Re: ¿Que causas tienen los evangélicos para celebrar la navidad este 25 de Diciem
Pues le hubiese dicho eso a Pablo cuando les citó.
Cuando fue eso?
Mientras tanto, lea este fragmento:
El contenido de los libros prueba que no fueron inspirados sus autores.
Tobías
Ya hemos dicho que el libro de Tobías, no figuró nunca en el Canon de los libros inspirados. Este libro contiene doctrinas puramente
paganas.
En el capítulo 4: verso 11, dice así:
"Por cuanto la limosna libra de todo pecado y de la muerte".
En el versículo 18, del mismo capítulo dice:
"pon tu pan y tu vino sobre la sepultura del justo".
En el capítulo 6 y verso 8, dice:
"Respondió el Angel (a Tobías), y le dijo: Si pusieres sobre las brasas un pedacito del corazón del pez, su humo ahuyenta a todo género de demonios".
En el capítulo 12 verso 9, dice así:
"Porque la limosna libra de la muerte y es la que purga los pecados y alcanza la misericordia y la vida eterna".
En los cuatro versículos que hemos copiado tenemos tres doctrinas a cuál más pagana:
Primera: La idea de la salvación, por medio de obras de caridad; practicada por todos los pueblos paganos y rechazada completamente por la palabra de Dios. Véase Hebreos 9:22 y Juan 3:14-19.
Segunda: La costumbre de poner comida a los muertos y a ciertos ídolos, era práctica corriente entre los Egipcios y los Caldeos y otros pueblos; pero es contraria a la palabra de Dios.
Tercera: Creer que el corazón de un pez ahuyenta a los demonios es una de las tantas
hechicerías y supersticiones, que todos los paganos practicaban. Pero la Biblia condena y prohíbe estas cosas, véase Deuteronomio 18:10-14.
En el Capítulo 12:15, Tobías le pregunta a un joven que se le presenta:
"¿Quién eres tú?". A lo que el joven responde: "Yo soy Azaría, hijo de Ananías el grande." Sin embargo, dice Tobías que era el "Angel Rafael". Según lo cual, el ángel dijo una mentira.
¿Es posible aceptar la inspiración de un tal libro?.
Judith
El propio Abate Du-Clot, reconoce que el libro presenta contradicciones imposibles de explicar y que él atribuye a errores de los copiantes. En el capítulo 1, verso cinco dice:
"Nabucodonosor rey de los Asirios reinaba en la gran ciudad de Nínive". Todo el mundo sabe que que Nabucodonosor no fue rey de los Asirios, sino de los Caldeos. No reinó en Nínive sino en Babilonia (Daniel 4.30), y según la historia, Nabopalasar, su padre, aliado con Ciaxares rey de los Medos, "atacó y destruyó a Nínive Capital de Asiria", y esto antes de ser rey Nabucodonosor.
En el capítulo 9, verso 2 dice:
"Señor Dios de mi padre Simeón a quien pusiste la espada en las manos para castigar aquellos extranjeros". Aquí dice que Dios puso la espada en las manos de Simeón y parece alabarse la acción de éste.
Pero eso está en abierta oposición a la palabra de Dios que maldice la acción de Simeón. Véase Génesis 49:5.
"Simeón y Leví; armas de iniquidades sus armas".
En el capítulo 11, verso 11 dice:
"Por lo cual han resuelto matar a sus bestias para beberles la sangre".
La Vulgata, versión de Torres Amat, tiene una nota en este versículo que dice así:
"Todo lo que sigue tomado a la letra parece no dejar lugar para excusar a Judith, de ficción o mentira". Cuando las propias autoridades de la iglesia católica romana reconocen que Judith, parece ser una mentirosa, nosotros no tenemos nada más que añadir.
En el capítulo 13, verso 30,
Judith recibe adoración y no la rechaza, como hizo Pedro, en Hechos 10:25. La prueba interna es desastrosa para la inspiración del libro.
Esther
Al empezar el capítulo 15, tiene una nota de San Jerónimo que dice
"también hallé estas adiciones en la Vulgata". Exactamente, adiciones, eran, son y serán.
La Sabiduría: El Abate Du-Clot, en la página 505 de "vindicias", dice, "los griegos llamaban a este libro la Sabiduría de Salomón, reconociendo que el autor ha tomado sus conocimientos e ideas de las obras de Salomón. Y que ha procurado imitarlo. Los judíos no tienen este libro en su canón, aunque lo tienen en gran estima". Según el párrafo anterior los judíos no reconocían el libro como inspirado y el verdadero autor fue uno que pretendió imitar a Salomón.
Los que hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo no pretendieron imitar a nadie ni tuvieron necesidad de suplantar nombres.
El que escribió el libro, parece que creía en la reencarnación de las almas, dice en capítulo 8 versículo 19:
"Ya que de niño era yo de buen ingenio, y me cupo en suerte una buena alma".
En el capítulo 10, versos 1-4,
dice que el diluvio fue por causa del pecado de Caín, comparándolo con Génesis 6:5-7, se ve que no es así, como lo dice el plagiador de Salomón.
En la tercera y última parte veremos acerca de errores del Eclesiástico, La profecía de Baruc, Las partes añadidas a Daniel, los dos libros de Macabeos y una conclusión acerca de este estudio, sobre los Apócrifos.
El Eclesiástico
Dice Du-Clot, en "Vindicias", página 508: "Algunos antiguos han dudado de su autenticidad, por no hallarse en el canon de los judíos". El libro tiene un prólogo que se atribuye a un tal Jesús, nieto del autor de dicha obra. Del prólogo son las siguientes palabras: "Mi abuelo Jesús, después de haberse aplicado con el mayor empeño a la lectura de la ley y los profetas, y de otros libros…
quiso él también escribir algo sobre estas cosas".
De este párrafo aprendemos que el tal Jesús escribió porque él quiso. Que los Judíos tenían los libros inspirados, denominados "la Ley y los Profetas" (Mateo 5:17), y además otros que no lo eran. El mismo autor del prólogo dice, más abajo, hablando de que los libros pierden al ser traducidos y añade: "No solo este libro, sino la ley y los profetas".
El autor de este libro jamás pretendió escribir bajo la inspiración del Espíritu Santo. El libro en general es el mejor de los Apócrifos.
No obstante su lectura es un buen argumento contra la propia inspiración.
Da consejos como estos:
"Si te has visto forzado a comer mucho retírate de la concurrencia y vomita; y te hallarás aliviado". Capítulo 31 versículo 25. En el versículo 37,
hablando del vino, dice: "El beberlo con templanza es salud para el alma".
En el capítulo 33, verso 16, dice así:
"Yo ciertamente, me he levantado a escribir el último y soy como el que recoge rebuscas tras los vendimiadores". Este testimonio del autor demuestra que él no creía que estaba escribiendo un libro que era la Palabra de Dios. El mismo confiesa que era el resultado de sus estudios y conocimientos. El que escribe por inspiración no habla así. Además los judíos creían que para escribir bajo inspiración de Dios había que ser profeta, y el canon auténtico del Antiguo Testamento, parece estar de acuerdo con este criterio.
La profecía de Baruc
Dice el Abate Du-Clot, en su libro "Vindicias de la Biblia", página 548; "Los judíos no admiten este libro por no hallarse en el hebreo".
El libro se atribuye a Baruc, contemporáneo de Jeremías. En el capítulo primero, versículo uno al tres dice:
"Estas son las palabras del libro que escribió Baruc, el año quinto, a siete del mes, después que los Caldeos se apoderaron de Jerusalén y la incendiaron. Y leyó Baruc (en Babilonia, junto al río Sodi), las palabras de este libro en presencia del hijo del rey Joakín y de todo el pueblo que acudió a oírlo". El lector tendrá bondad de fijarse bien en lo que acabamos de copiar.
Ahora bien; Jerusalén fue destruida en 588 a.de C., según el "diccionario Bíblico". En esta fecha, los Babilonios, dejaron en Judea a los más pobres y pusieron por gobernador a Gedalías; con este "residuo" quedaron Jeremías y Baruc. Pero algún tiempo después ciertos judíos mataron a Gedalías y se llevaron el residuo a Egipto. Véanse II Reyes, Capítulo 25, versículos 22 a 26, y Jeremías, capítulo 43, versículos 1 al 7.
Baruc fue para Egipto con Jeremías y no para Babilonia.
El libro de Baruc afirma que fue escrito en Babilonia, cinco años después de destruida Jerusalén, esto colocaría al libro como escrito en 583, antes de Cristo. Pero resulta que el verso 8 del capítulo primero dice: "Después que Baruc hubo recibido los vasos del templo del Señor, que habían sido robados del templo, para volverlos otra vez a tierra de Judá". Estos vasos que fueron llevados de Jerusalén a Babilonia, no regresaron hasta el año primero del reinado de Ciro, rey de Persia. Véase Esdras, capítulo uno. Los vasos regresaron el año 536, antes de Cristo.
¿Cómo pudo haber sido escrito el libro de Baruc, por éste, en Babilonia, siendo que Baruc, no fue llevado a dicha ciudad, sino que se marchó con Jeremías a Egipto?. ¿Cómo se puede armonizar el hecho de que fue escrito en 583, y el libro fue leído en Babilonia y sin embargo, los vasos no fueron devueltos a los judíos sino 47 años mas tarde?. Además según Esdras, los vasos no fueron entregados a Baruc, sino a Sesbassar, gobernador de Judea y a Esdras. Sacerdote. Véase Esdras 5:14 y 7:19.
En la lista que tenemos en Esdras, capítulo dos, donde se mencionan todos los hombres notables que regresaron a Jerusalén con Esdras,
ni siquiera se menciona a Baruc.
En el Capítulo 3, verso 4 dice:
"Dios de Israel, escucha ahora la oración de los muertos de Israel". ¿Qué quiere decir esto?.
Las partes añadidas a Daniel
Dice la versión Torres Amat, en la introducción de Daniel: "Algunos escritores manifestaron dudar de la autenticidad de tres partes de este libro… porque no se hallan en el hebreo". "Los rabinos no reconocen por canónicas dichas tres partes".
En el capítulo 3 verso 38 (Este capítulo tiene 66 versículos añadidos), dice:
"No tenemos en este tiempo ni caudillo ni profeta". Daniel profetizó desde 597 a 538, mientras que los profetas Haggeo, Zacarías y Malaquías, son posteriores. Malaquías es colocado por los entendidos en la materia, a partir del año 450, antes de Cristo. ¿Cómo es posible que estas partes añadidas al libro del profeta Daniel fuesen escritas por el propio Daniel y afirmara que en aquel tiempo no había profeta?.El pueblo de Israel estuvo sin profetas 400 años, desde Malaquías hasta Cristo. Seguramente esta parte añadida a Daniel, sería escrita durante estos años.
Con esto concuerda otro pasaje del libro Apócrifo, I de Macabeos, capítulo 9, verso 27, que dice: "Fue pues grande la tribulación de Israel desde el tiempo que dejó de haber profeta". Macabeos relata la historia del pueblo hebreo, de unos 140 años antes de Cristo.
Los Macabeos 2 Libros
Dice el Abate Du-Clot, en "Vindicias". Página 574, lo que sigue: "El primero de Macabeos contiene la historia de 40 años desde el principio del reinado de Antíoco Epifanes, hasta la muerte de Simón".
El segundo libro, es un compendio de la historia de las persecuciones que sufrieron los judíos de parte de Epifanes y de su hijo, Eupator, la cual historia había sido escrita por un tal Jasón.
"Ni uno ni otro se hallan en el Cánon de los judíos, y los Cristianos siguieron a los judíos en cuanto a los libros que formaban el Canon del Antiguo Testamento, por esta causa los Macabeos no fueron comprendidos entre los libros sagrados generalmente adoptados por las iglesias cristianas".
Estos Párrafos que acabamos de copiar, escritos por una alta autoridad de la iglesia romana,
colocan al concilio de Trento en el plano del error, y a los evangélicos en el campo de la verdad en cuanto al Canon de la Biblia. Como Cristianos, estamos siguiendo la norma de conducta, en relación a los Macabeos, que para sí mismas se trazaron las iglesias cristianas primitivas; según la confesión del Abate Du-Clot.
Queremos hacer otra observación en relación a los párrafos de Du-Clot y es esta:
¿Qué Judío se atrevería a compendiar cinco libros de la palabra de Dios? Si el mencionado Jasón escribió sus libros por inspiración divina, ellos eran en verdad la palabra de Dios. En tal caso el compendiador quitó algo de la palabra de Dios; porque compendiar es reducir, y a la palabra de Dios no se le puede quitar ni añadir.
Si Jasón no fue inspirado al escribir sus cinco libros y el autor de Segundo de Macabeos no hizo sino compendiarlos en un solo volumen, en tal caso el libro es de origen humano desde la raíz hasta las ramas.
Entre los varios errores que contienen los libros voy a citar uno; se halla en segundo de Macabeos, capítulo 12, versos 43 a 45, y dice:
"Habiendo recogido en una colecta que mandó hacer, doce mil dracmas de plata: las envió a Jerusalén, a din de que ofreciesen un sacrificio por los pecados de los difuntos".
De aquí sacan el apoyo para el purgatorio, Y no cabe duda que este pasaje influyó en el ánimo de los señores del concilio de Trento. El purgatorio fue, quizá el error más atacado por los valientes reformadores del siglo XVI. El concilio debía reconocer que la doctrina del purgatorio era anti-bíblica, o buscar apoyo para ella.
Roma encontró el anhelado apoyo en los libros Apócrifos, y entonces para sostener un error echó mano de otro error.
El autor de segundo de Macabeos termina su libro con estas palabras:
"Acabaré yo también esta mi narración. Si ella ha salido bien y cual conviene a una historia, es ciertamente lo que yo deseaba; pero si por el contrario es menos digna del asunto de lo que debiera, se me debe disimular la falta".
¿Han visto ustedes algo semejante a este lenguaje en los 66 libros inspirados?. ¿Pretendía este compendiador de Jasón, escribir bajo inspiración divina?.
De haberlo él creído así, no nos recomendaría que le disimulásemos sus faltas como historiador. Los autores inspirados no piden excusas, porque no admiten la posibilidad de errores. Ellos dicen: "Así ha dicho Jehová". O "Así dijo el Señor". Y Dios no tiene que pedir excusas a los hombres.
El primero que reconoce y afirma la no-inspiración de segundo Macabeos, es el propio autor del Libro. Este es un hecho que pesa mas en la balanza de la verdad y la justicia que los decretos de todos los concilios de la iglesia romana. Cuando el mismo autor admite que el libro es fruto de sus propios conocimientos y que no es la palabra de Dios, ¿qué valor puede tener el decreto del concilio de Trento?. Pero el concilio ha dicho: el libro es inspirado y "maldito el que diga lo contrario".
Si esta maldición tuviera alguna virtud, ella habría alcanzado, al autor del libro; a muchos de los escritores de la Iglesia primitiva, a la mayoría de los cristianos y a algunos papas; porque precisamente ellos han dicho lo contrario.
(
http://www.conocereislaverdad.org/apocrifos.htm)