ME PARECIO INTERESANTE EL SIGUIENTE ARTICULO, PORQUE LA MANIFESTACION DE LA RISA SE HA PRESENTADO EN NUESTRA CONGREGACION...
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El culto se inició con alabanzas, acompañadas por una estridente banda. Poco a poco, el sonido de los instrumentos fue aumentando. El que dirigía el culto, a su vez, acentuaba frases de los himnos e intercalaba versículos bíblicos y otras frases efectistas.
Lentamente, la música entusiasmaba a todos y el animador pedía insistentemente que el Espíritu viniese. Veinte minutos después las personas empezaron a caer. Poseídas por el Espíritu, permanecieron así por algunos momentos, sin que nadie se ocupase de ellas.
En la culminación de las alabanzas, los instrumentos callan abruptamente. La calma y el silencio producen un ambiente de tranquilidad. El pastor hace, entonces, un pedido de ofrendas y formula otros anuncios. Sigue una predicación sin mayor profundidad, pero bien elaborada. Todas las personas están atentas.
Después de la prédica, vuelven los cantos acompañados por los instrumentos. El pastor intercala versículos bíblicos y otras amonestaciones. La música adquiere un ritmo cada vez más rápido. El pastor pide que los asistentes formen parejas, de acuerdo a su sexo. Una persona va a orar por la otra, recomienda el pastor.
El ruido es ensordecedor. Las personas se abrazan y gritan. Lloran, saltan, dan vueltas, se agachan, se balancean, babean, dan órdenes al Señor. Y la risa domina el ambiente. Muchas caen al suelo. Allí quedan, como prueba de que están embriagadas por el Espíritu y en pleno gozo con el Señor.
La risa santa y la embriaguez del Espíritu son la característica principal de la nueva ola pospentecostal, llamada la Bendición de Toronto, junto con la Guerra Espiritual y a la Teología de la Prosperidad. La risa que domina el ambiente, como si estuviesen "embriagados" (Hechos de los Apóstoles 2.12.), incorpora la alegría de la fiesta de Pentecostés y da tonalidad al culto.
La "nueva ola del Espíritu Santo", como la denominan en los medios pentecostales, pospentecostales y carismáticos, se inició en 1994. En la iglesia de Airport-Vineyard (Aeropuerto del Viñedo), en Toronto, Canadá, se produjeron fenómenos extraños, hasta entonces desconocidos en los medios evangélicos.
Desde entonces, la risa santa y la embriaguez del Espíritu se han extendido por el mundo, alcanzando a numerosas iglesias y, en algunos casos, como en Brasil, formando la Comunión Ágape.
Uno de sus principales predicadores, que reúne multitudes, describe la embriaguez del Espíritu como sigue: "Fue como si alguien, repentinamente, hubiese acercado un fósforo a un depósito de gasolina.
En ese momento cayó el fuego de Dios sobre mí, envolviéndome en una llama clara y brillante. Caí embriagado y fuera de mí por el Espíritu Santo. Comenzó una risa incontenible, que se tornaba en llanto, en hablar en lenguas. Cuatro días estuve bajo la gloria de Dios y casi no pude aguantarla".
Como el Espíritu sopla cuando y donde quiere (Juan 3.8), nadie puede impedir su libertad de manifestarse de esta manera. Es raro que siempre se manifieste bajo condicionamientos ritualísticos, bajo el fuerte impacto de música y de ritmos altos e intensos. ¿No será, pues, la emoción un intento, como tantos otros, de apoderarse del Espíritu?
El profeta Joel tiene una visión extremadamente democrática de la efusión del Espíritu Santo, y no condicionada por rituales. Después de esto, el Señor derramará su espíritu sobre toda carne (Joel 3).
Ese texto del profeta está antecedido por una visión de abundancia material. Los animales del campo manifestarán su alegría por los pastos que se pusieron verdes a causa de la lluvia de otoño, que se asemeja a la justicia.
La lluvia de primavera caerá copiosamente. Las eras estarán llenas de trigo, las cubas rebosarán de vino y aceite nuevo. En fin, el pueblo comerá hasta saciarse y no habrá más escasez. La risa será el fruto de la abundancia.
La alabanza es testimonio de hartura, porque el Espíritu será derramado sobre toda carne, indistinta e incondicionalmente, sin privilegios. Toda la creación será embriagada por la justicia de Dios. Entonces, la risa no será solamente fruto de un momento ritual.
Oneide Bobsin, Pastor de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en el Brasil y profesor de Ciencias de la Religión en la Escuela Superior de Teología de Sao Leopoldo/RS/Brasil