Obispos, sed valientes: no estáis solos

Obispos, sed valientes: no estáis solos

Luis Fernando dijo:
El proceso de beatificación de Monseñor Romero está abierto y va bastante bien. No sé qué narices tiene eso que ver con lo que tratamos en este epígrafe.
Será porque monseñor Romero era un "obispo valiente" y el título del tema es: Obispos, sed valientes: no estáis solos. Vamos, digo yo.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

EN RESPUESTA A SAVATER
Conveniencia de la enseñanza cristiana
Por Pío Moa

La enseñanza cristiana en la escuela me parece muy conveniente, y no sólo porque la pida una gran mayoría de padres. Lo lamentable sería que dejaran de pedirla. Por resumirla mucho, podemos sintetizar la instrucción cristiana en la enseñanza y comentario de los Diez Mandamientos, más la historia y cultura ligada a ellos. Esos mandamientos condenan la corrupción económica y sexual, la mentira y la calumnia, prohíben matar salvo en defensa propia, prescriben honrar a los padres, es decir, en sentido amplio, a la tradición y el legado cultural heredado, etc.

Lógicamente estos mandamientos no pueden gustar a los hedonistas ávidos de fondos públicos y de toreo de alcoba, convencidos de que la historia empieza, y acaso termina, con ellos, pues la muerte acaba con todo; convencidos de que la droga constituye ante todo una experiencia placentera, de que la familia, sobre todo la cristiana, es una institución opresora que el estado debería socavar y erradicar en lo posible, de que las no menos opresivas nociones de bien y mal debieran dejar paso a lo divertido y lo fastidioso, etc. El hedonismo progre ha alentado un tipo de enseñanza acorde a esas concepciones, y no puede negarse que ha tenido resultados importantes: expansión de la droga y el alcoholismo entre la juventud, la pérdida de referentes morales, altos índices de fracaso escolar, de fracaso matrimonial, de delincuencia juvenil y no juvenil (pues llevan muchos años de aplicación), de embarazos y abortos de adolescentes, enfermedades sexuales y otros así. No estoy seguro de si son éstos los objetivos de esa enseñanza, me inclino a creer que sí, porque año tras año sus promotores persisten en ella, y aun la extreman, sin prestar atención a sus efectos.

¿Se forman así buenos ciudadanos? Lo dudo, pero reconozco que eso va en gustos. Por ello, los partidarios de esa educación debieran reservarla para sus hijos y no obligar a todo el mundo, utilizando los fondos públicos, a someterse a sus criterios. Esto último me parece una actitud abusiva y de corte totalitario. Además, he leído que la mayoría de los dirigentes socialistas y similares evitan mandar a sus hijos a centros públicos.

En cambio creo que la enseñanza cristiana, por lo ya dicho, tiende a formar el carácter individual y también a ciudadanos responsables. Es una opinión particular, si quieren, pero extendida, hoy por hoy, entre una amplia mayoría de la población. Por lo tanto, la enseñanza pública debiera atender a los deseos de esa mayoría, sin menoscabar los de la minoría progre-hedonista.

Además, considero que los valores y la proyección ciudadana de una enseñanza cristiana pueden ser compartidos por mucha gente no cristiana (yo mismo), e incluso atea, exceptuando en tal caso los dos primeros mandamientos, pero no entraremos aquí en la fundamentación de la moral.

La catedral de Burgo de Osma, uno de tantos monumentos católicos españolesHay otra razón de mucho peso en pro de la enseñanza cristiana: la cultura española está impregnada de cristianismo hasta la médula. Viajando por el país encontramos en todas partes iglesias, ermitas o catedrales, muy a menudo los edificios más bellos y sugestivos de cada población, e incluso una fuente de atracción de turismo. O monasterios que han sido focos de cultura y a veces siguen siéndolo. Instituciones clave de la vida actual, como las universidades, tienen también origen cristiano. Nuestro lenguaje, nuestra literatura, nuestras artes, nuestras tradiciones de todo tipo, están empapadas de cristianismo católico. Renunciar a ese inmenso bagaje o diluirlo poniéndolo al mismo nivel que cualquier otra religión o creencia, sólo puede ocurrírseles a auténticos bárbaros, herederos de aquellos que, no hace tanto, asesinaban a mansalva a clérigos y creyentes, quemaban iglesias, bibliotecas y centros de enseñanza o destruían obras de arte invalorables por el delito de ser católicos. Vale la pena notar que quienes se sienten sucesores de aquellos “progresistas” no han expresado nunca el menor arrepentimiento ni la menor lamentación por tales actos. Persiste, por el contrario, una satisfacción mal disimulada al respecto.

No hablo, obsérvese, de una enseñanza religiosa en general, sino precisamente cristiana. Por supuesto, el estado es laico, pero no debe hacer del laicismo una seudorreligión sustitutoria. Y debe atender a otras religiones minoritarias, en especial a la musulmana, actualmente en auge debido a una política deliberada de los gobernantes progre-hedonistas. Pero sin olvidar dos cosas: que los musulmanes llegan a España con la peligrosa idea de que este país les pertenece, y que la religión musulmana quizá no sea incompatible con la democracia, pero no ha producido o tolerado un solo estado musulmán democrático, con la parcial excepción de Turquía.

El cristianismo, en cambio, no sólo es compatible con la democracia pues constituye la raíz misma de ella, aunque la Revolución francesa se haya manifestado furiosamente antirreligiosa, y haya originado, de paso, los totalitarismos genocidas del siglo XX. La corriente liberal anglosajona ha resultado mucho mejor, más pacífica y más evolutiva, como es sabido. Y a nosotros nos convendría recobrar las tradiciones pre liberales y pre democráticas del Siglo de oro, formuladas por diversos pensadores eclesiásticos.

No ignoro la existencia de una vastísima literatura, a menudo panfletaria, virulenta e insultante, dedicada a probar la incompatibilidad del catolicismo con la democracia. Sin embargo la experiencia histórica pesa más que los panfletos: durante la república, la derecha influida por la Iglesia respetó la legalidad y derrotó la insurrección izquierdista del 34 invocando las libertades y manteniendo después éstas. Y fueron esas izquierdas comecuras, siempre con la palabra libertad en la boca, las que destruyeron la democracia y causaron, con ello, la guerra civil.

Savater y otros muchos tienen derecho a exponer y defender sus posiciones en estos asuntos, pero no tanto derecho a pretender imponerlas a los demás. Y no deben cometer el error de pensar que quienes discrepamos de ellos carecemos de argumentos. Insistiré con otras palabras: creo que la enseñanza cristiana formará a mejores ciudadanos que la enseñanza progre-hedonista, y que una religión que empapa nuestra cultura no puede erradicarse de la enseñanza sin destruir esa cultura misma.
Y a partir de ahí critiquemos a la Iglesia, tan digna de crítica en muchas cosas.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

TRES CORTINAS DE HUMO Y UN PIN

Queridos Hermanos y amigos: Paz y bien.

Cuando todavía nos seguimos admirando del respaldo popular a la manifestación en contra de la LOE, los artificieros de la mentira y la provocación vuelven a lanzar sus cortinas de humo. Debe ser una losa muy oprimente tener encima a casi dos millones de personas que piden libertad, sensatez, diálogo, que piden verdad.

La primera cortina de humo fue la descalificación previa a la manifestación. Culpar a la Iglesia, o culpar al principal partido en la oposición, o a la Cadena COPE de haber organizado la manifestación, es una primera humareda en la feria de la confusión. ¡Qué más habrían querido algunos! Pero la verdad no es como ellos la describen en sus comparecencias. No fuimos los Obispos los organizadores, ni los jaleadores, ni los pancarteros, ni los subvencionadotes ideológicos o económicos. Han sido personas sin siglas ni consignas, que a plena luz y en uso de sus derechos, dijeron que no y que ya bastaba ante el atentado laicista contra la libertad y contra la enseñanza de calidad, y ante la manipulación intervencionista. Diez organizaciones de colectivos ciudadanos y familiares, seiscientas entidades docentes, y más de cincuenta organizaciones europeas, han convocado esta manifestación. Impresionante.

La segunda cortina de humo fue el momento de la manifestación con el apagón informativo de quien quiere deshacer la noticia sencillamente ignorándola. Era un espectáculo difícil de asimilar ver a esa muchedumbre de familias con sus hijos, de jóvenes –muchos jóvenes–, de personas adultas, que desfilaban sin habérseles convocado por el arrebato del “pásalo”. Pero el clamor de la calle, que no vocifera insultos, que no rompe cabinas ni escaparates, que no incendia autobuses, sino que sencillamente pasea su libertad y reclama sus derechos, es un espectáculo que no pasa desapercibido ni siquiera ante quienes se niegan a mirar. De nuevo, sólo los medios de comunicación libres, los que no son de intoxicación, dieron cuenta de una noticia que pese al pesar de algunos… pasó. Y quienes no cuentan lo que pasa, luego cuentan mal a los que pasaban, uno tras otro, por la Puerta de Alcalá. Dos millones, oiga.

La tercera cortina de humo ha sido después, en el insistir erre-que-erre, que la manifestación es fruto de la derechona clerical y recalcitrante ¿?, como si desde alguna cadena de radio y desde alguna sede de partido político (¿les suena? “piensa el ladrón…”), o desde “una parte” del episcopado (otra clave: querer dividir a los Obispos), se hubiera orquestado este NO hacia la LOE. Independientemente de que haya partidos políticos, o cadenas de radios, u obispos que nos hayamos adherido de diversas formas a la iniciativa, la manifestación ha sido responsabilidad de los laicos (que no laicistas) que ven en la ley una inconveniencia grave y atentatoria para la educación de sus hijos y de toda una generación. Que no quieran clericalizar el hecho abrumador de volver a tener en contra semejante gentío en la calle. Ni el asunto era sólo la clase de Religión, ni buscamos camorra inútil para reclamar privilegios.

Por último, dan lástima algunos responsables políticos cuando desde aquí y allende los mares, se empeñan en dar lecciones de cristianismo, recordando citas bíblicas, dando consejos a tutiplén e inventándose la realidad. El cristianismo no es un pin en la solapa, que uno se pone en momentos de elecciones o cuando se quiere desde una tribuna laica pontificar. Sosegaos, cristianos del pin, y escuchad de veras la verdad que hace libres.

Recibid mi afecto y mi bendición

+ Jesús Sanz Montes, ofm

Obispo de Huesca y de Jaca

20.11.2005


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Es jevi metal mi obispo, ji ji ji

:sfuego:
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Resulta paradógico. Los padres se manifiestan pidiendo que las escuelas eduquen a sus hijos. Esta si que es una cortina de humo. Pretenden delegar en las escuelas aquello que deberían hacer ellos el propio hogar.

La verdad que es poco preocupante que se pretenda imponer la enseñanza confesional en las escuelas. Que lo hagan ya que solo servirá para que el Estado gaste un dinero para profesorado.

Durante cuarenta años la ICR tuvieron la enseñanza en sus manos. Dinos, Luis, ¿Cual fué el resultado? Que más de 80% les hayan vuelto la espalda.
Solo cuando la religiosidad se vive en el propio hogar hace mella en los hijos. Pero si en los hogares solo hay una etiqueta religiosa y nada más de nada les sirve que les den clases de religión en los centros de enseñanza. En la gran mayoría de los casos, por no decir en todos, lo único que consiguen es el rechace por parte del alumnado. Solo es admitido por aquellos que no lo necesitan ya que lo tienen en el propio hogar.

Me pregunto cuando aprenderá vuestro espiscopado que el imponer y vencer tienes malos resultados. Solo el convencer los obtiene aunque sea en pocos casos actualmente. Pero mejor es pocos que ninguno. :lightingz
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

El obispo de Girona acusa a la COPE de "denigrar al pueblo de Catalunya"

RD/Agencias

Miércoles, 16 de noviembre 2005

El obispo de Girona, Carles Soler Perdigó, y el Consejo Presbiteral del Obispado ha hecho público hoy un comunicado según el que la Cadena COPE "denigra al pueblo de Catalunya" y su forma de actuar "hace perder credibilidad a la Iglesia".

El Consejo Presbiteral tomó en consideración ayer las quejas y denuncias que ha recibido sobre la información que emite la COPE, de las cuales "los consejeros se han hecho eco, y también de las muchas que han llegado directamente al Obispado".

El Consejo Presbiteral del Obispado de Girona está integrado por 21 capellanes, unos por razón de su cargo y otros que han sido escogidos por el restos de capellanes y su objetivo es asesorar al obispo en el gobierno del obispado.

Los consejeros pidieron al obispo que hiciera pública la nota que han elaborado, a la que Carles Soler ha manifestado, que "ha aprobado asumiendo su contenido".

En el comunicado se recuerda que la emisora dispone de tres frecuencias en la demarcación gerundense y se afirma que la COPE, en lugar de "sembrar la buena noticia del Evangelio", "descalifica sistemáticamente a los políticos que considera contrarios a sus opiniones, llegando a insultar e injuriar".
"De forma encarnizada -añade-, denigra al pueblo de Catalunya, a sus instituciones y a sus gobernantes".
Esta forma de actuar, según la mencionada nota, "ofende nuestros sentimientos más entrañables, hace perder credibilidad a la Iglesia, escandaliza gravemente a los fieles y despierta resentimientos y odios recíprocos".

Por este motivo, los consejeros y el obispo de Girona han denunciado y protestado "enérgicamente que una emisora que se presenta como Católica abuse tan descaradamente de la libertad en que se ampara, contradiciendo con su estilo basto y provocador los principios e ideales del Evangelio".

Finalmente, solicitan a la Conferencia Episcopal Española "una urgente y clara actuación para que ponga fin a esta situación, que lamentablemente se produce desde hace demasiado tiempo".

Espero que esta vez no me borren la aportación.............
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

COPE CONTRA COPE


Hay programas de la Cope que van contra el ideario de la Cope y que, por tanto, deberían ajustarse a dicho ideario. Ésta es la tesis, por ejemplo, del episcopado de Catalunya, que preside el arzobispo Jaume Pujol.

El primer punto del ideario de la Cope, cuyo accionista mayoritario es la Conferencia Episcopal Española, señala: "El origen y la titularidad de la Cope marcan su identidad y sus propósitos. Como cadena radiofónica surgida de las Iglesias diocesanas y de dos órdenes religiosas en España, y asumida por su Conferencia Episcopal, la cadena se considera como confesionalmente católica y se sitúa en el marco de los fines generales de la Iglesia y de su presencia evangelizadora en la opinión pública".
Se enumeran a continuación algunos principios del ideario. "La Cope observará como regla de estilo el respeto a las personas y el diálogo civilizado, rehuyendo el apasionamiento unilateral y la crítica sistemática (...) Propiciará siempre el talante conciliador, la convivencia y el diálogo. Denunciará las injusticias, pero sin sembrar odios ni esparcir gérmenes de división. Respetará las leyes y a las autoridades democráticas, con espíritu de colaboración al bien común (...) Tendrá esmeradamente en cuenta la singularidad de los pueblos de España; se identificará con sus mejores aspiraciones, promoverá su cultura, estará atenta a su sensibilidad diferenciada".
Pero ocurre que hay afirmaciones vertidas y repetidas en programas de la Cope que, según los obispos críticos, no se ajustan a su ideario. Frases como las que siguen a continuación: "El Gobierno español sólo habla con terroristas, homosexuales y catalanes, a ver cuándo se decide a hablar con gente normal". "La minoría o mayoría castellanohablante en Catalunya es la más desprotegida, maltratada, incomprendida, silenciada y machacada". "Éste es el régimen del terror que se vive en Catalunya desde hace treinta años, allí no ha habido transición a la democracia, se vota pero no hay libertad contra el nacionalismo, y lo peor es que lo quieren trasladar al resto de España". "Un Gobierno que lo único que ha hecho claro es atacar la religión católica, la mayoritaria en España".
El ideario de la Cope prevé medidas que aplicar a los profesionales si no respetan sus componentes esenciales: "El menosprecio, la hostilidad, la incongruencia profesional y el silencio sistemático o reiterado sobre los mismos cuestionarán, en principio, su permanencia en el servicio, a salvo siempre su persona de cualquier arbitrariedad no constatada".
Oriol Domingo (la Vanguardia).
 
Obispos, sed valientes: no estáis solos

talcual dijo:
COPE CONTRA COPE
Para objetivo, "El País".

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Pero sigo siendo el rey...
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

http://www.libertaddigital.com/opiniones/opi_desa_27751.html



Rubalcaba
¿Quién incendia, quién atiza el odio?

Juan Carlos Girauta

“Rubalcaba siempre acusa al contrario de lo que él mismo ha hecho. Doblez tan indignante y peligrosa hay que denunciarla en todos los foros y a todas horas.”


Es tan plano el debate al que obligan los gobiernos español y catalán; causa tanto hartazgo volver una y otra vez sobre lo mismo; desconcierta tanto que el socialismo español abra una larga etapa de estéril esencialismo; asquea tanto que el país luche a brazo partido contra sí mismo, que había decidido centrar mi atención –siquiera un par de columnas– en el debate europeo sobre la globalización. Pero no es posible. Cuando voy a ponerme a ello, leo que dos ministros, en batería, acusan a la COPE de incitar al odio y al PP de incendiar España. Esta sangrienta hipocresía se tiene que acabar.

Son acusaciones habituales, diarias, machaconas, en los medios de comunicación catalanes, que sin embargo no se dan por enterados cuando un articulista del Avui lanza amenazas de muerte, un político define la bandera española como “bandera del enemigo”, un miembro del gobierno catalán amenaza con una “guerra civil” y la segunda autoridad de Cataluña les recuerda a los firmantes de un manifiesto crítico los nombres de los firmantes de otro manifiesto que acabó en atentado y en diáspora.

En cuanto a que el PP incendia España, la acusación es especialmente malvada porque procede de un incendiario profesional que puso en serio peligro la democracia y que demostró cuánto valora la izquierda la estabilidad y la paz: lo más parecido al incendio de España fue el asedio a centenares de sedes del PP entre amenazas, mentiras, coacciones e insultos. Rubalcaba siempre acusa al contrario de lo que él mismo ha hecho. Doblez tan indignante y peligrosa hay que denunciarla en todos los foros y a todas horas.

Es objetivo prioritario de los gobiernos español y catalán reimplantar la censura, amordazar a los críticos que denuncian sus tropelías y no se prestan a componendas. Aspiran a un falso y sedante “pluralismo” donde la España conservadora estaría representada por un frustrado farfullante y la España liberal por nadie. Van a empezar prohibiendo la COPE en Cataluña. Ya lo han decidido. Es preciso oponerse frontalmente a ese acto, más que arbitrario totalitario. Si lo perpetran, les resultará infinitamente más fácil adormecer a una sociedad que ha sido suplantada por la fantasía de ingenieros sociales, disfrazada y torcida por medios de comunicación obedientes y amenazada por proyectos liberticidas y mesiánicos.


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http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276264014.html

LA EMISIÓN DE LA MAÑANA TUVO QUE INTERRUMPIRSE
Un falso aviso de bomba obliga a desalojar la COPE durante unos minutos

Pasadas las 10.15 de la mañana, la sede de la Cadena COPE tuvo que ser desalojada al recibir un falso aviso de bomba. La programación fue interrumpida y sólo se pudo escuchar la sintonía de La Mañana. Unos siete minutos después, Federico Jiménez Losantos, que en ese momento presentaba La Mañana, retomó la palabra. La amenaza se produce un día tras el duro ataque del ministro de Industria, José Montilla. Libertad Digital pone a disposición de sus lectores un FORO ESPECIAL para que muestren su apoyo a la Cadena COPE.


(Libertad Digital)
El miércoles por la mañana el ministro de Industria y primer secretario del PSC, José Montilla, aprovechó su intervención en los "Desayunos Informativos" de Europa Press para arremeter contra la Cadena COPE por lanzar "mensajes que incitan al odio, la división y la confrontación y que sólo hacen que sembrar cizaña e ir contra los valores que en teoría defienden los titulares de esa cadena".

"Eso sí me parece que no es de recibo, eso no pasa en ningún país de Europa. No encontrarán ustedes en ningún país de Europa ninguna cadena de radio, ni ningún medio de comunicación de la Conferencia Episcopal correspondiente que haga el papel que aquí está haciendo la que ustedes conocen", declaró.

Veinticuatro horas después, varias unidades de la Policía se han tenido que desplazar hasta la sede de la COPE en el centro de Madrid para comprobar una llamada en la que se anunciaba la colocación de una bomba. Tras el desalojo de las instalaciones, los agentes comprobaron la falsedad de la amenaza y los profesionales de la emisora pudieron volver a sus puestos de trabajo. La emisión siguió también con absoluta normalidad y fue Federico Jiménez Losantos, que en ese momento presentaba La Mañana, el que hiciera un llamamiento a la calma.

Durante algo más de siete minutos los oyentes de la COPE no pudieron escuchar la programación habitual, que fue sustituida por la sintonía de La Mañana y por publicidad. Jiménez Losantos y su equipo no abandonaron el estudio. Al despedir el programa, el director de La Mañana se despidió de sus oyentes sin perder el humor: "Amenazas de bomba a nosotros, doce horas vamos a hacer de programa".


Fuente: http://www.libertaddigital.com/
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

El avispero de COPE


Al conflicto existente entre trabajadores de la COPE, especialmente Federico Jiménez Losantos, y el gobierno y el partido que le sustenta, el PSOE en España y el PSC en Cataluña, plagado de insultos y amenazas, se ha añadido un elemento nuevo, una parte de la iglesia catalana y algún obispo de la misma que se posicionan frente al presentador de “La Mañana de COPE”. El conflicto, con ello, se agrava. No es lo mismo entrar en una batalla radiofónica con un ministro que se excede en sus atribuciones siendo el responsable del ramo de la radiodifusión y al que, sea cierto o no, se le descubre en su partido una dudosa resolución de créditos con la Caixa, que entrar a responder a grupos de la iglesia catalana e incluso algún obispo que, como es sabido, forma parte del accionariado mayoritario de la cadena.
Para algunos, tras la respuesta ayer de Jiménez Losantos a Monseñor Soler, obispo de Gerona, que junto a su Consejo Presbiteral critico a la COPE y su línea editorial, la salida que le queda al presentador no es otra que marcharse cosa que, de llevarse a efecto, casi con toda seguridad supondría el hundimiento económico y mediático de la cadena.
Si Jiménez Losantos por presiones internas de algunos obispos tiene que abandonar la COPE, dicen los que saben de esto, que no se va solo sino que el mismo Cesar Vidal se va con él. Y no serían los únicos. Con ellos, casi sin lugar a dudas, se irían una buena parte de los oyentes tanto de “La mañana” como de “La linterna”. ¿Puede permitirse hoy la COPE prescindir de dos líderes de audiencias como estos?. ¿Podría hacer frente al desembolso económico que ello supondría?. Probablemente no, cosa que a muchos de los críticos de la línea editorial de la COPE que cuestionan que la Iglesia tenga una cadena de radio, no sólo no les preocuparía sino que daría pie a lo que realmente desean, la desaparición de la COPE.
Ante este conflicto, tanto interno como público, cabe señalar que Federico Jiménez Losantos no es ningún modelo de dulzura y moderación en sus comentarios, en su crítica y en la coordinación de sus tertulias pero, a la vista está, tampoco lo es ni el todavía ministro Montilla, ni el PSC ni, incluso, el propio Obispo Soler.
Mas allá del debate sobre el quehacer de los trabajadores de la COPE en sus programas lo que hoy, con una leve intuición evangelizadora parece claro, es que la Iglesia no puede prescindir para su misión de los medios de comunicación y, además, no de unos medios en los que tan solo se rece el rosario, sino de unos medios que sean capaces de relacionarse de igual a igual con el resto de cadenas, televisiones y periódicos que existen. Prescindir hoy de unos medios de comunicación propios, como algunos parecen ansiar, es un error de tal envergadura que afecta de lleno a la tarea evangelizadora de la Iglesia.
El debate sobre los profesionales de la COPE y su estilo es una cosa donde habrá opiniones para todos los gustos pero renunciar a un medio de comunicación propio sería algo que, para la Iglesia, solo supondría alejarse de aquella realidad que está llamada a transformar mediante el anuncio de Jesucristo.

“Malas palabras no salgan de vuestra boca; lo que digáis sea bueno, constructivo y oportuno, así hará bien a los que lo oyen. No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final. Desterrad de vosotros la amargura, al ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo”. (Ef 4, 29-32)

Poderoso caballero es don dinero...........
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Palos a la Cope..........................


Forum Libertas es un portal de Internet impulsado por E-cristians, un grupo católico conservador, liderado por el profesor Josep Miró i Ardevol, uno de los más consistentes y conocidos líderes laicos católicos. En ese portal escribe, sin embargo, Angel Miret i Serra un artículo sin desperdicio titulado "La Cope no respeta a los católicos", en el que arremete contra la cadena de los obispos y su forma de hacer radio.

Primero los principios.


Claro está, los límites democráticos en el ejercicio de la libertad de expresión se encuentran exclusivamente en la ley. Evidentemente. No pretendo, pues, pedir que se retire la licencia administrativa a ninguna emisora. Menos aún a la COPE en la que tiene intereses la Conferencia Episcopal Española, es decir la Iglesia a la que pertenecemos y con la que nos sentimos vinculados espiritualmente. Esta no es la cuestión objeto de debate. Si los contenidos y las formas de la COPE fueran los de una empresa privada cualquiera nada podríamos objetar: con no sintonizarla o girar el dial habría bastante. Para lo demás, ahí están los juzgados cuando corresponda.

Después, su aplicación.


El problema en cuanto a los contenidos de la COPE es el siguiente: un medio de comunicación de la Iglesia no puede inclinarse tan abiertamente por una determinada opción política, por más legítima que ésta sea, porque los católicos tenemos opciones y visiones plurales sobre las cuestiones sociales y políticas. Para constatarlo, basta con observar, por ejemplo, las profundas diferencias que la Conferencia Episcopal Tarraconense, junto con obispos y autoridades religiosas catalanas, mantienen con otros obispos españoles sobre el debate suscitado a partir de la propuesta de modificación del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Lo mismo puede ocurrir con otras muchas cuestiones políticas de menor impacto mediático pero igualmente trascendentes: ¿Debe suprimirse el impuesto de sucesiones? ¿Cuál es la política que sobre el problema de la vivienda deben mantener las administraciones públicas? ¿Qué presupuesto deben tener las políticas de integración de los inmigrantes? Y así hasta el infinito.

Ejemplos concretos, por si quedaban dudas.


Si esto es así, no parece justo que un medio de comunicación católico, con la excepción de aquellas cuestiones en las que el magisterio de la Iglesia es diáfano como lo son la defensa de la vida desde su concepción, de los oprimidos, presos y marginados, de la libertad de los padres para escoger libremente la educación de sus hijos, la lucha por la erradicación de la pobreza, la defensa y promoción de los derechos humanos, etc. se convierta en fiel aliado de un partido político desde su vertiente, además, más radical e intolerante.
Pero hay otras cuestiones: El amparo de la Iglesia sólo lo utiliza cuando conviene a estos mismos idearios políticos. Así, cuando el Papa Juan Pablo II condenó sin ambages la invasión y la guerra de Irak, la emisora siguió apoyando no sólo el conflicto sino la participación en él de tropas españolas. O cuando reiteradamente se refiere a la inmigración de forma absolutamente contraria a los postulados de la Iglesia que mantiene, como no podría ser de otra forma a la luz de los Evangelios, una posición de respeto, acogida y ayuda a este colectivo. Y, en fin, qué decir de los groseros ataques al Sr. Duran Lleida por parte del Sr. Jiménez Losantos?
En cuanto a las formas, para la defensa de cualquier idea no puede utilizarse la descalificación permanente del adversario, el insulto personal con todos aquellos que no comparten íntegramente las tesis de los conductores de los distintos programas, el odio hacia las personas que discrepan, la mentira y la difamación. Este no es el estilo de la Iglesia de Cristo.????

Y la conclusión final.


La utilización de un medio de comunicación de la Iglesia para fines partidistas supone un escándalo que muchos católicos no podemos tolerar por más tiempo. Solicito pues a la Conferencia Episcopal Española, desde mi compromiso como militante católico, que el Sr. Jiménez Losantos y otros tertulianos de la COPE no continúen en esta emisora, que debe ser de todos los católicos. También de los que nos sentimos avergonzados de la línea seguida hasta ahora. Desde la fraternidad que comporta la fe compartida pido que dejen de apropiarse del mensaje de Jesús y de la Iglesia de la que dicen ser miembros para defender sus intereses personales. Ruego que relean la buenaventuraza que proclama ”Felices los que esfuerzan por la paz, porque serán nombrados hijos de Dios”.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

http://www.libertaddigital.com:83/p...&num_edi_on=1454&cpn=1276265865&seccion=ESP_D

"NO SE HA DICHO SOBRE NADIE QUE DEBERÍA RECIBIR UNA BALA"
Monseñor Cañizares vuelve a salir en defensa de la COPE y dice que apagar su voz "no sería un bien"

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal ha respondido a los siguen atacando a Federico Jiménez Losantos, y acusándole de representar a la "derecha más extrema", que ni el director de La Mañana ni ningún otro periodista de la emisora se ha dedicado a decir "sobre nadie que debería recibir una bala en el corazón". En El Mundo, monseñor Antonio Cañizares insiste en que la COPE cumple una función "no reconocida por algunos sectores" en el ámbito de la libertad de expresión y que "apagar su voz no sería un bien".

(Libertad Digital)
La entrevista dominical de El Mundo es esta semana a monseñor Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo. El vicepresidente de la Conferencia Episcopal, que ha tenido que salir en defensa de los trabajadores de la COPE ante la campaña que inició el ministro Montilla, vuelve a insistir en que los que están acusando de provocar crispación e incitar al odio son los mismos que recurren a argumentos nunca oídos en la emisora. Se pregunta por qué sus comunicadores, o algunos de ellos, representan la derecha más extrema, como dijo la pasada semana Montilla.

Cañizares se responde de formar clarificadora recurriendo a uno de los últimos ataques contra Jiménez Losantos: "Nunca he oído decir a ninguno de ellos sobre nadie que debería recibir una bala en el corazón; y esto se ha dicho y se ha plasmado en un medio de comunicación sobre alguno de estos comunicadores". El medio al que se refiere en el diario "20 minutos", que se distribuye gratuitamente en Cataluña. El artículo lo firmaba el juez Fanlo.

En medio de la campaña de acoso, y justo un día después del éxito de convocatoria de la manifestación contra la LOE, la vicepresidenta primera del Gobierno dijo que habría que recortar las aportaciones del Estado a la Iglesia. Poco después fue matizada por el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda. Ante estas declaraciones, monseñor Cañizares apunta que "no podría entender" que fueran una amenaza por el apoyo de los obispos a la marcha del 12-N. "Deben ser dos cosas distintas que no se pueden mezclar".

Monseñor ha reconocido que las relaciones Iglesia-Estado no pasan por su mejor momento y "como queda patente ésta es una situación delicada. Esperemos que se supere porque lo único que importa es el bien común". Ante la acusación de que los obispos hacen "política desde los púlpitos" y que están "aliados al PP en su política de oposición", el arzobispo de Toledo dice que "además de falso, es una solemne tontería que puede hacer mucho daño a la sociedad".


Fuente: http://www.libertaddigital.com/
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

¿Necesita Dios una radio?
QUINTÍN GARCÍA GONZÁLEZ
EL PAÍS - Opinión - 09-11-2005

Llevo una temporada larga con problemas acusados de insomnio por despertar precoz. A tempranísima hora se me escapa el sueño reparador y me veo enchufado al vértigo laborioso de la consciencia. Me dicen que es la edad, que con los años el organismo necesita menos horas de sueño. Pues qué fastidio y qué desilusión, porque quiere decir que este insomnio que me amarga las amanecidas no tiene cura, como los años. Como no tienen cura tampoco otras desilusiones y desesperanzas mucho más graves. Verán: en uno de esos insomnios en los que la mente, entre perezosa y ávida, se ve asaltada por desvaríos y estados de ánimo temblorosos, decidí buscar asilo espiritual en la radio de los Obispos pensando que a esa hora tan monacal de los laudes encontraría un remanso de pensamientos espirituales y/o alabanzas divinas. Fatal equivocación: lo que había era una voz desgañitada que repartía latigazos y preveía catástrofes sin fin.
En vez de serenar mi espíritu, la voz alteró mi alma. Aunque despierto, a esas horas procuro mantener un nivel de actividad mental bajo. Pero ese día me fue imposible: se me despertaron todos los sentidos como si luces de emergencia y tenía que reprimir la tentación de vestirme y salir corriendo hacia Portugal -apenas a 130 kilómetros- para que las ruinas de España y de la civilización occidental y cristiana no me pillaran debajo. Además, confieso que aquel tono tronante y apocalíptico, y ese morbo que tienen siempre las descalificaciones personales y las condenas rotundas me mantenían cautivo, en tensión y pendiente de todo lo que aquella boca iba desgranando en materia económica, política, cultural, histórica, bolsística, deportiva y hasta climática, que también el clima y la sequía obedecían a una conjura manifiesta contra España y la civilización occidental y cristiana perpetrada por los enemigos de la patria. No faltó la crónica y crítica televisiva y periodística -todo es basura-; ni el espacio del corazón.
Llegó un momento, avanzados ya el alba y el tono jeremíaco, que me sentí realmente incómodo en aquella tensión porque, la verdad, yo no había ido a buscar ese producto radiofónico que se me estaba ofreciendo. Me decía: cambia el dial. Pero aguantaba: tú espera que ahora vendrá el enfoque espiritual propio y específico de esta Cadena que es la portavoz de una entidad religiosa. Ansiaba ahora más, en medio del vértigo mental en el que me había sumido aquella voz, escuchar algunas frases del Evangelio, testimonios de cristianos heroicos que alimentaran mi esperanza ya alicaída, o algo de canto gregoriano al menos. Pero allí seguía puro y duro, sin ningún planteamiento moral o evangélico, un mensaje económico ultraliberal -respetable como opinión particular-, una interpretación ultraconservadora de la historia -respetable-, un enfoque parcial de cuestiones culturales -perfectamente respetable, cada uno tenemos nuestras visiones-, una defensa partidista de siglas y personajes políticos -igualmente respetable a nivel personal, no eclesial, cada uno tenemos nuestras ideas-, una identificación afectiva con un equipo de fútbol determinado -como todos-, un ataque personal despiadado a otros profesionales de los medios -no respetable- y hasta unos juicios climáticos acordes con sus tonos catastrofistas.
Molesto por el nivel excesivo de consciencia al que me había obligado aquella voz con sus estridencias; decepcionado como consumidor de radio por no encontrar a esas horas aún vírgenes lo que la etiqueta del producto radiofónico me indicaba, me dejé invadir por preguntas y preguntas que se me amontonaban en la lengua. Y por alguna conclusión. Como ésta: esa voz tiene todo el derecho del mundo a expresar las ideas económicas, políticas, sociales, históricas, culturales, lingüísticas, climáticas, bolsísticas, periodísticas, deportivas, que quiera. Y sus fobias y filias. Y sus exageraciones y deformaciones, como hacemos los demás también. Incluso a ese tono montaraz, lleno de navajazos; allá él con su conciencia personal, con su ética profesional o con los tribunales. Pero -y he aquí las preguntas- si la Cope es la voz pública de la Iglesia católica; si es la radio de los curas, como dice la gente; si es la radio de los Obispos, entonces ¿los juicios económicos, políticos, históricos, culturales, deportivos, climáticos vertidos expresan la opinión de los creyentes católicos, de los curas católicos, de los obispos católicos sobre esas materias? ¿Acaso pensamos todos igual? Más: ¿es que como católicos hay una valoración común sobre esos temas? ¿En base a qué? La perplejidad y el desasosiego subieron de tono cuando se me apareció en mitad de la mente la pregunta clave: si la Cope dice interesadamente que es la voz de fieles, curas y obispos católicos, ¿será también la voz de Dios? ¿Necesita Dios una radio? ¿Será Dios ultraconservador en economía, política, en interpretación de la historia, en asuntos patrióticos y nacionalistas? ¿Es Dios del Madrid y contrario al Barcelona y otros? ¿Las predicciones de Bolsa tendrán el auxilio milagrero de algún santo último cuyas andanzas terrenales fueron aficionadas a las finanzas? Cuando el portavoz defiende a un partido y a unos políticos frente al resto, ¿hay que entender que volvemos a la vieja y antievangélica práctica de los partidos confesionales, tan equívocos, y la prensa católica, tan cautiva? ¿Es el católico libre de elegir las mediaciones políticas, económicas, culturales que crea en conciencia más acordes con el mensaje evangélico, o sólo los portavoces eclesiásticos y radiofónicos tienen esa libertad? ¿Tendrá algo que ver todo esto con el aumento acelerado de cristianos sin Iglesia? Embalado como estaba, aún ascendía el nivel de mis preguntas: ¿dónde iremos a parar los fieles, curas y obispos -¿los hay?- que no tenemos idearios ultraconservadores a pesar de tantas imposiciones?: ¿al infierno?, ¿al limbo? (que quizá hay que reinventar para los que sigan aceptando la doctrina del Vaticano II sobre la autonomía de las realidades temporales). Cuando el portavoz radiofónico insulta, desprecia, se mofa, ¿hay que entenderlo como un imperativo del mandato evangélico del amor al prójimo o es fruto del seguimiento de aquel gesto del Señor Jesús cuando cogió un látigo y fustigó a quienes habían convertido el templo en una cueva de ladrones y traficantes de dineros, doctrinas interesadas, negocios a costa del pueblo, privilegios, influencias y poderes?
En buen berenjenal me había metido el insomnio: cuando me levantara, a las tareas normales del día tendría que añadir el consultar a las autoridades competentes -eclesiásticas, por supuesto- esa batería de preguntas. ¡Qué ruina! Pero no acabó ahí mi aventura radiofónica mañanera. De la decepción por el engaño y manipulación de la etiqueta del producto radiofónico Cope; de la tensión por haber sido arrastrado a un ritmo mental inapropiado a esa hora; de una cierta vergüenza por haberme dejado embaucar por el morbo del insulto personal y el simplismo de juicios -el que no está conmigo está contra Dios, la patria, los católicos-, pasé directamente a la indignación y hasta a la rabia cuando al portavoz le tocó el turno de hablar de los "subsaja" (sic), como antes los "sudaca", a los que llamó delincuentes por atentar contra la soberanía española. Dijo más: ésos que pueden viajar hasta ahí no son pobres, los moros -Marruecos- usan a los negros para conquistar las ciudades cristianas y españolas de Ceuta y Melilla, la Europa cristiana no puede dejar entrar a esos millones de musulmanes, el Gobierno y la policía y el Ejército son unos blandengues en la represión, etcétera. ¡No daba crédito a mis oídos: la pobreza del mundo reducida a una cuestión de nacionalismos y credos! Esa pobre gente, empujada por el hambre y las condiciones de vida inhumanas e injustas en sus países de origen, fruto de un sistema económico y de valores absolutamente perverso -precisamente porque produce esas situaciones-, sólo merecía del portavoz eclesiástico un análisis simplón de corte ultranacionalista, xenófobo y racista. ¡Ni una palabra de misericordia, ni una lágrima, ni un sentimiento hacia esos hombres y mujeres crucificados en una valla de cuchillos, y antes en las condiciones de vida de sus países, y antes en las leyes del comercio internacional y las relaciones de poder antiguas y nuevas, y después en la desolación y abandono de los desiertos africanos! Ni una condena -ahora sí, por motivos humanitarios y evangélicos- al Gobierno socialista por practicar y colaborar en la represión inhumana e ilegal de esos emigrantes y en el sistema económico y político global que los genera, por violar derechos humanos. Ahora no me surgieron preguntas y perplejidades sobre lo que piensan los fieles, curas y obispos, que también hay de todo. Tenía claro por haber leído y recordado muchas veces el testamento del Señor Jesús, el único que fundamenta mi fe: "Lo que hicisteis con uno de mis pequeños hermanos, conmigo lo hicisteis... Venid, benditos, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed, estuve en la cárcel, enfermo..., fui robado y arrojado a la orilla del camino de la historia... y fuisteis prójimos míos...". ¡Tanta radio católica para acabar riéndose de los pobres!
Definitivamente el portavoz eclesiástico me había puesto de mal humor. Y desde la cama, con la luz aún incierta y sonrosada, empecé a gritarle ingenuamente, como si me fuera a escuchar: usted y su grupo de comunicación y los jerarcas eclesiásticos que les sustentan -en viaje de regreso hacia el nacionalcatolicismo- tienen todo el derecho del mundo a tener sus opiniones. Yo las respeto, como pido respeto para las mías. Pero no digan que sus opiniones son las de los católicos españoles. Es mentira. Yo soy católico, y a mí sus opiniones y sus insultos no me representan. Ni a otros muchos que empiezo a oír en la calle o en los medios. Ni pueden representar a una comunidad que, en cuanto tal, ha de tener convicciones evangélicas, no intereses. Dice la gente que son ustedes la radio de los curas. Mentira. Yo soy cura y no necesito, como otros muchos -bien es verdad que otros sí, ¡pluralidad!-, una radio comercial para mis tareas. Ni la Iglesia española necesita para ser testigo del maestro Jesús de Nazaret un instrumento comercial que le ha exigido ya -recuerdo la dictadura-, le exige hoy y le seguirá exigiendo unos costes y servidumbres empresariales -cuántos conflictos y resquemores laborales-, comerciales -financiación por entidades de claro comportamiento injusto-, unos maridajes partidistas que la hacen inservible para los objetivos que teóricamente dice perseguir. Hay otras fórmulas de radio no comercial que se ajustan técnicamente mejor al objetivo de servicio, no de competencia ni confrontación por tartas publicitarias y lucha por audiencias cautivas y votos que sólo los dan los contenidos políticos. La fórmula de Cope radio comercial es un arma de presión social y política heredada de la época de los privilegios omnívoros para seguir defendiéndolos, es un instrumento sociopolítico que maneja a su beneficio un solo sector de los obispos, de los curas, de los católicos, de los grupos de comunicación; es una confusión de planos y de mentes, una ocasión de peleas estériles hacia dentro y hacia fuera. Lo pienso ahora que se ha incendiado el tema y lo pensaba hace años cuando estudiando periodismo me ofrecieron puestos en una emisora. Y que conste que lo grito por desahogo moral, no porque albergue esperanza alguna ni de curar el insomnio que me reprodujo este vértigo de fastidios, perplejidades y rabias, ni de que los sectores ultraconservadores de la Iglesia suelten su presa. Así que sólo me queda un consuelo: hacer objeción de conciencia al portavoz eclesiástico, desobedecerle y brindar con Freixenet en Navidad. Se puede, ¿no? ¿O es pecado?

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Quintín García González es sacerdote dominico y periodista


SE PUEDE HABLAR MAS ALTO PERO NO MAS CLARO.........
 
El problema no es la COPE

El problema no es la COPE

El problema no es la COPE

En algunos sectores y grupos de la Iglesia se escuchan críticas radicales contra la Cadena COPE. En algunos partidos políticos, en la izquierda y también en la derecha, se vierten críticas similares contra la “Radio de los Obispos” o la “emisora de la Iglesia”. Mientras, la COPE sube la audiencia de manera significativa, consolida programas, crece su credibilidad informativa y cuenta con un plantel envidiable de profesionales jóvenes y veteranos.

Hace unos días, en una tertulia de amigos, mi amiga Rocío me dijo: “yo no escucho la COPE, porque ya se lo que va a decir; tampoco escucho la SER, porque también ya se lo que va a decir; yo, si pongo la radio, escucho música”. Exactamente, tuve que decir a mi amiga, eso es lo que quieren algunos, que escuchemos música. Pues eso, la teoría de los palmeros de ZP en el referéndum del Tratado Constitucional para Europa: nosotros no necesitamos saber de qué va, ya están los políticos para hacerlo por nosotros.

La conciencia que los españoles tenemos de los acontecimientos y de los cambios que se están produciendo en la sociedad está fuertemente influida por los medios de comunicación. Es por eso que en España, como en cualquier sistema democrático, es esencial que existan medios plurales, que nunca van a ser perfectos; pero es preferible el pluralismo imperfecto antes que la dictadura informativa y el monopolio de la comunicación. (A propósito, ¿cuándo va Polanco a cumplir la sentencia del Supremo que le obliga a devolver 67 emisoras de Antena 3 con las que se quedó indebidamente?).

Soy escuchante asiduo de la radio y lector de periódicos, y recomiendo que, el que pueda, escuche no una, sino dos o tres radios, y lea dos o tres periódicos, todo lo que pueda; en cada uno encontrará parcelas de verdad, retazos de información, fotografías de la realidad, y también en mayor o menor grado, manipulaciones, engaños y mentiras; y tendrá que leer entre líneas, sospechar, comparar, preguntarse, razonar y formar su propia opinión. Si una radio o un periódico dicen que “Marruecos aceptó repatriar a 73 inmigrantes que asaltaron la valla de Melilla”, a mi me gusta que la COPE diga que “Marruecos aceptó repatriar a 73 inmigrantes porque el Rey llamó tres veces al rey de Marruecos”. Ya sé que para algunos informar de esta manera no es políticamente correcto. Contar la veracidad de los hechos incómodos para el poder político, contrastar y desenmascarar las medias verdades, es para algunos provocar crispación. A muchos les saca de sus casillas que los periodistas no se limiten a leer titulares, sino que, además, desentrañen la noticia, desenmascaren las tramas y las mentiras, y pongan al descubierto la raíz de las perversiones del poder político, del poder económico, del poder periodístico y hasta de las tentaciones del poder religioso.

La COPE es una de las radios más vivas en el territorio español; una radio hecha con imaginación, creatividad, trabajo serio de analistas y buenas fuentes de información. Una radio que, tengo entendido, sigue creciendo, a pesar de los obstáculos del poder político, de la derecha y de la izquierda. No digo que las demás emisoras, la SER y Onda Cero, no lo sean, pero la COPE es una radio de profesionales imaginativos y luchadores, que pertenecen a una empresa que inspira su trabajo en el lema “La verdad os hará libres”. Un lema que tiene que aplicar a "La Mañana", "La Tarde con Cristina", "La Linterna", en los deportes con "El Tirachinas", en la madrugada "A Cielo Abierto", con el campo en "Agropopular"; y del mismo modo en todos los "Espejos" del "Área Socio Religiosa", en "Línea COPE" y en todos los demás. Y cuando se cometen errores, como la parodia del asalto a la valla de Melilla, aunque a muchos oyentes no les importe, a muchos otros sí nos importa y no nos gusta; y hay que pedir perdón y rectificar.

La Doctrina Social de la Iglesia concreta su naturaleza teórico-práctica en “principios de reflexión, criterios de juicio y orientaciones para la acción”. En esta formulación propuesta por Pablo VI en Octogesima adveniens, 4, advertimos una gradualidad de mayor a menor vinculación y exigencia de cumplimiento. No es que las “orientaciones”, prácticas e históricas por naturaleza, sean menos importantes que los “principios”, sino que, a la hora de establecer una vinculación irrenunciable a los tres órdenes, lo primero son los principios, es decir, aquellas verdades que encierran contenidos irrenunciables para un cristiano e inseparables de la misma fe cristiana sobre la dignidad de la persona, la vida, los derechos fundamentales y el destino trascendente del hombre. Esta propuesta me sirve para no caer en radicalismos perfeccionistas, en general inalcanzables y paralizantes, y razonar una postura que considero éticamente aceptable.

Es fácil criticar la indignación, los exabruptos, las exageraciones, las descalificaciones, las desmesuras verbales de algunos periodistas, acusarles de poco caritativos, etc. ¿Será esto realmente lo fundamental en lo que hay que fijarse? ¿No seremos capaces de ver más allá de las formas, cuando vemos que si no exageramos en las formas, el fondo de los problemas se disuelve en músicas alienantes? La radio tiene mucho de puesta en escena y dramatización para dar vida a la noticia. ¿No estaremos haciendo el caldo gordo a la tiranía y la corrupción, al equivocar la mirada puesta en el dedo del que señala y al ocultar al tirano y al corrupto? ¿Qué es prioritario en la denuncia evangélica: indignarse con las formas y cerrar los ojos al problema de fondo, o destapar la raíz del mal y la mentira estructural que sostiene a un poder corrompido que enfrenta y divide a los ciudadanos?

El problema no es la palabra más o menos agresiva, violenta e indignada de algunos periodistas. El problema es lo que lo provoca. No apruebo y no me gusta lo primero, pero lo considero secundario porque lo que importa, en primer lugar, es el problema, la mentira, la trama de injusticia que está en el origen. El problema no es de los que en la COPE informen exhaustivamente sobre las diferentes tramas de la masacre del 11-M; el problema es el cerrojo informativo que el Gobierno y sus apoyos políticos, económicos y mediáticos han echado a la masacre de 192 personas. El problema no es que en la COPE se denuncien las fechorías mediáticas y políticas en los días posteriores a esa masacre; el problema es que lo que sucedió es lo más parecido a un “golpe de Estado” perpetrado entre el 11 y el 14 de marzo de 2004, solapado en unas elecciones democráticas. El problema no es la crítica histórica demoledora, argumentada y sistemática del periodista; el problema es la ignominia de condecorar en la democracia al responsable de un genocidio de varios miles de personas. El problema no es que un periodista vocifere contra las farsas escenificadas en las comisiones de investigación; el problema es la mentira organizada con dinero y medios públicos y la deshonra a la memoria y a la dignidad de los asesinados en el 11-M, en el helicóptero de Afganistán y en el incendio de Guadalajara. El problema no es que el periodista se refiera al ministro como el “experto del typpex” por falsificar un documento que luego usó contra el anterior Gobierno popular; el problema es silenciar que el ministro Caldera negó una subvención a las víctimas del terrorismo y que la COPE, junto con Libertad Digital y la revista Época, reunió 650.000 euros donados por los ciudadanos para esa finalidad.

No escandaliza la vehemencia de unos; repugna el trágala, la desidia, el pecado de omisión, la cobardía, la corrupción, la inmoralidad de otros. No es que todo valga lo mismo. Es positivo criticar a la COPE, con razón o sin ella; la libertad de expresión y de opinión, libertades propias de un Estado de Derecho, son la piedra fundamental de las críticas vertidas contra los gobernantes y otros poderes del Estado. ¿Qué es más propio de un Estado de Derecho, escandalizarse con las desmesuras verbales y las descalificaciones indignadas de un periodista, o denunciar con firmeza la dictadura informativa impuesta en Cataluña en torno al derrumbe del barrio del Carmelo, para defender la dignidad y la vida de las víctimas? Llamar “genocida cubano” a un líder comunista no es políticamente correcto pero es una expresión que describe al comandante de una dictadura que viola sistemáticamente los derechos humanos, que cuenta con miles de asesinados y desaparecidos, miles de presos políticos y torturados y varios millones de exiliados. Manifestarse públicamente en España a favor de esta dictadura, ¿no es hacer apología de la violación sistemática de los derechos humanos?

La COPE es una fórmula de empresa radiofónica muy compleja, pero absolutamente necesaria en el universo de la comunicación. La variedad y la riqueza de sus programas y periodistas hace de la COPE una de las ofertas más interesantes de la actualidad. Hay que cuidar con el mismo esmero y profesionalidad lo que se dice y el cómo se dice. A veces sobran las descalificaciones y el tono airado, pero no sobra nunca la intensidad informativa sobre los temas de fondo. Tiendo a mirar con intensidad las estructuras del mal y con benevolencia las torpezas propias de la manera temperamental de ser de cada uno. Prefiero no escandalizarme con pecadillos comunes antes que escuchar música y comulgar con ruedas de molino ante las grandes perversiones y estructuras de pecado.

Autor: Juan Souto Coelho
Fuente: Libertad Digital.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

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Si lo quieren descargar:
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Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

La COPE es una de las radios más vivas en el territorio español; una radio hecha con imaginación, creatividad, trabajo serio de analistas y buenas fuentes de información. Una radio que, tengo entendido, sigue creciendo, a pesar de los obstáculos del poder político, de la derecha y de la izquierda. No digo que las demás emisoras, la SER y Onda Cero, no lo sean, pero la COPE es una radio de profesionales imaginativos y luchadores, que pertenecen a una empresa que inspira su trabajo en el lema “La verdad os hará libres”.

Rateta, rateta, tu que est tan boniqueta. Et voldries casar amb mi jo que soc tan bon fadri.? Ai, no ho se pas, haviam quina veu fas............
El artículo debe estar sacado de un cuento de los hermanos Grimm. Seguro.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Mexan por nos e din que chove

El guión era sencillo, efectista, facilón y para que fuera tan pegadizo como las canciones del verano, se emitió durante varias temporadas, noche y día, por ondas, páginas y pantallas. ¿Recuerdan? Este país se despeñaba por el abismo, qué digo, ya había caído en él: los datos económicos eran buenos porque eran falsos; se iba a reformar la enseñanza, cosa intolerable, y peor aún, la clase de religión era evaluable; querían abaratar el despido en servil tributo al tiburón capitalista; en sus ratos de ocio, los ministros provocaban mareas negras y accidentes de avión; el del bigote echaba al monte a palos a los buenos nacionalistas, instigaba el odio, y ponía a hervir el caldero de las tensiones territoriales; el pueblo, justamente indignado, quemaba y llenaba de excrementos las sedes de su partido y pedía el linchamiento de los asesinos y fachas.

Por si aquel infierno fuera poco, llegó el Apocalipsis. Habíamos ido a Irak a asesinar niños y mujeres, y en previsible represalia, los islamistas masacraron a personas inocentes en los trenes de Madrid. Hubo Juicio Final y con ayuda de la trompetería, se mandó a los demonios al agujero. Las tinieblas desaparecieron de inmediato. Una luz desterró de España los males y las inquietudes de aquella era negra. Advino el hombre bueno, el sonriente, el dialogante, el optimista. En admirable sintonía, el guión apocalíptico desapareció y dejó paso a coros que entonaban alabanzas, parabienes y el Himno a la Alegría. De vez en cuando, los demonios asomaban y se les daba un estacazo por romper con sus feas jetas la Armonía Universal.

Pero la ficción política tiene caducidad. Como las fachadas Potemkin, no aguanta las inclemencias del tiempo, y menos las borrascas que desencadena un gobierno que camina de disparate en disparate y de provocación en provocación. Ah, pero ZP y sus socios más mimados, que son los que llevan años atizando el odio a España y a los españoles, los que piden boicots a los productos españoles, los que injurian y calumnian a quienes no tragan, quieren “mexar por nos e decir que chove”. Y no sólo eso: quieren que diga que llueve el que recibe el chorro de orina. Que la víctima, como decía Camus para caracterizar al comunismo, exalte al verdugo. Pues esto sí que lo saben: la Arcadia feliz que dibuja su séquito de decoradores únicamente resiste el embate de la realidad en una sociedad controlada, amordazada e intimidada.

Así que en la hora del gran dislate, el que se presenta bajo el nombre de Estatuto de Cataluña, han dado la señal para el pogrom que debe servir de escarmiento a cuantos se resistan a decir que no pasa nada, que aquí business as usual, que las noticias consisten en que llueve en Compostela, hay niebla en Bilbao y luce el sol en Barcelona. La cabeza elegida para el castigo han sido tres figuras de la COPE. Ya los insultaban de forma rutinaria, ya pedían el boicot y el cierre de la emisora, pero al pito de un ministro y al abrigo de sus pantalones, la pandilla de la porra, obediente ella, ha salido a apalear a los críticos. Un orfeón de políticos socialistas y nacionalistas tararea la vieja canción machacona: son ellos, ellos, los que envilecen, crispan y crean la confrontación. Miren, ya aburren. Está muy visto su repertorio. Mucha gente se ha coscado de que la están liando. Y ZP debe de saber, y sé que es difícil, que no estamos en los ochenta, ni en los noventa; ni siquiera en el 2004. La sociedad española no es toda ella timorata y acomplejada. Las hogueras para los rebeldes y los díscolos van a quemar lo que les queda del decorado.

Autor: Cristina Losada
Fuente: Libertad Digital.
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

LOSANTOS NO VAN AL INFIERNO

JOSÉ IGNACIO GONZÁLEZ FAUS, responsable académico de Cristianisme i Justícia

ECLESALIA, 21/11/05.- Fonéticamente hablando (aunque no semánticamente) el odio parece una deformación del oído, mientras que el humor suena cercano al amor. Uno, que intenta ser cristiano, quisiera escribir con amor o, por lo menos, acercarse a eso. Por ello me permito una mala parodia del título de aquella buena novela de G. Cesbron sobre los curas obreros, que jugó de pancarta en muchas manifestaciones de nuestros años mozos.

Últimamente todos los papeles andan escandalizados por cómo peca la COPE. Y hasta parece que, ya que es una emisora confesional, al menos debería rezar diciendo aquello de: “yo copeador me confieso a Dios”… Con este motivo Don Federico Jiménez Losantos se ha visto citado y denostado por lo poco cristianas de algunas de sus actuaciones. No son horas de lanzar piedras contra nadie, ni responder con la misma moneda. Pero quizá sea posible aportar un par de informaciones que ayuden a reflexionar.

1.- En primer lugar, hace ya algunos años, en el libro de José Mª Gironella Nuevos Cien españoles y Dios (p. 216), el señor Jiménez Losantos declaraba no creer en Dios ni en la divinidad de Jesucristo, aunque confesaba sentir cierta añoranza por ello. No cabe atacarle por ello pues todo el mundo tiene derecho a ser ateo. Y además, es muy cristiano y muy democrático el principio aquel: “odio lo que usted está diciendo pero daría mi vida porque pueda seguir diciéndolo”. No obstante, alguien preguntará tras este dato, cómo se explica la presencia de un ateo en una cadena que la Iglesia dedica a la evangelización. A mí se me ocurren diversas explicaciones posibles.

Por ejemplo, y para empezar, no sé si el señor Jiménez Losantos ha vuelto a la fe en estos últimos años. También Bush dice que se convirtió no sé cuándo. Y también el PP tuvo una ministra que había sido militante de Bandera Roja y un ministro antiguo del PSUC… Si esto se debe a que es de sabios cambiar de opinión, o a que París bien vale una misa, es un juicio de intenciones que a los humanos no nos está permitido pronunciar, porque nuestros ojos no ven los corazones.

Pero además, la presencia de un ateo en una cadena episcopal puede ser interpretada como una muestra de gran respeto al pluralismo, por parte de la jerarquía española, a la que a veces atacamos de poco pluralista. Por donde cabe esperar con optimismo que, dentro de poco, se concederá otra vez a la asociación Juan XXIII celebrar sus congresos de teología en un lugar de la Iglesia, como en sus inicios, Igualmente cabe deducir que, si un ateo tiene sitio en una plataforma eclesiástica formadora de opinión, también podrá tenerlo en la enseñanza de la religión un cristiano convicto y sinceramente creyente, pero con su situación de pareja no jurídicamente regulada. Pues, a la hora de comunicar la fe, esto segundo es de mucha menos entidad que el ser creyente o no. Y además porque la autoridad eclesiástica no quiere perder credibilidad, y sabe bien que nada quita tanto la credibilidad como los modos de actuar contradictorios. ¿Ven ustedes cómo siempre hay razones para seguir optimista?

En tercer lugar, nobleza obliga a reconocer que El Sr Losantos es un gran insultador: quizás el mejor del reino. Insultar no está bien, pero se puede hacer con agudeza y con gracia, o sin ellas. Y es honesto reconocer que el citado periodista tiene esa gracia, aunque la emplee mal: “qué buen vasallo si oviera buen señor” diría el romancero del Cid. Que también un culé puede proclamar a Ronaldo como un gran goleador, aunque lamente todos los goles que marca. O como diría la moral escolástica cuando se ponía sutil: reír un chiste verde no es inmoral si se ríe la gracia, sólo está mal cuando se ríe “la verdura”...

Estas pueden ser razones para no hacer autos de fe, que nunca son buenos ni aun contra los herejes convictos y confesos. Por suerte, en un estado de derecho hay leyes y cada cuál habrá de vérselas con ellas si otros sienten que las ha lesionado. Por lo que hace a las personas, he explicado en otros lugares cómo Jesús de Nazaret, que fue muy duro con algunos colectivos concretos (fariseos, ricos, escribas, sacerdotes, a veces hasta el pueblo), nunca fue duro con las personas concretas (con la única excepción de una vez que llamó “zorra” a Herodes). Un poco en seguimiento de esta actitud, va la segunda información que quisiera aportar a nuestro tema.

2.- Esta información es un poquito más larga y desborda el caso concreto del que hemos partido. Habré de darla pues del modo más sucinto posible. Pero quiero darla porque a mí me enseña mucho sobre el tema, por aquello de que la historia se repite casi siempre.

A comienzos del siglo pasado, con ocasión de la tercera república, hubo en Francia una enorme tensión entre el gobierno y buena parte de la Iglesia que, si no estoy equivocado, llevó hasta una breve ruptura de relaciones con Roma. En esa hora difícil entran en escena dos personajes llamados Charles Maurras y Marc Sangnier. Son de esas gentes que, cuando a uno se las presentan por primera vez, comenta: “yo a usted creo haberlo visto en otro lugar”… Veamos si no.

Maurras era un ateo convicto, chauvinista exagerado y antecesor del Frente Nacional de Le Pen. Pero se profesaba gran admirador de la iglesia católica porque (en palabra suyas), él se rendía ante “una organización que ha sabido desactivar con tanta eficacia el veneno del Magníficat que lleva en su seno”. Fundó la Action Française, y puedo asegurar que, al lado de cómo Maurras manipuló a la Iglesia, nuestra COPE queda reducida a una monjita de clausura de las de antes (porque ahora las hay muy bizarras)…

A pesar de las muchas quejas que llegaron a Roma por esas manipulaciones, incluso de parte de obispos franceses, Pío X se negó siempre a desautorizar a Maurras, porque “es un gran defensor de la Iglesia” (aunque quizá no del Evangelio de Jesucristo). Al final, dos papas más tarde y cuando ya lo peor había pasado, Pío XI acabó condenando decididamente la Action Française en 1926, casi con veinte años de retraso. Maurras por descontado, no aceptó la condena, ni tenía por qué aceptarla puesto que no era católico.

Por el otro lado habíamos citado a Marc Sangnier, cristiano admirable, de gran sentido social, defensor de la república y de la laicidad del estado, y fundador de un prometedor movimiento (Le Sillon: el surco), al que León XIII, y el mismo Pío X, habían alabado y alentado públicamente en 1902 y 1903. Sin embargo, su decantamiento hacia la izquierda, y las denuncias tergiversadas a Roma, por parte de los fariseos de rigor, acabaron consiguiendo que Pío X condenara al movimiento en 1910. Sangnier se sometió ejemplarmente, y, una vez más en la historia de la Iglesia, se frustró una semilla prometedora para el cristianismo francés.

La historia es maestra de la vida, pero a condición de que queramos aprender sus lecciones; y Francia va por delante de nosotros, no sólo en fútbol sino en experiencia histórica. No resulta por tanto inconveniente acabar con esta parodia de un conocido refrán “cuando las barbas de tu vecino [francés] veas cortar, pon las tuyas a remojar”…

El refrán vale para la sociedad civil en lo relativo a los inmigrantes, a la capacidad de integrarlos sin relegarlos a guetos y, en caso contrario, a la amenaza de estallidos violentos desesperados, como los que estamos presenciando durante este noviembre. Pero el refrán vale además para las autoridades eclesiásticas, porque la historia de la Action Française y Le Sillon podría estar repitiéndose entre nosotros con nombres cambiados. Ello confirmaría la acusación tantas veces dirigida a Roma, de que tiene dos medidas muy distintas para tratar a las derechas y a las izquierdas. O que su principio fundamental parece ser cargarse a la izquierda, por cristiana que pudiera ser, y sostener siempre a la derecha, ni por atea que sea.

Y sin embargo, como escribió hace ya más de treinta años J. B. Metz (que pasa por ser uno de los mayores teólogos del momento) “si el carrusel de la política se moviese según la música del Evangelio, giraría hacia la izquierda”.

Vaya por Dios, hombre.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Bart dijo:
Mexan por nos e din que chove

El guión era sencillo, efectista, facilón y para que fuera tan pegadizo como las canciones del verano, se emitió durante varias temporadas, noche y día, por ondas, páginas y pantallas. ¿Recuerdan? Este país se despeñaba por el abismo, qué digo, ya había caído en él: los datos económicos eran buenos porque eran falsos; se iba a reformar la enseñanza, cosa intolerable, y peor aún, la clase de religión era evaluable; querían abaratar el despido en servil tributo al tiburón capitalista; en sus ratos de ocio, los ministros provocaban mareas negras y accidentes de avión; el del bigote echaba al monte a palos a los buenos nacionalistas, instigaba el odio, y ponía a hervir el caldero de las tensiones territoriales; el pueblo, justamente indignado, quemaba y llenaba de excrementos las sedes de su partido y pedía el linchamiento de los asesinos y fachas.

Por si aquel infierno fuera poco, llegó el Apocalipsis. Habíamos ido a Irak a asesinar niños y mujeres, y en previsible represalia, los islamistas masacraron a personas inocentes en los trenes de Madrid. Hubo Juicio Final y con ayuda de la trompetería, se mandó a los demonios al agujero. Las tinieblas desaparecieron de inmediato. Una luz desterró de España los males y las inquietudes de aquella era negra. Advino el hombre bueno, el sonriente, el dialogante, el optimista. En admirable sintonía, el guión apocalíptico desapareció y dejó paso a coros que entonaban alabanzas, parabienes y el Himno a la Alegría. De vez en cuando, los demonios asomaban y se les daba un estacazo por romper con sus feas jetas la Armonía Universal.

Pero la ficción política tiene caducidad. Como las fachadas Potemkin, no aguanta las inclemencias del tiempo, y menos las borrascas que desencadena un gobierno que camina de disparate en disparate y de provocación en provocación. Ah, pero ZP y sus socios más mimados, que son los que llevan años atizando el odio a España y a los españoles, los que piden boicots a los productos españoles, los que injurian y calumnian a quienes no tragan, quieren “mexar por nos e decir que chove”. Y no sólo eso: quieren que diga que llueve el que recibe el chorro de orina. Que la víctima, como decía Camus para caracterizar al comunismo, exalte al verdugo. Pues esto sí que lo saben: la Arcadia feliz que dibuja su séquito de decoradores únicamente resiste el embate de la realidad en una sociedad controlada, amordazada e intimidada.

Así que en la hora del gran dislate, el que se presenta bajo el nombre de Estatuto de Cataluña, han dado la señal para el pogrom que debe servir de escarmiento a cuantos se resistan a decir que no pasa nada, que aquí business as usual, que las noticias consisten en que llueve en Compostela, hay niebla en Bilbao y luce el sol en Barcelona. La cabeza elegida para el castigo han sido tres figuras de la COPE. Ya los insultaban de forma rutinaria, ya pedían el boicot y el cierre de la emisora, pero al pito de un ministro y al abrigo de sus pantalones, la pandilla de la porra, obediente ella, ha salido a apalear a los críticos. Un orfeón de políticos socialistas y nacionalistas tararea la vieja canción machacona: son ellos, ellos, los que envilecen, crispan y crean la confrontación. Miren, ya aburren. Está muy visto su repertorio. Mucha gente se ha coscado de que la están liando. Y ZP debe de saber, y sé que es difícil, que no estamos en los ochenta, ni en los noventa; ni siquiera en el 2004. La sociedad española no es toda ella timorata y acomplejada. Las hogueras para los rebeldes y los díscolos van a quemar lo que les queda del decorado.

Autor: Cristina Losada
Fuente: Libertad Digital.


BART, CUANDO TE VAS HA ENTERAR QUE LIBERTAD DIGITAL ES LA COPE EN INTERNET. MIRA EL STAFF Y DATE CUENTA..........
 
Re: Obispos, sed valientes: no estáis solos

Hay gente de Libertad Digital que está de tertuliana en Radio Intereconomía y hay tertulianos de la COPE que no escriben en Libertad Digital. Incluso los hay, como Cacho, que tienen periódicos digitales diferentes.
Estoy esperando a ver si me publican algo en determinado lugar antes de entrar a comentar algunos artículos copiados por Tal cual. Si finalmente me lo publican..... nos lo vamos a pasar muy bien por acá


Tobi:
Resulta paradógico. Los padres se manifiestan pidiendo que las escuelas eduquen a sus hijos. Esta si que es una cortina de humo. Pretenden delegar en las escuelas aquello que deberían hacer ellos el propio hogar.

Luis:
No, pretendemos que en las escuelas se dé una educación a nuestros hijos que sea similar a la que les damos en casa. Pretendemos que la escuela sea ayuda y no obstáculo a la educación de nuestros hijos en todos los ámbitos, incluído el de la formación moral y religiosa. Pretendemos que se cumpla la Constitución y la Carta de Derechos Humanos en lo concerniente a los derechos de los padres y de los niños
Una vez aclarado eso, sólo quiero comentar que no estoy dispuesto a que una vez pasados 30 años de la muerte de Franco todavía se siga usando su régimen como excusa para robarnos a los padres católicos unos derechos que nos pertenecen.