Si leemos los Evangelios veremos que los judíos recibieron al Rabí Yehoshúa Hanatzerí de diversas maneras. En Judea y en la Galilea la mayoría del pueblo (campesinos, pescadores, pastores, jornaleros y relegados) consideraban a Jesús un profeta de Dios y escuchaban con fervor sus prédicas en las sinagogas, en el Templo y en los campos. Un ejemplo ilustrativo de esos calurosos encuentros lo tenemos en la Multiplicación de los Panes y Los Peces donde más de cinco mil judíos sin contar mujeres y niños escuchaban devotamente sus enseñanzas (Mateo 14,13...). O en Marcos 8, 27: "Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo y les hizo esta pregunta: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?. Ellos le dijeron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías y otros que uno de los profetas. Y El les preguntó: ¿Y ustedes quién creen que soy yo?. Pedro le contestó: Tú eres el Mesías"... O Mateo 21, 10 donde dice: " Y al entrar él en Jerusalén toda la ciudad se conmovió. ¿Quién es éste?, decían. Y la gente decía: Este es el profeta Jesús de Nazareth de Galilea". Otros judíos fueron inicialmente sus Apóstoles, seguidores y discípulos pues creyeron que era el Mesías esperado (Mashiaj en hebreo). Y otro grupo de judíos, los saduceos y una parte de los fariseos, que eran unos romanófilos corruptos, y que en ese entonces eran las autoridades del Templo (como Anás y Caifás) intrigaron para matarle. No siempre hubo sacerdotes así en el Templo. Antes de la purga que hizo Herodes el Grande hubo sacerdotes como Zacarías, padre de Juan Bautista, un hombre “justo” según el Evangelio de Lucas. Podemos concluir entonces que para la mayor parte del pueblo judío Jesús era un profeta y para sus discípulos y Apóstoles (todos judíos) era el "Mashiaj", el Ungido esperado.
Buen día</SPAN></SPAN>
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