«Mirad en las gentes, y ved,
y maravillaos pasmosamente;
porque obra será hecha en vuestros días,
que aun cuando se os contare,
no la creeréis.
Porque he aquí,
yo levanto los Caldeos,
gente amarga y presurosa,
que camina por la anchura de la tierra
para poseer las habitaciones ajenas.
Espantosa es y terrible:
de ella misma saldrá
su derecho y su grandeza.
Y serán sus caballos
más ligeros que tigres,
y más agudos que lobos de tarde;
y sus jinetes se multiplicarán:
vendrán de lejos sus caballeros,
y volarán como águilas
que se apresuran á la comida.
Toda ella vendrá á la presa:
delante su sus caras viento solano;
y juntará cautivos como arena.
Y escarnecerá de los reyes,
y de los príncipes hará burla:
reiráse de toda fortaleza,
y amontonará polvo,
y la tomará.
Luego mudará espíritu,
y pasará adelante,
y ofenderá atribuyendo
esta su potencia á su dios.»