Como padre de siete hijos españoles, me preocupa lo que se les enseña en el..colegio sobre lo que hoy se llama al-Ándalus. Les hablan de una época de “tolerancia, convivencia”. Pero esa no fue la historia.
Tras la conquista islámica de 711, miles de cristianos visigodos fueron esclavizados. Las mujeres convertidas en botín sexual. La Crónica mozárabe del 754 describe ciudades arrasadas y poblaciones hechas cautivas.
En Barcelona (985), Almanzor saqueó la ciudad, destruyó iglesias y se llevó a los cristianos como esclavos. En Santiago (997), hizo lo mismo. Las campanas de su catedral fueron cargadas hasta Córdoba a hombros de prisioneros cristianos. En Córdoba, entre 850 y 859, 48 cristianos fueron ejecutados públicamente por negarse a convertirse al islam. Entre ellos, Santa Flora, azotada y decapitada por “apostasía”.
En el siglo XII, los fanáticos Almohades prohibieron el culto cristiano, destruyeron iglesias y forzaron conversiones. El filósofo judío Maimónides tuvo que huir de Córdoba para salvar su vida.
Los cristianos bajo dominio musulmán eran dhimmíes:
•Pagaban un impuesto especial (jizya) con humillación pública.
•No podían construir iglesias, ni portar armas, ni testificar en juicio contra musulmanes.
•Eran claramente ciudadanos de segunda.
Y sin embargo… a nuestros hijos les presentan al-Ándalus como un paraíso multicultural.
Si fue tan tolerante, ¿por qué hubo ocho siglos de resistencia cristiana? ¿y por qué no se habla de “liberación” en lugar de “Reconquista”, si el cristianismo estaba antes?
La historia no debe usarse para dividir, es cierto. Pero tampoco para mentir. No solo nos ofrecen hoy el relato de la maravillosa convivencia actual sino que transforman la historia.