Hola. Me llamo Teresa. Conocí este foro hace poco tiempo, pero decidí registrarme para poder indagar y preguntar sobre asuntos relacionados con la Biblia y las diferencias entre las distintas denominaciones cristianas, especialmente. Por lo general he sido una persona agnóstica (y atea en momentos puntuales); me he planteado numerosas veces sobre la existencia de Dios, no de una manera tan racional, sino visceral. He sido agnóstica, pero muchas veces he sentido la necesidad imperiosa de creer y encontrar calma espiritual, una guía y un sustento para mi vida; en el aspecto religioso he sido muy volátil y me he dejado llevar por mis estados de humor, no por una fe lo suficientemente sólida que me permitiera creer en Dios en las distintas épocas vitales. Varias veces he hecho una incursión por la religión porque en ella percibía un sentido al que asirme. Soy católica, aunque no soy practicante; mis padres tampoco lo han sido nunca. Hice la comunión, en parte, por tradición y presión familiar, pero durante esa época tampoco descubrí la Biblia o la religión; apenas recuerdo esa etapa, pero, cuando terminé la comunión, ni siquiera conocía las oraciones básicas; no se profundizaba en Dios ni en ninguna materia religiosa. Hacíamos más bien actividades infantiles, pero no vi ningún intento de predicar la palabra de Dios, los fundamentos de la fé católica, ni siquiera desde una perspectiva lúdica. Tampoco se precisaba ningún conocimiento básico para terminar la catequesis; algunos de mis compañeros tal vez aprendieron e interiorizaron más que yo, pero nunca fui considerada una mala alumna y realicé la comunión como cualquier otro de mis compañeros, sin que se cuestionasen los conocimientos que pudiera poseer o que pudiéramos poseer el conjunto de nosotros. No obstante, creo que más adelante empecé a interesarme por la religión, de manera voluntaria; la catequesis me resultó una suerte de institución educativa a la que asistía por obligación sin ningún provecho. Compré un broche que vendían cerca de la Iglesia, creo que con fines de caridad, con una imagen de la Virgen María grabada en él. Me comprometí, con la ayuda de Dios, a cumplir los 10 mandamientos y a enmendar mis pecados; aunque en el pasado también lo había intentado sin éxito, me di cuenta de que, con el compromiso de seguir la voluntad de Cristo, quizá no me resultara más sencillo, pero sí tenía una voluntad renovada y algunas de mis actitudes logré atenuarlas. Una noche, de pequeña, en esa época en la que deseaba descubrir a Dios y en el que me parecía sentir su ayuda, su guía, me pareció percibir una presencia, una atmósfera intangible y cálida que me protegía, con la que me sentía arropada. Nunca he creído (como poco, he sido muy escéptica) con las personas que aseguran haber tenido una experiencia sobrenatural o mística, aunque creo que cada una vive con una intensidad distinta la fe, pero siempre he sido incrédula en ese aspecto y me inclino incluso a negar la veracidad de tales vivencias. No obstante, en ese momento era pequeña y poseía una inocencia y una bondad primigenia de la que ahora, sin duda, carezco, quizá por no haber vivido bajo el Amparo de Dios y por determinadas circunstancias que modifican nuestran manera de ser. No se puede conservar ese estado de paz primitivo y creo que es más complicado el contacto con Dios cuando no se es tan joven; ahora mismo soy adolescente y a veces he intentado volver a descubrir, a unir lazos, a encontrar sostén en la religión. Hace un tiempo quise acercarme de nuevo a la religión; investigué sobre otras religiones porque no tenía certeza, sino una profunda volatilidad. Sin embargo, leyendo sobre esas religiones no sentía comodidad y, cuando pensaba en la posibilidad de convertirme, sentía vacío y tristeza; además, sentia una emoción, que interpreté como una llamada de Dios a indagar en el cristianismo. Al principio seguí buscando sobre otras religiones porque aún era escéptica a la religión; siempre me he debatido entre la fe y el escepticismo, y no sabía si era una emoción real pero, puesto que persistía, empecé a buscar información sobre el cristianismo, concretamente sobre el catolicismo y sentí una emoción intensa, así que supuse que esa era la religión a la que estaba predestinada. Como mis periodos de fe eran cambiantes, tuve otro periodo de incredulidad, de no saber si esa suerte de llamada era ansiedad por creer o la guía de Jesucristo. Ahora estoy volviendo a retomarla, pero con más seriedad y disculpándome con Dios por no haber creído en él. Deseo pedirle que borre de mí el escepticismo y he empezado a leer la Biblia para comprender su Palabra y que esta obre en mí, para una evolución positiva de mi cosmovisión, de mi manera de afrontar determinados aspectos de mi existencia. He empezado a dudar porque no sé realmente qué doctrina dentro del cristianismo es la más auténtica, si el protestantismo o el catolicismo (aunque también exista la ortodoxia, por lo general me he centrado en las dos posturas doctrinales anteriores). He empezado a leer sobre ese tema; rogaré a Dios para que vaya aclarando mis dudas, para que me ayude a seguir en la fe y en la mejora como cristiana para para la adoración y el cumplimiento de los preceptos de nuestro Señor y una visión más cristiana de la relación con mi prójimo y, sobre todo, de la relación que me gustaría establecer con Jesucristo.
Dios os bendiga.
Saludos.
Dios os bendiga.
Saludos.
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