Re: Que opinan de los ateos ?
Bueno! Continùo:
No le habìa dicho que desde los 15 años era fumador de mariguana y que a pesar de mi matrimonio, el nacimeinto de mis hijas, el posterior nacimeinto de mi hijo, no lo dejè, todo lo contrario, una vez ubicado entre la clase "Alta Gerencia" comencè a usar cocaina, y 35% de mi salario de ese momento, lo gastaba mensualmente en esta droga ademàs de lo que me gastaba en licores y mujeres.
Para ese entonces no se exactamente en que momento, pero se diò, mi esposa se convirtiò al cristianismo, y comencè a ver como ella y mis hijas se postraban a orar todos los dìas, iban a la pequeña iglesia cercana, me hablaban de la biblia y de Jesùs, pero yo argumentaba que a mi era el menos indicado para tratar de convencerme de algo como eso y le reclamaba a mi esposa el que no hiciera entender a mis hijas, que yo era ateo y que era su responsabilidad hacer que ellas entendieran eso y lo respetaran. Durante ese tiempo yo andaba totalmente estraviado en otra dimensiòn, como sonàmbulo, no comia bièn, pero mi forma de vestir y mi garbo, ocultaban mi realidad de drogadicciòn y separaciòn total de Dios.
Mi esposa se diò a la tarea de compartirme lo que ella decìa eran "revelaciones" que Dios le daba al leer la biblia, yo le escuchaba a veces por complacerla pero en mis adentros me reìa de su ignorancia. Oh! Dios esto es duro, ¡Gracias por haber dado tal fortaleza y templanza a mi esposa!. En esos años mi hijo alcanzò la edad de 4 años y ya mis hijas tenìan 10 y 11 años respectivamente, mi relaciòn con mi esposa era desastroza, y yo, cada vez que la pasciencia de ella llegaba al lìmite, y me decìa que ella oraba para no dejarme, yo le decìa sarcasticamente que yo lo hacìa, para que alguien se la llevara a ella. !Santo Dios como me duele! ! Me duele Señor! ¡Me duele!.
Mi esposa entrò en un ayuno de 30 dìas, segùn su versiòn, que supe despuès de todo por lo que Dios me hizo pasar. Durante ese tiempo fue la peor època de mi vida y la de ella, yo me iba de farra durante dìas, a veces no llegaba a la casa hasta por tres dìas, sin llamar ni decir donde estaba, todos en el hotel que administraba en ese momento, se preguntaban que pasaba conmigo, y mi esposa hacìa todo lo posible por ocultar mi desgracia o màs bièn nuestra desgracia, mis hijas y principalmente mi hijo pequeño lloraban porque no sabìan si su papà estaba muerto o que, durante este tiempo satanàs al ver acercarse mi ora de ser elegido o màs bien llamado, tratò de matarme por todos los medios posibles, casi me muero por acceso de droga, me salì de la carretera en tres ocaciones, borracho y drogado, en los ùnicos lugares en que no me podìa matar, me habìa dedicado a coleccionar, puezas desenterradas de cementerios indìgenas, en lo cual tambièn participè, y una sombra extraña caminaba conmigo todas las noches, yo lo atribuìa a las drogas pero era tan palpable que comencè a experimentar un terror espantozo.
Los pasos de mi señor estaban màs cerca que nunca, pero yo me undìa màs y màs, hasta el punto de casi morir.
Pero esto no era nada comparado a lo que me esperaba, a solo unos dìas de distancia. El dìa treinta del ayuno de mi esposa, y despuès de que el Señor le dijo que me soltara, como esposo y que unicamente orara por mi para que mi alma fuera salva, yo me desaparecì todo el dìa y regresè al hotel de playa donde vivìamos con todos los lujos posibles pero con una relaciòn y familia destrozada por mi comportamiento, a las 3 de la madrugada totalmente borracho y drogado. 2 Kilòmetros antes de llegar al hotel esa noche, mi auto se apagò y no quiso arrancar, en mi delirio, salì de el y me dispuse a caminar, al tratar de hacerlo, en un lugar sumamente montañozo y solitario, una voz me detuvo, si una voz!, que me dijo: "Si este dìa no cambias, mañana pierdes lo que màs amas", yo sacudì mi cabeza y pensè que estaba delirando por las drogas y que me estaba volviendo loco, regresè al outo y este arrancò sin ningùn problema, conduje por espacio de 300 metros màs y se volviò a apagar. Esta vez la voz no esperò que saliera del auto y me volviò a repetir: "Si esta dia no cambias, mañana pierdes lo que màs amas", yo tratè de arrancar el auto porque el terror, el miedo me habìan enbrgado totalmente, el auto arrancò y pude llegar a mi casa.
Al llegar encontrè a mi esposa a esa hora sentada en la cama con nuestro hijo pequeño en brasos, estaba muy enfermo, pero yo estaba tan pasado de tragos que no se atreviò a decirme que lo llevaramos al hospital, ya que estaba a 2 horas de camino. Me acostè sin antes oir los quejidos de mi hijo y los reclamos de mi esposa. Por cierto que ese fuè el ùnico dìa que mi hijo no aceptò que yo lo abrazara.
Al llegar la mañana, exactamente a las 8 am me levantè y mi esposa estaba en el mismo lugar y mi hijo todavìa se quejaba, en ese momento que los vì, vinieron a mi las palabras que habìa escuchado la madrugada recièn pasada, Oh no mi Señor!, mi corazòn va a estallar, no aguanto este dolor, no soporto esto, ayudame a terminar Señor, Ayùdame!
En ese momento supe que iba a perder a mi hijo, sabìa que no habìa nada que hacer, sabìa en mi corazòn que nunca lo verìa de nuevo, que se me iba a morir, mi hijo se estaba muriendo en los brazos de mi espoza, y aunque ella no lo sabìa yo si sabìa que se morìa porque ya se me habìa anunciado esa misma madrugada. Mi dolor era tan grande que no podìa pronunciar palabra, solamente actè entrar al baño con la intensiòn de quitarme la vida, no podrìa soportar la muerte de mi hijo, y sabìa que sucederìa esa misma mañana. Oh! Dios mìo!, por esto es que no lo he querido contar Señor! !no soporto el dolor de mi corazòn, Señor fortalèceme, para poder terminar con esto.
Una vez en el baño a solas, me postre sobre mis rodillas, levantè mis hojos al techo, y dije estas palabras entre mis làgrimas y a como pude: "Dios! Dios! si en verdad existes, te pido por favor que no mates a mi hijito, por favor no lo mates, el es inocente de todos mis pecados, yo he sido el criminal, yo he sido el descarriado, el pecador, e inmediatamente hice una remembranza de todos los pecados y trasgresiones que me acordè, gritaba hermanos, gritaba, como loco, porque no soportaba la idea de perder lo que yo màs amaba, a mi pequeño hijo de 4 años, pero yo sabìa que nada podìa detener lo que ya se me habìa anunciado.
Sigo en otro momento hermanos, porque no puedo dejar de llorar, esto es tan pero tan duro....
Greivin.