PACTO NUEVO Y EL DIVORCIO.
En este estudio se analiza si hay o no evidencia bíblica que prohiba el divorcio para el creyente, para así poder estar parados no en la verdad de la tradición sino en la verdad Bíblica.
LA FAMILIA A TRAVÉS DEL TIEMPO.
Encontramos a través de la historia diferentes clases de uniones matrimoniales, entre ellas sobresalen:
- LA FAMILIA CONSANGUÍNEA.
Aquí los grupos conyugales se clasifican por generaciones: Todos los abuelos y abuelas en los límites de la familia, son maridos y mujeres entre sí. Hermanos y hermanas, primos y primas son todos hermanos y hermanas entre sí y por eso mismo todos ellos maridos y mujeres unos de otros.
- LA FAMILIA PUNALÚA.
Según la costumbre hawaiana cierto número de hermanas carnales son mujeres comunes de sus maridos.
- LA FAMILIA SINDIÁSMICA.
Un hombre tenía una mujer principal entre numerosas concubinas.
- LA FAMILIA MONOGÁMICA.
El hombre tiene solo una esposa, su fin expreso es el de procrear hijos cuya paternidad sea indiscutible, para que los hijos legítimos en calidad de herederos legítimos entren un día en posesión de los bienes de su padre.
En él solo el hombre puede romper los lazos matrimoniales. El código de Napoleón le otorgaba al hombre el derecho a la infidelidad mientras la concubina no viviera en el domicilio conyugal.
Esta unión en un principio era realizada por los padres, es decir era una unión patriarcal. Ellos decidían con quien y cuando se casarían sus hijos.
Más adelante con el avance religioso fue aprobada por los sacerdotes. (Matrimonio religioso)
Y por último tenemos la unión aprobada por las autoridades civiles (Matrimonio civil).
EL MATRIMONIO EN LA IGLESIA.
En el siglo II Clemente de Alejandría y Tertuliano llamados Padres de la Iglesia comenzaron a subrayar que todo deseo sexual era malo y que para la mayoría de las personas era una vía e escape respecto al pecado.
En el siglo IV al matrimonio se le otorgaba una posición sacramental, pero las razones fundamentales eran la procreación y el poner freno a la concupiscencia.
Agustín de Hipona estuvo muy cerca de equiparar la emoción erótica con el pecado original, considerando la relación sexual aún dentro del matrimonio como pecaminosa.
Esta ha sido y es en esencia la posición de la Iglesia Católica lo que ha ocasionado que sexualidad sea considerada como algo sucio; por lo tanto se prohibe el uso de anticonceptivos porque el fin exclusivo de la relación sexual es la procreación.
EL DIVORCIO.
Para el católico el matrimonio es un sacramento a través del cual los esposos se dan el uno al otro delante de Dios. En esta entrega mutua se representa la alianza de Dios con su pueblo y de Jesucristo con la Iglesia. Es por eso que el divorcio es inadmisible para la Iglesia Católica.
El Concilio de Trento condenó a la excomunión a todo aquel que aprobara la disolución del matrimonio por adulterio, herejía, cohabitación molesta o ausencia de uno de los cónyuges.
Dentro de la Iglesia Evangélica históricamente se ha mantenido una gran diversidad de enfoques. Los fundamentalistas asumen una posición similar a la Iglesia Católica, mientras los liberales consideran el divorcio un mal menor y permiten un segundo casamiento. Sin embargo entre ambas posiciones extremas hay gran variedad de posiciones intermedias.
Aunque todos dicen basar su posición en la Biblia, la confusión ha radicado en que se han tomado las palabras repudiar, separación y abandono, como sinónimos de divorcio.
MARCOS 10:2-12.
Y se acercaron los fariseos y le preguntaron para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer.
El respondiendo les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio y repudiarla.
Y respondiendo Jesús les dijo:. Por la dureza de vuestro corazón, os escribió este mandamiento, pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.
Por tanto lo que Dios junto, no lo separe el hombre.
En casa volvieron a preguntarle sus discípulos de lo mismo y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro comete adulterio.
La pregunta de los fariseos no se refiere a la separación legal (divorcio) sino a la decisión de despedir a la mujer por parte del esposo (repudio).
Jesús declara que Moisés permitió dar carta de divorcio por la dureza del corazón del pueblo.
El pasaje en mención es Deuteronomio 24:1.
Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio y se la entregará en su mano y la despedirá a su casa.
En verdad Moisés no mandó repudiar a la mujer sino darle carta de divorcio, pero los hombres para evitar cumplir con las obligaciones que implicaba el divorcio legal, se idearon la práctica del repudio con el cual evadían sus obligaciones legales.
Por tanto lo que Dios juntó no lo separe el hombre.
Las palabras utilizadas por Jesús son:
Juntar (sunzeognumi) uncir, enganchar juntamente, unir, aparear.
Separar (cörizö) Dividir, apartar, alejarse, separarse.
Jesús establece que la relación ideal es la unión matrimonial permanente.
La pregunta es ¿Cuando el matrimonio es separado por el hombre?
Aquí Jesús no dice que la autoridad no ejecute el divorcio, pues utiliza la palabra separar (cörizö) y no divorcio (apostasion), Jesús hace referencia a una tercera persona que interviene entre la pareja para ocasionar la infidelidad sexual de alguno de los cónyuges.
Cuando hay adulterio se quebranta el pacto de fidelidad sobre el cual está basado el matrimonio, esto dice Jesús no debe ocurrir, ninguna persona debe tener relaciones sexuales con alguien casado, pues con este comportamiento está separando lo Dios juntó.
Jesús no está prohibiendo el divorcio, sino aclarando que el matrimonio es disuelto por causa del adulterio.
En los versículos 11 y 12 se explica que si una persona repudiada no divorciada, se casa nuevamente entra en adulterio pues el vínculo legal anterior está aún vigente.
El adulterio se realiza no por haber tenido un vínculo matrimonial anterior, sino por casarse nuevamente sin haberlo disuelto, legalmente se le da el nombre de bigamia.
Mateo 5:31-32.
También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta e divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Aquí encontramos dos palabras claves para el tema:
Repudiar (apoluö) soltar, liberar, despedir, licenciar, separarse.
Divorcio (apostasion) Divorcio, separación, carta de divorcio.
Repudiar no indica divorcio sino la separación por decisión de uno de los cónyuges y la utilizaba Pablo para referirse a una separación temporal, mientras divorcio (apostasion) señala una separación definitiva en forma legal.
Cuando Jesús enseñó acerca del tema la diferencia entre repudiar y divorcio en el versículo 31: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio es decir para que la separación fuera legal.
En el versículo 32, Jesús utilizando la palabra repudio enseña: Si un hombre se casa con la mujer repudiada, adultera, lo cual es claro porque la relación matrimonial anterior está vigente, pues la mujer no esta separada legalmente sino solamente repudiada.
Pero en el caso que hubiera de por medio una carta de divorcio al proceder a unas segundas nupcias, no se adultera pues la persona esta libre de su anterior matrimonio.
La razón a la que hace alusión el Señor Jesús por la cual se caía en adulterio no era por haber contraído un primer matrimonio, sino por casarse nuevamente estando vigente el actual.
En el versículo 32 se establece la fornicación, es decir las relaciones sexuales con una persona ajena al matrimonio como causal de separación, pues cuando hay infidelidad sexual el vínculo matrimonial queda roto.
Lógicamente el único medio para legalizar esa separación es el divorcio.
1 CORINTIOS 7:10-13,15.
Pero a los que están unidos en matrimonio, mando no yo sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido y que el marido no abandone a su mujer.
Y a los demás yo digo no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y el consiente en vivir con ella, no la abandone.
Y si una mujer tiene marido que no sea creyente y el consiente en vivir con ella, no la abandone.
Pero si el incrédulo se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.
En esencia es la misma enseñanza reseñada en Marcos y Mateo; aquí no se habla de divorcio sino de separaciones temporales.
Pablo utiliza la palabra "cörizö" apartarse, separarse, alejarse y la palabra "aphiëmi" que es dejar libre, entregar, despedir, repudiar, pero no usa "apostasion" que significa divorcio.
Por esto Pablo dice: Si se separa, quédese sin casar. (11) ¿Por cual razón?
Porque no se ha ejecutado un divorcio o separación legal sino una separación temporal . Si una persona se casa estando separado de su esposo o esposa, lógicamente incurre en adulterio pues no esta divorciado.
Si la palabra separarse equivaliera a divorcio en el versículo 11, no tendrían lugar las palabras "o reconcíliese con su marido" pues ya no habría un vínculo legal.
Luego Pablo entra a hablar acerca de los matrimonios mixtos (12-13). Si un(a) creyente, tiene esposa(o) no creyente y ella (el) consiente en vivir con él (ella), no la (lo) abandone.
Abandonar (aphiëmi) significa separación temporal, no divorcio y lo que se busca con la separación es obtener un cambio de actitud de parte de la esposa o esposo no creyente.
Luego en el versículo 15 Pablo aconseja que la decisión de separarse temporalmente no sea tomada por la parte creyente sino por la no creyente, para así evitar el descrédito y la habladuría dentro de una sociedad libertina como lo era la griega.
Pero tengamos en cuenta que Pablo aclara que era solamente un consejo suyo (12), por lo tanto hoy el creyente puede tomar la decisión de la separación temporal, cuando la paz y armonía del versículo 15 no son una posibilidad.
ROMANOS 7:1-4.
¿Acaso ignoráis hermanos (pues hablo con los que conocen la ley) que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?
Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras vive, pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
Así que si el vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si el marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido no será adúltera.
Así también nosotros hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
En este pasaje Pablo no está legislando acerca del matrimonio sino aclarando que ya los judíos están libres de la ley mosaica, por haber muerto a ella por medio del cuerpo de Cristo.
Pero como en ocasiones este pasaje es utilizado para apoyar la prohibición del divorcio observemos que es lo que enseña Pablo en este pasaje:
- La mujer esta sujeta por la ley mosaica a su marido mientras este vive. (2)
- Si tiene relaciones sexuales con otro hombre diferente a su esposo cae en adulterio. (3) ¿La razón? Como no hay un divorcio de por medio, el vínculo matrimonial con su esposo esta vigente.
- La manera de quedar libre nuevamente sería por la muerte del esposo, (3) o como lo determinaba la ley por carta de divorcio. Deuteronomio 24:1.
CONCLUSIONES.
1. No hay evidencia bíblica que prohiba el divorcio para el creyente hoy.
2. En caso de infidelidad sexual el cónyuge afectado está en su derecho de pedir la anulación de su matrimonio.
3. En el matrimonio se debe gozar de paz y armonía, si esto no se da se puede optar por la separación temporal, si hay cambio de actitud y comportamiento la paraje está en libertad de volver a reconciliarse.
4. Si luego de la separación temporal no hay ningún cambio en la situación que la propició, se puede considerar la posibilidad de la separación definitiva (divorcio).
5. La persona que se divorcia legalmente, no tiene ningún impedimento para volver a casarse, ya que su compromiso matrimonial anterior cesó.
6. El divorcio es una solución final a la que se puede llegar luego de quemar otras instancias, porque todo rompimiento definitivo es traumático para la pareja implicada y mucho más para los hijos.
7. La prohibición del divorcio en las filas cristianas está basada en el temor que se tiene de contradecir a la tradición religiosa y no en la sana interpretación de las normas bíblicas.
8. Enseñar que el divorcio es una salida para matrimonios en crisis, no es dar lugar al libertinaje, sino ofrecer al cónyuge afectado la posibilidad de rehacer su vida sin tener que cargar culpas inventadas por los hombres
Creyendo que a paz nos llamó el Señor
[email protected]
En este estudio se analiza si hay o no evidencia bíblica que prohiba el divorcio para el creyente, para así poder estar parados no en la verdad de la tradición sino en la verdad Bíblica.
LA FAMILIA A TRAVÉS DEL TIEMPO.
Encontramos a través de la historia diferentes clases de uniones matrimoniales, entre ellas sobresalen:
- LA FAMILIA CONSANGUÍNEA.
Aquí los grupos conyugales se clasifican por generaciones: Todos los abuelos y abuelas en los límites de la familia, son maridos y mujeres entre sí. Hermanos y hermanas, primos y primas son todos hermanos y hermanas entre sí y por eso mismo todos ellos maridos y mujeres unos de otros.
- LA FAMILIA PUNALÚA.
Según la costumbre hawaiana cierto número de hermanas carnales son mujeres comunes de sus maridos.
- LA FAMILIA SINDIÁSMICA.
Un hombre tenía una mujer principal entre numerosas concubinas.
- LA FAMILIA MONOGÁMICA.
El hombre tiene solo una esposa, su fin expreso es el de procrear hijos cuya paternidad sea indiscutible, para que los hijos legítimos en calidad de herederos legítimos entren un día en posesión de los bienes de su padre.
En él solo el hombre puede romper los lazos matrimoniales. El código de Napoleón le otorgaba al hombre el derecho a la infidelidad mientras la concubina no viviera en el domicilio conyugal.
Esta unión en un principio era realizada por los padres, es decir era una unión patriarcal. Ellos decidían con quien y cuando se casarían sus hijos.
Más adelante con el avance religioso fue aprobada por los sacerdotes. (Matrimonio religioso)
Y por último tenemos la unión aprobada por las autoridades civiles (Matrimonio civil).
EL MATRIMONIO EN LA IGLESIA.
En el siglo II Clemente de Alejandría y Tertuliano llamados Padres de la Iglesia comenzaron a subrayar que todo deseo sexual era malo y que para la mayoría de las personas era una vía e escape respecto al pecado.
En el siglo IV al matrimonio se le otorgaba una posición sacramental, pero las razones fundamentales eran la procreación y el poner freno a la concupiscencia.
Agustín de Hipona estuvo muy cerca de equiparar la emoción erótica con el pecado original, considerando la relación sexual aún dentro del matrimonio como pecaminosa.
Esta ha sido y es en esencia la posición de la Iglesia Católica lo que ha ocasionado que sexualidad sea considerada como algo sucio; por lo tanto se prohibe el uso de anticonceptivos porque el fin exclusivo de la relación sexual es la procreación.
EL DIVORCIO.
Para el católico el matrimonio es un sacramento a través del cual los esposos se dan el uno al otro delante de Dios. En esta entrega mutua se representa la alianza de Dios con su pueblo y de Jesucristo con la Iglesia. Es por eso que el divorcio es inadmisible para la Iglesia Católica.
El Concilio de Trento condenó a la excomunión a todo aquel que aprobara la disolución del matrimonio por adulterio, herejía, cohabitación molesta o ausencia de uno de los cónyuges.
Dentro de la Iglesia Evangélica históricamente se ha mantenido una gran diversidad de enfoques. Los fundamentalistas asumen una posición similar a la Iglesia Católica, mientras los liberales consideran el divorcio un mal menor y permiten un segundo casamiento. Sin embargo entre ambas posiciones extremas hay gran variedad de posiciones intermedias.
Aunque todos dicen basar su posición en la Biblia, la confusión ha radicado en que se han tomado las palabras repudiar, separación y abandono, como sinónimos de divorcio.
MARCOS 10:2-12.
Y se acercaron los fariseos y le preguntaron para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer.
El respondiendo les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio y repudiarla.
Y respondiendo Jesús les dijo:. Por la dureza de vuestro corazón, os escribió este mandamiento, pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.
Por tanto lo que Dios junto, no lo separe el hombre.
En casa volvieron a preguntarle sus discípulos de lo mismo y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro comete adulterio.
La pregunta de los fariseos no se refiere a la separación legal (divorcio) sino a la decisión de despedir a la mujer por parte del esposo (repudio).
Jesús declara que Moisés permitió dar carta de divorcio por la dureza del corazón del pueblo.
El pasaje en mención es Deuteronomio 24:1.
Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio y se la entregará en su mano y la despedirá a su casa.
En verdad Moisés no mandó repudiar a la mujer sino darle carta de divorcio, pero los hombres para evitar cumplir con las obligaciones que implicaba el divorcio legal, se idearon la práctica del repudio con el cual evadían sus obligaciones legales.
Por tanto lo que Dios juntó no lo separe el hombre.
Las palabras utilizadas por Jesús son:
Juntar (sunzeognumi) uncir, enganchar juntamente, unir, aparear.
Separar (cörizö) Dividir, apartar, alejarse, separarse.
Jesús establece que la relación ideal es la unión matrimonial permanente.
La pregunta es ¿Cuando el matrimonio es separado por el hombre?
Aquí Jesús no dice que la autoridad no ejecute el divorcio, pues utiliza la palabra separar (cörizö) y no divorcio (apostasion), Jesús hace referencia a una tercera persona que interviene entre la pareja para ocasionar la infidelidad sexual de alguno de los cónyuges.
Cuando hay adulterio se quebranta el pacto de fidelidad sobre el cual está basado el matrimonio, esto dice Jesús no debe ocurrir, ninguna persona debe tener relaciones sexuales con alguien casado, pues con este comportamiento está separando lo Dios juntó.
Jesús no está prohibiendo el divorcio, sino aclarando que el matrimonio es disuelto por causa del adulterio.
En los versículos 11 y 12 se explica que si una persona repudiada no divorciada, se casa nuevamente entra en adulterio pues el vínculo legal anterior está aún vigente.
El adulterio se realiza no por haber tenido un vínculo matrimonial anterior, sino por casarse nuevamente sin haberlo disuelto, legalmente se le da el nombre de bigamia.
Mateo 5:31-32.
También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta e divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Aquí encontramos dos palabras claves para el tema:
Repudiar (apoluö) soltar, liberar, despedir, licenciar, separarse.
Divorcio (apostasion) Divorcio, separación, carta de divorcio.
Repudiar no indica divorcio sino la separación por decisión de uno de los cónyuges y la utilizaba Pablo para referirse a una separación temporal, mientras divorcio (apostasion) señala una separación definitiva en forma legal.
Cuando Jesús enseñó acerca del tema la diferencia entre repudiar y divorcio en el versículo 31: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio es decir para que la separación fuera legal.
En el versículo 32, Jesús utilizando la palabra repudio enseña: Si un hombre se casa con la mujer repudiada, adultera, lo cual es claro porque la relación matrimonial anterior está vigente, pues la mujer no esta separada legalmente sino solamente repudiada.
Pero en el caso que hubiera de por medio una carta de divorcio al proceder a unas segundas nupcias, no se adultera pues la persona esta libre de su anterior matrimonio.
La razón a la que hace alusión el Señor Jesús por la cual se caía en adulterio no era por haber contraído un primer matrimonio, sino por casarse nuevamente estando vigente el actual.
En el versículo 32 se establece la fornicación, es decir las relaciones sexuales con una persona ajena al matrimonio como causal de separación, pues cuando hay infidelidad sexual el vínculo matrimonial queda roto.
Lógicamente el único medio para legalizar esa separación es el divorcio.
1 CORINTIOS 7:10-13,15.
Pero a los que están unidos en matrimonio, mando no yo sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido y que el marido no abandone a su mujer.
Y a los demás yo digo no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y el consiente en vivir con ella, no la abandone.
Y si una mujer tiene marido que no sea creyente y el consiente en vivir con ella, no la abandone.
Pero si el incrédulo se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.
En esencia es la misma enseñanza reseñada en Marcos y Mateo; aquí no se habla de divorcio sino de separaciones temporales.
Pablo utiliza la palabra "cörizö" apartarse, separarse, alejarse y la palabra "aphiëmi" que es dejar libre, entregar, despedir, repudiar, pero no usa "apostasion" que significa divorcio.
Por esto Pablo dice: Si se separa, quédese sin casar. (11) ¿Por cual razón?
Porque no se ha ejecutado un divorcio o separación legal sino una separación temporal . Si una persona se casa estando separado de su esposo o esposa, lógicamente incurre en adulterio pues no esta divorciado.
Si la palabra separarse equivaliera a divorcio en el versículo 11, no tendrían lugar las palabras "o reconcíliese con su marido" pues ya no habría un vínculo legal.
Luego Pablo entra a hablar acerca de los matrimonios mixtos (12-13). Si un(a) creyente, tiene esposa(o) no creyente y ella (el) consiente en vivir con él (ella), no la (lo) abandone.
Abandonar (aphiëmi) significa separación temporal, no divorcio y lo que se busca con la separación es obtener un cambio de actitud de parte de la esposa o esposo no creyente.
Luego en el versículo 15 Pablo aconseja que la decisión de separarse temporalmente no sea tomada por la parte creyente sino por la no creyente, para así evitar el descrédito y la habladuría dentro de una sociedad libertina como lo era la griega.
Pero tengamos en cuenta que Pablo aclara que era solamente un consejo suyo (12), por lo tanto hoy el creyente puede tomar la decisión de la separación temporal, cuando la paz y armonía del versículo 15 no son una posibilidad.
ROMANOS 7:1-4.
¿Acaso ignoráis hermanos (pues hablo con los que conocen la ley) que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?
Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras vive, pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
Así que si el vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si el marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido no será adúltera.
Así también nosotros hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
En este pasaje Pablo no está legislando acerca del matrimonio sino aclarando que ya los judíos están libres de la ley mosaica, por haber muerto a ella por medio del cuerpo de Cristo.
Pero como en ocasiones este pasaje es utilizado para apoyar la prohibición del divorcio observemos que es lo que enseña Pablo en este pasaje:
- La mujer esta sujeta por la ley mosaica a su marido mientras este vive. (2)
- Si tiene relaciones sexuales con otro hombre diferente a su esposo cae en adulterio. (3) ¿La razón? Como no hay un divorcio de por medio, el vínculo matrimonial con su esposo esta vigente.
- La manera de quedar libre nuevamente sería por la muerte del esposo, (3) o como lo determinaba la ley por carta de divorcio. Deuteronomio 24:1.
CONCLUSIONES.
1. No hay evidencia bíblica que prohiba el divorcio para el creyente hoy.
2. En caso de infidelidad sexual el cónyuge afectado está en su derecho de pedir la anulación de su matrimonio.
3. En el matrimonio se debe gozar de paz y armonía, si esto no se da se puede optar por la separación temporal, si hay cambio de actitud y comportamiento la paraje está en libertad de volver a reconciliarse.
4. Si luego de la separación temporal no hay ningún cambio en la situación que la propició, se puede considerar la posibilidad de la separación definitiva (divorcio).
5. La persona que se divorcia legalmente, no tiene ningún impedimento para volver a casarse, ya que su compromiso matrimonial anterior cesó.
6. El divorcio es una solución final a la que se puede llegar luego de quemar otras instancias, porque todo rompimiento definitivo es traumático para la pareja implicada y mucho más para los hijos.
7. La prohibición del divorcio en las filas cristianas está basada en el temor que se tiene de contradecir a la tradición religiosa y no en la sana interpretación de las normas bíblicas.
8. Enseñar que el divorcio es una salida para matrimonios en crisis, no es dar lugar al libertinaje, sino ofrecer al cónyuge afectado la posibilidad de rehacer su vida sin tener que cargar culpas inventadas por los hombres
Creyendo que a paz nos llamó el Señor
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