el sabado es el dia de reposo
el sabado es el dia de reposo
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El Sábado fue creado junto con la aparición de este viejo planeta Tierra. Esto lo podemos probar leyendo Génesis 2:2-3. En ese tiempo Dios aun no había creado un pueblo especial, separado, para que lo representase en este mundo: el pueblo Judío. Por lo tanto el Sábado fue hecho para el hombre en general, y no solamente para el pueblo Judío. Podemos leer esto en Marcos 2:27-28.
La Biblia también dice que los Mandamientos de Dios no están restringidos solamente al pueblo Judío. Lea el cuarto mandamiento en Éxodo 20:8-11. Este mandamiento incluye a todos los moradores de una casa, sean ellos judíos o no. Esto también lo podemos leer en Isaias 56:1-8. Por lo tanto los Mandamientos son universales y eternos, porque reflejan el carácter de Dios, y Dios no cambia de opinión como nosotros estamos acostumbrados a hacerlo. Lea Hebreo 13:8 y Santiago 1:17.
Siendo que los Mandamientos de Dios son eternos, así como Dios es eterno, ellos no pueden ser abolidos o modificados por ningún ser humano. La Biblia expresa esta idea en Apocalipsis 22:18 y Deuteronomio 4:2 y 12:32.
Gordon J. Wenham declara: “El séptimo día es la primera cosa que fue santificada en la Escritura, y adquiere aquella condición especial que en realidad pertenece únicamente a Dios. De esta manera, el libro de génesis resalta la santidad del Sábado. Asociada con la triple referencia al reposo de Dios de toda la obra que hizo en aquel día, estos versículos ofrecen la comprensión más clara de cómo el hombre creado a la imagen divina se debería conducir en el séptimo día” (Word Biblical Commentary, Génesis 1-15.
A diferencia de los otros seis días, el séptimo día de la creación no es designado con la expresión “la tarde y la mañana”. Algunos eruditos sostienen que los seis días eran períodos fijos reales, mientras que el séptimo era un período abierto-concluido. Por lo tanto, sugieren que el sábado era el tiempo pre-caída, que debía ser restaurado cuando el pecado y los pecadores no existieran más. Esta idea ignora tres hechos importantes:
1.- El séptimo día es llamado “día” (del hebreo yom, Gen. 2:2), igual que los otros seis días (Gen. 1:5-31).
2.- El último día de la semana de la creación es llamado el “séptimo”.
3.- El cuarto Mandamiento equipara el séptimo día con las otras partes iguales de la semana (Exo. 20:8-11). Por lo tanto, el Sábado de la creación no es un período extenso, como tampoco lo son los otros seis días de la semana de la creación.
La palabra para día en hebreo (yom) siempre significa un período de 24 horas cuando se usa con los adjetivos ordinales “primero”, “segundo”, “tercero”, etc. Génesis 1 habla de la creación como un proceso que abarcó seis días literales. El significado lingüístico normal de “séptimo día” en Génesis 2:2 es el mismo que se aplica a los seis días anteriores. A diferencia del mes y del año que están claramente demarcados por los movimientos de la luna o la rotación de la tierra alrededor del sol, no hay ningún fenómeno natural que marque los límites de la semana. La semana se origina simplemente en la semana de la creación.
¿ Cuál es el significado de la palabra “acuérdate” en el cuarto Mandamiento ? “Acuérdate” sugiere que el Sábado debió existir antes que fuera escrito en las tablas de piedra en el Sinaí. Además, antes del Sinaí, Dios enviaba una doble porción del maná celestial el día sexto, para que el pueblo pudiera observar el séptimo día como sábado (Exo. 16:4-5,22-30). Como una ordenanza de la creación, el Sábado venía desde el Edén. Fue observado por Israel en el desierto durante los tres meses previos a la proclamación del Sinaí (Exo. 19:1).
¿Quién escribió la ley en el Sinaí ? Lea Éxodo 20:1-2. “Yo soy Jehová”. Yahveh (en la Biblia de Jerusalén), un nombre propio derivado del verbo “ser”, “llegar a ser”. Significa “El Existente”, “El Viviente”, “El Eterno”. Por lo tanto, cuando Jesús le dijo a los judíos de sus días: “Antes que Abrahán fuese, yo soy” (Juan 8:58), ellos comprendieron que pretendía ser el “Jehová” del Antiguo Testamento. Esto explica su hostilidad y sus tentativas para matarlo (Juan 8:59). Jesucristo, la segunda persona de la Deidad, fue el “Dios” de los israelitas a través de toda su historia (Exo. 32:34; Juan 1:1-3,14; 6:46,62; 17:5; 1 Cor. 10:4; Col. 1:13-18; Heb. 1:1-3; Apoc. 1:17-18; PP 382) y el dador de la ley.
¿El Sábado es reposo espiritual o físico, o ambas cosas ? El Sábado es un tiempo para que nos apartemos de los afanes de la semana y nos pongamos bajo la protección de Alguien que nos cuida y nos ama. “Ningún trabajo secular innecesario ha de realizarse en ese día. El Sábado debe emplearse en meditación religiosa, en el culto y servicio para Dios. Además proporciona una oportunidad para el descanso físico. Esta característica del Sábado es muy importante para el hombre en su estado pecaminoso cuando debe ganarse el pan con el sudor de su rostro (Gen. 3:17-19)” 1 CBA: 616.
Un acontecimiento que domina toda la historia de Israel es su liberación gloriosa del éxodo. Y fue como Dios de ese éxodo, Libertador milagroso de Israel de la esclavitud y muerte seguras en manos del ejército perseguidor egipcio, que Cristo invitó a su pueblo a descansar en El. Atrapados en el Mar Rojo, estaban sin ninguna esperanza de escapar: el mar, imposible de cruzar; la montaña, imposible de escalar; el poderoso ejército, imposible de vencer. Todo lo que Israel podía hacer en esa circunstancia era descansar en Cristo y ver su salvación maravillosa. El abrió el camino para cruzar el mar a pie enjuto y luego juntó las aguas para destruir a los enemigos. Cristo había demostrado que descansar en El trae gran bendición. Por lo tanto, el éxodo se convirtió en un símbolo del Sábado. Esto también ilustra que el Sábado fue hecho por causa del hombre (Mar. 2:27), para nuestro beneficio. Esto nos abre acceso al corazón del Sábado, el cual es la esencia del evangelio: que la humanidad está llamada a descansar en Cristo (lea Deut. 5:15).
“Si el Sábado se hubiese observado universalmente, los pensamientos e inclinaciones de los hombres se habrían dirigido hacia el Creador como objeto de reverencia y adoración, y nunca habría habido un idólatra, un ateo, un incrédulo” (CS 491). Hay muchos que, como los antiguos israelitas, necesitan ser liberados de la tierra de esclavitud antes de estar en condiciones de estar al pie del Monte Sinaí para escuchar la proclamación de la ley.
¿En qué forma el Sábado es una experiencia de santificación comparable con el éxodo histórico ? Lea Ezequiel 20:9-12. En aquel entonces los israelitas estaban esclavizados por ídolos falsos, tanto como lo estuvieron por los egipcios. Cristo anhelaba librarlos de la esclavitud espiritual. Así como el éxodo fue una autorrevelación de Cristo a los esclavos liberados (versículo 9), así les dio los Sábados “para que supiesen que Yo soy el Eterno que los santifico” (Eze. 20:12, NRV). La palabra “santifico” indica un significado más profundo del Sábado. Es una traducción de la palabra hebrea “qadosh” y de la griega “hágios”, que significan “poner aparte”. En el éxodo, Cristo puso a su pueblo aparte de los egipcios, con miras a constituirlo como una nación separada. Por lo tanto, el éxodo tipifica históricamente lo que Cristo deseaba que su pueblo experimentara: una separación completa del mundo para ser de El. Los sacó de la esclavitud egipcia para llevarlos a su Tierra Prometida. De la misma manera busca hoy sacarlos de la esclavitud más profunda, del pecado, para atraerlos hacia Sí mismo y conducirlos a la patria del Redentor. ¿No te gustaría estar allá con El para siempre ?
¿Abolió Cristo los Diez Mandamientos ? Muchos creen que Cristo realmente abolió los Diez Mandamientos en la cruz. La Biblia no apoya esta doctrina. Algunos usan Efe. 2:15 como prueba para esta doctrina. Sin embargo, dice claramente que El “abolió en su carne la ley de los mandamientos en forma de ordenanzas”. Esto está perfectamente de acuerdo con Daniel 9:27, donde dice que “en la mitad de la semana (en la última semana profética de 490 años, o sea, en el año 31 d.C. cuando El fue crucificado) hará cesar el sacrificio y la oferta de manjares”. La ley moral es eterna, pero la ley ceremonial debía cesar cuando el verdadero “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” fuese inmolado en la cruz, como sacrificio perfecto, una única vez, para remisión de nuestros pecados. Tenemos que acordarnos que la ley moral (escrita por Dios) fue colocada dentro del arca (Éxodo 25:16), y que la ley ceremonial (escrita por Moisés) fue colocada fuera del arca (Deuteronomio 31:26).
Cristo nunca dijo que aboliría la ley. Por el contrario, dijo que había venido a cumplirla, a mostrarle al mundo que es posible guardar la santa ley de Dios, como hombre. Lea Mateo 5:17-19. Cristo siempre guardó el Sábado: Mar. 1:21; Mar. 6:2; Luc. 4:16, 31; Luc. 6:6; Luc. 13:10. Jesús murió un viernes en la tarde, guardó el Sábado en la tumba y resucitó el domingo por la mañana, todo de acuerdo con las Profecías y los Mandamientos de Dios (Luc. 23:54 - 24:1). Si la ley de Dios pudiera ser cambiada o modificada, entonces Cristo no habría necesitado morir en la cruz, para pagar nuestros pecados. La crucifixión de Cristo es la mayor prueba de que la ley de Dios es inmutable, eterna.
Los discípulos de Jesús también guardaron el Sábado: Mat. 24:20; Mar. 16:1; Luc. 23:54-56; Hechos 13:14, 27, 42, 44; 15:21; 16:13; 17:2; 18:4. Otra prueba de esto, es que en el día 7 de marzo del año 321 d.C. fue promulgado el Edicto de Justiniano, que dice lo siguiente: “Que todos los jueces y todos los habitantes de la ciudad, y todos los mercaderes y artesanos, descansen el venerable día del sol. Empero, que los labradores atiendan con plena libertad al cultivo de los campos; ya que acontece a menudo que ningún otro día es tan adecuado para la siembra del grano o para plantar la viña; he aquí que no se deba dejar pasar el tiempo favorable concedido por el cielo” (Codex Justinianus, lib. 3, tit 12, par. 2). El día del sol es el domingo, y evidentemente es pagano. Si en el año 321 se dictó un edicto de esta naturaleza, es porque aun existían personas que guardaban el Sábado del Señor. Si todos hubiesen estado guardando el domingo, no habría habido ninguna necesidad de dictar una ley semejante a esta, no le parece ?
Por otro lado, nuestro calendario ha sufrido dos modificaciones importantes antes y después del Calvario: el calendario Juliano y el calendario Gregoriano.
“Hubo, de hecho, modificaciones en el calendario. Ninguna de ellas, sin embargo, cambió el orden de los días de la semana. No vamos a referirnos a las reformas precarias que no fueron adoptadas, o apenas simbólicas, como el calendario positivista, o de la Revolución Francesa, y otros. Analizaremos sucintamente los cambios que alteraron el cómputo de los meses, días y años. El calendario judaico venía de los primeros tiempos bíblicos, y consignaba el Sábado. Los calendarios de las demás naciones del Antiguo Oriente, aun cuando diferentes en relación a los meses y años, eran sin embargo idénticos en la división semanal. El calendario romano más antiguo, que se cree fue dado por Rómulo, incluyó dos meses, elevando el año civil para 365 días. Cuando Julio César subió al poder supremo de Roma, notando que el calendario vigente era deficiente, llamó al famoso astrólogo Alejandro Sosígenes para estudiar el problema. Este determinó que se abandonase el calendario de los nombres lunares, y se adaptase el egipcio. La reforma fue hecha en el año 45 a.C., y la semana que venía en el calendario egipcio era paralela a la del calendario judaico, y fue mantenida.
Así, el orden septenario de los días de la semana no se alteró. Eso fue antes del nacimiento de Cristo. En los tiempos de Jesús y de los apóstoles, la semana en la Palestina coincidía con la semana de los romanos en cuanto al orden de los días. También la denominación de los días era la designación ordinal, pues los nombres dados a los días de la semana se deben a Constantino, el mismo que, por decreto, legalizó la observancia del primer día... El calendario quedó alterado, sin afectar el orden de los días semanales. Esta es la reforma Juliana” (Sutilezas del Error, A. B. Christianini: 148-149, CPB).
La modificación del calendario gregoriano fue hecha de la siguiente manera: “Al ser organizado el calendario gregoriano, el astrónomo Luis Lilio, notó que había un atraso de 10 días de acuerdo con los calendarios existentes. Lilio dio consejos al papa Gregorio XIII y este decidió que el día siguiente al 4 de octubre de 1582 se llamase 15 de octubre. Hubo por lo tanto diferencia solamente en el número del día, es decir, el día siguiente al 4 de octubre que debería ser 5, pasó a ser 15. No hubo alteración en el ciclo semanal.
La misma reforma fue ordenada por Carta Patente del rey Henrique III y el lunes 20 de diciembre de 1592 sucedió al domingo 9, es decir, el día siguiente al 9 de diciembre que debía ser 10 pasó a ser 20. Hubo protestos. Los protestantes no se conformaron con las decisiones del Papa. Los ingleses concordaron en 1752 y el día 3 de setiembre de ese año pasó a ser día 14, y todos los pueblos cristianos quedaron con un mismo calendario, el gregoriano”. (Sígueme: 136-137, CPB).
“Cuando se realizó el calendario, ni siquiera se levantó la posibilidad de interrumpir de algún modo el ciclo semanal. Hablando en la variedad de los planes sugeridos para la corrección del calendario, dice la Enciclopedia Católica, Volumen IX, pág. 251: Se hicieron todas las propuestas imaginables; una sola idea nunca se ventiló, esto es, la de abandonar la semana de siete días” (El Rechazo, F. D. Nichol, pág. 28, CPB).
No hubo alteración en el ciclo semanal, es decir, el Sábado nunca ha sido movido, en ninguna de las modificaciones del calendario. Podemos tener certeza absoluta de que el Sábado que hoy guardamos , corresponde al mismo día que Dios separó y santificó en la creación. Leamos Gen. 8:22 = “Mientras dure la tierra, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche, no cesarán”.
¿Cuándo comienza el Sábado ? Leamos Lev. 23:32 = “Sábado de descanso solemne os será: entonces afligiréis vuestras almas; a los nueve del mes, de una tarde a otra tarde, celebraréis vuestro Sábado”.
“Lo convido aun a presenciar algo extraordinariamente bello y fascinante, que habla profundamente al corazón. El próximo viernes, trate de averiguar a qué hora es la puesta del sol. Puede preguntar a cualquier emisora de radio, o al servicio meteorológico. Una vez que sepa la hora exacta, trate de estar a esa hora próximo a algún lugar de vegetación: árboles, plantas, bosque, etc. Podrá observar maravillado un gran milagro que hasta entonces, posiblemente, le pasó inadvertido.
Podrá escuchar el cantar de miles de animalitos, aves, grillos, salta montes y centenas de otros insectos haciendo trinar sus voces, alabando a Dios, el Creador, al surgir un nuevo día, exactamente a la puesta del sol, como lo ordena la Biblia Sagrada.
Podrá quedar extasiado, conmovido, y, en medio a su encantamiento de los sentidos, verá cómo son obedientes y puntuales, pues exactamente a esa hora y por algunos minutos, toda la creación irracional alaba en unísono a su Creador, mientras el hombre, obra prima de la creación, poco menor que los ángeles, lleno de gloria y honra, inteligente, auto-suficiente, blanco del gran amor divino, y de eterno sacrificio, dejó de lado las Sagradas Escrituras para aceptar la tradición humana” (Así Dice el Señor, Lourenço González, pág. 94, Editora ADOS, Río de Janeiro, Brasil).
El Sábado también es el sello o señal de Dios para Sus hijos. Veamos algunos versículos que muestran esto en la Biblia: Eze. 20:11-12, 19-20; Apoc. 7:3; 9:4; Exo. 31:13.
¿Existe algún descanso para el cristiano, en términos de salvación ? Lea Hebreos 4:1,10-11. El libro de hebreos sugiere que el Sábado ilustra apropiadamente el descanso de gracia ofrecido a los cristianos. Este reposo, en el cual no hicimos nada para merecerlo, está libremente disponible. No lo hemos ganado mediante nuestras buenas acciones. Cristo es el único Ser que realizó la obra de la salvación. Sólo su obra en nuestro favor tiene valor delante de Dios. Es El quien nos ofrece el descanso de la gracia: “Venid a Mi todos los que estáis fatigados y cargados, y Yo os haré descansar” (Mat. 11:28, NRV).
La observancia del Sábado debería recordarnos que la salvación no está basada en nuestras obras, sino en la gracia de Dios. Esto elimina cualquier entendimiento legalista de los mandamientos y establece su observancia como un acto de gratitud y amor a nuestro Dios y Salvador. Cristo y el Sábado ciertamente no están en conflicto.
En la eternidad también se continuará guardando el Sábado: “Y será que de una luna nueva a otra, y de un Sábado a otro, vendrá toda carne a adorar delante de Mi, dice el Señor” (Isaias 66:23). Lea también Exo. 31:16-17. Cuando Cristo venga a buscar a Su pueblo, que guarda Sus mandamientos por amor a El, nos llevará a todos al cielo, para que estemos 1.000 años en el cielo asistiendo al juicio adjudicativo (no olvidemos que el juicio de Dios consta de tres partes: el juicio investigativo actualmente siendo llevado a cabo, el juicio adjudicativo a ser llevado a cabo durante el milenio en el cielo, y el juicio ejecutivo, que será llevado a cabo cuando termine el milenio y Cristo vuelva a esta Tierra para trasnformarla en el nuevo Edén, y finalmente ejecute lo que fue determinado en las otras dos fases del juicio) contra aquellos que infelizmente no fueron salvos. Pero antes de que podamos entrar en el Cielo, la pluma inspirada dice que tendremos que guardar correctamente por lo menos un Sábado, ya que muchos de los que serán salvos, talvez nunca guardaron el Sábado como Cristo quiere que sea guardado. Como nuestro viaje hacia el Cielo demorará siete días, uno de esos días tendrá obligatoriamente que caer en un Sábado. Por lo tanto, todos los salvos, de todas las épocas, guardaremos por la primera vez, un Sábado de acuerdo con la voluntad de nuestro querido Dios, antes de entrar al Cielo. ¿No te gustaría estar presente ? Lo único que tienes que hacer es entregarte completamente en las manos de Cristo y El te preparará para que pases con El toda la eternidad. ¿Aceptarás tan grande regalo ? Lee Salmo 37:5 y Josué 24:15 y toma hoy tu decisión...
Sobre todos los demás mandamientos, el Sábado fue designado para darnos descanso, no sólo para nuestro corazón, sino también para el corazón de nuestro prójimo. Ojalá que podamos estar ungidos con las bendiciones del Sábado para dar “la buena noticia a los pobres” y “anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor” (Luc. 4:18-29).
A modo de despedida le sugiero que lea detenidamente Isaias 58:6-14. Que Dios te bendiga ricamente a ti y a los tuyos. Cristo viene muy luego ... prepárate!