HOLA A TODOS:
Este tema me llama bastante la atención y me sorprende. Llevo un par de años en el foro y en todos los temas, irremediablemente, la Biblia es colocada como la luz que ilumina la cuestión. Quitando a un par de foristas, siempre es la Biblia la que se busca para resolver los asuntos, más aún en discusiones entre cristianos de diferentes líneas, que usan versículos bíblicos a manera de evidencia sobre si la postura correcta es esta o aquella.
Sin embargo abre Vino Tinto este tema y aquella herramienta con la que arrojan luz parece mantenerse en la oscuridad. Y lo que me sorprendió aún más... no están dispuestos a arrojar luz sobre ella. Y lo que me sorprendió todavía más, leer los argumentos tan superficiales para no poner la Biblia bajo la luz. Foristas que comúnmente entran en debates profundos e inteligentes resultan resolver la cuestión con argumentos que se pueden resumir como: "así es, así ha sido siempre, dejémoslo así". Argumentos que parecen huidizos... como saber que vas a encontrar cosas que no te gustan y por eso mejor no buscas.
Veo cristianos que no tienen absolutamente ninguna duda de que el contenido de la Biblia es divino pero que se niegan a saber la certeza sobre quién escribió esas palabras. ¿Cómo puedes tener certeza de un texto santo sin saber quién lo escribió? Y peor, ¿por qué no quieres saber quién lo escribió, o si se sabe quien lo escribió, o si se tiene idea de que haya sido escrito por quien dijo escribirlo? Y entonces el tema se divide en dos posturas. O los cristianos aceptan la visión de los expertos no-católicos, los estudiosos del texto bíblico que dicen que no tenemos idea de quién escribió esos textos pero que no son definitivamente de quien dicen ser... O los cristianos aceptan la visión de los expertos católicos, los estudiosos del texto bíblico que dicen que X libro pertenece a X autor basados en la manufactura católica de la Biblia original y la Tradición a través de la cual ésta fue forjada.
No creo que ninguno de los dos resultados sean bonitos, por ello se van entre las ramas. Diciendo que no es importante saberlo, que lo que importa es el contenido y no el autor, que si así se llaman así se les deje, que cuestionarse es malo o, en un extremo, juzgar y señalar a los estudiosos de las fuentes bíblicas como orgullosos, como mentirosos, como seres que han perdido el piso... Defensas, defensas, defensas, no estoy seguro que hayan leido siquiera a uno de ellos para poder juzgarlo, pero el juicio viene automático ante la posibilidad de iluminar la Biblia y verse obligados, necesariamente, a tomar una de esas dos opciones.
Ahora, como siempre, quizá erro en mis opiniones y hay una tercera opción. Quisiera que los cristianos no-católicos me dijeran cuál es esa tercera opción y me sacaran de mi ignorancia o de mi limitado resultado.
Besos,
K.