Que se requiere de cada uno de nosotros, para que seamos merecedores del Reino de Dios

SABIDURIA1546

Miembro senior
24 Enero 2023
232
46
Se me ocurre este tema, por lo que Jesús le dijo a uno de los delincuentes que estaba a su lado, "Te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso".
Aunque las circunstancias son distintas a las nuestras de hoy día, el delincuente iba a morir muy pronto y ejerció fe en Jesús porque había oído de los hechos.
Nosotros lo tenemos más fácil que el delincuente, conocemos todo el contenido de la biblia y sus profecías cumplidas.
¿Que hechos deberíamos hacer para ser merecedores de vivir para siempre? Conociendo todos los detalles.
SALUDOS
 
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Todo empieza con la convicción de pecado y la actitud resiliente.
Pero se espera de nosotros algo más, "para que seamos merecedores del Reino de Dios" no te parece Efe-E-Pe. Añade por favor algo más, que muestre que nuestro esfuerzo de llegar a ser merecedores del (....)
 
Pero se espera de nosotros algo más, "para que seamos merecedores del Reino de Dios" no te parece Efe-E-Pe. Añade por favor algo más, que muestre que nuestro esfuerzo de llegar a ser merecedores del (....)

¿Cómo lees?

...Pero la piedad de Dios es grande, e inmenso su amor hacia nosotros. Por eso, aunque estábamos muertos en razón de nuestras culpas, nos hizo revivir junto con Cristo —¡la salvación es pura generosidad de Dios!—, nos resucitó y nos sentó con Cristo Jesús en el cielo. Desplegó así, ante los siglos venideros, toda la impresionante riqueza de su gracia, hecha bondad para nosotros en Cristo Jesús. En efecto, ustedes han sido salvados gratuitamente mediante la fe. Y eso no es algo que provenga de ustedes; es un regalo de Dios. No es, pues, cuestión de obras humanas, para que nadie pueda presumir. Lo que somos, a Dios se lo debemos. Él nos ha creado por medio de Cristo Jesús, para que hagamos el bien que Dios mismo nos señaló de antemano como norma de conducta.
 
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¿Cómo lees?

...Pero la piedad de Dios es grande, e inmenso su amor hacia nosotros. Por eso, aunque estábamos muertos en razón de nuestras culpas, nos hizo revivir junto con Cristo —¡la salvación es pura generosidad de Dios!—, nos resucitó y nos sentó con Cristo Jesús en el cielo. Desplegó así, ante los siglos venideros, toda la impresionante riqueza de su gracia, hecha bondad para nosotros en Cristo Jesús. En efecto, ustedes han sido salvados gratuitamente mediante la fe. Y eso no es algo que provenga de ustedes; es un regalo de Dios. No es, pues, cuestión de obras humanas, para que nadie pueda presumir. Lo que somos, a Dios se lo debemos. Él nos ha creado por medio de Cristo Jesús, para que hagamos el bien que Dios mismo nos señaló de antemano como norma de conducta.
Mencionas en tu pos Efe-E-Pe, "ustedes han sido salvados gratuitamente mediante la fe", Lo veo correcto, pero para ser merecedores del Reino de Dios "La Biblia nos advierte de que los pecados graves impiden que heredemos el Reino de Dios (1 Corintios 6:9-11; Gálatas 5:19-21). Si la salvación no se pudiera perder, esas advertencias no tendrían ningún sentido. La Biblia muestra que alguien que ha obtenido la salvación puede apartarse de Jehová si comete un pecado grave. Por ejemplo, Hebreos 10:26 dice: “Si voluntariosamente practicamos el pecado después de haber recibido el conocimiento exacto de la verdad, no queda ya sacrificio alguno por los pecados” (Hebreos 6:4-6; 2 Pedro 2:20-22).

Jesús destacó la importancia de mantenerse fieles cuando se comparó a sí mismo con una vid y comparó a sus seguidores con las ramas de esa vid. Por un tiempo, algunos de ellos demostrarían por sus frutos o acciones que tenían fe en él, pero más tarde dejarían de tener fe y serían desechados como una rama que no tiene fruto, así que perderían la salvación (Juan 15:1-6). El apóstol Pablo usó un ejemplo parecido cuando dijo que el cristiano que no se mantuviera fiel sería “podado” (Romanos 11:17-22). Queriendo decir que uno puede ser fil por un tiempo, pero si antes del fin peca, no le aplica el sacrificio de Jesús a esa persona, (Eso es para meditar, no te parece)
SALUDOS.
 
Sólo creer en Jesús, nada más, y esto implica creer la palabra de Dios y si creemos esto, haremos lo que el pide, que es ser nuevas criaturas a través del bautizo, dejar las obras de la carne, y practicar las obras de la luz y así serás hijo de Dios, y los hijos de Dios heredarán el reino de los cielos
 
Sólo creer en Jesús, nada más, y esto implica creer la palabra de Dios y si creemos esto, haremos lo que el pide, que es ser nuevas criaturas a través del bautizo, dejar las obras de la carne, y practicar las obras de la luz y así serás hijo de Dios, y los hijos de Dios heredarán el reino de los
Estoy de acuerdo con tu pos, pero al igual que a otros compañeros te falta el detalle, de los dos rebaños de ovejas que menciona la Biblia y que se benefician del Reino, según te impulsa el Espíritu Santo, donde crees que tienes tu esperanza, en el cielo dentro del grupo de los 144.000 ungidos, o de los millones que heredaran la tierra, esa es la cuestión.
 
Mencionas en tu pos Efe-E-Pe, "ustedes han sido salvados gratuitamente mediante la fe", Lo veo correcto, pero para ser merecedores del Reino de Dios "La Biblia nos advierte de que los pecados graves impiden que heredemos el Reino de Dios (1 Corintios 6:9-11; Gálatas 5:19-21). Si la salvación no se pudiera perder, esas advertencias no tendrían ningún sentido. La Biblia muestra que alguien que ha obtenido la salvación puede apartarse de [EL SEÑOR] si comete un pecado grave. Por ejemplo, Hebreos 10:26 dice: “Si voluntariosamente practicamos el pecado después de haber recibido el conocimiento exacto de la verdad, no queda ya sacrificio alguno por los pecados” (Hebreos 6:4-6; 2 Pedro 2:20-22).

La salvación, efectivamente, NO puede perderse porque la gracia de Dios es un regalo. No está condicionado a una buena conducta personal; eso robaría la gloria al Señor.

Y sí, cuando se comete pecado voluntario y con pleno conocimiento de causa, no hay manera de revertir el castigo. Son casos específicos; normalmente una persona que es salva, lo es porque ha pasado por el proceso conocido como convicción de pecado. Cuando un pecador se arrepiente y vuelve a Dios, lo hace con una actitud resiliente: sabiendo que merece únicamente el infierno, recibe el perdón, la reconciliación, y se le concede -como dice la Escritura- arrepentimiento para vida. Hay muchos otros beneficios de la gracia salvadora de Cristo, pero estos son los de alto impacto.

¿Cómo podría pecar un alma perdonada sin haber merecido salvación?


Jesús destacó la importancia de mantenerse fieles cuando se comparó a sí mismo con una vid y comparó a sus seguidores con las ramas de esa vid. Por un tiempo, algunos de ellos demostrarían por sus frutos o acciones que tenían fe en él, pero más tarde dejarían de tener fe y serían desechados como una rama que no tiene fruto, así que perderían la salvación (Juan 15:1-6). El apóstol Pablo usó un ejemplo parecido cuando dijo que el cristiano que no se mantuviera fiel sería “podado” (Romanos 11:17-22). Queriendo decir que uno puede ser fil por un tiempo, pero si antes del fin peca, no le aplica el sacrificio de Jesús a esa persona, (Eso es para meditar, no te parece)

Jesús supo que el iscariote judas lo iba a traicionar y que pedro lo iba a negar. De estos dos discípulos que fallaron (pecaron), ¿quién te parece que ejerció la fe para salvarse?

No sé, piénsalo.
 
Estoy de acuerdo con tu pos, pero al igual que a otros compañeros te falta el detalle, de los dos rebaños de ovejas que menciona la Biblia y que se benefician del Reino, según te impulsa el Espíritu Santo, donde crees que tienes tu esperanza, en el cielo dentro del grupo de los 144.000 ungidos, o de los millones que heredaran la tierra, esa es la cuestión.
Pero no vendría a importar pienso, si eres salvo o no es la única cuestión que debe resolverse, lo que todo creyente debe desear solo es no morir en pecado para no ir al infierno, aún que esa cuestión de, los 144000 es algo también muy interesante.
 
La salvación, efectivamente, NO puede perderse porque la gracia de Dios es un regalo. No está condicionado a una buena conducta personal; eso robaría la gloria al Señor.
Está condicionado al arrepentimiento. Por eso Jesús predicaba "¡Arrepentíos! El reino de Dios se ha acercado"
Arrepentirse implica dejar los malos caminos. Si elegimos volver a los malos caminos, caemos de la gracia.
 
Se me ocurre este tema, por lo que Jesús le dijo a uno de los delincuentes que estaba a su lado, "Te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso".
Aunque las circunstancias son distintas a las nuestras de hoy día, el delincuente iba a morir muy pronto y ejerció fe en Jesús porque había oído de los hechos.
Nosotros lo tenemos más fácil que el delincuente, conocemos todo el contenido de la biblia y sus profecías cumplidas.
¿Que hechos deberíamos hacer para ser merecedores de vivir para siempre? Conociendo todos los detalles.
SALUDOS
El forista Efe-E-Pe te ha ilustrado claramente que no mercemos nada! TODOS nosotros estabamos muertos en nuestros pecados y trapases fue Dios en un despliegue sin precedente de su amor, gracia, misericordia y generosidad quien nos rescato del camino a la muerte eterna.

"Y El les dio vida a ustedes, que estaban muertos en (a causa de) sus delitos y pecados, en los cuales anduvieron en otro tiempo según la corriente (la época) de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Entre ellos también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente (de los pensamientos), y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en (a causa de) nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados), y con El nos resucitó y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús," Efe 2:1-6

Nosotros por nuestra parte, con gratitud y devocion infinita, adoramos a Dios con todo nuestro corazon, toda nuestra fuerza y toda nuestra alma. Agradeciendo siempre a nuestro Salvador y Señor Jesus Ccristo por su sacrificio expiatorio sempiterno. Seguimos adelante, con fe, laborando para edificar el reino de Dios, con el corazon lleno de gratitud y en obediencia para demostrar siempre nuestro amor por El y por todos los que nos rodean. Que es la evidencia de la obra del Espiritu en nuestros corazones.

Saludos.
 
Pero no vendría a importar pienso, si eres salvo o no es la única cuestión que debe resolverse, lo que todo creyente debe desear solo es no morir en pecado para no ir al infierno, aún que esa cuestión de, los 144000 es algo también muy interesante.
Estimados Compañeros @OSO, @Ricardo,@rey pacifico @León-El y otros:

Miren nomás a lo que conduce la doctrina del infierno. Lean el post de arriba.
Sé que lo que expresa el compañero @jheol no los representa necesariamente a todos ustedes, pero no dudo que haya muchos dentro y fuera del foro que lleguen a esa misma conclusión.

Así resume el compañero todo el amor de Dios, todo el amor de Jesucristo, todo el Evangelio: lo realmente importante es no acabar rostizados por la eternidad en cuerpo y alma.

Al menos el hermano es franco y lo dice sin esconderse.
Otros se escudan tras una complicadísima teología para terminar en lo mismo.
Por cierto, el emperador Constantino difirió su bautismo hasta que estaba en el lecho de muerte. Quería que hubiera el menor tiempo posible entre el bautismo, que limpia de todo pecado, y el momento de dejar este mundo para no darse tiempo de pecar. Lo importante para él era evitar el infierno.
 
Los salvos al gozo eterno, los impíos al castigo eterno.

Así está establecido

Si no le gusta a las sectas de Miller y Russel, es su problema
 
Así resume el compañero todo el amor de Dios, todo el amor de Jesucristo, todo el Evangelio: lo realmente importante es no acabar rostizados por la eternidad en cuerpo y alma.

El castigo eterno, por si no lo sabes, es mucho más que ser atormentado en el lago de fuego. Se trata de un estado existencial horrendo, más allá de todo lo que uno pueda imaginar: soledad, abandono, odio, amargura, sufrimiento; todo eso multiplicado por toda una eternidad de dolor indescriptible. ¿Crees que negar el castigo eterno, lo eliminará? Te equivocas. En todo caso, para entrar en el gozo eterno, que es el destino real de todos, implica conocer lo que al maligno le espera para la eternidad, junto con todos los que, de manera consciente y con conocimiento de causa, rechazaron a Dios, corrompiéndose y corrompiendo a otros.

Dios no hizo al ser humano ni lo trajo a existencia para eso. Somos NOSOTROS los que ofendimos al Señor con la maldad expresada en el daño y engaño a otros. Lo que merecemos, es el infierno.

Pero hay una diferencia, porque para salvarnos, redimiendo a los seres humanos de su propia corrupción y depravación, apareció Cristo, ofreciéndose como el sacrificio perfecto por todos los que hemos pecado.

Cristo pudo haberse negado a cumplir el oráculo, dejándonos totalmente desamparados en un destino seguro hacia el castigo final. Pero aceptó la copa amarga que mis hermanos y yo debíamos beber hasta no ver el fondo.

El único mérito que podemos presumir, es que somos débiles, necesitados de redención porque somos totalmente incapaces de redimirnos a nosotros mismos, aún muriendo más de cinco veces como Cristo murió. ¿Te parece poco?
 
El único mérito que podemos presumir, es que somos débiles, necesitados de redención porque somos totalmente incapaces de redimirnos a nosotros mismos, aún muriendo más de cinco veces como Cristo murió. ¿Te parece poco?
Compañero Efe-E-Pe

Dudo que lo que motive tus acciones diarias sea evitar ese castigo. Lo que creo que te motiva es el amor a Dios.
Dudo que por las noches te quite el sueño el temor al infierno. Más bien creo que duermes tranquilo confiado en la gracia de Dios.
Mi post tuvo como fin señalar cómo para @jheol el escapar del infierno parece ser lo único importante.
Por eso señalé en rojo la palabra que él usó "solo"
Es este énfasis en el infierno como eje de la enseñanza o esperanza cristiana lo que me parece preocupante.
 
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...Mi post tuvo como fin señalar cómo para @jheol el escapar del infierno parece ser lo único importante.
Por eso señalé en rojo la palabra que él usó "solo"
Es este énfasis en el infierno como eje de la enseñanza o esperanza cristiana lo que me parece preocupante.

Comprendo el punto...

¡Si supieses el infierno que viví desde que nací! Fue horrendo vivir en un abismo de oscuridad del que ni yo mismo podía salir.

Pero ese asunto merece un escrito testimonial que presentaré uno de estos días.


Saludos.
 
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Reacciones: Pancho Frijoles
Estimados Compañeros @OSO, @Ricardo,@rey pacifico @León-El y otros:

Miren nomás a lo que conduce la doctrina del infierno. Lean el post de arriba.
Sé que lo que expresa el compañero @jheol no los representa necesariamente a todos ustedes, pero no dudo que haya muchos dentro y fuera del foro que lleguen a esa misma conclusión.

Así resume el compañero todo el amor de Dios, todo el amor de Jesucristo, todo el Evangelio: lo realmente importante es no acabar rostizados por la eternidad en cuerpo y alma.

Al menos el hermano es franco y lo dice sin esconderse.
Otros se escudan tras una complicadísima teología para terminar en lo mismo.
Por cierto, el emperador Constantino difirió su bautismo hasta que estaba en el lecho de muerte. Quería que hubiera el menor tiempo posible entre el bautismo, que limpia de todo pecado, y el momento de dejar este mundo para no darse tiempo de pecar. Lo importante para él era evitar el infierno.
Alissa, al final de tu pos pones lo siguiente: "Lo importante para él era evitar el infierno". Esa frase de evitar el infierno, puede traer confusión a muchos, ¿Porqué digo eso? Porque muchos relacionan el infierno a un lugar de tormento eterno, y no es así.
Definición: La palabra “infierno” se halla en muchas traducciones de la Biblia. En los mismos versículos, otras traducciones dicen “el sepulcro”, “el lugar de los muertos”, y así por el estilo.

Otras versiones de la Biblia simplemente transcriben las palabras de los idiomas originales que a veces se vierten “infierno”; es decir, las escriben con las letras de nuestro alfabeto, pero dejan las palabras sin traducir. ¿Cuáles son esas palabras? La palabra hebrea she’ohlʹ y su equivalente griego haiʹdes, que no se refieren a la tumba particular de una persona, sino a la sepultura o sepulcro común de la humanidad muerta; también la palabra griega geʹen·na, que se usa como símbolo de destrucción eterna. Sin embargo, tanto en la cristiandad como en muchas religiones no cristianas se enseña que el infierno es un lugar habitado por demonios y donde los inicuos, después de morir, son castigados (y algunas personas creen que esto se hace con tormento).
 
Cuando escuchamos la expresión “Reino de Dios” lo primero que pensamos es en la vida después de la muerte, bajo el perfecto y futuro gobierno del amoroso Creador, en donde solo habrá tiempo para el ocio y la contemplación, libres de toda necesidad, obligación y sufrimiento. Tal vez llegue a ser así, o algo parecido. Pero lo cierto es que la Biblia enseña que Dios desde un principio ha querido ejercer soberanía sobre un pueblo propio.

Inicialmente él escogió la nación de Israel para dicho propósito: “Ahora, pues, si dieres oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la Tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Ex. 19.5-6).

El Israel terrenal tenía, pues, el exclusivo privilegio de ser el pueblo de Dios, apartado de la corrupción y paganismo de las demás naciones del mundo. Pero con el tiempo demostró no ser digno de tan grande dignidad. Por muchos años este pueblo vivió bajo la soberanía del Eterno, y en consecuencia conservó su unidad nacional e independencia como Estado. Sin embargo, el alejarse de Dios les acarreó una gran división de su reino, además de ser sometidos vez tras vez a potencias paganas extranjeras. Desde el exilio clamaron a Dios por liberación, y éste prometió a través de sus profetas, enviarles un rey libertador que les devolviera la independencia nacional con su plena libertad de culto al Dios verdadero.

Estos “convidados a la gran cena” (Lc. 14. 15-24) rechazaron a su prometido Salvador (Jn. 1.11-13). Ellos esperaban a un gran líder político-militar (Jn. 6.14-15); pero en vez de ello se encontraron al humilde hijo de un carpintero criado en un pueblo de mala reputación (Lc. 4.16; Jn. 1.46), hablando de amar a los enemigos (Mt 5.43-48), y diciendo que su reino no es de este mundo (Jn. 18.36). No lo comprendieron ni lo aceptaron. Pero este desdeño por parte de muchos judíos también hacía parte del gran programa divino de redención; y el Ungido del Señor, con su martirio, se constituyó en cabeza legítima de este nuevo gobierno, ya no terrenal y geográfico, sino espiritual e ilimitado. Por eso Jesús dijo a los judíos: “El reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él” (Mt.21.33-43 y Ro 2.28-29).

Más adelante el Mesías dijo a sus seguidores: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino” (Lc. 12.32).

Ante la incredulidad de quienes lo escuchaban, Jesús les declaró: “si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios” (Mt. 12.28).

“Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros” (Lc 17.20-21). El apóstol Pablo comprendió, aceptó y compartió con alegría esta verdad: “... con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de su amado Hijo” (Col.1.12-13).Estaba feliz de participar en el Reino de Dios, y por ello trabajaba para su desarrollo (Col.4.11). “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él” (Lc. 16.16).

Pueden participar de este reino todos aquellos que, no con la soberbia de la autosuficiencia, sino con la humildad característica de los niños (Lc. 18.17), aceptan que solo a nuestro bendito Salvador pertenece “el reino, y el poder y la gloria” (Mt 6.13).
 
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Está muy claro: Mateo cap.25
"Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me reco estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí "
Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos MIS HERMANOS más pequeños, a mí lo hicisteis.
Esto es muy diferente a los que se creían la mano derecha del Altísimo, pero fueron desechados por malos., según Mt. 7.21