Re: QUE PASARA CON ESTOS FALSOS PROFETAS LOCOS DESPUES DE OCTUBRE 2011????
Estimado valdense. Saludos cordiales.
Tú dices:
El 16 de Tishri de este ano un nuevo falso profeta quedara al descubierto== y esto sera el ingrediente indispensable de una nueva religion sectaria == por ahora al igual que los adventistas al principio == ya dicen que la puerta de la gracia se cerro= creemos que al igual que los adventistas encontraran una manera de reabrirla ==y de comenzar un nuevo imperio economico
Respondo:
"Y ellos saliendo, predicaron en todas partes..." Marcos 16:20
La ayuda de Josué Himes fue fundamental para que el mensaje de la venida de Cristo comience a esparcirse como fuego en el tejado. Decenas y decenas de iglesias evangélicas aceptaban la predicación de Miller. En ciudades como Portsmouth las campanas resonaban dos veces al día. Las bodegas y los bares se cerraban, dando lugar a las reuniones religiosas y en toda la ciudad y a todas horas se realizaban reuniones de oración.
Muchos podrían pensar que todo aquel movimiento era solo alrededor de una "fecha asustadora"; pero era mas que eso: Había un Espíritu de reavivamiento que alcanzaba a las personas. Millares buscaban las iglesias evangélicas pidiendo el bautismo. En 1844, solo en la iglesia Metodista fueron bautizadas cerca de 40 mil personas y en la bautista, 45 mil. (Avanzando con la Iglesia de Dios, pag. 7. Versión en portugués)
No existía una Iglesia Adventista. Existía un movimiento Adventista. Las personas continuaban en sus respectivas iglesias y en ellas se preparaban para aguardar a Jesús. Así, existían adventistas metodistas, adventistas bautistas, adventistas congregacionales y otros.
El numero de ministros que predicaban este mensaje llego a ser de unos 1,500 a 2,000. Miller no era el único líder del movimiento; existían otros ministros con mayor cultura teológica que se unieron y tomaron la iniciativa de preparar un pueblo con un mensaje centralizado en Cristo, para la segunda venida. En cinco años, se calcula que el total de publicaciones con este mensaje llego a la cifra de ocho millones.
De tiempo en tiempo, se convocaba a una reunión campal de los adventistas. En estas reuniones se congregaban millares de personas que se hospedaban en cabañas y se reunían en grandes tiendas levantadas para tal fin. Las personas cantaban, oraban, hacían reuniones de vigilia y estudiaban las profecías.
Todo esto los dejaba cada vez mas convencidos de que el regreso de Cristo estaba mas y más próximo. Cuando las reuniones campales llegaban a su fin, cada uno retornaba a su propia Iglesia. Estas no creaban ningún tipo de dificultades para los que se unían al movimiento adventista.
Era de este modo que Dios estaba preparando el momento preciso para el nacimiento de la Iglesia con el ultimo mensaje para este mundo.
Así como “la
purificación del santuario de los judíos sucedía en
el día de la expiación del santuario, y este era el décimo día del séptimo mes judaico, así (decía Snow) debemos esperar la purificación del santuario celestial en
el 10º día del 7º mes” (22/10/1844).
De esa forma, surgió crepitosamente entre los mileritas el movimiento llamado
10º día del 7º mes que, en verdad, vino a traer aliento al ya cansado Guillermo Miller. Pero, dígase de paso, él nada tuvo que ver con esa fecha fija (22-10-1844), ya que, estaba en la ocasión de su surgimiento, en viaje con Himes por el Oeste.
El mensaje del 22 de Octubre, electrizó los mileritas, que ya eran conocidos como el ‘
Movimiento del Séptimo Mes’. José Bates dijo que las montañas de granito de Nueva Hampshire ecoaron con
el clamor de medianoche. El grito, cual maremoto movido por un huracán, se arrastró para todas las ciudades, villas, poblados y campos. El poco fanatismo que había se derritió delante del calor del nuevo mensaje. Guillermo Miller estudió meticulosamente este nuevo mensaje, y escribió una carta entusiasmada a Himes, diciendo:
“Yo vejo la gloria del séptimo mes que nunca vi antes. Ya me siento casi en la mansión que mi Padre me dará. Gloria, gloria, gloria, gloria”.
Según se creía, menos de tres meses separaban a las personas del fin. El milerismo explotó en noticias en todos los diarios. Los propios candidatos a la presidencia de los EUA de aquel año vieron su campaña empañada por el fragor de las campañas mileritas. Terrible y solemne hora de vivir. “Fantástico clímax de la historia universal”. Se aproximaba el día 22 de Octubre de 1844.
“Comerciantes cerraron sus puertas, mecánicos y herreros sus oficinas, empleados dejaron sus trabajos. En todas las reuniones miles van al pie del púlpito a confesarse y llorar. Grandes sumas son dadas para que los pobres puedan pagar sus deudas. Las Casas Publicadoras rechazan a los que daban dinero, porque ya tienen demasiado y los donadores quedan tristes al ver rehusados sus donativos. En los campos, los campesinos para probar su fe, abandonaron sus cosechas. Las papas se pudrieron en el suelo, y las manzanas en los árboles. En Filadelfia una sastrería colocó un letrero: ‘Cerrada en honra al Rey de los Reyes que ha de venir cerca del 22 de Octubre’. Una gran fábrica en Brooklin cerró sus puertas y le dijo a sus empleados que se vayan, en la primera semana de Octubre. En las iglesias, grandes y pequeñas, había dificultad para bautizar tantos en tan poco tiempo. En una ciudad, Carlos Fitch bautizó 127 personas en una semana. Cuatro de las mayores imprentas imprimen día y noche, produciendo ‘El Grito de la Media Noche’. Centenas de miles de copias son distribuidas en esas tres semanas. Los correos y los trenes están abarrotados de paquetes con literatura. Los mensajeros corren”.
Se aproxima el fin de todas las cosas y un frenesí general toma cuenta de todos. Llega el día 15 de Octubre, faltan siete días; 16 de Octubre, faltan seis días; 17, 18, 19 de Octubre... “En ese día las imprentas paran. Las tiendas son desmontadas y enrolladas. Los predicadores vuelven para sus hogares. Josué V. Himes se junta con Guillermo Miller. Aquellos que permanecían en el movimiento aguardaban, con júbilo, la hora tan esperada. Entre ellos estaba la adolescente Ellen Harmon, aún no era la mensajera de Dios Ellen White, que más tarde escribió: ‘Estas eran las horas más felices da mi vida. Mi corazón transbordaba de expectación’”.
En terrible suspenso todos aguardaban los acontecimientos.
Multitudes que rehusaron la advertencia se preguntaban: “¿Será el fin?” Llegó finalmente el día 22 de Octubre de 1844. “Es una mañana radiante. Los mileritas están reunidos en grupos grandes y pequeños; en sus tabernáculos, en las iglesias, en los hogares, en los cementerios, o en solemne adoración o jubiloso loor. En Low Hampton, Estado de Nueva York, los amigos más íntimos de Guillermo Miller se reunieron con él entre los árboles y piedras, atrás de su residencia. Esas piedras hasta hoy llevan el nombre de Rocas de la Ascensión. Ellos allí se quedaron y vigilaron todo el día, cada minuto más ansiosamente”.
Terrible y grandiosa perplejidad solapó los mileritas. La esperanza tanto tiempo aguardada, se desvanecía ahora plácidamente.
El día 22 de Octubre de 1844 pasó también, sin ocurrir nada, “el gran movimiento se tambaleó”. La decepción de los mileritas fue un golpe fatal en las esperanzas aguardadas por largo tiempo. Pero, “el gran chasco no probó que el movimiento era falso”. Ese chasco fue profetizado con claridad meridiana por Juan en Apocalipsis 10:9-11 (confírmelo leyendo el capítulo siguiente de este libro). Los mileritas erraron apenas en parte.
Lo mismo ocurrió con los discípulos cuando, caminando en el camino de Emaús (Luc. 24:13-35), absortos con los acontecimientos del Calvario. Aún cuando habían convivido íntimamente con el Maestro por tres años, desconocían muchos aspectos de las profecías mesiánicas. Esperaban que el Rey naciese en un palacio, he aquí que nació en un pesebre. Ansiaban que Él montase en un caballo blanco, empuñase la espada y librase Israel del yugo romano y, Él afirma: “No vine para ser servido, sino para servir” (Mat. 20:28). Y el golpe fatal es dado en sus esperanzas de dominio universal cuando Jesús muere en plena mocedad.
¿Habrá mayor chasco que este?
Hay que resaltar el hecho de que el chasco de los mileritas fue profetizado y como tal tendría que ocurrir. En relación a los discípulos... ¿Negligencia?
Pues bien, después de “abiertos” los ojos, los discípulos “corrigieron sus defectos y predicaron a Cristo con renovado vigor. Los mileritas estaban listos para hacer la misma cosa. Pero en aquellos días no podían comprender eso.
A través de aquella noche los mileritas oraron y lloraron”.
Otro milerita, Hiram Edson, oró y estudió profundamente en aquella amarga hora de desilusión, con algunos amigos que habían pasado la noche con él. Edson escribió más tarde:
“Nosotros aún teníamos esperanzas hasta que el reloj llegase a la medianoche. Con eso el día había pasado y con él nuestras esperanzas. Nuestra más querida esperanza se desmoronó”.
“Este pequeño grupo, como los otros, continuó orando, y cerca del amanecer, todos sintieron un cierto alivio. Aún incapaces de comprender lo que había sucedido, sintieron una total seguridad de que Dios existe, y que Su Palabra era cierta y verdadera. Después del desayuno,
Hiram Edson le dijo a los otros: ‘Vamos a salir para confortar a nuestros hermanos con la nueva certeza.’ Y así lo hicieron, saliendo a pie y acortando camino por una plantación de maíz, en la mitad del cual sorpresivamente el hermano Edson paró, con su rostro vuelto hacia arriba. Le pareció ver una visión del tercer Cielo.
Él veía a Cristo entrar ‘para dentro del velo’ en el santuario celestial justamente como los mileritas sabían que Él iba a hacerlo en aquel día de la expiación, 22 de Octubre. Pero (escribió Edson más tarde), ‘
yo vi en forma distinta y claramente que en vez de nuestro Sumo Sacerdote salir del Santísimo para ir al mundo en el décimo día del séptimo mes, al término de las 2300 tardes y mañanas, Él por la primera vez entraba en la segunda parte del santuario del Cielo, y de ahí Él tendría un importante trabajo a hacer antes de volver a la Tierra’”.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.