Querida Maripaz y todos los que pertenecéis a su confesión:
Veo que hay muchas como tú -y que conste que no me parece mal en absoluto- que dedican toooodo su tiempo a pasearse por estos foros y contestar toooodos los mensajes. Pero lo más sorprendente con las ganas que pones en intentar descalificar a la Iglesia Católica. Piensa un poco porque aún no entiendo ninguna de tus posturas, a lo que me ayudaría sólo una cosa: que escribas con tus palabras lo que piensas y te dejes de tantas citas y copiar y copiar de otros lo que quieres decir: ¿Qué piensas tú? Y no me salgas con aquello de "mi única verdad es la Palabra de Dios y por eso la transcribo al pie de la letra": ¿es que no la vives? ¿es que no la has hecho tuya? ¿Es que no la has razonado ni meditado? ¿Es que no sabes explicarte por tí misma? De verdad, no te entiendo.
No entiendo por qué a ninguno os entra en la cabeza que ser santo es intentar ser como Cristo y que Cristo no vino al mundo a soltar dicursos y catequesis ni a dictar un montón de doctrina. Cristo es el mayor acontecimiento de la historia, pregúntate: ¿Cómo actuaba Cristo?. Con HECHOS Y PALABRAS INTRÍNSECAMENTE UNIDOS, nada de sólo palabras como tú defiendes a contracorriente. Cristo habló de manera sencilla, con parábolas y enseñanzas tan sencillas que asustan por lo evidentes que son, por lo verdaderas que son; llamó a los discípulos con pocas palabras: venid y lo veréis, por ejemplo, nada de soltarles un discurso teológico sobre quién es Él para que calleran de rodillas asustados. Tan sólo dice que vayan con Él, si hay algo que ver, lo verán a su debido tiempo: confianza, fe. Y pasó por el mundo con palabras y obras, eso es lo que quiero resaltar:
Lee la Carta de Santiago capítulo 2, versículos 24 a 26: (...) el hombre ha de ser declarado justo por sus obras, no sólo por la fe (...) como el cuerpo sin aliento está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Lo dicho: HECHOS Y PALABRAS INTRÍNSECAMENTE UNIDOS, tal y como hizo Jesucristo: que no te coman el coco y te laven el cerebro. Aprende de Cristo y no de predicaciones vanas.
La Verdad está sólo en la Iglesia Católica porque es en ella donde está Cristo presente en Cuerpo y Sangre, donde se comulga todos los días para que Él esté en nosotros y nosotros en Él, donde se predica su verdadera Palabra, donde con hechos y palabras se transmite el Reino de Dios, donde no recortamos la biblia ni le cambiamos las palabras, donde intentamos vivir como enseña Jesucristo: el único camino, verdad y vida.
No quiero extenderme más, lo único que quiero es que me contestes de una vez por todas con tus propias palabras y no con evasivas copio-pego. DIME LO QUE TÚ CREES, DIME A QUÉ VERDAD ESTÁS SIGUIENDO.
Disculpa el tono de mi misiva, nada más lejos de mi intención el descalificarte, pero es que has prendido mi mecha. Perdóname, pero no dejes de contestar. Rezo por ti.
Veo que hay muchas como tú -y que conste que no me parece mal en absoluto- que dedican toooodo su tiempo a pasearse por estos foros y contestar toooodos los mensajes. Pero lo más sorprendente con las ganas que pones en intentar descalificar a la Iglesia Católica. Piensa un poco porque aún no entiendo ninguna de tus posturas, a lo que me ayudaría sólo una cosa: que escribas con tus palabras lo que piensas y te dejes de tantas citas y copiar y copiar de otros lo que quieres decir: ¿Qué piensas tú? Y no me salgas con aquello de "mi única verdad es la Palabra de Dios y por eso la transcribo al pie de la letra": ¿es que no la vives? ¿es que no la has hecho tuya? ¿Es que no la has razonado ni meditado? ¿Es que no sabes explicarte por tí misma? De verdad, no te entiendo.
No entiendo por qué a ninguno os entra en la cabeza que ser santo es intentar ser como Cristo y que Cristo no vino al mundo a soltar dicursos y catequesis ni a dictar un montón de doctrina. Cristo es el mayor acontecimiento de la historia, pregúntate: ¿Cómo actuaba Cristo?. Con HECHOS Y PALABRAS INTRÍNSECAMENTE UNIDOS, nada de sólo palabras como tú defiendes a contracorriente. Cristo habló de manera sencilla, con parábolas y enseñanzas tan sencillas que asustan por lo evidentes que son, por lo verdaderas que son; llamó a los discípulos con pocas palabras: venid y lo veréis, por ejemplo, nada de soltarles un discurso teológico sobre quién es Él para que calleran de rodillas asustados. Tan sólo dice que vayan con Él, si hay algo que ver, lo verán a su debido tiempo: confianza, fe. Y pasó por el mundo con palabras y obras, eso es lo que quiero resaltar:
Lee la Carta de Santiago capítulo 2, versículos 24 a 26: (...) el hombre ha de ser declarado justo por sus obras, no sólo por la fe (...) como el cuerpo sin aliento está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Lo dicho: HECHOS Y PALABRAS INTRÍNSECAMENTE UNIDOS, tal y como hizo Jesucristo: que no te coman el coco y te laven el cerebro. Aprende de Cristo y no de predicaciones vanas.
La Verdad está sólo en la Iglesia Católica porque es en ella donde está Cristo presente en Cuerpo y Sangre, donde se comulga todos los días para que Él esté en nosotros y nosotros en Él, donde se predica su verdadera Palabra, donde con hechos y palabras se transmite el Reino de Dios, donde no recortamos la biblia ni le cambiamos las palabras, donde intentamos vivir como enseña Jesucristo: el único camino, verdad y vida.
No quiero extenderme más, lo único que quiero es que me contestes de una vez por todas con tus propias palabras y no con evasivas copio-pego. DIME LO QUE TÚ CREES, DIME A QUÉ VERDAD ESTÁS SIGUIENDO.
Disculpa el tono de mi misiva, nada más lejos de mi intención el descalificarte, pero es que has prendido mi mecha. Perdóname, pero no dejes de contestar. Rezo por ti.