Predicar el Evangelio del Reino
Semana 1--- El evangelio de Dios
Lunes --- Leer con oración: Job 6:21-30; 42:3-6; Jn 3:3, 5; Ro 1:1-7; 3:23
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mt 24:14)
TODO HOMBRE NECESITA DEL EVANGELIO
El tema de esta nueva serie del Alimento Diario es: "Predicar el Evangelio del Reino", y el de esta semana es: "El Evangelio de Dios" (Mt 24:14; Ro 1:1-7).
El primer registro acerca de la predicación del evangelio del reino está en Mateo 24:14. Los cuatro evangelios tratan especialmente de asuntos relacionados con el reino, pero el evangelio de Mateo habla de manera más clara los asuntos con respecto al reino de los cielos. Los evangelios de Marcos y Lucas hablan del reino de Dios y del reino de los cielos sin hacer distinción entre estos dos aspectos. Por ejemplo, el evangelio de Juan nos muestra de una manera más clara que nacimos de nuevo, principalmente, para entrar en el reino (Jn 3:3, 5). Así que, el principal aspecto del diálogo entre el Señor Jesús y Nicodemo es presentarnos que el requisito para entrar en el reino es tener la vida de Dios. Por tanto, estos cuatro evangelios tratan este importante asunto acerca de entrar en el reino.
En el Nuevo Testamento encontramos dos aspectos acerca del evangelio: el evangelio de la gracia y el evangelio del reino, el de la gracia es para el del reino (Ro 1:1-4). Evangelio significa buenas nuevas. Las buenas nuevas de los cuatro evangelios consisten en el cumplimiento de la salvación del Señor para con nosotros. Además, éstos se limitan a hablar sobre el periodo de los tres años y medio del vivir del Señor Jesús en la tierra, pero no se refieren al contenido del evangelio que fue predicado.
El contenido del evangelio que predicamos a las personas está descrito, principalmente, en la Epístola de Pablo a los Romanos. En el primer capítulo vemos que Pablo define que el evangelio es acerca del Hijo (Ro 1:1, 3), el cual tiene dos aspectos, según leemos: "Acerca de su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor" (vs. 3-4). Así pues, el Señor Jesús, según la carne, es descendiente de David; y según el Espíritu, después de Su muerte y resurrección, fue designado Hijo de Dios. Él ya era Hijo de Dios, pero según estos versículos, esto sólo fue manifestado después de Su resurrección de entre los muertos. Por tanto, el Evangelio de Dios tiene dos aspectos: por un lado, el Señor Jesús es el Hijo del Hombre; por otro, es el Hijo de Dios.
El Señor Jesús, como el Hijo del Hombre, teniendo carne y sangre, estaba calificado para pasar por las experiencias humanas a fin de liberarnos y salvarnos. Sabemos que el pecado, que también es la naturaleza de Satanás, entró en nuestra carne (Ro 7:18-20). Según la Biblia todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios (3:23). Algunos pecan abiertamente, otros, por su parte, tienen pecados ocultos a los ojos de las personas. No obstante, si todos nosotros estuviésemos bajo la luz de Dios, veremos que todos somos pecadores.
Cuando estudiamos el libro de Job vimos que al comienzo él se consideraba sin pecado. Defendió siempre su posición de no haber cometido errores para demostrar que los sufrimientos que le sobrevinieron no eran por esa razón (Job 6:21-30). Pero cuando fue iluminado por Dios vio que estaba en su vida del alma y que era una persona llena de pecados, por eso se arrepintió (42:3-6).
Cuando Adán y Eva comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal, desobedecieron a Dios. El pecado no sólo alcanzó sus cuerpos, sino también el alma, pues el conocimiento es algo que está relacionado con la mente. Al comer de ese árbol, se desarrolló dentro del alma del hombre una vida independiente de Dios, la vida del alma. Así pues, su descendencia, representada por Caín, comenzó a servir a Dios en su ser natural (cfr. 1 Co 2:14). Dios al rechazar la ofrenda de Caín, quiso mostrarnos que las cosas que provienen de la vida del alma no son aceptadas.
El evangelio de Dios vino a nosotros para librarnos del pecado y salvarnos de los daños que éste causó en todo nuestro ser. Por un lado, el evangelio es de la gracia, y por otro, es del reino, a fin de salvarnos completamente.
Punto Clave: Salvarnos completamente.
Pregunta: ¿Cuál es la finalidad del evangelio?
Semana 1--- El evangelio de Dios
Lunes --- Leer con oración: Job 6:21-30; 42:3-6; Jn 3:3, 5; Ro 1:1-7; 3:23
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mt 24:14)
TODO HOMBRE NECESITA DEL EVANGELIO
El tema de esta nueva serie del Alimento Diario es: "Predicar el Evangelio del Reino", y el de esta semana es: "El Evangelio de Dios" (Mt 24:14; Ro 1:1-7).
El primer registro acerca de la predicación del evangelio del reino está en Mateo 24:14. Los cuatro evangelios tratan especialmente de asuntos relacionados con el reino, pero el evangelio de Mateo habla de manera más clara los asuntos con respecto al reino de los cielos. Los evangelios de Marcos y Lucas hablan del reino de Dios y del reino de los cielos sin hacer distinción entre estos dos aspectos. Por ejemplo, el evangelio de Juan nos muestra de una manera más clara que nacimos de nuevo, principalmente, para entrar en el reino (Jn 3:3, 5). Así que, el principal aspecto del diálogo entre el Señor Jesús y Nicodemo es presentarnos que el requisito para entrar en el reino es tener la vida de Dios. Por tanto, estos cuatro evangelios tratan este importante asunto acerca de entrar en el reino.
En el Nuevo Testamento encontramos dos aspectos acerca del evangelio: el evangelio de la gracia y el evangelio del reino, el de la gracia es para el del reino (Ro 1:1-4). Evangelio significa buenas nuevas. Las buenas nuevas de los cuatro evangelios consisten en el cumplimiento de la salvación del Señor para con nosotros. Además, éstos se limitan a hablar sobre el periodo de los tres años y medio del vivir del Señor Jesús en la tierra, pero no se refieren al contenido del evangelio que fue predicado.
El contenido del evangelio que predicamos a las personas está descrito, principalmente, en la Epístola de Pablo a los Romanos. En el primer capítulo vemos que Pablo define que el evangelio es acerca del Hijo (Ro 1:1, 3), el cual tiene dos aspectos, según leemos: "Acerca de su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor" (vs. 3-4). Así pues, el Señor Jesús, según la carne, es descendiente de David; y según el Espíritu, después de Su muerte y resurrección, fue designado Hijo de Dios. Él ya era Hijo de Dios, pero según estos versículos, esto sólo fue manifestado después de Su resurrección de entre los muertos. Por tanto, el Evangelio de Dios tiene dos aspectos: por un lado, el Señor Jesús es el Hijo del Hombre; por otro, es el Hijo de Dios.
El Señor Jesús, como el Hijo del Hombre, teniendo carne y sangre, estaba calificado para pasar por las experiencias humanas a fin de liberarnos y salvarnos. Sabemos que el pecado, que también es la naturaleza de Satanás, entró en nuestra carne (Ro 7:18-20). Según la Biblia todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios (3:23). Algunos pecan abiertamente, otros, por su parte, tienen pecados ocultos a los ojos de las personas. No obstante, si todos nosotros estuviésemos bajo la luz de Dios, veremos que todos somos pecadores.
Cuando estudiamos el libro de Job vimos que al comienzo él se consideraba sin pecado. Defendió siempre su posición de no haber cometido errores para demostrar que los sufrimientos que le sobrevinieron no eran por esa razón (Job 6:21-30). Pero cuando fue iluminado por Dios vio que estaba en su vida del alma y que era una persona llena de pecados, por eso se arrepintió (42:3-6).
Cuando Adán y Eva comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal, desobedecieron a Dios. El pecado no sólo alcanzó sus cuerpos, sino también el alma, pues el conocimiento es algo que está relacionado con la mente. Al comer de ese árbol, se desarrolló dentro del alma del hombre una vida independiente de Dios, la vida del alma. Así pues, su descendencia, representada por Caín, comenzó a servir a Dios en su ser natural (cfr. 1 Co 2:14). Dios al rechazar la ofrenda de Caín, quiso mostrarnos que las cosas que provienen de la vida del alma no son aceptadas.
El evangelio de Dios vino a nosotros para librarnos del pecado y salvarnos de los daños que éste causó en todo nuestro ser. Por un lado, el evangelio es de la gracia, y por otro, es del reino, a fin de salvarnos completamente.
Punto Clave: Salvarnos completamente.
Pregunta: ¿Cuál es la finalidad del evangelio?