FEMINISMO EVANGELICO
Un análisis
No sería impropio decir que los evangélicos feministas reaccionan contra la idea de que el ejemplar masculino de la raza humana es el que más se acerca al modelo representativo de Dios. E. Margaret Howe, una de las más prominentes teólogas feministas modernas, nota que esta idea se basa mayormente en el simbolismo del Antiguo Testamento, el cual presenta a Dios como “Padre”, pero ignora las Escrituras que tipifican a Dios como “Madre”. El Señor por ejemplo, es representado como una tierna madre (Isa. 49:15), como una partera (Sal. 22:9-10), y una dueña de casa (Sal. 123:2).
Debido a la tendencia de ver a Dios como masculino, Howe dice que lo que ha sido a menudo enfatizado es la sexualidad de Dios, en vez de su personalidad. Ella continúa diciendo: “estamos en el campo de la mitología cuando conceptualizamos a Dios como masculino en vez de femenino, o cuando hacemos lo contrario,
conceptualizándolo como femenino en vez de masculino. El ser de Dios trasciende las limitaciones de la sexualidad”(1).
¿Jesús era feminista? – Mucha gente ha exaltado a Jesús como un feminista de la sociedad chauvinista del siglo primero. Es claro que Jesús consideraba a la mujer en un plano igualitario con el hombre, se nos dice, por la forma en que él enseñó a las mujeres. Consideremos la visita a la casa de Marta y María (Luc. 10: 38-42):
“Marta tomó el rol típico de la mujer: ‘Marta estaba ocupada en servir. María por el contrario, tomó el supuesto rol masculino: se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas’. Marta aparentemente pensó que María estaba fuera de lugar al escoger el rol del ‘intelectual’, por ello se quejó con Jesús. Pero la respuesta de Jesús fue una refutación a la estereotipificación de todas las mujeres. El trató a María, primero que todo como a una persona … a la cual se le permite escoger sus propias prioridades, y en esta instancia ella había escogido ‘la buena parte’. Jesús la aplaudió: ‘la cual no le será quitada’.” (2)
La feminista Gretchen Hull llama al pasaje de Lucas 10: 38-42 “el encuentro más significativo …. Porque mostró que las mujeres deben preferir estudiar teología a la preocupación de las tareas domésticas.” (3)
Aida Spencer, otra escritora feminista, resta toda importancia al hecho de que Jesús escogió doce hombres por discípulos. “Si la elección de 12 hombres judíos significa que las mujeres no deben ser líderes en la iglesia, para ser consistentes, su elección significa que los gentiles no deben ser líderes en la iglesia”. (4)
Spencer argumenta que si a los gentiles se les permite ser líderes en la iglesia, lo mismo tiene que ser verdad para la mujeres.
SUBORDINACION FEMENINA: ¿UN RESULTADO DEL JUICIO DE GENESIS 3?
Los evangélicos feministas sostienen que el liderazgo del hombre y la subordinación femenina en la relación marital es parte del juicio de Dios. Ciertamente en Génesis 3:16 Dios pronunció juicio en contra de la mujer: “Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz a tus hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de tí.” Virginia Mollenkott argumenta que “el pecado entra en la condición humana en Génesis 3. Solo después que Adán Y Eva sobrepusieron su voluntad por encima de la voluntad de Dios, el espectro de la supremacía masculina y la subordinación femenina entra en escena”(5)
La feminista Gilbert Bilizikian sostiene que “es propio considerar el dominio masculino y la muerte como antitéticos al plan original de la creación de Dios. Ambos son el resultado del pecado, instigado en sí por Satanás. Sus orígenes fueron satánicos.”(6)
La buenas noticias, dicen los feministas, es que en Cristo “la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Rom.8:2). “Teológicamente hablando”, dice Howe, “la muerte de Cristo liberó a la humanidad de la maldición sobre el pecado. La mujer ya no está más subyugada bajo el liderazgo femenino. La relación complementaria y mutua que Adán Y Eva disfrutaban antes de la caída, ha sido restaurada.(7)
ANALISIS
Creemos que hay serios problemas con los planteamientos expresados. La premisa básica de la teología feminista dice que la subordinación femenina es resultado del juicio sobre el pecado original, y que en Cristo, toda jerarquía social ha sido abrogada. Si se examinara esta premisa, y fuera hallada errónea, entonces la posición feminista en muchos pasajes del Nuevo Testamento ----- incluyendo 1 Corintios 11:2-16 y 14:33b-36, Gálatas 3:28, y 1 Timoteo 2:11-15 ------ se debilitaría seriamente.
Como ya expresamos antes, los feministas utilizan Génesis 3:16 intentando probar que la subordinación femenina fue causada por el pecado original. Sin embargo, un examen minucioso de la evidencia bíblica revela que este no el caso. El liderazgo masculino es claramente establecido en la narración de la creación, en Génesis 2 (antes que la “Caída” ocurriera). EL hombre fue creado primero, y la mujer fue creada del “costado” del hombre para ser su ayuda idónea (Gén. 2:18). Por cierto que ambos fueron creados a la imagen de Dios y con el mismo nivel de dignidad, pero Dios, en la narrativa de la creación, los sitúa en una mutua e irreversible relación, el hombre liderando en amor sobre la mujer.
El liderazgo de Adán es visto en muchas formas. Por ejemplo, no bien la mujer fue creada, Adán la nombra: “… ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.” (Gén. 2:23). Esto es muy importante porque ponerle nombre a alguien o algo en tiempos antiguos implicaba tener autoridad sobre el objeto o persona nombrados (ver Gén. 17:5; 2 Re. 23:34; Dan. 1:7).
También es altamente revelador el hecho de que cuando Dios dio las instrucciones sobre la responsabilidad moral, se las dio a Adán (Gén. 2:16-17). Y luego del pecado de rebelión cósmica, Dios llamó a comparecer a Adán, no a Eva, a pesar de que fue Eva la que lo indujo a pecar. “¿Dónde estás tú?”, le dijo Dios al hombre inmediatamente luego del pecado (Gén. 3:9). En Romanos 5:12, Adán es señalado como el único responsable de la caída de la raza. Esto a pesar de que Eva jugó un papel significativo en el evento.
Podemos decir además que una de las fallas de Adán fue que abdicó su responsabilidad como líder. En vez de obedecer a Dios y liderar sobre su mujer, desobedeció a Dios siguiendo el liderazgo de la mujer (al comer el fruto). Por esta razón Dios comienza su sentencia contra Adán: “Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer” (Gén. 3:17). Debido a esto deducimos claramente que en la “caída”, el orden de autoridad establecido por Dios fue invertido. Como lo puso Gordon Wenham: “Eva escuchó a la serpiente en vez de a Adán; Adán atendió a Eva en vez de a Dios.” (8)
En vista de lo anterior, el juicio de Dios contra la mujer en Génesis 3:16 no puede ser interpretado como la causa del orden social jerárquico. Más bien apunta hacia la realidad de que con la introducción del pecado, el orden jerárquico permanece (habiendo sido establecido en Génesis 2), pero los efectos del pecado van a ser ahora experimentados dentro del mismo orden.
Por estas razones, la declaración de Dios en Génesis 3:16 fue simplemente la descripción divina de lo que ocurriría de ahí en adelante ----- la dominación masculina mediante un sistema opresivo en vez de un liderazgo amoroso y proovedor. De ninguna manera debe considerarse esto como un mandato de Dios que los hombres deben intentar cumplir. Aclaramos esto porque muchos han deplorablemente usado y abusado la estructura de autoridad ordenada por Dios, para oprimir y dominar a la mujer. Muchas veces, estos machistas han justificado sus acciones retorciendo el pasaje que estudiamos y otros. Tal tipo de aplicación de esos pasajes debe ser condenado como pecaminoso, ya que distorsionan el diseño original de Dios para el hombre y la mujer.
Con respecto a la pregunta de este foro sobre si la mujer puede ejercer el pastorado, mi respuesta es “no”. Ninguna circunstancia lo admite, no hay lugar para excepciones.
Analizando los diferentes pasajes bíblicos en el tema, y especialmente la teología paulina, nosotros llegamos a la conclusión de que si bien la mujer es completamente igual al hombre en su posición frente a Dios, sin embargo no se le permite una posición funcional de autoridad eclesiástica sobre los hombres, enseñando a los hombres en el contexto congragacional. Esto no implica ni la superioridad de los hombres ni la inferioridad de las mujeres. La teología de Pablo simplemente refleja el orden establecido por Dios en la creación, en el cual el hombre fue designado como líder espiritual.
Las mujeres, sin embargo, no son impedidas de enseñar a un hombre individualmente, como aparentemente lo hizo Priscila, con su esposo Aquila, en el caso de Apolos (Hechos 18:26) [Priscila evidentemente estaba bajo la supervisión de Aquila, a quien pertenecía la autoridad]. Tampoco se les prohibe profetizar en una forma respetuosa y humilde (1 Cor. 11:5-6). También pueden confrontar creyentes personalmente, mujeres u hombres, para su edificación y exhortación (1 Cor. 14:3). Pueden y deben enseñar a otras mujeres (Tito 2:3-4) y participar en otros ministerios (Rom.16:3, 6, 12). Puesto en pocas palabras, las mujeres tienen el privilegio de poder servir a Dios en muchas formas, siempre dentro de la estructura que Dios ha diseñado.
En el tema de la autoridad, podemos aprender mucho si reconocemos que la cosmología bíblica está basada en la verdad de que un Dios personal diseñó un universo ordenado para funcionar en una forma determinada. En este tema, el concepto de autoridad es crucial. Romanos 13:1 nos dice que Dios es la fuente no solamente de toda autoridad sino del mismo concepto de autoridad.
Que el universo debe estar ordenado en base a una serie de relaciones jerárquicas con “por encimas y por debajos” es la idea de Dios, parte de su diseño original. El delega Su autoridad como a El le place, a aquellos que El posiciona en diferentes lugares de autoridad. Cuando sus criaturas reconocen esa autoridad, es cuando se sujetan a Dios.
1 - Margaret Howe, “The Positive Case for the Ordination of Women”, in Perspectives on Evangelical Theology, eds. Kenneth S. Kantzer and Stanley N. Gundry (Grand Rapids; Baker Book House, 1979, 268).
2 – The Post American (1972); in Richard Quebedeaux, The Young Evangelicals (San Francisco; Harper & Row, 1974), 114.
3 - Gretchen Hull, Equal to Serve: Women and Men in the Church and Home (Old Tappan, NJ; Fleming H. Revell,1987), 115.
4 – Aida Besancon Spencer, Equal to Serve: Women and men in the Church and Home (Nashville, Thomas Nelson Publishers, 1985), 45.
5 – Virginia Mollenkott, “What is True Biblical Feminism?” Christian Life, Sep. 1977, 73.
6 – Ibid, 72.
7 – E. Margaret Howe, “Women and Church Leadership” (Grand Rapids, Zondervan Publishing House, 1982), 139.
8 – G. J. Wenham, “The Ordination of Women: Why is it so divisive?”, The Churchman, 1978, 316.
Bendiciones.
Pablo