Es ampliamente sabido que el catolicismo romano, más específicamente la apologética del populacho católico romano, bombardea a los hermanos protestantes con la pregunta:
“¿Cómo podrías ser protestante si están sumamente divididos en muchas denominaciones, teniendo muchísimas diferencias?”
Esto tiene bastantes matices y aristas que debemos observar.
Primero debemos entender cómo son esas “divisiones” o “diferencias”. En el protestantismo, no todas las doctrinas se tratan de la misma forma. ¿A qué nos referimos? Hay dogmas generales y dogmas locales. Esto es muy importante: ningún protestante verdadero va a diferir en un dogma general, pero sí puede diferir en dogmas locales.
Y antes de que el católico romano se lance con: “¿Ves? pueden diferir en dogmas, qué absurdo”, tiene que entender que nosotros no usamos la palabra "dogma" de forma simplista. Nosotros diferenciamos entre tipos de dogmas, algo que ellos no hacen.
Un dogma general es aquel que ningún cristiano verdadero puede negar. O sea, si querés ser cristiano, tenés que aceptar todos los dogmas generales. En cambio, los dogmas locales son aquellos en los que un cristiano puede tener una interpretación distinta a otro cristiano.
Ejemplo para que lo entienda un católico romano:
Para ellos, la Asunción de María es un dogma general. Pero pueden diferir entre sí si María murió o no. Ese detalle sería un dogma local. Entonces, nosotros también distinguimos entre dogmas generales y locales, y toda diferencia entre protestantes es de dogmas locales, jamás de dogmas generales. Si alguien niega un dogma general, ya no sería protestante ni probablemente cristiano.
¿Dónde se originan esas diferencias locales?
Los dogmas locales son doctrinas que caracterizan a cada denominación. Por ejemplo: sobre la Eucaristía, un anabaptista radical no cree en la presencia real de Cristo, mientras que un luterano sí. Ese es un dogma local. ¿Por qué le decimos "dogma"? Porque si no aceptás eso, no podés pertenecer a ese grupo en particular.
O sea: si no creés en la presencia real, no podés ser luterano. Pero sí podés seguir siendo protestante y cristiano. Para que el católico lo entienda: un jesuita debe rechazar la propiedad privada. Si no lo hace, no puede ser jesuita, pero sigue siendo católico.
Lo mismo pasa con los dogmas locales protestantes: son doctrinas que te hacen parte de un grupo denominacional, pero no son necesarias para ser cristiano.
Ahora, ¿cuál es el origen de estas diferencias? ¿Por qué no somos un bloque monolítico?
Se debe a las múltiples interpretaciones posibles. Y antes de que el católico diga “ajá, ven, no tienen interpretación correcta”, que entienda de dónde vienen esas diferencias.
Cuando leemos la Escritura, nos topamos con pasajes complicados que pueden tener dos o más interpretaciones posibles. Entonces, la pregunta es: ¿Cuál es la interpretación correcta?
Si podemos saber cuál es la correcta, entonces establecemos un dogma general.
Ejemplo: la Biblia enseña que Jesús es Dios, el Padre es Dios y hay un solo Dios (cf. Jn 1:1; Jn 10:30; Dt 6:4). Esto se puede interpretar de dos maneras al principio:
Ahora, viendo que Jesús dice que el Padre lo envió (cf. Jn 17:3), sabemos que no pueden ser la misma persona. Eso nos lleva a una conclusión firme: son distintas personas, un solo Dios. Esa interpretación es correcta, entonces es un dogma general.
PERO, ¿qué pasa cuando no se puede saber cuál es la interpretación correcta?
Vuelvo al ejemplo de la Eucaristía entre luteranos y anabaptistas. Unos creen que es literalmente el cuerpo y sangre de Cristo (cf. Mt 26:26-28), otros creen que es simbólico. Las dos interpretaciones parecen válidas, y no hay forma clara de demostrar cuál es la correcta.
¿Qué hacemos nosotros? Para evitar confusión, dividimos denominaciones. Una adopta una interpretación, la otra otra. Y así nacen los dogmas locales. Para ser luterano, tenés que adoptar la interpretación literal. Para ser anabaptista, la simbólica. Pero ambos siguen siendo cristianos.
Ahora el católico romano hace su pregunta clave:
"¿Por qué no simplemente tienen una interpretación correcta y ya está?"
La respuesta es sencilla: porque no sabemos cuál es la correcta. Y no afirmamos sin fundamento algo que no podemos probar.
Y acá es donde devolvemos la pregunta:
"Nosotros no sabemos cuál es la correcta. Pero ustedes dicen que sí. Entonces, ¿cómo sabe su magisterio cuál es la interpretación correcta?"
La respuesta católica típica es:
– “Porque el Magisterio es infalible”
– “Porque el Espíritu Santo lo guía”.
Pero esas respuestas no contestan la pregunta. No estamos preguntando por qué, sino cómo lo sabe. ¿Cuál es su razonamiento? ¿Cuál es el fundamento para afirmar que cierta interpretación es la correcta?
Si el Magisterio diera un fundamento razonable, entonces nosotros adoptaríamos esa interpretación como dogma general. Pero como no lo hacen, sino que simplemente afirman que "es así porque sí", no tenemos base para creerles.
Ese es precisamente el problema que vemos en el catolicismo romano: el Magisterio no da razones, solo afirmaciones. Si nos dieran fundamentos claros y razonables, creeríamos lo mismo. Pero como no lo hacen, nosotros seguimos en la incertidumbre legítima, y por eso dividimos dogmas generales y locales.
Ahora ¿Es realmente una herejía o un problema tener múltiples interpretaciones?
Claro que no, ¿En qué me baso para decir esto? Y es que muchos católicos romanos nos acusarán de herejes por variar en interpretación, pero no es así, pues si nos dirigimos a la Iglesia en el primer mileno (10 siglos, 1000 años, para que se cuantifique cuanto tiempo es el primer milenio), antes del Gran Cisma entre Ortodoxos y Romanos, habían muchísimas interpretaciones que variaban, por ejemplo, el pasaje clave del papalismo que es Mateo 16,18, tan solo en los primeros siglos tiene al menos 4 formas de interpretarse, y todas opuestas, entonces ¿Acaso vieron que los Padres hereticen unos a otros por diferir en interpretaciones? Claro que no, más bien las Iglesias hacían concilios para poder tratar de averiguar cuál era la interpretación correcta, y adivinen, durante el Primer Milenio solo hubo SIETE concilios Ecuménicos (concilios donde estuvieron todas las iglesias presentes), entonces como pueden ver, no eran muchas las cosas donde todos se pusieron de acuerdo formalmente y dijeron "así es", mucho menos cosas donde se pongan de acuerdo y estén correctas al mismo tiempo.
Entonces, no, no es una herejía tener varias interpretaciones, de hecho la iglesia tuvo varias interpretaciones manteniéndose unida y jamás se llamó a esto "herejía".
“¿Cómo podrías ser protestante si están sumamente divididos en muchas denominaciones, teniendo muchísimas diferencias?”
Esto tiene bastantes matices y aristas que debemos observar.
Primero debemos entender cómo son esas “divisiones” o “diferencias”. En el protestantismo, no todas las doctrinas se tratan de la misma forma. ¿A qué nos referimos? Hay dogmas generales y dogmas locales. Esto es muy importante: ningún protestante verdadero va a diferir en un dogma general, pero sí puede diferir en dogmas locales.
Y antes de que el católico romano se lance con: “¿Ves? pueden diferir en dogmas, qué absurdo”, tiene que entender que nosotros no usamos la palabra "dogma" de forma simplista. Nosotros diferenciamos entre tipos de dogmas, algo que ellos no hacen.
Un dogma general es aquel que ningún cristiano verdadero puede negar. O sea, si querés ser cristiano, tenés que aceptar todos los dogmas generales. En cambio, los dogmas locales son aquellos en los que un cristiano puede tener una interpretación distinta a otro cristiano.
Ejemplo para que lo entienda un católico romano:
Para ellos, la Asunción de María es un dogma general. Pero pueden diferir entre sí si María murió o no. Ese detalle sería un dogma local. Entonces, nosotros también distinguimos entre dogmas generales y locales, y toda diferencia entre protestantes es de dogmas locales, jamás de dogmas generales. Si alguien niega un dogma general, ya no sería protestante ni probablemente cristiano.
¿Dónde se originan esas diferencias locales?
Los dogmas locales son doctrinas que caracterizan a cada denominación. Por ejemplo: sobre la Eucaristía, un anabaptista radical no cree en la presencia real de Cristo, mientras que un luterano sí. Ese es un dogma local. ¿Por qué le decimos "dogma"? Porque si no aceptás eso, no podés pertenecer a ese grupo en particular.
O sea: si no creés en la presencia real, no podés ser luterano. Pero sí podés seguir siendo protestante y cristiano. Para que el católico lo entienda: un jesuita debe rechazar la propiedad privada. Si no lo hace, no puede ser jesuita, pero sigue siendo católico.
Lo mismo pasa con los dogmas locales protestantes: son doctrinas que te hacen parte de un grupo denominacional, pero no son necesarias para ser cristiano.
Ahora, ¿cuál es el origen de estas diferencias? ¿Por qué no somos un bloque monolítico?
Se debe a las múltiples interpretaciones posibles. Y antes de que el católico diga “ajá, ven, no tienen interpretación correcta”, que entienda de dónde vienen esas diferencias.
Cuando leemos la Escritura, nos topamos con pasajes complicados que pueden tener dos o más interpretaciones posibles. Entonces, la pregunta es: ¿Cuál es la interpretación correcta?
Si podemos saber cuál es la correcta, entonces establecemos un dogma general.
Ejemplo: la Biblia enseña que Jesús es Dios, el Padre es Dios y hay un solo Dios (cf. Jn 1:1; Jn 10:30; Dt 6:4). Esto se puede interpretar de dos maneras al principio:
- Jesús y el Padre son la misma persona
- Son personas distintas, pero un solo Dios.
Ahora, viendo que Jesús dice que el Padre lo envió (cf. Jn 17:3), sabemos que no pueden ser la misma persona. Eso nos lleva a una conclusión firme: son distintas personas, un solo Dios. Esa interpretación es correcta, entonces es un dogma general.
PERO, ¿qué pasa cuando no se puede saber cuál es la interpretación correcta?
Vuelvo al ejemplo de la Eucaristía entre luteranos y anabaptistas. Unos creen que es literalmente el cuerpo y sangre de Cristo (cf. Mt 26:26-28), otros creen que es simbólico. Las dos interpretaciones parecen válidas, y no hay forma clara de demostrar cuál es la correcta.
¿Qué hacemos nosotros? Para evitar confusión, dividimos denominaciones. Una adopta una interpretación, la otra otra. Y así nacen los dogmas locales. Para ser luterano, tenés que adoptar la interpretación literal. Para ser anabaptista, la simbólica. Pero ambos siguen siendo cristianos.
Ahora el católico romano hace su pregunta clave:
"¿Por qué no simplemente tienen una interpretación correcta y ya está?"
La respuesta es sencilla: porque no sabemos cuál es la correcta. Y no afirmamos sin fundamento algo que no podemos probar.
Y acá es donde devolvemos la pregunta:
"Nosotros no sabemos cuál es la correcta. Pero ustedes dicen que sí. Entonces, ¿cómo sabe su magisterio cuál es la interpretación correcta?"
La respuesta católica típica es:
– “Porque el Magisterio es infalible”
– “Porque el Espíritu Santo lo guía”.
Pero esas respuestas no contestan la pregunta. No estamos preguntando por qué, sino cómo lo sabe. ¿Cuál es su razonamiento? ¿Cuál es el fundamento para afirmar que cierta interpretación es la correcta?
Si el Magisterio diera un fundamento razonable, entonces nosotros adoptaríamos esa interpretación como dogma general. Pero como no lo hacen, sino que simplemente afirman que "es así porque sí", no tenemos base para creerles.
Ese es precisamente el problema que vemos en el catolicismo romano: el Magisterio no da razones, solo afirmaciones. Si nos dieran fundamentos claros y razonables, creeríamos lo mismo. Pero como no lo hacen, nosotros seguimos en la incertidumbre legítima, y por eso dividimos dogmas generales y locales.
Ahora ¿Es realmente una herejía o un problema tener múltiples interpretaciones?
Claro que no, ¿En qué me baso para decir esto? Y es que muchos católicos romanos nos acusarán de herejes por variar en interpretación, pero no es así, pues si nos dirigimos a la Iglesia en el primer mileno (10 siglos, 1000 años, para que se cuantifique cuanto tiempo es el primer milenio), antes del Gran Cisma entre Ortodoxos y Romanos, habían muchísimas interpretaciones que variaban, por ejemplo, el pasaje clave del papalismo que es Mateo 16,18, tan solo en los primeros siglos tiene al menos 4 formas de interpretarse, y todas opuestas, entonces ¿Acaso vieron que los Padres hereticen unos a otros por diferir en interpretaciones? Claro que no, más bien las Iglesias hacían concilios para poder tratar de averiguar cuál era la interpretación correcta, y adivinen, durante el Primer Milenio solo hubo SIETE concilios Ecuménicos (concilios donde estuvieron todas las iglesias presentes), entonces como pueden ver, no eran muchas las cosas donde todos se pusieron de acuerdo formalmente y dijeron "así es", mucho menos cosas donde se pongan de acuerdo y estén correctas al mismo tiempo.
Entonces, no, no es una herejía tener varias interpretaciones, de hecho la iglesia tuvo varias interpretaciones manteniéndose unida y jamás se llamó a esto "herejía".