Re: ¿Por qué irse de la Iglesia Adventista?.RAZONES
Estimado galito. Saludos cordiales.
Como Adventistas de Séptimo Dia sabemos que Guillermo Miller interpretó de forma equivocada la purificación del Santuario, ya que pensaba que el Santuario representaba la tierra y por lo tanto una purificación en la tierra implicaba la venidad de Jesús. Lamentablemente en 1844 no entendieron que el santuario celestial era el que tenia que ser purificado.
Entonces, regresando a la pregunta:
¿qué ocurrió el 22 de octubre del 1844 (en la tierra)?
Respuesta:
Se predicó la segunda venida de Cristo
Cristo no vino, los adventistas (los que esperaban la venida de Cristo) vivieron uno de los momentos más felices de su vida (la certeza del regreso de Cristo); pero que al terminar el día esos momentos dulces se convirtieron en los momentos más amargos de su vida; pero a pesar de eso muchos adventistas entendieron el verdadero significado de esa profecía por lo que a pesar de todo volvieron a profetizar la segunda venida de Cristo a todo pueblo, nación y lengua. (Apocalipsis 10)
Apocalipsis 10:7 sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas. 8 La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.9 Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. 10 Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre. 11 Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
La iglesia Adventista del 7mo. día comprende dicha profecia, sabemos que el santuario que tenia que ser purificado es el santuario celestial, también sabemos que en 1843 y 1844 se trató de profetizar la segunda venida del Señor de buena fé, pero sabemos que erraron en el significado de purificacion del santuario. Sabemos que nadie sabe la hora ni el día que nuestro Dios ha de venir, conocemos las señales y cosas que sucederán antes de la venida de Cristo y sabemos que Dios quiere que demos el mensaje de su segunda venida, que advirtamos a la gente que Cristo viene pronto, que la hora de su juicio ha llegado, que Babilonia ha caído y que Dios quiero poner su sello en todos nosotros, no permitiendo que la marca de la bestia este en nuestra mano (trabajo) y frente (mentes). Sabemos que es un duro mensaje, sabemos que es molesto el mensaje, pero lo tenemos que dar.
¿qué ocurrió el 22 de octubre del 1844 (en el cielo)?
Respuesta: "Y el santuario será purificado" (Daniel 8:14, Hebreos 9:23-28)
Respondo: ¡Gracias por tu interesante aporte!
Complemento tu análisis con esta cita:
"Asimismo los símbolos que se refieren al segundo advenimiento deben cumplirse en el tiempo indicado por el ritual simbólico. Bajo el régimen mosaico, la purificación del santuario, o sea el gran día de la expiación, caía en el décimo día del séptimo mes judío (Levítico 16:29 - 34), cuando el sumo sacerdote, habiendo hecho expiación por todo Israel y habiendo quitado así sus pecados del santuario, salía a bendecir al pueblo. Así se creyó que Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, aparecería para purificar la tierra por medio de la destrucción del pecado y de los pecadores, y para conceder la inmortalidad a su pueblo que le esperaba.
El décimo día del séptimo mes, el gran día de la expiación, el tiempo de la purificación del santuario, el cual en el año 1844 caía en el 22 de octubre, fue considerado como el día de la venida del Señor. Esto estaba en consonancia con las pruebas ya presentadas, de que los 2.300 días terminarían en el otoño, y la conclusión parecía irrebatible.
En el templo celestial, la morada de Dios, su trono está asentado en juicio y en justicia. En el lugar santísimo está su ley, la gran regla de justicia por la cual es probada toda la humanidad.
El arca, que contiene las tablas de la ley, está cubierta con el propiciatorio, ante el cual Cristo ofrece su sangre a favor del pecador. Así se representa la unión de la justicia y de la misericordia en el plan de la redención humana. Sólo la sabiduría infinita podía idear semejante unión, y sólo el poder infinito podía realizarla; es una unión que llena todo el cielo de admiración y adoración.
Los querubines del santuario terrenal que miraban reverentemente hacia el propiciatorio, representaban el interés con el cual las huestes celestiales contemplan la obra de redención. Es el misterio de misericordia que los ángeles desean contemplar, a saber: que Dios puede ser justo al mismo tiempo que justifica al pecador arrepentido y reanuda sus relaciones con la raza caída; que Cristo pudo humillarse para sacar a innumerables multitudes del abismo de la perdición y revestirlas con las vestiduras inmaculadas de su propia justicia, a fin de unirlas con ángeles que no cayeron jamás y permitirles vivir para siempre en la presencia de Dios.
La obra mediadora de Cristo en favor del hombre se presenta en esta hermosa profecía de Zacarías relativa a Aquel "
cuyo nombre es El Vástago." El profeta dice: "Sí, edificará el Templo de Jehová, y llevará sobre sí la gloria; y se sentará y reinará sobre su trono, siendo Sacerdote sobre su trono; y el consejo de la paz estará entre los dos." (Zacarías 6: 12, 13, V.M.)
"Sí, edificará el Templo de Jehová." Por su sacrificio y su mediación, Cristo es el fundamento y el edificador de la iglesia de Dios. El apóstol Pablo le señala como "
la piedra principal del ángulo: en la cual todo el edificio, bien trabado consigo mismo, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien —dice— vosotros también sois edificados juntamente, para ser morada de Dios, en virtud del Espíritu." (Efesios 2: 20-22, V.M.)
"
Y llevará sobre sí la gloria." Es a Cristo a quien pertenece la gloria de la redención de la raza caída. Por toda la eternidad, el canto de los redimidos será: "
A Aquel que nos ama, y nos ha lavado de nuestros pecados en su misma sangre, . . . a él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos." (Apocalipsis 1: 5, 6, V.M.)
"
Y se sentará y reinará sobre su trono, siendo Sacerdote sobre su trono." No todavía "sobre el trono de su gloria;" el reino de gloria no le ha sido dado aún. Solo cuando su obra mediadora haya terminado, "le dará el Señor Dios el trono de David su padre," un reino del que "no habrá fin." (S. Lucas 1: 32, 33.)
Como sacerdote, Cristo está sentado ahora con el Padre en su trono. (Apocalipsis 3: 21.) En el trono, en compañía del Dios eterno que existe por sí mismo, está Aquel que "ha llevado nuestros padecimientos, y con nuestros dolores . . . se cargó," quien fue "tentado en todo punto, así como nosotros, mas sin pecado," para que pudiese "también socorrer a los que son tentados." "Si alguno pecare, abogado tenemos para con el Padre, a saber, a Jesucristo el justo. " (Isaías 53: 4; Hebreos 4: 15; 2: 18; 1 Juan 2: 1, V.M.)
Su intercesión es la de un cuerpo traspasado y quebrantado y de una vida inmaculada. Las manos heridas, el costado abierto, los pies desgarrados, abogan en favor del hombre caído, cuya redención fue comprada a tan infinito precio.
"Y el consejo de la paz estará entre los dos." El amor del Padre, no menos que el del Hijo, es la fuente de salvación para la raza perdida. Jesús había dicho a sus discípulos antes de irse: "
No os digo, que yo rogaré al Padre por vosotros; pues el mismo Padre os ama." (S. Juan 16: 26, 27.)
"
Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo mismo al mundo." (2 Corintios 5: 19, V.M.)
Y en el ministerio del santuario celestial, "
el consejo de la paz estará entre los dos." "
De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna." (S. Juan 3: 16, V.M.)
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.