
cuestión alguna que me sea planteada. No debieras ser tan quisquilloso
trocando tan fácilmente una sugerencia mía como si hubiese emitido
un juicio precipitado. Yo mismo te he dicho que era consciente de no
estar respondiendo a todos tus argumentos, pero no porque el peso
de los mismos me dejara abrumado y sin palabras, sino que para no
dilatar más mi respuesta atendía a lo que consideraba más importante.
Con todo el aprecio y respeto que te profeso, sin embargo no me siento como el alumno ante el profesor ante quien tiene que rendir examen. Si tú has explicado que las demoras en tus respuestas se debe
a otras importantes cosas que tienes que atender, y luego, cuando lo
haces abundas con muchos y variados argumentos, bien podrías pensar
que yo también debo tener más ocupaciones que la de mi participación
en los Foros. Está muy bien que me recuerdes las respuestas que te debo; mas no al grado de inhabilitarme para hacerte una sugerencia.
Paso entonces ahora, a responder tus cuatro primeras preguntas:
1 - ¿El Señor Jesucristo escogió a Judas Iscariote como Apóstol o no?
Respondo: dice Juan 6: 70,71: "Jesús les respondió: ¿No os he
escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le
iba a entregar, y era uno de los doce"; también Juan 13:18: "No
hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que
se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí
su calcañar". En Mateo 26:50 las palabras del Señor a Judas
podrían ser mejor traducidas como: "Compañero, ¡a lo que has
venido!". Nunca el Señor llama así a sus discípulos, y las otras dos
ocasiones en que usó la expresión fue en parábolas en las que
recriminó a quien recibió tal tratamiento (Mt.20:13; 22:12). Por
estos textos contesto afirmativamente la pregunta, pero haciendo la
salvedad que al escoger a Judas el Señor lo hizo para que la
Escritura se cumpliese, sabiendo que su apostolado sería breve y no
tendría la trascendencia universal de los demás apóstoles que
testificarían de su resurrección hasta la muerte, evento glorioso del
que Judas ni alcanzó a enterarse.
2 - ¿En qué momento el Señor escogió al 12° Apóstol? Sabemos que
Judas Iscariote siempre aparece al final de la lista de los doce
discípulos que el Señor Jesús eligió de entre todos, a los que
también llamó apóstoles. Pero no aparece ningún detalle adicional.
Como la pregunta apunta probablemente al sucesor de Judas,
recuerdo que en la oración de los reunidos en el aposento alto
ellos dijeron: " Tú, Señor, que conoces los
corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido" (Hch.
1:24). Siendo que el tiempo verbal está en el pasado, y que el
Señor Jesús, como el Hijo, es Dios eterno desde siempre, no nos es
posible precisar el momento en que escogió al sucesor de Judas,
pero así como ocurrió con Jacob y Esaú, podemos decir que: aún
antes de que naciera. Si solamente nos atenemos a su naturaleza
humana a la que voluntariamente se limitaba, podríamos dar como
probable el tiempo de aquella noche que pasó orando a Dios en el
monte, tras lo cual escogió a los doce (Lc.6: 12,13).
3 - ¿En la última cena estaban presentes Matías y José Barsabás? Jn.13
Entiendo que no, según Mt.26:20, Mr.14:17 y Lc.22:14
4 - ¿Por qué el Señor mismo no dio instrucciones de quien era el
Apóstol que había escogido en lugar de Judas, cuando estuvo
hablándoles por cuarenta días del reino de Dios (Hch.1:3)? Es
posible que sí instruyera a Pedro en cuanto a que era necesario que
Judas fuera sucedido en su ministerio y apostolado por un testigo
de su resurrección, pero sin revelarle su nombre. Para una respuesta
más autorizada, deberás esperar hacérsela al mismo Señor.
I - Me preguntas seguidamente si admito que son distintos los Doce
(entre los que sí incluyes a Matías) con los "doce apóstoles del
Cordero", y contesto que no, reafirmando lo que ya había dicho
antes: los "doce" de Hechos 6:2 son los mismos de Ap.21:14, ya
que no hay indicio alguno que suscite dudas al respeto. Sólo la
intención de incluir el nombre de Pablo sobre uno de los cimientos
del muro de la nueva Jerusalem provoca este problema que no tiene
razón de ser.
II - Pienso también que no es lo más sabio devolverme el cumplido
como que sea mi posición la que esté reñida con la Cristología. Es
más que obvio que sí yo puedo distinguir entre una acción física del
Señor (en su cuerpo de resurrección) y una espiritual (en cada uno
de los suyos y en medio de los congregados a Su nombre), pero en
cualquiera de las formas siempre es una acción personal del Señor.
Si bien es cierto que el Señor Jesús se le apareció a Pablo (1Cor.
15:8), también es cierto que Matías convivió con El por más de
tres años. El método indirecto para conocer Su voluntad respecto a
quien El había escogido para suceder a Judas, no hace que tal
elección fuese "impersonal".
III- Ante la necesidad de sostener tu posición, inconscientemente te
deslizas a terrenos peligrosos sin advertir el riesgo. Me dices:
" Ya que todas las obras que el Señor Jesucristo hacía, eran las que obraba el Padre que estaba en él (Jn. 14:10), siguiendo su propia línea de razonamiento, la elección de los Apóstoles sería por la intervención Personal del Padre, por lo tanto los Once, Pablo, Matías y Bernabé, serían Apóstoles (del Padre), al igual que el Señor Jesucristo, lo cual estoy seguro de que no aceptará, ya que Ud. mismo admitió esta diferencia al iniciar este debate."
Siendo que Dios es uno y trino, es evidente que cuando el Padre envía un Apóstol (Heb.3:1), el Hijo a doce (Lc.6:13; 9:1,2) y el Espíritu Santo a Bernabé y a Pablo (Hch.13: 2,4), no hay una disociación en la Deidad, pues la iniciativa que personalmente asuma el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo, siempre es la del único Dios verdadero. Así que haces mal en estar seguro de que yo no aceptaría tu propuesta, pues podemos distinguir diferencias en las Escrituras que enriquecen nuestra mejor comprensión de las cosas, pero no al grado de confundir la verdad en que se asienta nuestra fe en cuanto a la Divinidad. No estires tanto tu argumento en cuanto a la "elección personal" que termines provocando un desajuste de tal magnitud. Revisa por favor tu concepto hasta que te convenzas de que Matías no fue menos "elegido personalmente" por el Señor que los demás apóstoles.
IV - En el párrafo que sigue comentas: "...Matías fue elegido por los
Apóstoles...". Eso lo dices tú, pero no es lo que la Biblia dice. En Hch.
1:23 dice: "Y señalaron a dos...(gr. "estêsan" presentaron)" y en el
v.26: "y fue contado (gr."sygkatepsêfisthê" fue reconocido)". Y eso
fue todo cuanto hicieron los apóstoles (a más de echar las suertes), pero ellos realmente no eligieron. La expresión "has escogido" (gr.exelexô) del v.24 apela a una decisión del mismo Señor, no de sus apóstoles.
V - Contesto seguidamente al párrafo en que dices: "Por supuesto que con su posición jamás podrá contestar por qué los Apóstoles del Cordero son DOCE (Ap. 21:14), ni por qué El Apóstol (del Padre) es UNO, el Señor Jesucristo, ni tampoco por qué a Matías no se llama nunca Apóstol de Jesucristo (de hecho no se le llama Apóstol)." Antes que nada, me extraña que argumentes de esta manera, cuando más adelante me dirás: "¿Vd. se fundamenta en lo que la Biblia DICE, o en lo que NO DICE?" Lo que parece ser lícito para tí, ¿no lo es para mí? Puedo tomar como significativos los silencios de la Biblia, pero nadie dudaría en este Foro que solamente me fundamento en la Biblia.
Pero sí que puedo contestar a ello: Son doce en Ap.21:14 tal como se completó el número original con Matías como aparece en Hch.6:2. Que el Apóstol del Padre sea uno (Jesucristo) me basta con la cita inequívoca de Heb.3:1. En cuanto a que a Matías no se le llama nunca Apóstol de Jesucristo, creo que está incluído en la expresión genérica de Judas (v.17): "los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo", aunque el v.18 es una cita textual de 2P.3:3. En realidad, fuera de este texto de Judas a ninguno se le llama "Apóstol de Jesucristo", pues con tal título se presentan a sí mismos Pedro y Pablo, pero no que otros les llamen de tal manera. En cuanto a que a Matías no se le llama Apóstol, y es cierto, no hay sin embargo manera de sacarlo de la denominación "apóstoles" que se le da en Hechos 1:26; 2:37,42,43; 4:33,35,36,37; 5:2,12; 6:6; 8:1,14,18; 9:27; 11:1; 15:2,4,6,22, 23; 16:4, limitándome a este libro y sin seguir por las epístolas. Si te refieres a que a Matías nunca se le llama particularmente "Apóstol", pues ese es el mismo caso de todos ellos, no solamente de los "doce", sino de Pablo inclusive, ya que tanto él como Pedro se presentan con este título, pero nadie se los da. Cuando Pedro alude a Pablo usa la expresión: "nuestro amado hermano Pablo" (2P.3:15), y a la vez éste le llama: Pedro o Cefas, a secas, nomás: Gal.1:18; 2:7,8,11,14; 1Cor.1:12; 3:22; 9:5; 15:5; Gal.2:9. No sé como se las arreglan los "Ministros" que se hacen llamar "Reverendo Pastor" cuando reparan en estos detalles. De todos modos, revisa mejor tus argumentos antes de darlos, pues así me evitarás recordarte cosas que me consta las sabes muy bien.
VI - Continuando con lo que sigue, no tengo yo inconveniente alguno en concederte que el llamamiento de Pablo antecediera a Hechos 13, tanto como quieras, ya sea al encuentro con el Señor en el camino de Damasco, como al vientre de su madre, o aún a su elección en Cristo antes de la fundación del mundo, como ya dije en mi mensaje anterior. Pero el apostolado es otra cosa. Observa el lenguaje empleado en Gálatas: "...sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.Después ...subí a Jerusalem...Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia..." (1:17,18,21). Aunque la iniciativa de Pablo en ir aquí y allí fuera bajo la guía del Señor e inspirada por el Espíritu Santo, todavía no había sido enviado en el sentido que la palabra "apostolos" implica. Esto constrasta con el lenguaje de Hch.13:2 y 4: "...dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo...". Si, como creemos, la porción que sigue en el capítulo 2 encaja con los problemas suscitados con los judaizantes en Antioquía y que llevó a la consulta con los apóstoles, los ancianos y toda la iglesia en Jerusalem (Hch.15), entonces aparece claro la confirmación del apostolado de Pablo y Bernabé a los gentiles, así como el de Pedro y los demás a la circuncisión, por parte de Jacobo, Cefas y Juan (Gal.2:7-9). En cuanto a Gal.1:17: "a los que eran apóstoles antes que yo" no necesariamente indica el tiempo pasado el de su viaje a Arabia, sino que simplemente data el apostolado de los de Jerusalem con anterioridad al suyo propio.
VII- Lamentablemente no corriges tu argumento sino que persistes en el error cuando dices: "En un contexto donde creo que queda bien claro, que la acción humana es citada sólo como instrumentalidad Divina, no es ninguna temeridad afirmar que Pablo reconociera que había apóstoles elegidos según hombre." Insisto sí conque es temerario, y aún contradictorio con lo que tú mismo admites; pues si los hombres actúan (como en el caso de Matías) sólo como instrumentos humanos que reconocen la decisión del Señor, no es posible decir que sean ellos los que eligen a los apóstoles. Yo encendí mi televisor para enterarme a quien habían los argentinos elegido por Presidente, y conocido el resultado le reconozco como tal. Pero yo no lo elegí. Aquella oración que hicieron tras presentar los dos candidatos, unida a las suertes que echaron, se ilustra con el ejemplo del televisor que me brinda el conocimiento de una elección en la que no tuve nada que ver. Yo ignoro si las palabras de Pablo en Gal.1:1 trasuntan una fina ironía, en el sentido de salir al paso de quienes podían decir que su apostolado fue cosa de Niger, Lucio y Manaén (Hch.13:1), o quizá alude a "aquellos grandes apóstoles" a los que también tilda de "falsos" y que solían presentarse con "cartas de recomendación" (2Cor.11:4,5,13; 3:1). Pero en todo caso, no es posible inferir de tales palabras la existencia de apóstoles genuinos bajo elección humana.
VIII- A continuación me dices: "Mas bien creo que es una temeridad suya citar una frase mía fuera de su contexto." Mas ¿cómo pudiste olvidar lo que te decía en mi mensaje?: "Aunque pegué estas citas extrayéndolas de sus respectivos párrafos, no lo hice para alterar el sentido de su contextos, sino por brevedad, ". Acúsame sí, si a propósito he sacado una frase tuya fuera de su contexto para hacerte decir lo que yo quiero, y no lo que has dicho. Pero entiende que si con la extensión de tus mensajes (¡y de los míos!), vamos a reproducir el contexto de las frases que cuestionamos, cada vez será más difícil que uno pueda responder cabalmente a otro, y todavía que quede lector capaz de seguirnos en nuestro debate. A todos nos es muy fácil ubicar un mensaje anterior y releer la frase en todo su contexto. No puedes librarte tan fácilmente de la temeridad que te apliqué en el caso anterior, con devolvérmela gratuitamente.
IX - Dices: "El apostolado de Matías nunca es cuestionado, como tampoco se dice absolutamente nada mas de él." Ya habíamos hablado algo al comienzo del debate; pues es el caso que tampoco se dice más nada de: Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo y Judas hermano de Jacobo (dado lo improbable que fuese el autor de la epístola homónima), en total siete, o sea, de la mayoría de los Doce no se les vuelve a mencionar por nombre en las Escrituras, luego de la lista de los que moraban en el aposento alto (Hch.1:13). Este argumento, pues, es mejor ni mencionarlo.
X - Dices: "Deducir que él fue el 12º Apóstol del Cordero porque NO se diga que NO lo fue, es un argumento bastante flojo." Sin embargo, lo que yo realmente señalo es algo bastante distinto a esa infundada deducción que me adjudicas: dije: "Es significativo que en las Escrituras nunca es cuestionado el apostolado de Matías sino el de Pablo: "si para otros no soy apóstol..."(1Co.9:2)lo que lo lleva a defender la genuinidad de su apostolado en los caps.10 al 12 de 2Corintios." Como ves, la flojera no está en mi argumento sino en las ropas conque lo vistes y que no le quedan.
XI - Dices: "Uno de los cristianos que no admitieron mas Apóstoles del Cordero que los DOCE Apóstoles del Cordero fue el Apóstol Juan en Ap. 21:14.
Como Pablo reclamaba ese lugar como suyo, entonces debió defender su Apostolado. Cuando digo que el reclamaba este lugar como suyo, me refiero a las numerosas veces que el dijo ser “Apóstol de Jesucristo”."
Perdóname, hermano Román, pero pese a lo obvio de tu primer frase, la segunda dificulto que encuentres quien se te adhiera en este Foro, en tu iglesia o sobre la faz de la tierra (con conocimiento del tema, por supuesto). Así como eres propenso a diferenciar unos apóstoles de otros, tan fácilmente también igualas unos términos con otros. Debes notar que en Ap.21:14 la expresión "apóstoles del Cordero" no es precedida ni proseguida por el nombre JESUCRISTO. ¡Y por favor no me des a mí la noticia de que Jesucristo es el Cordero! Pero sí viene precedida por: "los doce" que fácilmente cualquiera relacionará con el grupo original de los doce apóstoles escogidos por el Señor Jesús, recompuesto con Matías y como reaparece en Hechos 6:2. Se percibe fácilmente que hasta tú mismo adviertes lo defectuoso de la aseveración "Como Pablo reclamaba ese lugar como suyo, entonces debió defender su Apostolado", por lo que te apresuras a corregir tal imprudencia con algo que nada tiene que ver con lo ya dicho, como son las 8 veces que se presenta como apóstol de Jesucristo, en el primer versículo de tantas epístolas. Tú sabes tan bien o mejor que todos que Pablo nunca pudo reclamar ese lugar como suyo pues jamás llegó a leer nada sobre los doce apóstoles del Cordero, ya que siendo esa la única cita que existe, todos sabemos que Pablo fue martirizado en Roma unos treinta años antes que Juan recibiera la Revelación de Jesucristo o Apocalipsis.
Presiento que ahora me examinarás: -¿Acaso no es Pablo un apóstol de Jesucristo? Respondo: -Sí, lo es, tanto como Matías, Bernabé y todos los demás.
-¿Y acaso no es entonces también un apóstol del Cordero? Respondo: -Sí, lo es, tanto como Matías, Bernabé y todos los demás.
-Entonces, si Vd.Ricardo admite que Pablo es un apóstol de Jesucristo, y apóstol del Cordero, ¿tendrá inconveniente en aceptar también que su nombre está inscripto sobre uno de los fundamentos del muro de la nueva Jerusalem según Ap.21:14? Respondo: -¡Sí, tengo todos los inconvenientes habidos y por haber! De entre todos los apóstoles de Jesucristo (el Cordero), el diseñador divino de la nueva Jerusalem dispuso que únicamente el nombre de los conocidos como "los doce" de ellos, fuesen los que apareciesen sobre los cimientos del muro de la ciudad. Y si El lo dispuso así, ¿qué podría yo hacer?
De todos modos, vuelves a arriesgar cosas sin fundamento alguno. Fíjate qué buena ocasión tenía Pablo en los capítulos 10 al 13 de 2da.Corintios, cuando defiende su apostolado, para dejar alguna pauta que diese pie a tu argumento, ¡pero no lo hace! Pablo no se siente en ningún momento desplazado por Matías, ni él cuestiona a ningún otro apóstol legítimo que le esté usurpando su lugar, presente o futuro, en la tierra o en el cielo, en la Jerusalem terrenal o en la celestial o en la Roma imperial. Él no es un cristiano exclusivo sino inclusivo. Un texto clave aquí puede ser el de 2Cor.10:7b: "Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo". Él no pretende ser más que nadie, pero amando y sirviendo a los corintios como lo hacía, era muy doloroso que algunos no solamente cuestionaran su apostolado, sino aún su autoridad, le criticaran por su apariencia, objetaran su espiritualidad y aún osaran dudar de su pertenencia a Cristo. Y simultáneo a todo ésto, fácilmente se deslumbraban por los falsos apóstoles que venían a sacar provecho de ellos. ¡Cuánto dolor!
XII - Finalmente (y mira que sin proponérmelo también llego acá a mi punto 12), quiero responder brevemente a lo que me dices: "Antes de emitir cualquier tipo de sugerencia, creo que Ud. debería contestar multitud de problemas que se presentan a su posición y que todavía no ha resuelto contestar." Digo, entonces, que sí te concedo que has logrado reunir una multitud de problemas contra mi posición, pero cuya resolución apenas requiere algo de tiempo y paciencia. Tú, en cambio, te enfrentas desde el comienzo al único y gran problema de defender (magistralmente, ¡es cierto!) una causa perdida ya de entrada. Podrás apabullar a cualquier contrario con miles de argumentos, pero cuando se defiende una posición equivocada, bastará que la mano que sostiene la verdad mueva algunos dedos, para que los muchos problemas que elaboras, se te vuelvan como arietes contra tu baluarte.
Siento, de veras, que en los tópicos que debatimos no tengas buen suceso, ya que en otros despliegas la estrategia del vencedor.
"Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad" 2Cor.13:8
Con todo mi respeto, aprecio y amor fraternal en Cristo,
Ricardo.