Re: ¿Puede un siervo de Dios caido en adulterio ser restaurado en el ministerio?
Estimados hermanos.
Estoy absolutamente de acuerdo con inmarcesible en este tema.
Un ministro, que cayó en falta, se arrepintió, fue perdonado de Dios;… puede ser restaurado en su ministerio. No digo que necesariamente debe ser restaurado, si no que puedeser restaurado, ...si Dios así lo estima.
El ejemplo de David es categórico; David es más que ministro, es tipo y símbolo de Jesucristo como ningún otro personaje de las Escrituras, fue rey, líder indiscutido, profeta, poeta, músico excepcional, guerrero sobresaliente, estratega militar, pastor, estadista ejemplar; profundamente espiritual y amador de Dios como ninguno, es el único de quien se da testimonio que “agradó a Dios y fue varón conforme al corazón de Dios”. Fue seleccionado por Dios para cumplir sus propósitos, y su ministerio como instrumento en las manos de Dios, es incomparable con cualquier ministerio de hoy; cualquier ministro actual… no llena su medida,... le queda chico. No fue un rey como cualquier otro, y sobresale en los anales de la historia, porque fue un instrumento escogido de Dios, el “ungido de Jehová”… ¿Cómo podemos compararlo siquiera con los ministros de hoy; .. y relegarlo a un lugar más pequeño que ellos?
Quien no quiera ver esta realidad es porque tiene la vista muy corta…
El ejemplo del hijo pródigo es también un patrón importantísimo para vislumbrar esta realidad: que un ministro puede ser restaurado en su ministerio. Obviamente no estoy estableciendo una regla, pues por último si un ministro ha de ser restaurado, depende solo de la soberana voluntad de Dios, ya lo dije, no es una regla, porque bien pueden muchos, no ser restaurados nunca más.
Cuando su Palabra enseña que el ministro debe ser “irreprensible”, esto no se contradice con la posibilidad de ser restaurado en el ministerio; si exigimos que la vida pasada (aún el pecado que el ministro haya cometido) sea tomada en cuenta en éste “irreprensible”, …entonces… ¿Quién podría ser un ministro de Dios?
Si después de haber cometido falta el ministro se arrepiente genuinamente, Dios le perdona, y por tanto da fiel testimonio de una nueva vida en Cristo, nadie puede impedir, si Dios así lo ha dispuesto, a que el tal sea restaurado. Cualquier otro argumento sería pisotear no solo la voluntad de Dios y su poder de restauración, sino también, menospreciar y pasar a llevar una de las obras más magnánimas y misteriosas de Dios : el perdón divino.
El perdón de Dios es absoluto, completo, nada de lo que Dios ha perdonado es traído al presente;… estamos hablando de un siervo de Dios que ANTES pecó y por tanto no se puede contar su pecado cuando Dios le ha perdonado. Ese es el misterio del perdón de Dios, no así el nuestro, como vemos aquí mismo, nuestro perdón y concepto del perdón es totalmente distinto, inferior, e imperfecto, que el perdón de Dios. Dios nunca más se acuerda del pecado o falta perdonada. Nosotros sí, lo arrastramos cual cuervos sacando inmundicia del muladar.
Lo que es absolutamente correcto, es que un siervo de Dios, mientras está ejerciendo su ministerio debe ser IRREPRENSIBLE, y contar con todos los demás requisitos que su Palabra le impone. No que en su pasado cuente con faltas, errores o pecados, sino en su vida actual, en su ministerio actual;… Pero esto sí que parece no tomarse en cuenta; hoy por hoy, muchos ministros, y de los grandes, viven en pecado, ministran en pecado, y son respetados como no lo hacen con los verdaderos siervos de Dios, que en el anonimato, sirven a Dios irreprensiblemente… ¿Cuantos ministros “modernos”, “superministros” han botado a sus esposas, se han divorciado, se han vuelto a casar… y siguen como si nada en su ministerio? ¿Cuántos de ellos, se dan la libertad de escoger alguna jovencita, tener un desliz y seguir como si nada?... Esos ministros no solo no pueden ser restaurados, sino simplemente NO SON ministros de Dios, con todos los títulos que ostenten y con todas las grandes congregaciones que presenten.
Un ministro que ejerciendo su ministerio no da prueba de ser irreprensible, no tiene derecho alguno a ser restaurado, aunque reconozca su pecado, porque un varón de Dios que es inmune al pecado, y no le afecta en su vida ministerial, no sirve para guiar a otros; no sirve para llevar a su congregación a solucionar el problema más fuerte del creyente: el pecado.
Por tanto, un siervo de Dios o ministro, que luego de haber pecado SE ARREPINTIÓ, recibió el perdón de Dios, y observa una vida cristiana intachable, irreprensible, puede ser restaurado, y esto depende solo de Dios;... felizmente ...depende de Dios, y no de ninguno de nosotros; que ocasionalmente colamos el mosquito pero... dejamos pasar, y tragamos el camello.
Saludos y bendiciones.