Cuando un cristiano grita "Alabado sea el Señor", sonríes sabiendo que está hablando de algo bueno que ha sucedido o de un milagro.
Cuando un judío grita "Baruch Hashem", sonríes sabiendo que está agradecido a Dios por algo bueno que ha sucedido o que va a suceder, o un milagro o una bendición.
Cuando un musulmán grita "Allahu Akbar", o te agachas, corres rápido o ya es demasiado tarde y vas a morir.
Esa es la diferencia.