PRIMER PARTE.-
Si has leído el libro de Génesis como es debido, sin prisas y prestando atención a los detalles, te habrás dado cuenta que ni Adán ni Eva, nunca, muestran su agradecimiento a Dios de modo alguno antes de la caída. ¡Nunca! Ni vemos alabanzas, ni acción de gracias, ni ofrendas, nada. Además, también habrás visto que no se dedicaron a hacer lo que Dios les dijo que hiciesen, sino que anduvieron más bien por su propia cuenta y según su propios criterios. Acompáñame a leer Génesis, no sin antes pedirle a Dios Padre, en el nombre de Jesucristo, que el Espíritu Santo nos dé debida luz y entendimiento.
1) La insatisfacción de Adán: primer síntoma de su falta de amor a Dios:
Gén 2:18 Luego, Dios el Señor dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él.”
No es bueno que el hombre esté solo. ¿Qué es lo contrario de bueno? Malo. Dios vio que Adán estaba insatisfecho, que algo no bueno en él estaba teniendo lugar. Dios estaba viendo en Adán que, a pesar de haberle entregado todas las cosas, de haberle puesto por encima de todas las cosas, de haberle dado toda autoridad, aún así, Adán no estaba siéndole agradecido, ni le estaba amando. Dios ve que ello no es bueno. ¿Y qué hace Dios? Hacerle alguien que sea una ayuda adecuada para Adán. Y formó de una costilla de Adán, del propio ser de Adán, a Eva. Quién al verla exclamó:
Gén 2:23 el cual, al verla, dijo:“¡Esta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar ‘mujer’, porque Dios la sacó del hombre.”
¿Ves tú agradecimiento a Dios por parte de Adán de modo alguno? No, todo lo contrario, Adán toma el primer lugar y viene a decir algo así como: “Ya era hora que sacases algo de mí, que fuese mío, y de mí mismo”. Adán muestra con toda claridad que nada de lo que Dios había creado y le había entregado con anterioridad, produjo en él ninguna satisfacción. Adán, en su más profundo interior, muestra un claro reproche a toda la Creación. Adán en momento alguno sintió agradecimiento por todo cuanto Dios por él hizo. No halló satisfacción hasta que no tuvo ante sí a alguien —o algo— que hubiese salido de él, que era carne de su carne y huesos de sus huesos. Una clara manifestación a todas luces del EGO de Adán. Adán le deja en claro a Dios que sí, que ahora si que tiene ante él algo que es totalmente suyo, que de él procede. No tiene para nada en cuenta que ha sido Dios mismo quien ha formado a la mujer, y que ha sido Él quien se la ha dado para su bien. Adán no ve cuanto le ama Dios. Adán se da culto a sí mismo, y a la criatura, antes que al Creador. Y aún va más allá. Sigue acompañándome y lo vemos:
Gén 3:12 El hombre contestó: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.
¿Te has dado cuenta? Ahora Adán, en un intento de excusar su culpa, si que pone en primer lugar a Dios. ¿Curioso, verdad? Ahora sí que reconoce que ha sido Dios quien se la ha dado. Y no, no lo hace en señal de agradecimiento, sino para ocultar su pecado. Adán trata de hallar una excusa que le libre de su culpa, trata de evitar ser hallado culpable. Algo así como: “si no me la hubieses dado por compañera, yo no habría pecado”.
¿Sabes ya por qué cayeron Adán y Eva? No, el comer del fruto prohibido no fue el pecado, no; el comer del fruto del árbol prohibido fue la consecuencia del pecado, su fruto. ¿Qué pecado? EL NO AMAR A DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS. Y lo dejamos aquí de momento. Ahora te corresponde a ti tomar tu Biblia, escudriñarla, repasarlo todo y, según te vaya mostrando e instruyendo el Espíritu Santo, sigas adelante con el debido estudio. Quizás el Señor, hoy, te está queriendo mostrar una verdad de la cual nadie te había hablado. Quizás el Señor te esté llamando a que le ames como en verdad desea ser amado.
La gracia y paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, sea contigo.
En Cristo Jesús, Raül Gil - Lectio Divina
Si has leído el libro de Génesis como es debido, sin prisas y prestando atención a los detalles, te habrás dado cuenta que ni Adán ni Eva, nunca, muestran su agradecimiento a Dios de modo alguno antes de la caída. ¡Nunca! Ni vemos alabanzas, ni acción de gracias, ni ofrendas, nada. Además, también habrás visto que no se dedicaron a hacer lo que Dios les dijo que hiciesen, sino que anduvieron más bien por su propia cuenta y según su propios criterios. Acompáñame a leer Génesis, no sin antes pedirle a Dios Padre, en el nombre de Jesucristo, que el Espíritu Santo nos dé debida luz y entendimiento.
1) La insatisfacción de Adán: primer síntoma de su falta de amor a Dios:
Gén 2:18 Luego, Dios el Señor dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él.”
No es bueno que el hombre esté solo. ¿Qué es lo contrario de bueno? Malo. Dios vio que Adán estaba insatisfecho, que algo no bueno en él estaba teniendo lugar. Dios estaba viendo en Adán que, a pesar de haberle entregado todas las cosas, de haberle puesto por encima de todas las cosas, de haberle dado toda autoridad, aún así, Adán no estaba siéndole agradecido, ni le estaba amando. Dios ve que ello no es bueno. ¿Y qué hace Dios? Hacerle alguien que sea una ayuda adecuada para Adán. Y formó de una costilla de Adán, del propio ser de Adán, a Eva. Quién al verla exclamó:
Gén 2:23 el cual, al verla, dijo:“¡Esta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar ‘mujer’, porque Dios la sacó del hombre.”
¿Ves tú agradecimiento a Dios por parte de Adán de modo alguno? No, todo lo contrario, Adán toma el primer lugar y viene a decir algo así como: “Ya era hora que sacases algo de mí, que fuese mío, y de mí mismo”. Adán muestra con toda claridad que nada de lo que Dios había creado y le había entregado con anterioridad, produjo en él ninguna satisfacción. Adán, en su más profundo interior, muestra un claro reproche a toda la Creación. Adán en momento alguno sintió agradecimiento por todo cuanto Dios por él hizo. No halló satisfacción hasta que no tuvo ante sí a alguien —o algo— que hubiese salido de él, que era carne de su carne y huesos de sus huesos. Una clara manifestación a todas luces del EGO de Adán. Adán le deja en claro a Dios que sí, que ahora si que tiene ante él algo que es totalmente suyo, que de él procede. No tiene para nada en cuenta que ha sido Dios mismo quien ha formado a la mujer, y que ha sido Él quien se la ha dado para su bien. Adán no ve cuanto le ama Dios. Adán se da culto a sí mismo, y a la criatura, antes que al Creador. Y aún va más allá. Sigue acompañándome y lo vemos:
Gén 3:12 El hombre contestó: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.
¿Te has dado cuenta? Ahora Adán, en un intento de excusar su culpa, si que pone en primer lugar a Dios. ¿Curioso, verdad? Ahora sí que reconoce que ha sido Dios quien se la ha dado. Y no, no lo hace en señal de agradecimiento, sino para ocultar su pecado. Adán trata de hallar una excusa que le libre de su culpa, trata de evitar ser hallado culpable. Algo así como: “si no me la hubieses dado por compañera, yo no habría pecado”.
¿Sabes ya por qué cayeron Adán y Eva? No, el comer del fruto prohibido no fue el pecado, no; el comer del fruto del árbol prohibido fue la consecuencia del pecado, su fruto. ¿Qué pecado? EL NO AMAR A DIOS POR SOBRE TODAS LAS COSAS. Y lo dejamos aquí de momento. Ahora te corresponde a ti tomar tu Biblia, escudriñarla, repasarlo todo y, según te vaya mostrando e instruyendo el Espíritu Santo, sigas adelante con el debido estudio. Quizás el Señor, hoy, te está queriendo mostrar una verdad de la cual nadie te había hablado. Quizás el Señor te esté llamando a que le ames como en verdad desea ser amado.
La gracia y paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, sea contigo.
En Cristo Jesús, Raül Gil - Lectio Divina
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