Re: ¿PODEMOS DEFENDERNOS EN CASO DE GUERRA?
En lugar de alabar la fé de una asesino yo pienso que pudo haber dicho otra cosa si su mandato de no Matarás no tolerara excepciones.
No creo que seamos nosotros los que debamos decir a Jesús cómo juzgar a los demás. Si él quiso alabar la fe del centurión a pesar de su oficio, ¿qué?
Disculpa pero no solo los polis sacan mordida, y aún así los policias van armados y las armas no son de adorno.
Sí seguro que iban armados, igual que Pedro llevaba una espada la noche en que Jesús fue capturado; pero Jesús no le dijo nada hasta que Pedro no la sacó para herir al soldado. Y ¿qué le dijo? Que la guardara.
...nota que San Juan Bautista solo le pide a los soldados que se conformen con su paga...
A eso ya te he respondido, pero en todo caso, ¿por qué usas como argumento la doctrina de Juan? Juan "preparaba el camino del Señor", y ciertamente su doctrina no es incompatible con la de Cristo, pero no
es la de Cristo. Y no sé usted, pero yo soy
cristiano, no joánico.
Entonces habrá que recurrir a lo que Jesús dijo. Veamos:
Mat 5:4 Bienaventurados los mansos, porque = ellos poseerán en herencia la tierra.
Mat 5:9 Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
(Mat 5:21) «Habéis oído que se dijo a los antepasados: = No matarás; = y aquel que mate será reo ante el tribunal.
(Mat 5:22) Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano “imbécil”, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado”, será reo de la gehenna de fuego.
(Mat 5:23) Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti,
(Mat 5:24) deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
(Mat 5:25) Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
(Mat 5:26) Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.
(Mat 5:38) «Habéis oído que se dijo: = Ojo por ojo y diente por diente. =
(Mat 5:39) Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra:
(Mat 5:40) al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto;
(Mat 5:41) y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.
(Mat 5:42) A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.
(Mat 5:43) «Habéis oído que se dijo: = Amarás a tu prójimo = y odiarás a tu enemigo.
(Mat 5:44) Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,
(Mat 5:45) para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
(Mat 5:46) Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?
(Mat 5:47) Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?
(Mat 5:48) Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.
¿Cómo es posible seguir admitiendo, a la luz de estos versículos, que al cristiano le está permitido matar en caso de guerra?
No resistais al mal, ¿puede haberlo dicho más claro? ¿Necesitaba Jesús explicitar todas las clases de mal a las que no debíamos oponer resistencia?
Vayamos ahora con Pablo. Citas ese párrafo en los que Pablo nos pide someternos a la autoridad civil. Y ciertamente lo hace. Pero ¿está legitimando con ello toda actuación de la autoridad?
No, y luego explicaré por qué.
Pero primero, pongamos justo el párrafo anterior al que has citado:
(Rom 12:14) Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis.
(Rom 12:15) Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran.
(Rom 12:16) Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; = no os complazcáis en vuestra propia sabiduría. =
(Rom 12:17) Sin devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres:
(Rom 12:18) en lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres;
(Rom 12:19) no tomando la justicia por cuenta vuestra, queridos míos dejad lugar a la Cólera [de Dios], pues dice la Escritura: Mía es la venganza: yo daré el pago merecido, dice el Señor.
(Rom 12:20) Antes al contrario: si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; haciéndolo así, amontonarás ascuas sobre su cabeza.
(Rom 12:21) No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien.
¿Se dice en alguno de estos pasajes que sea legítimo para un cristiano responder a las agresiones con otra agresión? No, al contrario. Lo expresado por Pablo es coherente con lo dicho por Jesús en el sermón de la montaña, y, en general, con la actitud del propio Jesús frente a sus perseguidores y más tarde asesinos.
También dice Santiago:
(Jas 1:19) Hermanos muy queridos, sean prontos para escuchar, pero lentos para hablar y enojarse,
(Jas 1:20) pues la ira del hombre no realiza la justicia de Dios.
Sigamos con la carta de Pablo:
(Rom 13:1) Cada uno en esta vida debe someterse a las autoridades. Pues no hay autoridad que no venga de Dios, y los cargos públicos existen por voluntad de Dios.
(Rom 13:2) Por lo tanto, el que se opone a la autoridad se rebela contra un decreto de Dios y tendrá que responder por esa rebeldía.
(Rom 13:3) No hay por qué temer a las autoridades cuando se obra bien, pero sí cuando se obra mal. ¿Quieres vivir sin tener miedo a las autoridades? Pórtate bien y te felicitarán.
(Rom 13:4) Han recibido de Dios la misión de llevarte al bien. Y si te portas mal, témelas, pues no tienen las armas sin razón. También tienen misión de Dios para castigar a los malhechores.
Nótese que Pablo no dice en ningún momento que esas autoridades sean cristianas, o que se comporten según el cristianismo cuando actúan, sino que están ahí por voluntad de Dios. Es decir, está diciendo que la autoridad civil en cuanto tal es querida por Dios, pero no necesariamente que ésta se comporte siempre como Dios pide al hombre que se comporte.
Y es que el mismo Pablo experimentó la injusticia de ser condenado como malhechor sin serlo:
(2Ti 2:8) Acuérdate de Cristo Jesús, descendiente de David y resucitado de entre los muertos, según mi evangelio.
(2Ti 2:9) Por él sufro hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.
(2Ti 2:10) Por eso lo soporto todo por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que se nos dio en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna.
No, Pablo no estaba legitimando toda acción de la autoridad civil, sino que nos pedía que nos sometiéramos a ellas, porque así Dios lo quiere, incluso aunque la autoridad nos haga mal:
(1Pe 2:17) Respeten a todos, amen a los hermanos, teman a Dios y respeten al que gobierna.
(1Pe 2:18) Que los sirvientes obedezcan a sus patrones con todo respeto, no sólo a los que son buenos y comprensivos, sino también a los que son duros.
(1Pe 2:19) Porque ahí está el mérito, en que soportan malos tratos sin haberlo merecido, habiendo actuado a conciencia y por Dios.
(1Pe 2:20) Porque, ¿qué mérito habría en soportar el castigo cuando se ha faltado? En cambio, si pueden soportar que los traten mal cuando han actuado bien, eso es grande ante Dios.
(Job 2:10) Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿por qué no aceptaremos también lo malo?
Nosotros debemos ser imitadores de Cristo, seguir su ejemplo incluso ante la agresión física y la muerte a manos de otro hombre:
(1Pe 2:21) Para esto han sido llamados, pues Cristo también sufrió por ustedes, dejándoles un ejemplo, y deben seguir sus huellas.
(1Pe 2:22) El no cometió pecado ni en su boca se encontró engaño.
(1Pe 2:23) Insultado, no devolvía los insultos, y maltratado, no amenazaba, sino que se encomendaba a Dios que juzga justamente.
Esto es, no debemos devolver mal por mal, y la guerra en sí misma es un mal muy grave del hombre, que viene de lo malo que hay en él:
(Jas 4:1) ¿De dónde proceden esas guerras y esas riñas entre ustedes? De aquí abajo, por supuesto; son el fruto de las codicias, que hacen la guerra dentro de ustedes mismos.
(Jas 4:2) Ustedes quisieran tener y no tienen, entonces matan; tienen envidia y no consiguen, entonces no hay más que discusiones y peleas.
Pero si ustedes no tienen es porque no piden,
El cristiano no puede romper con un precepto dado, justificándolo vanamente, porque con eso rompe con todo su compromiso con Cristo:
(Jas 3:11) Hermanos, esto no puede ser así. ¿Es que puede brotar de la misma fuente agua dulce y agua amarga?
Un saludo.
