Reflexionando...

27 Enero 2004
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Un viajero que se aproximaba a una gran ciudad le preguntó a una mujer que se encontraba a un lado del camino:

¿Cómo es la gente de esta ciudad?

¿Cómo era la gente del lugar de donde vienes? - Le inquirió ella a su vez.

Terrible - Respondió el viajero. – Mezquina. No se puede confiar en ella. Detestable en todo los sentidos.

- ¡Ah!- , Exclamó la mujer. – Encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges -.

Apenas había partido el primer viajero cuando otro se detuvo y también preguntó acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana. De nuevo la mujer le preguntó al viajero por la gente de la ciudad de donde provenía.

-Era gente maravillosa; honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido que partir”- Declaró el segundo viajero.

La sabia mujer le respondió: - Lo mismo hallarás en la Ciudad adonde te diriges.

En ocasiones no vemos las cosas como son, las vemos como somos
 
Re: Reflexionando...

Algo que valdrá la pena leer.

Tres personas iban caminando por una vereda de un bosque: un sabio con fama de hacer milagros, un poderoso terrateniente del lugar y, un poco atrás de ellos y escuchando la conversación, iba un joven estudiante alumno del sabio.

Poderoso: "me han dicho en el pueblo que eres una persona muy poderosa, inclusive puedes hacer milagros".

Sabio: "soy una persona vieja y cansada... ¿cómo crees que yo podría hacer milagros?".

Poderoso: "pero me han dicho que sanas a los enfermos, haces ver a los ciegos y vuelves cuerdos a los locos..... esos milagros sólo los puede hacer alguien muy poderoso".

Sabio: "¿te referías a eso?, tú lo has dicho, esos milagros sólo los puede hacer alguien muy poderoso... no un viejo como yo; esos milagros los hace Dios, yo sólo pido se conceda un favor para el enfermo, o para el ciego ,todo el que tenga la fe suficiente en Dios puede hacer lo mismo".

Poderoso: "yo quiero tener la misma fe para poder realizar los milagros que tú haces..... muéstrame un milagro para poder creer en tu Dios".

Sabio: "Esta mañana ¿volvió a salir el sol?".

Poderoso: "sí, claro que sí!!".

Sabio: "pues ahí tienes un milagro..... el milagro de la luz".

Poderoso: "No, yo quiero ver un VERDADERO milagro, oculta el sol, saca agua de una piedra.... mira hay un conejo herido junto a la vereda, tócalo y sana sus heridas".

Sabio: "¿quieres un verdadero milagro?, ¿no es verdad que tu esposa acaba de dar a luz hace algunos días?".

Poderoso: "sí!!, fue varón y es mi primogénito".

Sabio: "ahí tienes el segundo milagro.... el milagro de la vida".

Poderoso: "sabio, tú no me entiendes, quiero ver un verdadero milagro..."

Sabio: "¿acaso no estamos en época de cosecha?, ¿no hay trigo y sorgo donde hace unos meses sólo había tierra?".

Poderoso: "sí, igual que todos los años".

Sabio: "pues ahí tienes el tercer milagro...."

Poderoso: "creo que no me he explicado, lo que yo quiero...." (el sabio lo interrumpe)

Sabio: "te has explicado bien, yo ya hice todo lo que podía hacer por ti.... si lo que encontraste no es lo que buscabas, lamento desilusionarte, yo he hecho todo lo que podía hacer". Dicho esto, el poderoso terrateniente se retiró muy desilusionado por no haber encontrado lo que buscaba. El sabio y su alumno se quedaron parados en la vereda; cuando el poderoso terrateniente iba muy lejos como para ver lo que hacían el sabio y su alumno, el sabio se dirigió a la orilla de la vereda, tomó al conejo, sopló sobre él y sus heridas quedaron curadas; el joven estaba algo desconcertado.

Joven: "maestro: te he visto hacer milagros como éste casi todos los días, ¿por qué te negaste a mostrarle uno al caballero?, ¿por qué lo haces ahora que no puede verlo?".

Sabio: "lo que él buscaba no era un milagro, era un espectáculo. Le mostré 3 milagros y no pudo verlos.... para ser rey primero hay que ser príncipe, para ser maestro primero hay que ser alumno... no puedes pedir grandes milagros si no has aprendido a valorar los pequeños milagros que se te muestran día a día. El día que aprendas a reconocer a Dios en todas las pequeñas cosas que ocurren en tu vida, ese día comprenderás que no necesitas más milagros que los que Dios te da todos los días sin que tú se los hayas pedido".

Cuando estamos en problemas siempre pedimos ayuda a Dios y eso está bien porque no hay nadie que pueda ayudarnos más que Él, pero pídele la cordura para pensar claramente, la paciencia necesaria para mantenerte tranquilo y actuar bien, la fortaleza necesaria para afrontar los retos y la fe suficiente para seguirlo amando sin importar lo que pase.... Pídele esos milagros, no le pidas simplemente que resuelva tus problemas sólo porque te da miedo afrontarlos por ti mismo.
 
Re: Reflexionando...

¿What? No puedo creer mujer, te traje con el pensamiento. Ayer no se por qué me acorde de ustedes, de ti y de Marcos; los busqué, y vi un video en tu canal de youtube.

Gusto de saludarte.
 
Re: Reflexionando...

¿What? No puedo creer mujer, te traje con el pensamiento. Ayer no se por qué me acorde de ustedes, de ti y de Marcos; los busqué, y vi un video en tu canal de youtube.

Gusto de saludarte.


Igualmente a ti Leal! Un abrazo!
 
Re: Reflexionando...

La Montaña de las Dificultades


En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión: Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero para una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?

Los leones supieron de la reunión y comentaron entre si: -Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos... Necesitamos saber cual será el elegido, pero ¿Cómo descubrirlo?.

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decisión tomada: Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.

La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.

El primer león intentó escalar y no pudo llegar.
El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado.
El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.

Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?

En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra: ¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.

¿Cómo?, Preguntaron todos. Es simple... dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.

El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de si mismo, y está preparado para ser rey de los demás.

Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado. El Rey de los Animales.

Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.

Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.

La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. !Tu todavía estas creciendo
 
Re: Reflexionando...

Dos dedos de frente...

¿Qué esperaríamos de la gente que te dice "Dos dedos de frente"?

¿Que esa gente "ya tiene "la verdad"? ¿O que nosotros necesitamos un par de gafas nuevas?

Bendiciones en Cristo...
 
Re: Reflexionando...

...¿O qué de la esperanza de los redimidos? He venido a caer en un haiku de manera circunstancial...

Mi Dios me salvó de la oscuridad,
la gente se ha dado cuenta.
¡No puedo entender la envidia de esa gente desorientada!
 
Re: Reflexionando...

No puedes controlar las acciones y pensamientos de otros pero si puedes controlar los tuyos.
 
Re: Reflexionando...

La Montaña de las Dificultades


En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión: Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero para una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?

Los leones supieron de la reunión y comentaron entre si: -Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos... Necesitamos saber cual será el elegido, pero ¿Cómo descubrirlo?.

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decisión tomada: Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey.

La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.

El primer león intentó escalar y no pudo llegar.
El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado.
El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.

Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?

En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra: ¡Yo sé quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.

¿Cómo?, Preguntaron todos. Es simple... dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.

El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de si mismo, y está preparado para ser rey de los demás.

Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado. El Rey de los Animales.

Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.

Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.

La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. !Tu todavía estas creciendo

"...Yo todavía estoy creciendo." Excelente relato hermana, que nos anima a seguir adelante. Ante las dificultades hay que crecerse, fortalecerse.

"Señor:
Dichoso el que saca de ti fuerzas
cuando vienen las subidas"
(Inspirado en un salmo)

Frente a la montaña empinada, crecemos en madurez y sabiduría, las dificultades nos hacen más sensible ante el otro, y terminamos realmente venciendo.

Dios te bendiga.
 
Re: Reflexionando...

Gracias Paula. Bendecida
 
Re: Reflexionando...

“Había una vez un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. Puesto que el asno estaba viejo, llegaron a una aldea caminando junto al animal, en vez de montarse en él. Al pasar por la calle principal, un grupo de niños se rió de ellos, gritando:

-¡Mirad qué par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro.

Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al transitar entre las casas, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Entonces dijeron a viva voz:

-¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y el pobre niño caminando.

Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos. Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando la gente los vio, exclamaron escandalizados:

-¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Han visto algo semejante? El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado.

-¡Qué vergüenza!

Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre su lomo. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar:

-¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tienen corazón? ¡Van a reventar al pobre animal!

Estando ya el burro exhausto, y siendo que aún faltaba mucho para llegar a destino, el anciano y el niño optaron entonces por cargar al flaco burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando:

-Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. ¡Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos!


Moraleja: Todos tienen una opinión y nunca podrás satisfacer u complacer a todos. No te afanes tratando de quedar bien con todos.
 
Re: Reflexionando...

En Mateo 18:21-35 Pedro le pregunta a Jesús cuantas veces debe perdonar a un HERMANO. Un hermano {delphos} es una persona muy cercana, de sangre ó de crianza u afinidad lo cual nos habla de relación. Ciertamente recibir un agravio de alguien que amamos es dificil, duro y desconcertante. Sin embargo, tambien debemos meditar en la parte que nos corresponde, esto es, cuando nosotros esperamos de otros lo que no damos ó lo que no hacemos, cosa que sucede con mayor frecuencia de lo que creemos.

La pregunta de Pedro es acertada porque es sencillo tolerar una falta u ofensa de quien no conocemos. Parece ser más fácl "pasar la página" cuando se trata de alguien que no tiene relación con nosotros. Pero tiene mayor efecto y es más doloroso tolerar, aceptar y continuar en una relación donde alguien que amas es quien te ha ofendido, herido u traicionado. Cuando una acción u palabra negativa proviene de alguien que amas, de alguien cercano, es inevitable sentir molestia, dolor, enojo, ira y pensar que lo primero que debe hacerse es tomar direcciones diferentes para no tener que lidiar mas con esa persona, dejarle de hablar, distanciarse. Precisamente por todo los sentimientos y pensamientos que surgen luego de una ofensa que proviene de un "hermano" {alguien cercano} Pedro le dijo al Maestro: "cuantas veces debo perdonar"? "siete veces? La pregunta de Pedro surge a causa de la enseñanza rabínica de la época donde una misma ofensa sólo podía perdonarse tres {3} veces, luego de eso no se otorgaba más perdón. Pedro ya conocía el carácter misericordioso de Jesús, ése que hablaba de "poner la otra mejilla", de "dar la túnica y la capa", de "ir la milla extra" por tanto asumió que con el asunto del perdón Jesús no lo limitaría a tres como los rabinos y por eso preguntó: "siete veces"? Jesús respondió: "no te digo siete {7} sino hasta setenta veces siete"! El 7 habla de plenitud. Pero la respuesta también es sencilla ya que si usted intenta realizar la ecuación en su mente es obvio que le dará "un poco de trabajo y tiempo" hacerlo, por tanto significa que el perdón no debe ser pensado, calculado ni planificado... simplemente otorgado!

Luego Jesús dijo: "Por lo cual el reino de los cielos es semejante a" El comienzo de esas palabras de Jesús pretenden explicar y enseñar una verdad del reino, un principio espiritual, una ley, como rige, como opera, como "es" el reino de los cielos. Con frecuencia en las parábolas de Jesús nos podemos dar cuenta de que no es igual al "reino/sistema de este mundo", no es semejante a "como nosotros hacemos las cosas", no es semejante a "como creemos que deben ser las cosas". Jesús hacia el uso de parábolas para enseñar la voluntad, carácter y mandamiento del Padre.

Dice Jesús: "Por lo cual el reino de los cielos es semjeante a un rey"... y relata la historia de un rey que cobró la deuda de sus siervos. Uno de ellos le debia mucho dinero por lo que el rey decidió vender a toda su familia y a sus posesiones para absorber la deuda. El siervo le rogó por misericordia, el rey le perdonó la deuda y lo dejó en libertad. Acto seguido ese siervo se encontró con uno que le debía dinero, no tuvo de él misericordia y lo echó a la cárcel. Cuando el rey se enteró, le increpó por su falta de misericordia y lo echó a la cárcel.

Así como el rey, Dios ha tenido misericordia de nosotros y nos ha perdonado. La "deuda" ha quedado liquidada en y a través de Cristo. Pero como ese siervo con frecuencia y rapidez nos olvidamos de la misericordia, del amor y el perdón que hemos recibido de Dios, siendo severos, implacables, faltos de misericordia e impacientes con otros. Hacemos que "otros paguen" el agravio que nos han hecho con nuestra indiferencia, falta de amor y ausencia de misericordia.

Note en el relato que el siervo no fue a la carcel por la deuda. Ya el rey se la había perdonado. El siervo fue encarcelado por que no perdonó, por que no obró en misericordia con aquel que le debía. En la esfera emocional y espiritual es semejante cuando no perdonamos. Nos colocamos en una cárcel. Somos encarcelados. La cárcel habla de un lugar de tormento, dolor, privación, limitación. Si no deseas ser "encarcelado". Perdona. Quieres ser libre? Perdona.

La enseñanza de Jesús es clara: debemos perdonar, debemos ser compasivos, debemos tener misericordia asi como con nosotros Dios la ha tenido, la ha mostrado y la ha otorgado. No nos corresponde esperar que otros nos pidan perdón y/o que otros mejoren u cambien para entonces perdonar. Nos corresponde perdonar aún cuando la otra parte no haya solicitado perdón. No puedes controlar las acciones y pensamientos de otro, pero si puedes controlar tus acciones y tus pensamientos. Todas las enseñanzas de Jesús se enfocan en lo que "yo" debo hacer y no en lo que "el otro" debe hacer. Al final del camino, como ese siervo, rendiremos cuenta por lo que hicimos y no por lo que "el hermano" hizo.

Jesús perdonó la negación de Pedro. Si eso nos hubiese sucedido a nosotros, probablemente "lo perdonaríamos" pero le removeríamos del apostolado por no considerarlo confiable, leal y fiel. Sin embargo, Jesús lo perdonó y el asunto no volvió a tocarse. Ciertamente Jesús conocía el corazón de Pedro como para dejar que un error destruyese una relación y un ministerio. El amor... cubrió esa falta.

La falta de perdón estorba y entorpece la unidad, la koinonía, la manifestación de el amor -que es el vínculo perfecto-, y las oraciones! Cuantas veces hemos tratado de buscar respuesta a la ausencia de resultados, avances y respuestas a nuestras oraciones? Cuantas veces has ayunado y orado para que Dios "quite" lo que estorba pero sientes que estás "en el mismo lugar" sin progreso? Medita, reflexiona, evalúa si necesitas accionar y ser perfeccionado en el perdón por medio de asuntos sin resolver y personas que llevas arrastrando por mucho tiempo.

Col 3:13 de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.

Muchos argumentan: "eso fue Cristo, El era perfecto, El podía perdonar sin olvidar, El podía perdonar sin sentir animosidad luego". Las Escrituras nos habla de que debemos ser como Cristo, imitar a Cristo, y así como El perdonó -esto es, de la misma manera, del mismo modo, de igual forma-, nosotros perdonemos. No tenemos excusa. Hemos sido llamados a ser y hacer como El hizo.
Ciertamente Dios nos lleva "al próximo paso" y para ello se requiere que estemos libre de cargas, ataduras, heridas. PERDONA
 
Re: Reflexionando...

El peso de las creencias

Dos jóvenes monjes fueron enviados a visitar un monasterio cercano. Ambos vivían en su propio monasterio desde niños y nunca habían salido de él. Su mentor espiritual no cesaba de hacerles advertencias sobre los peligros del mundo exterior y lo cautos que debían ser durante el camino.

Especialmente incidía en lo peligrosas que eran las mujeres para unos monjes sin experiencia: -Si veis una mujer, apartáos rápidamente de ella. Todas son una tentación muy grande. No debéis acercaros a ellas, ni mucho menos hablar, por descontado, por nada del mundo se os ocurra tocarlas. Ambos jóvenes aseguraron obedecer las advertencias recibidas, y con la excitación que supone una experiencia nueva se pusieron en marcha. Pero a las pocas horas, ya punto de vadear un río, escucharon una voz de mujer que se quejaba lastimosamente detrás de unos arbustos. Uno de ellos hizo ademán de acercarse. -Ni se te ocurra -le atajó el otro-. ¿No te acuerdas de lo que nos dijo nuestro mentor? -Sí, me acuerdo; pero voy a ver si esa persona necesita ayuda -contestó su compañero, Dicho esto, se dirigió hacia donde provenían los quejidos y vio a una mujer herida y desnuda. -Por favor, socorredme, unos bandidos me han asaltado, robándome incluso las ropas. Yo sola no tengo fuerzas para cruzar el río y llegar hasta donde vive mi familia.

El muchacho, ante el estupor de su compañero, cogió a la mujer herida en brazos y, cruzando la corriente, la llevó hasta su casa situada cerca de la orilla. Allí, los familiares atendieron a la asaltada y mostraron el mayor agradecimiento al monje, que poco después reemprendió el camino regresando junto a su compañero.

-¡Dios mío! No sólo has visto a esa mujer desnuda, sino que además la has tomado en brazos. -Así era recriminado una y otra vez por su acompañante. Pasaron las horas, y el otro no dejaba de recordarle lo sucedido. -Has cogido a una mujer desnuda en brazos! ¡Has cogido a una mujer desnuda en brazos! ¡Vas a cargar con un gran pecado!

El joven monje se paró delante de su compañero y le dijo: -Yo solté a la mujer al cruzar el río, pero tú todavía la llevas encima.

Moraleja: A veces nuestras creencias son una carga que nos perjudican en nuestro camino hacia el logro de nuestras metas.