PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿No decidió la Iglesia Católica Romana qué libros forman el canon de las Escrituras?
No, esto no es correcto. La Iglesia Católica Romana afirma que ella determinó qué libros se incluirían en el Canon de las Escrituras a través del Magisterio. Es un hecho histórico que el canon había sido determinado mucho antes de cualquier pronunciamiento oficial por parte de la Iglesia o cualquier concilio.
¿Cómo se formó el canon del Antiguo Testamento?
Mucho antes de que existiera la Iglesia Católica Romana, el Canon del Antiguo Testamento ya se había determinado.
Jesús mismo aprobó este canon, afirmando que él había venido a cumplir todo lo que la ley y los profetas habían dicho (Lc 24: 25-27). Él repetidamente enseñó de este cuerpo reconocido de Escritura y se refirió a él como la Palabra de Dios. A lo largo de la historia de Israel, los escritos de Moisés, Samuel y otros ocuparon un lugar de honor "delante del Señor" (Deuteronomio 31:24-26; 1 Samuel 10:25). Aquellos que eran conocidos como profetas de Dios, cuya vida y ministerio testificaban de su llamado, tenían sus escritos incluidos en el canon.
¿Cómo se formó el canon del Nuevo Testamento?
La Iglesia Católica Romana afirma que fue por su autoridad que los libros que componen el Nuevo Testamento fueron canonizados. De hecho, el canon del Nuevo Testamento comenzó a surgir durante la vida de los apóstoles. La autoría profética y apostólica fue una consideración primordial al determinar el canon.
Dentro de la iglesia, estos escritos gozaban del mismo estatus que las Escrituras del Antiguo Testamento. La iglesia aceptó fácilmente como canónicos los escritos de Pablo, Pedro, Santiago, Juan, etc. La formación del canon fue una tarea relativamente fácil debido al corto tiempo entre la redacción de las primeras y las últimas escrituras del Nuevo Testamento. Todos los libros del Nuevo Testamento habían sido escritos alrededor del año 90 D.C. (la Iglesia Católica Romana aparecería hasta el año 313) El último libro fue escrito por el apóstol Juan, testigo presencial del ministerio, muerte y resurrección de Jesús.
¿Qué parte tuvieron los concilios de la iglesia en la formación del canon?
La respuesta simple es ninguna. Los concilios de Hipona y Cartago en el siglo cuarto no nos dieron el canon de la Escritura. Más bien, simplemente confirmaron lo que ya se aceptaba como canónico.
Para leer más
F. F. Bruce, El Canon de la Escritura (Glasgow: Chapter House, 1988).
Norman Geisler y William Nix, De Dios a nosotros (Chicago: Moody Press, 1974).
JI. Packer, Dios ha hablado (Londres: Hodder and Stoughton, 1966).
Y ahí lo tienen, mis amigos y hermanos, completamente demostrado que la ICAR NO nos dio la Biblia.
Y en este artículo, el hermano Daniel Sapia da una excelente explicación:
Bendicones en Cristo.
Robespengler
¿No decidió la Iglesia Católica Romana qué libros forman el canon de las Escrituras?
No, esto no es correcto. La Iglesia Católica Romana afirma que ella determinó qué libros se incluirían en el Canon de las Escrituras a través del Magisterio. Es un hecho histórico que el canon había sido determinado mucho antes de cualquier pronunciamiento oficial por parte de la Iglesia o cualquier concilio.
¿Cómo se formó el canon del Antiguo Testamento?
Mucho antes de que existiera la Iglesia Católica Romana, el Canon del Antiguo Testamento ya se había determinado.
Jesús mismo aprobó este canon, afirmando que él había venido a cumplir todo lo que la ley y los profetas habían dicho (Lc 24: 25-27). Él repetidamente enseñó de este cuerpo reconocido de Escritura y se refirió a él como la Palabra de Dios. A lo largo de la historia de Israel, los escritos de Moisés, Samuel y otros ocuparon un lugar de honor "delante del Señor" (Deuteronomio 31:24-26; 1 Samuel 10:25). Aquellos que eran conocidos como profetas de Dios, cuya vida y ministerio testificaban de su llamado, tenían sus escritos incluidos en el canon.
¿Cómo se formó el canon del Nuevo Testamento?
La Iglesia Católica Romana afirma que fue por su autoridad que los libros que componen el Nuevo Testamento fueron canonizados. De hecho, el canon del Nuevo Testamento comenzó a surgir durante la vida de los apóstoles. La autoría profética y apostólica fue una consideración primordial al determinar el canon.
Dentro de la iglesia, estos escritos gozaban del mismo estatus que las Escrituras del Antiguo Testamento. La iglesia aceptó fácilmente como canónicos los escritos de Pablo, Pedro, Santiago, Juan, etc. La formación del canon fue una tarea relativamente fácil debido al corto tiempo entre la redacción de las primeras y las últimas escrituras del Nuevo Testamento. Todos los libros del Nuevo Testamento habían sido escritos alrededor del año 90 D.C. (la Iglesia Católica Romana aparecería hasta el año 313) El último libro fue escrito por el apóstol Juan, testigo presencial del ministerio, muerte y resurrección de Jesús.
¿Qué parte tuvieron los concilios de la iglesia en la formación del canon?
La respuesta simple es ninguna. Los concilios de Hipona y Cartago en el siglo cuarto no nos dieron el canon de la Escritura. Más bien, simplemente confirmaron lo que ya se aceptaba como canónico.
Para leer más
F. F. Bruce, El Canon de la Escritura (Glasgow: Chapter House, 1988).
Norman Geisler y William Nix, De Dios a nosotros (Chicago: Moody Press, 1974).
JI. Packer, Dios ha hablado (Londres: Hodder and Stoughton, 1966).
Y ahí lo tienen, mis amigos y hermanos, completamente demostrado que la ICAR NO nos dio la Biblia.
Y en este artículo, el hermano Daniel Sapia da una excelente explicación:
Bendicones en Cristo.
Robespengler