Santo Tomás de Aquino:
Summa theol., III, q. 35, a. 6.
2- El parto con dolor es castigo impuesto a Eva y a sus hijas por el pecado ("Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos." Génesis 3,16). Pero la Virgen María fue preservada de pecado original y jamás pecó (La Inmaculada Concepción de María Santísima),
por lo tanto no tendría dolores de parto ya que estos son consecuencia del pecado.
3- María "dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre" -Lucas 2,7. Estos actos normalmente ocurren inmediatamente después del nacimiento
y es difícil que María pudiese hacerlo si hubiese sufrido los dolores y la debilidad normales de un parto.
4- La Virginidad perpetua de María Santísima (María fue virgen antes, durante y después del parto). Si bien el dogma no define que María Santísima diese a luz sin dolor,
se puede deducir que al ser un parto virginal, dejó su cuerpo intacto y no hubieron dolores de parto.
Santo Tomás de Aquino enseña que María dio a luz sin dolor (Summa Theologica, III parte, cuestión 35, artículo 6).
¿Nació Cristo sin dolor por parte de la madre?
Objeciones por las que parece que Cristo no nació sin dolor por parte de su madre.
Objeción 1. Así como la muerte de los hombres fue una consecuencia del pecado de los primeros padres, según Gen 2,17: "El día que comiereis, ciertamente moriréis", así también lo es el dolor del parto, según Gen 3,16: "Con dolor parirás los hijos". Ahora bien, Cristo quiso sufrir la muerte. Luego parece que, por el mismo motivo, su alumbramiento debió producirse con dolor.
Objeción 2. El fin concuerda con el principio. Pero el fin de la vida de Cristo se produjo con dolor, según Is 53,4: "Verdaderamente... cargó con nuestros dolores". Luego parece que también en su nacimiento debió existir el dolor del parto.
Objeción 3. En el libro De Ortu Salvatoris se cuenta que al nacimiento de Cristo asistieron las parteras, que parecen necesarias para la parturienta a causa del dolor. Luego parece que la Santísima Virgen dio a luz con dolor.
Contra esto: está lo que dice Agustín (Sermón De Nativitate), hablando a la Virgen Madre: "Ni en la concepción se alejó de ti el pudor, ni en tu alumbramiento se hizo presente el dolor.
Respondo: El dolor de la parturienta se produce por la apertura de las vías por las que sale la criatura. Pero ya se dijo antes (q.28 a.2) que Cristo salió del seno materno cerrado, y de este modo no se dio allí ninguna apertura de las vías. Por tal motivo no existió dolor alguno en aquel parto, como tampoco hubo corrupción de ninguna clase; se dio, en cambio, la máxima alegría porque había nacido en el mundo el Hombre-Dios, según palabras de Is 35,1-2: "Florecerá sin duda como un lirio, y exultará golosa y llena de alabanzas".
Respuesta a la objeción 1:
El dolor del parto en la mujer es consecuencia de la unión carnal con el varón. De donde (Gen 3,16) después de haber dicho "parirás con dolor", se añade "y estarás bajo el dominio del varón". Pero, como dice Agustín (Sermón De Assumptione Beatae Virginis'', de tal sentencia debemos excluir a la Virgen Madre de Dios, la cual, "por haber concebido a Cristo sin la coluvie del pecado y sin el menoscabo de la unión con el varón, engendró sin dolor, sin violación de su integridad y permaneciendo intacto el pudor de su virginidad". Cristo en verdad asumió la muerte pero por su propio deseo espontáneo, para satisfacer por nosotros, no como por necesidad emanada de aquella sentencia, porque El no era deudor de la muerte.
Respuesta a la objeción 2:
Como Cristo muriendo destruyó nuestra muerte (cf. 2 Tim 1,10), así con su sufrimiento nos libró a nosotros de los dolores; y por este motivo quiso morir con dolor. Pero el dolor de la madre en su alumbramiento no pertenecía a Cristo, que venía a satisfacer por nuestros pecados. Y por eso no fue necesario que su madre le diera a luz con dolor.
Respuesta a la objeción 3:
En Lc 2,7 se narra que la propia Santísima Virgen envolvió en pañales y colocó en el pesebre al Niño que acababa de dar a luz. Y con esto queda demostrado que la narración de ese libro (De Ortu Salvatoris), que es apócrifo, es falsa. De donde dice Jerónimo en su Contra (Adv. Helvid iv): "No hubo allí partera alguna, ni se hizo presente diligencia alguna de mujercillas. (María) fue la madre y fue la partera. 'Envolvió al Niño en pañales', dice, 'y lo colocó en el pesebre'". Estas palabras ponen de manifiesto los disparates de los apócrifos.