Obispos, sed valientes: no estáis solos

Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Aplicate el proverbio persa................ jejeje
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php?t=19936

Ponencia de César Vidal leía hoy, creo que por su pastor, en el I Congreso Protestante de Madrid, convocado por el Consejo Evangélico de Madrid (CEM)


EL COMPROMISO POLÍTICO DEL CREYENTE

César Vidal



Los organizadores del Congreso Evangélico me pidieron hace unos meses que elaborara una ponencia sobre el compromiso político del creyente. Debo reconocer que la propuesta me provocó un cierto estupor al que debo referirme de manera obligada. A diferencia de otros creyentes que, históricamente, me han antecedido y que vendrán después de mi, yo no milito en ningún partido político. Se trata de una circunstancia que respeto, pero confieso que no tengo la menor intención de militar nunca en una formación de ese tipo y, si se me permite confesarlo, tendría serias dudas sobre un colectivo que se dedicara a esos menesteres y que aceptara integrarme en sus filas como militante. Dada esa circunstancia, pedirme que hablara del compromiso político no podía sino causarme sorpresa.

En segundo lugar, la propia formulación ahondó mi estupor. El término compromiso político no sólo no aparece en la Biblia sino que es, históricamente hablando, de muy reciente creación. Lo inventaron los partidos socialistas en un intento de convencer a determinadas personas poseedoras de cierto peso social para que les entregaran un respaldo estimable, como si, de esa manera, cumplieran con una ineludible obligación. Así, del escritor se esperaba que tuviera un compromiso político aunque como tal se entendía que apoyara con su nombre y su prestigio determinadas causas y campañas propagandísticas. Fue el caso, por ejemplo, de Anatole France que, a la vez, que escribía una novela justificando la rebelión de Lucifer contra Dios defendía este tipo de causas. Durante décadas los cristianos estuvieron excluidos de ese denominado compromiso porque el cristianismo era uno de los enemigos que había que abatir y resultaba absurdo pedir a sus miembros siquiera que se convirtieran en compañeros de viaje. La situación comenzó a experimentar un cambio a partir de los años treinta del siglo XX y, sobre todo, tras la segunda guerra mundial. De hecho, ya en los años veinte del siglo pasado, el italiano Antonio Gramsci comprendió, tras visitar la URSS, que el socialismo no lograría imponerse sobre una sociedad ni siquiera aunque el mecanismo de represión fuera tan despiadado como el de los bolcheviques rusos. No podría a menos que lograra llevar a cabo un adoctrinamiento que cambiara las mentes y corazones de millones de personas. Para alcanzar esa meta – señaló Gramsci - resultaba indispensable implicar en la lucha final a sectores como los cristianos. No es que a éstos les fuera a esperar un papel importante – si es que iban a tener alguno – tras la victoria, pero, de momento, se pedía que tuvieran un compromiso político. En realidad, se les instaba con un eufemismo a convertirse en instrumentos del camino hacia el socialismo, camino, por cierto, que le costó al género humano durante el pasado siglo la pavorosa cifra de más de cien millones de muertos.

Por supuesto, llegué a la conclusión de que no podía ser que los responsables de este congreso me pidieran desarrollar este punto de vista. Llegué así, pues, a la conclusión de que puesto que no pertenezco a ningún partido ni tampoco soy un defensor del concepto gramsciano de compromiso político, los organizadores tan sólo pretendían invitarme en calidad de dos circunstancias que se corresponden – esta vez sí – con mi realidad, las de que soy evangélico e historiador.

Lo cierto es que si repasamos histórica y actualmente la relación de los cristianos con la política hay que reconocer que las posiciones al respecto han sido muy variadas. Por supuesto, ha existido siempre un núcleo variable numéricamente, pero nada escaso que sostiene que la política no es ocupación para un creyente y que incluso abogaría por abstenerse en unas elecciones. Argumentos – justo es decirlo – no les faltan. En Lucas 4, 5 ss se nos enseña, por ejemplo, que Satanás tiene poder sobre los gobiernos de este mundo, tanto que puede ofrecérselos al que, postrado, le adore. No debería sorprendernos por ello que muchos hayan considerado que hay que mantenerse lo más alejados posible de esas esferas de acción diabólica.

Esa posición ha existido codo a codo con otras más participativas en las que los cristianos acababan dejando su impronta en la configuración política de una sociedad. Al respecto, el papel de los puritanos ingleses en las revoluciones inglesas del s. XVII y, sobre todo, en la norteamericana del siglo XVIII me parece extraordinariamente relevante. He dedicado una parte de mi trabajo como historiador a dejar de manifiesto que la democracia es un resultado directo de esas revoluciones que, a diferencia de la francesa o de las socialistas del s. XX, tenían un concepto pesimista del ser humano, pero que, precisamente partiendo de esa base bíblica, dieron lugar a sistemas de una notable libertad, justicia y solidez.

Sin embargo, la propia postura de los puritanos no fue la línea general. No debería sorprendernos porque la democracia es una forma de gobierno que fracasó estrepitosamente en el mundo clásico, que volvió a aparecer ayer por la noche en términos históricos y que, en buena medida, está ausente de la vida de la mayoría de los creyentes en el globo. Si se tiene en cuenta tan elementales principios no sorprende, por ejemplo, que nuestro Juan Pérez en pleno siglo XVI no soñara con una división de poderes y una toma democrática de decisiones. De hecho, en su Suplicazión a don Felipe II se conformaba con poder adorar a Dios de acuerdo con los principios contenidos en la Biblia y en poder enseñar a otros a hacerlo. En otras palabras, la libertad religiosa era el derecho primordial y de manera nada sorprendente, encontramos esa misma visión en Lutero, en Calvino y, si se me permite recordarlo, en la declaración de los representantes de las iglesias evangélicas españolas que nada más concluir la guerra civil saludaban la victoria de Franco en términos extraordinariamente positivos. La lectura de tan singular documento indica dos cosas. Primero, que nuestros hermanos de antaño se sentían muy felices de haberse librado de una experiencia como la soviética en territorio español y, segundo, que lo único que esperaban era que se les permitiera vivir libremente de acuerdo con su fe. La buena fe y el diálogo con las autoridades políticas – como se ve – no dan como suma necesaria la infalibilidad.

Todo lo dicho hasta ahora me permite aterrizar finalmente – y supongo que con alivio de los presentes – en la materia más perfilada de esta exposición. Una exposición que, a mi juicio, debería enunciarse como ¿qué debería esperarse políticamente de un cristiano? La respuesta, en términos bíblicos, en términos históricos y en términos prácticos, me parece – ahora sí – que resulta relativamente fácil de enunciar.

Lo que el Señor espera de un cristiano es que sea un buen ciudadano.

Quizá no sea suficiente para los que creen en la revolución, en la llegada de la utopía o en otras esperanzas políticas, pero la Biblia al respecto es muy clara.

El creyente debe someterse a las autoridades superiores. En ese sentido, el texto de Pablo en Romanos 13 resulta tan obvio que no merece la pena detenerse en él. La Biblia enseña que existe un principio de orden público que, incluso en una sociedad corrompida por el pecado, siempre es mejor que la anarquía o la ausencia de orden. Un buen cristiano se someterá a él independientemente de que le guste más o menos. Independientemente, en realidad, de que se ajuste o no a su cosmovisión. Pedro, escribiendo en un contexto claramente peligroso para los cristianos, señalaba:
“Por causa del Señor, someteos a esta institución humana, ya sea el rey, como a superior, ya a los gobernadores, como enviados por él para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien. porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo el bien, hagáis enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para encubrir la malicia, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad la fraternidad. Temed a Dios. Honrad al rey” (I Pedro 2, 13-17).

Desde luego, por si alguien tiene dudas acerca de la visión cristiana de Pedro podría seguir leyendo los versículos siguientes. En ellos, el apóstol presenta una visión del mundo laboral y conyugal que horrorizaría a muchos, pero que a mi me parece políticamente incorrecta y, por lo tanto, deliciosa. Aunque eso, en realidad, resulta secundario. En realidad, lo relevante es que es cristiana.

El creyente debe orar por sus gobernantes. Al respecto, Pablo – el Pablo encarcelado a la espera de que Nerón acabara con su vida – escribió a Timoteo (I Timoteo 2, 1 ss):
“Exhorto, pues, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”.

Al respecto, resulta de interés recordar una cita de Tertuliano, escrita a inicios del s. III, en su Apología, una obra destinada a defender a sus correligionarios de la persecución imperial. Escribía Tertuliano: “Rogamos siempre por todos los emperadores, pidiendo para ellos una vida prolongada, un imperio tranquilo, una casa libre de peligros, ejércitos fuertes, un senado fiel, un pueblo leal, un mundo en paz”.

Lo que el Señor espera de un cristiano es que defienda la libertad religiosa.

Creo que, en buena medida, este principio queda contemplado en el anterior. Las oraciones de los creyentes persiguen el bien del reino y que ese bien incluya un disfrute tranquilo de la libertad de adorar a Dios de acuerdo a lo enseñado en la Biblia. No deja de ser significativo, al respecto, que en Hechos 4, 19-20, Pedro y Juan indicaran a las autoridades que debían juzgar si era justo que las obedecieran antes que a Dios porque no podían “menos de decir” lo que habían visto y oído.

Los apóstoles no esperaban que las autoridades del Templo o el gobernador romano les concediera un pie de igualdad con el sistema sacerdotal. Mucho menos hubieran esperado subvenciones. En realidad, ni siquiera parece que nada de eso les preocupara lo más mínimo. Lo que sí les importaba era afirmar su derecho a predicar el Evangelio. Permítaseme subrayarlo: a predicar el Evangelio. Si por alguna razón, ese derecho era conculcado, desobedecerían a las autoridades porque no podían en conciencia dejar de comunicar el mensaje de salvación por medio de la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz.

La defensa de la libertad religiosa está relacionada, desde mi punto de vista, con algo tan elemental como el derecho a la libertad de enseñanza, pero no puedo detenerme ahora en ese aspecto. Permítaseme, sin embargo, recordar una anécdota de hace casi treinta años atrás. Sucedió en Barcelona, en casa del conocido teólogo José Grau. Cuando yo, que era un joven bastante despistado, me permití identificar laicismo con libertad religiosa – sí, lo sé, es una verdadera estupidez, pero ruego de la clemencia de los presentes que se considere un pecadillo de juventud - Grau me comentó que era mucho mejor tener clase de religión. Una de sus hijas, sin ir más lejos, sufría en la clase de ética a un docente que utilizaba como texto el “Por qué no soy cristiano” de Bertrand Russell. Me temo que cuando, en lugar de un enseñante aislado, es todo un programa el que va en esa línea, hay que llegar a la conclusión de que la libertad religiosa tendrá que defenderse en las aulas lo mismo que en las iglesias.

Lo que el Señor espera de un cristiano es que de un testimonio profético.

Mencionaba hace unos instantes a Tertuliano y su Apología. Permítaseme que reincida. Hace más de milenio y medio, el conocido padre de la iglesia escribía: “Para nosotros (obviamente los cristianos), indiferentes ante el afán de la gloria y la ambición de poder, no hay necesidad alguna de partidos y ninguna cosa es más ajena que los asuntos de política; una única república, común a todos, reconocemos: el mundo”. Esta declaración de principios la indica Tertuliano, para, acto seguido, desgranar de manera profética, una verdadera diatriba de la sociedad en la que vivía. Comenzando por las diversiones de su tiempo, el autor va señalando la inmundicia de la sociedad pagana para recalar, al final, en una descripción de las iglesias de su tiempo que – lo creo sinceramente – debería servirnos de elemento de reflexión hoy en día. Lamentablemente, no podemos hacerlo ahora.

Tertuliano no era, desde luego, original. En su obra, resuena el Pablo que en los primeros capítulos de la carta a los romanos indica que conductas como la injusticia, la fornicación, la avaricia, la homosexualidad, la murmuración, la insolencia, la desobediencia a los padres o la falta de piedad son frontalmente opuestas a Dios y que además están insertas en un proceso perverso de degeneración. Se trata de un proceso en el que, primero, se perpetra el mal; luego se justifica el mal y, finalmente, se persigue a los que no se prestan a defender ese mal como si fuera un bien indiscutible. Desde luego, cuando se observa cómo nuestra sociedad ha ido, en mayor o menor medida, aceptando los presupuestos de los grupos de presión homosexuales o los principios antifamiliares de algunas utopías educativas hay que concluir que Pablo no describía sólo la realidad de mediados del s. I, sino un proceso de deterioro moral con manifestaciones en todos los tiempos.

El ejemplo paulino tiene claros paralelos en otras partes de la Biblia. Pedro, por ejemplo, indica cómo la falta de arrepentimiento acarrea el juicio de Dios (2 Pedro 3, 1 ss) y no otro fue el mensaje de Jesús cuando lloraba ante Jerusalén. Todos ellos amaban a sus contemporáneos y, precisamente por eso, les habían comunicado el Evangelio. Sin embargo, también precisamente por ello, les resultaba obvio que debían anunciar a la vez el juicio profético. Una sociedad que no se arrepiente, a fin de cuentas, como cualquier individuo sólo se está colocando en el camino del juicio de Dios y, como señaló Ezequiel, aquel creyente que, debiendo hablar, calla, se coloca en una situación de responsabilidad. El principio es obvio:
“Convertios y volveos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina” (Ezequiel 18, 30)
Me consta que la idea de que Dios ejecuta juicios no está en los primeros lugares en la escala de popularidad de la gente. El que así sea, sin embargo, no debería afectar a nuestro cumplimiento del deber. Seguramente, a Joel no le gustó anunciar una plaga de langostas por la falta de arrepentimiento, pero lo hizo. Seguramente a Ezequiel no le agradó señalar el final del sistema político judío, pero lo hizo. Seguramente a Elías no le entusiasmó anunciar una sequía terrible, pero lo hizo. Creo sinceramente que esa situación sigue estando vigente en el día de hoy.

Una sociedad en la que, de manera legal, se decide el asesinato de decenas de miles de criaturas en clínicas abortistas no escapará del juicio de Dios.
Una sociedad en la que, de manera legal, se ataca a la familia como institución de manera sistemática y programada no escapará del juicio de Dios.
Una sociedad en la que, de manera legal, se decide institucionalizar el matrimonio de homosexuales – una práctica que ni siquiera se dio en las encanalladas sociedades paganas – no escapará del juicio de Dios.
Una sociedad en la que, de manera legal, se permite la adopción de niños por parejas homosexuales no escapará del juicio de Dios.
Una sociedad en la que, de manera legal, la eutanasia puede convertirse en una realidad mañana no escapará del juicio de Dios.

A decir verdad – y si juzgamos por los no escasos precedentes que presentan la Biblia y la Historia – en una sociedad así lo lógico sería esperar que a la sequía siga la crisis económica y a ésta, el colapso político a menos... a menos que se vuelva hacia Dios.

Anunciar, pues, el Evangelio, las consecuencias de rechazarlo y el juicio futuro constituyen, por lo tanto, una parte esencial e irrenunciable de lo que el Señor espera de un cristiano.

La Biblia y la Historia muestran que las relaciones entre los cristianos y el poder político no siempre han sido fáciles. De manera bien significativa, en el Nuevo Testamento, no encontramos diatribas contra el imperialismo romano pronunciadas por Jesús o Pablo, tampoco referencias a la socialización de los latifundios imperiales, ni mucho menos la formación de grupos de resistentes cristianos partidarios de lograr la independencia de Roma. Sí aparecen repetidos hasta la saciedad principios esenciales.
Son los principios que dicen que:

Siempre debemos ser buenos ciudadanos incluso aunque los gobiernos sean pésimos.
Siempre obedeceremos las leyes a menos que se opongan a la ley de Dios.
Siempre oraremos por los gobiernos para que Dios los oriente, tengamos paz y, si fuera Su voluntad, los conduzca al arrepentimiento.
Siempre anunciaremos el Evangelio de la salvación por la fe en el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz.
Siempre daremos un testimonio profético de juicio que le espera a una sociedad y a unos individuos que rehusan arrepentirse y dan la espalda a Dios, y
Siempre seremos conscientes de que “nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transfigurará el cuerpo de nuestro estado de humillación, conformándolo al cuerpo de la gloria suya, en virtud del poder que tiene también para someter a si mismo todas las cosas”.


Muchas gracias. Que Dios les bendiga.








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Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Lo que el Señor espera de un cristiano es que defienda la libertad religiosa

¿Es libertad religiosa imponer una asignatura confesional en la escuela pública?

Para Ibero con banderita.
Omnium Cultural es una instirución que solo unos pocos le hacen caso. Personalmente dejé de hacerles caso cuando arremetieron contra Josep Pla, uno de los mejores prosistas en nuestra lengua y con el cual me unió una buena amistad. El motivo de arremeter contra él fué por ser de derechas pero, sin identificarse contra ningún grupo de las mismas.
No es suficiente leer algun que otro articulo en pro o en contra de algo o de alguien, es necesario conocer todo el contexto. Lo otro de pura y falaz demamogia.
Claro que, para evitar eso hay que tener un mínimo de inteligencia.
 
Obispos, sed valientes: no estáis solos

Tobi dijo:
Omnium Cultural es una instirución que solo unos pocos le hacen caso. Personalmente dejé de hacerles caso cuando arremetieron contra Josep Pla, uno de los mejores prosistas en nuestra lengua y con el cual me unió una buena amistad. El motivo de arremeter contra él fué por ser de derechas pero, sin identificarse contra ningún grupo de las mismas.
Ojalá toda la izquierda y la derecha estuvieran a la altura de Josep Pla.
Otro gallo nos cantaría. Enhorabuena por haberlo tenido como amigo.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

talcual dijo:
Aplicate el proverbio persa................ jejeje

Jujuju.


Para Ibero con banderita.

¿No le gusta la bandera española? Es la bandera de su país, España. Cataluña es sólo una CCAA.

;)

Omnium Cultural es una instirución que solo unos pocos le hacen caso. Personalmente dejé de hacerles caso cuando arremetieron contra Josep Pla, uno de los mejores prosistas en nuestra lengua y con el cual me unió una buena amistad. El motivo de arremeter contra él fué por ser de derechas pero, sin identificarse contra ningún grupo de las mismas.
No es suficiente leer algun que otro articulo en pro o en contra de algo o de alguien, es necesario conocer todo el contexto. Lo otro de pura y falaz demamogia.
Claro que, para evitar eso hay que tener un mínimo de inteligencia.

¿Y qué tiene que ver eso conmigo?

Creo que se ha equivocado de forista.


Un saludito español.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Lo que el Señor espera de un cristiano es que defienda la libertad religiosa

¿Es libertad religiosa imponer una asignatura confesional en la escuela pública?

La asignatura de religión es optativa en España.
Parece mentira que en algo tan básico usted mienta con tanto descaro.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

http://www.larazon.es/noticias/noti_soc94603.htm

El Gobierno incluye como uno de los fines de la educación el respeto a la homosexualidad

Organizaciones de padres y profesores temen que la redacción de la ley dé pie a manuales como el de Castilla-La Mancha

Mar Villasante

Madrid
- La Ley Orgánica de Educación llega a la fase decisiva de la votación en el Pleno del Congreso. El dictamen de la Comisión -órgano que hace dos semanas debatió las enmiendas de los grupos parlamentarios y las transaccionales del PSOE que modificaban aspectos sustanciales- incorpora las últimas concesiones de los socialistas a partidos y organizaciones educativas, entre ellas, las relativas a la escuela concertada tras el acuerdo alcanzado con la federación de religiosos de enseñanza.

Uno de los retoques figura en el Preámbulo, donde se exponen los motivos y filosofía del proyecto, y se refiere a los fines de la educación. Entre ellos, resalta «el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual». O de la homosexualidad, en palabras más llanas de otras organizaciones que, sin cuestionar el respeto que merecen las opciones sexuales, llaman la atención sobre el hecho de que se incorpore como fin en sí mismo de la educación cuando, «no aparece la adquisición de conocimiento», dice el secretario general de la federación de Enseñanza de USO, José Luís Fernández Santillana.

El inciso responde a una enmienda que presentó IU, con el argumento de que «se deben incluir propuestas que reflejen la diversidad afectivo-sexual de la sociedad en el currículo a través de los fines del sistema educativo y los objetivos de sus etapas».

Ya en el articulado no se hace mención expresa de la sexualidad y la ley sólo cita el desarrollo de la personalidad y las capacidades de los alumnos; el respeto de los derechos y libertades fundamentales; la educación en el ejercicio de la tolerancia y la libertad; la educación en el mérito y el esfuerzo personal; el respeto hacia los seres vivos; a la pluralidad lingüística y cultural o la capacitación para el ejercicio de las actividades profesionales, entre otros.

USO considera que la redacción de la exposición de motivos puede alentar casos como el de Castilla-La Mancha, donde se distribuyó una «Guía para chicas» como material de apoyo a docentes, en la que aconsejaba a las adolescentes que se masturbaran y sugería que se dieran masajes con amigas «de confianza».

Recientemente, este sindicato se hizo eco de la denuncia del presidente de una asociación de padres de Aragón, que aseguraba que en algunos colegios, sin contar con los padres ni comunicárselo, se habían retirado dos clases de asignaturas troncales para dar una de educación sexual, no contemplada en la programación anual del centro.

Otros sindicatos, como la Asociación Nacional de Profesores de Enseñanza (Anpe), apoyan los principios constitucionales de igualdad y no discriminación, pero defienden la transmisión de valores «más acordes con nuestra tradición cultural y del humanismo cristiano». La «diversidad afectivo-sexual», o la «homosexualidad», si se quiere, «bajo ningún concepto puede ser considerada un fin de la educación», asegura el presidente de la Confederación de Padres y Madres de Alumnos (Cofapa), Mariano Calabuig, que precisa que, «como padre, no se me puede ocurrir al nacer un hijo mío que una de las primeras cosas que debe reconocer es la existencia de homosexuales».

El presidente de la Confederación Nacional Católica de Padres de Alumnos (Concapa), Luis Carbonel, expresó su oposición frente a quienes «no respetan el derecho de los padres a educar a nuestros hijos según nuestras convicciones» y que «intentan inmiscuirse en nuestra labor y tienen el atrevimiento de querer educar sexualmente a los chicos hasta el punto de repartir guías como en Castilla-La Mancha».

Por otro lado, Concapa volvió a confirmar la «nula intención negociadora del Gobierno y de su Grupo», que no se ha manifestado sobre sus propuestas a pesar de la aireada oferta de diálogo. Y ha anunciado que si el jueves «el presidente del Gobierno no ha cumplido su palabra y ha vuelto a engañar a la sociedad», empezarán una campaña informativa que concluirá con la solicitud de retirar la LOE y la dimisión de Zapatero. Sin descartar actuaciones más contundentes -añaden- si «la imposición de un modelo educativo intervencionista» se hace al final realidad, «ignorando la demanda social».

Las organizaciones convocantes de la manifestación del 12-N creen que las modificaciones realizadas en la Comisión de Educación del Congreso son un «maquillaje» para una ley parcheada, que «no responde a la demanda de toda la sociedad de que la educación sea una cuestión de Estado y objeto de un pacto que garantice la calidad y la estabilidad».

Fuente: http://www.larazon.es/






<CENTER>:Investiga :Tempted: :ovnialmue :Investiga</CENTER>
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

IBERO dijo:
La asignatura de religión es optativa en España.
Parece mentira que en algo tan básico usted mienta con tanto descaro.

Ya ves, IBERO, eres un mentiroso.
Claro que tambien es mentir obviar la raiz del problema. Y la raiz del problema es que el Estado pague los emolumentos de los profesores de religión, sea de la confesión que sea. Y si lo paga el gobierno lo pagamos todos nosotros. El que desee clases de religión, sea de la confesión que sea, que se la pague él.
El pataleo episcopal no son las clases de religión, nadie les impide tenerlas, sino quien lo paga. Patalean porque desean que seamos todos los españoles los paganos de su profesorado.
Luego, ¿quien miente?
Mis saludos
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Hermano Bart
No veo ningún problema en que se enseñe a respetar a los homosexuales.
Pero sí en pasarse con respecto a dicho respeto.
"Bodas" "matrimonios" "adopción de niños" por parte de parejas homosexuales está más allá del respeto.
E matrimoniar merece un respeto y digamos de los niños que les es vital para su desarrollo sexo-afectivo la figura materna y paterna.
Bendicones
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Jonathan Navarro dijo:
:gato:

¿Ves como el gobierno también tiene iniciativas buenas?


:bicho:
¿A ti, te parece bueno esto?:

“USO considera que la redacción de la exposición de motivos puede alentar casos como el de Castilla-La Mancha, donde se distribuyó una «Guía para chicas» como material de apoyo a docentes, en la que aconsejaba a las adolescentes que se masturbaran y sugería que se dieran masajes con amigas «de confianza».”


Saludos

Bart





:Eye_anim: :Eye_anim:
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

No Bart, eso es lo que USO considera que puede alentar, a mí lo que me parece bueno es que dentro de la educación el respeto sea una máxima.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

:ojos:
Lo que me parece bueno, es el café con leche. :kaffeetri


Saludos

Bart
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Tobi dijo:
Ya ves, IBERO, eres un mentiroso.

Usted dirá en qué...

Claro que tambien es mentir obviar la raiz del problema. Y la raiz del problema es que el Estado pague los emolumentos de los profesores de religión, sea de la confesión que sea. Y si lo paga el gobierno lo pagamos todos nosotros. El que desee clases de religión, sea de la confesión que sea, que se la pague él.

A mí personalmente no me gusta en absoluto muchas otras cosas que se hacen con mis impuestos. Por ejemplo, sin ánimo de ser exhaustivo, pagar 150.000 euros de sueldo al Presidente de la CCAA de Cataluña (más del doble de lo que cobra el Presidente del Gobierno de España), subvencionar el terrorismo etarra (la mitad de sus ingresos hasta que Aznar cortó el grifo provenía de aportaciones por subvenciones políticas que provenían de los presupuestos públicos), subvencionar a la caterva de ONGs y Asociaciones de Derechos humanos claramente partidistas (nada objetivos), o pagar al concejal de Asuntos Sociales de mi municipio el sueldo que cobra para estar rascándose la barriga y dilapidando mis impuestos en programas inútiles cuando decide mover el culo.

Así pues, si a usted no le gusta que haya profesores católicos pagados con sus impuestos, comprenda que hay muchos otros ciudadanos de este país a quienes no le gusta muchas otras aplicaciones que se dan a esos ingresos públicos.

El mundo no es perfecto, desgraciadamente, y nunca llueve a gusto de todos.

Ahora, a mí me queda claro y le vuelvo a repetir, en tanto se retracte de ello, es que usted mentía, con alevosía y nocturnidad añadiría yo, cuando dijo:

"¿Es libertad religiosa imponer una asignatura confesional en la escuela pública? "

A lo cual le vuelvo a responder:

La asignatura de religión es optativa en España. NO es una asignatura impuesta.

Yo he estudiado en España en la escuela pública, y en su momento mis padres (que no eran católicos) escogieron "ética" para mi formación. Aquellos padres que consideraban que sus hijos debían recibir formación religiosa ("cristiana católica"), escogían la otra opción. De todos modos, me parece especialmente grave recibir hoy en día "ética" cuando se pretende enseñar a los niños que la homosexualidad es la cosa más normal y natural del mundo, tal y como pretende la nueva Ley de Educación que el gobierno socialista actual pretende llevar a las escuelas públicas.

Lo que más gracia me hace de todo esto, es que los hijos de todos estos políticos de izquierdas lleven a sus hijos a colegios privados o concertados donde se ofrece una educación al márgen de los excesos y defectos de los centros públicos.

Es una vergüenza que no prediquen con el ejemplo.

El pataleo episcopal no son las clases de religión, nadie les impide tenerlas, sino quien lo paga. Patalean porque desean que seamos todos los españoles los paganos de su profesorado.
Luego, ¿quien miente?
Mis saludos

Creo que usted aún no se ha leído bien el art 16 de la Carta Magna.

Otra cuestión es que cada colectivo social (islámicos, evangélicos, masones, adventistas, episcopalianos, etc...) accediera a su "clase de religión" a la carta. Pero parece ser que el montante de estos grupos aún no es lo suficientemente grande como para atender sus peticiones (el Islam parece que ya lo es, o lo será... ¡casi parece que han adelantado a los "cristainos no católicos"!)

De todos modos el forista Luis Fernando decía en algún epígrafe que los evangélicos tenían una centena larga de profesores de religión subvencionados asimismo por el Estado. Es una información que desconozco y que habría que comprobar.

Le cedo el honor.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Luis Fernando dijo:
Agradezco tus deseos. El Señor me bendijo con un buen trabajo y nuestra situación económica, que llegó a ser desesperada, se ha encauzado. Lo único es que durante toda la semana estoy fuera de casa y no veo a mi familia, pero eso le ocurre a muchos otros trabajadores y además será sólo hasta el verano que viene.
Ahora vuelvo a tener acceso a Internet pero mi tiempo de conexión será muy reducido.

¿Tú qué tal? ¿todo bien? ¿la salud?

Dios te guarde

Que bueno! estuve orando porque consiguieras un buen trabajo, y voy a seguir orando porque consigas uno mejor que el que tienes ahora.

Un poco tarde este comentario pero vale la pena.

Dios te bendiga