Re: ¿Que religión es la verdadera?
Ninguna religión es la verdadera. ¿Cuál es el parámetro por medio del cual medir o deducir qué es mejor o peor? Según lo que se entiende como religión (re-ligare), de “volver a ligar” con Dios, todo depende de la persona, no de la religión. Las religiones mismas no salvan, son las acciones, determinaciones y pensamientos de uno lo que le llevan a mostrar si es acorde a los parámetros del Reino de los Cielos o no.
Como sistema de pensamiento espiritual, el budismo primigenio es interesante por mentalizar sobre la situación humana, pero deja de implicar a la persona en la realidad de lo que ocurre a nivel universal. No explica cómo surgieron las cosas, ni porqué están o cómo terminarán. En sí, tampoco dan muchos detalles sobre cuestiones elementales de la vida, solo dan cierta paz momentánea, viviendo en una falsa esperanza de que en alguna vida quizás consigas el Nirvana. Aún con todo no responde a la muerte ni permite sentirse cobijado por nadie más allá que le ayude.
El Islam, dependiendo de si es rama sunita o chiita, tiene su propia perspectiva que, como en todas las religiones –salvo algunas pocas como los Testigos de Jehová-, no es unificada. Unos creen que Jesús es el Mesías y otros no, unos creen que murió y resucitó y otros que fue llevado al cielo antes de que le cogieran en Getsemaní. Como religión es extremista, radical y obsesiva. No todos los musulmanes la practican tal como se profesa, pero en sí no da marguen a la libertad, ni a tomar en uno la paternidad de Dios ni la redención de los pecados. Lleva a una constante sumisión que no permite la espontaneidad de un hijo de Dios.
El catolicismo contraviene casi todo lo que enseña la Biblia, especialmente el politeísmo trinitario que incentivó Atanasio y obligó Justiniano, el politeísmo heleno y la idolatría a estatuas, así como un sinfín de doctrinas ani-bíblicas, más orientadas a esclavizar al pueblo para poderlo controlar, que para darles libertad de conocimiento y exceso a Dios. Igual que en la masonería, los Testigos de Jehová, la cienciología, el movimiento raeliano, el mormonismo y el rosacrucismo, está organizada en escaños de control donde los de abajo están convencidos de seguir a Dios, pero realmente obedecen a organigramas ocultistas de quienes están en las altas esferas, a la larga dirigidos por el ecumenismo que controlan los jesuitas a nivel mundial.
El hinduismo tiene tantas ideas distintas que es casi imposible unificarlo. Unos son politeístas y otros no, otros son panteístas, otros politeístas y otros ateístas. En fin, es una tradición cruel que, según el karma (todo lo que hagas en una vida tendrá una repercusión en la siguiente), porque si naces pobre, enfermo o lisiado es porque te lo mereces y, si eres sano, rico y poderoso, es porque te lo mereces, en ambos casos por tu vida anterior. Eso lleva al sistema de castas al que el propio Gautama, se supone, que opuso. Ellos no tienen definido cuándo y cómo se concluye el sistema cíclico de vidas o cual exactamente es su fin. En todo caso, veneran a deidades que nada han hecho por ellos salvo esclavizarlos y oprimirlos, como ocurre con todos los dioses de la historia.
El judaísmo es una religión incorrecta, pues nunca se estableció como religión sino como ley (Torá). Fue adoptada como “tradiciones de hombres” a medida que se perdía la esencia verdadera de las enseñanzas de los profetas (Mateo 15:9). Cuando los judíos fueron expulsados de Judea al perder en el 135 d.C. la Tercera Guerra Judeo-romana liderada por Shimon bar Kojba, el Sanedrín se estableció en Babilonia y reorganizó todas las filosofías del rabinato con base al Talmud, manteniendo sus ya largas discusiones y escritos sobre narraciones orales y teológicas, lo cual sí llevo a forma a los judíos como una religión. Pues en principio eran simplemente los supervivientes de la tribu de Judá re-deportada de Babilonia por mandato de Ciro el persa. Ellos siguen pegados a la Ley -que en sí no salva sino que es tan complicada de seguir que termina es condenando-, a la Midrash, con todas sus ramas, y al Talmud, con todas sus ramas. Desde que el Segundo Templo fue destruido por Tito en el año 70 d.C., ya era imposible seguir la ley de Moisés (las 613 ordenanzas), porque estas se basaban en las prácticas sacerdotales en relación al Templo o al Tabernáculo. Si deja de cumplirse entonces una de las leyes, por la propia legislación mosáica, “se incumple toda la ley”. Al no aceptar a Jesús nunca más han progresado en el entendimiento del Plan de Dios, ni se les ha quitado el velo –el cual sí pierden los “verdaderos” judíos que le aceptan, como pasó con Pablo, no como los llamados judíos mesiánicos, que son realmente una especie de adventistas de linaje judío.
El protestantismo es la herencia del catolicismo, simplemente quitándole algunos matices que a Lutero no le gustaban. De ahí todas las ramas religiosas que erróneamente se llaman cristianas. Cristiano es un término manchado de sangre, igual que el islam. Solamente fueron verdaderos “cristianos” los judíos y no-judíos que aceptaron y siguieron a Jesús en el siglo I y II, hasta que Constantino fundó la religión “universal” (catolicismo). Hoy solo hay «doctrinas de hombres» que tratan de ver la Biblia con ojos de mentalidad occidental como si los judíos hubiesen sido gringos. Los protestantes norteamericanos contaminaron al protestantismo latinoamericano hasta hoy con su americanismo e ideas ficticias sobre la Biblia, incluso en el sistema de creencias y dogmas, organización y metas. El protestantismo y todas sus vertientes no son más que un “catolicismo light”, pero siguen pegados a las faldas dogmáticas de Roma, no a la raíz hebrea, aún cuando Jesús y Pablo aclararon que «la salvación vienen de los judíos.»
Ahora bien, Jacobo, uno de los cuatro hermanos de sangre del Señor Jesús, dijo claramente: «Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.» (Santiago 1:26-27). Jacobo, como líder de la congregación de Jerusalén, hasta su asesinato en el año 62 d.C., lo dejó claro:
1. Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones.
2. Guardarse sin mancha del mundo.
Básicamente esto es lo mismo que opina el Dalai Lama, lo que resumen las palabras de Gautama, de la madre Teresa de Calcuta, los imanes musulmanes y otros líderes que no se van por las ramas ni buscan lucro.
De manera que, el ateísmo en sí mismo es sólo la forma de muchas personas de escudarse de tener que rendirle cuentas a Dios. Es como decir que no creo en el sol y lo tapo con la mano, creyendo que con eso el sol deja de quemarme o iluminarme, o dejará de existir. Es también una idea cimentada en el resentimiento de haber esperado una respuesta divina que nunca llegó o haber vivido en un círculo religioso donde había engaños y abusos. También eso lleva a negar a Dios como si con eso se sintiera humillado, pues no interviene en lo que la gente humanista, espera que Él haga, sin siquiera entender porqué no hace o deja de hacer. Es la simple manera, la mayoría de veces, de contradecir todo lo que tenga que ver con religión, sus causas, su historia, sus promesas y sus obligaciones, por razón de lo que en nombre de Dios se ha hecho a lo largo de la humanidad.
Ahora, si sirve mi opinión personal, no recuerdo que Jesús enseñase alguna religión o mandase a fundar religiones. Él vino claramente a exponernos una realidad: hubo una Rebelión, por esa causa fuimos destituidos de la gloria de Dios, gracias a él tenemos acceso nuevamente a Dios, de quien éramos enemigos, más fuimos reconciliados. Satán nos hizo perder la ciudadanía de los cielos y tener cuerpos que no accediesen al árbol de la vida eterna, pero Cristo pagó el precio de nuestra liberación y del control del Hades con su propia vida. Ahora sabemos por él que después de la muerte hay esperanza en Resucitar y en ser partícipes de la Vida Eterna dentro del concierto universal.
Entonces, ¿qué es la religión? Uno de los tres pasos hacia Dios. El primero de los tres, concretamente.
* En el primero, el de la religión, la gente va como borrego tras sacrificios y cree que es una vil rata. Temen terriblemente a su deidad. La gente pelea y se mata por la soberanía de su secta o religión, y creen que eso agrada a su Dios, al cual no son capaces de alzar la mirada.
* En el segundo, el del culto, la gente se organiza en lugares de reunión, hay alguien que les enseña y ellos le siguen. Aquí adoran, idolatran y veneran a su deidad y a su cabecilla, pero a su divinidad aún la ven distante, sin darse cuenta. Los hombres disputan por ideas y doctrinas y se señalan unos a otros como falsos, siendo celosos de su propia religión, de sus ideas, de su líder y de su lugar de culto. Se pegan a cada letra sin tener aún la ley en sus corazones ni en sus mentes y llaman mentirosos a los de otros lados que no son como ellos (fenómeno Maquiaveli).
* En el tercero, el de la libertad, la gente no necesita de otro humano que les enseñe, porque tienen una relación personal con la deidad, a la cual ven allegadamente como un Padre y con quien interrelacionan. No necesitan de lugares hechos por manos humanas sino que la Creación misma y sus propios cuerpos son ya templo para su Dios, el cual mora en ellos, está en ellos, es parte de ellos y se manifiesta en todo. Todos los hombres son hermanos –tienen todo en común- y viven bajo la ley del amor y la vedad, pues solo piensan en el bien común y el desarrollo del altruismo.
Así que, ¿dónde está uno? O ¿dónde desea estar?
Frederick Guttmann R.
CaminoLuz.